Tendido de Sol Hablemos de Toros de 19 de mayo de 2025 5k39x

La canción de la canción es la más popular en Europa.

La canción de la canción es la más popular en Europa.

Buenas noches, buenos días, buenas tardes, todo depende del momento en que nos estén escuchando. Les habla Enrique Martín, la voz afectada por un catarro, y esto es Tendido de Sol, Hablemos de Toros, el programa donde, ya saben, huimos a toda perfección de la velocidad y a toda velocidad de la perfección y supuestamente todas las semanas hablamos de toros.

Y sigue la feria adelante y seguimos progresando satisfactoriamente hacia el abismo. Que si dejamos a un lado vueltas al ruedo a un toro, que el debate puede ser si vuelta sí o vuelta no o lo que sea, y que seguro que además propiciaría un gran debate hablando de toros, que es lo que nos gusta a la mayoría. Pues eso, la feria de este año va, pues va como va.

Que lo de que no queda duda es de la desaparición absoluta de lo que fue la plaza de Madrid, de la prácticamente extinguida afición de Madrid, que todos tenemos en mente a grandes aficionados del foro, que a lo mejor les vemos todos los días en la plaza, así como también tenemos a otros que se creen la encarnación de esa casi extinta afición y que más parecen los enterradores de esta, que quizá que los que la puedan revitalizar.

Estamos en un punto en el que el público se ha convertido en un hooligan del paisano, aunque esto se venga dando desde hace tiempo, hooligans del amigo premiándole todo. ¿Por qué es un buen tío? ¿Por qué es amigo? Y ala, como es paisano amigo o un buen tío, pues ya tenemos todos que actuar como paisanos o amigos con ese buen tío. Y como colaborador necesario, pues tenemos a los que ocupan el palco tarde tras tarde. No sé si cabe mayor despropósito, pero lo de los presidentes de Madrid es algo para mirárselo, algo que clama al cielo.

Sacan pañuelos sin criterio alguno, que si se pincha o se da un bajonazo, eso lo cuenta. Lo que cuenta es tener contenta la parroquia. Se empieza a sacar el pañuelo en un ratatatatata, como el rápido de Wyoming. Y seguro que nadie se va a quejar, ¿por qué? ¿De qué va esto? De dar despojos, que incluso ya no se atiende ni a eso de petición mayoritaria, que en la nueva moda es la mitad más uno. Bueno, ahora lo que cuenta es el vocinglerío. A más gritos, más despojos.

Y para culminar, pues esos mulilleros a los que los pañuelos y las voces ralentizan y ralentizan. No sé si me entienden, pero ya digo que no son estos los únicos que están los que ahora aplauden y jalean los que lo que tantas veces protestaron. Que tantas veces protestaron y protestan también según a quién. Que quizá, a lo mejor un poco de coherencia, pues nos ayudaría a los que nos cuesta entender ciertas cosas, a los que no estamos metidos en las cosas de los demás.

Que me gustaría saber los mecanismos previos a hacer saludar al final del paseillo a un torero, el hacerle dar una vuelta al ruedo y que me expliquen esos argumentos del esto es así de toda la vida de Dios. Bueno, a ver, que el de toda la vida de cada uno se restringe a la edad de cada uno. Que luego todo esto sirve para muy poco. Que los de los despojos luego o no vuelven los que los piden. Hasta Dios sabe cuándo o se olvidan a partir del tercer gintónico.

Que muchos más parecen pedir los despojos para ellos mismos, quizá para llegar a los parientes y contarles que ellos estuvieron el día del que fuera. Que estamos llegando a unos límites en los que se jalean los enganchones, los bajonazos, se ovacionan los desarmes. Yo esto, un desarme y cuando coge la muleta se pone la gente a aplaudir. Bueno, las carreras al no poder con un toro, lo que muchos perciben como firmeza. No sé, que esto de verdad no hay quien lo entienda.