URANTIA - IV.133.7 - Jesús de Nazaret: 7. La estadía en Chipre - El discurso sobre la mente ux1k

Esta conferencia comenzará a grabarse. Bien pues vamos a dar comienzo a una nueva sesión de comentarios al libro Durantia. Esta vez estamos con la parte cuarta, la vida y las enseñanzas de Jesús, y vamos a continuar con el documento 133, el regreso de Roma. En este documento hoy toca ver el epígrafe 7, la estadía en Chipre y el discurso sobre la mente. Siempre que Jesús habla sobre algún tema es especialmente interesante, pues hoy vamos a ver qué nos tiene que decir Jesús sobre este tema.

Pues sin más preámbulo comenzamos la lectura que tiene dos partes en este epígrafe, una primera parte introductoria de cómo llegan a Chipre y cómo se instalan y qué es lo que hacen, y luego ya la segunda parte, la parte interesante, que es el discurso sobre la mente y en el cual además pues hay algunas consultas que he realizado a la inteligencia artificial sobre algunas cuestiones aclaratorias que nos va a venir bien tener esa información.

Pues dice así, poco después recordemos que provenían de Atenas en donde Jesús hace precisamente el discurso sobre la ciencia y de Atenas pues ya van a Chipre. Poco después los viajeros se hicieron a la vela hacia Chipre haciendo escala en rodas. Mucho disfrutaron ellos de la prolongada travesía marítima y llegaron a la isla de destino descansados de cuerpo y refrescados de espíritu. Los viajeros Gonod el mercader, su hijo Ganid y Jesús que actuaba como tutor de su hijo en todo este periplo por el Mediterráneo.

Habían decidido disfrutar de un período de verdadero descanso y esparcimiento durante la estadía en Chipre. Al llegar a su fin la gira por el Mediterráneo. Ya iban cerrando lo que es la gira y acababan ya con Chipre el Mediterráneo. Ya el siguiente destino precisamente iba a ser Antioquía. Desembarcaron en Pafos y enseguida comenzaron a reunir las provisiones para su estadía de varias semanas en las montañas cercanas.

Chipre tiene un sistema montañoso en el google maps o en el google earth se puede apreciar perfectamente para quien no haya estado. Al tercer día después de su llegada emprendieron el camino hacia los montes con su recua bien cargada. Pasaron todos dos semanas sumamente agradables al cabo de las cuales repentinamente el joven Ganid cayó gravemente enfermo. Por dos semanas padeció de una fiebre violenta que a menudo le hacía caer en el delirio.

Tanto Jesús como Gonod se dedicaron de lleno a cuidar del muchacho enfermo. Con gran habilidad y ternura se ocupó Jesús del chico y el padre estaba asombrado por la delicadeza y la pericia que puso de manifiesto en su ministerio del joven postrado. Estaban lejos de toda morada humana y el muchacho no estaba en condición de ser trasladado.

Tuvieron pues que arreglarse lo mejor posible para atenderle a fin de que recuperara la salud ahí mismo en las montañas. Durante la convalecencia de Ganid que duró tres semanas Jesús le contó muchas cosas interesantes sobre la naturaleza y sus diversas manifestaciones. Cuánto se divirtieron mientras andaban por las montañas. El muchacho haciendo preguntas, Jesús respondiéndoselas y el padre maravillándose de toda la escena.

La última semana de su estadía en las montañas Jesús y Ganid tuvieron una larga conversación sobre las funciones de la mente humana. Después de varias horas de discusión el mancebo hizo esta pregunta, pero maestro ¿qué quieres decir al observar que el hombre experimenta una forma superior de conciencia de sí mismo que la de los animales más evolucionados? Esa era la pregunta ¿en qué se diferencia el hombre de los animales? Y expresado en lenguaje moderno así respondió Jesús. Y aquí comienza el discurso sobre la mente que precisamente con ese motivo de distinguir la mente humana de la mente animal pues ya va a hablar de muchas cosas.