
¿Se puede medir el ALMA? Nuevos experimentos - Los expedientes X del Buenos Días Madrid (218) 9555g
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Un nuevo estudio parece demostrar que emitimos un "brillo", imperceptible a simple vista, que desaparece cuando morimos. Hay quien ha querido ver aquí un indicio de la presencia del alma, o de que tenemos un "aura". Contamos en qué consiste dicho estudio científico y también otros intentos que ha habido por intentar demostrar que hay algo en nosotros que se marcha al morir, como aquel trabajo que decía que el alma pesaba 21 gramos. 2t1z4b
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Bueno pues ha llegado el momento de abrir uno de los expedientes X de Álvaro Martín.
Quieren hablarnos de experimentos científicos, de pruebas científicas destinadas a demostrar que realmente el alma es algo, no es una invención. Llamemos alma a... luego yo creo que seguramente... Álvaro, buenos días. Ya se puede discutir a qué llamamos exactamente alma, pero que hay algo que tenemos en vida que deja de estar con nosotros en el momento que morimos. Se parece que está perfectamente comprobado, ¿no? Eso es, Eli, muy buenas.
Lo que intenta demostrar la ciencia en los últimos experimentos, la posibilidad de que hay un algo, y ahora vamos a definir un poquito más concretamente, que es un algo que desaparece cuando morimos. Aparte de, por supuesto, todas las constantes vitales que llamamos vida. Respirar, funciones cerebrales, etcétera. Pero bueno, hay algo más. El titular que luego te desarrollaré, porque primero te quiero contar unos casos antiguos que tienen que ver con esto. El titular es emitimos un brillo todos los seres vivos que desaparece al morir. Ahora te lo desarrollo. Y ese brillo es lo que algunos han llamado alma, y sobre esto hay mucho.
Pero bueno, somos seres eléctricos. Eso está claro. Y energía, lo que siempre se dice que todo es energía, que parece que es un tópico, pero que es así. Somos seres energéticos. Y todo es vibración, además. Bueno, pues, ¿has oído hablar, Eli, de cuánto pesa el alma? Alguna vez lo he oído, porque sí, es verdad que ha habido mucha gente empeñada en pesar una persona viva y automáticamente, justo antes de morir y justo después de morir, parece que hay alguna diferencia, ¿no? Pues sí, hay una famosa película de Ñarritu que se llama 21 gramos. Pues eso sería el peso del alma, aunque todo esto tiene un asterisco y una nota al pie que vamos a desarrollar.
Lo primero es un experimento de hace tiempo, de 1901, publicado en 1907. Lo segundo, la muestra es muy escasa. Y lo tercero, pues que nunca más ha sido replicado, por lo que no se puede saber con esa actitud si esto que dijo este científico, Duncan MacDougall, tiene sentido o no. De hecho, ha sido muy criticado por la comunidad científica. Pero ahí está. Te voy a contar en qué consistió su experimento. Vamos a ver. Este hombre, como digo, es médico, es norteamericano, y él quería comprobar una cosa. Que se publicó primero el artículo en prensa, en el New York Times, antes que el artículo científico.
Y eso fue ya su condena, ¿no? Porque el artículo científico tiene que ser revisado por pares, tiene que tener unos marchamos que, digamos, lo avalen científicamente, que no lo tiene. Entonces, él decía, si tenemos un alma, tiene sentido, si tenemos un alma, y esto no es un concepto metafísico, es algo tangible, entonces, es posible que si nos pesamos antes y después de morir, pues haya un cambio. Y eso sería lo que pesa el alma. O sea, ya tendríamos algo que cuantificar. Bien, pues tomó una balanza industrial de gran precisión, un sistema de pesaje que tenía mucha precisión de gramos, de miligramos, etcétera. O sea, mucha precisión. Y tomó a cinco pacientes que estaban moribundos.
Perdón, a seis. Seis pacientes que estaban moribundos. Y los pesó, los fue pesando. Siempre oscilaba un peso similar o el mismo antes, pero después también, cuando se certifica su muerte.
Tiene que ser instantáneo, o sea, lo más pegado que sea al momento del paro cardiorespiratorio, que es la certificación de la muerte. Y lo de 21 gramos es la media.
Unos pesaban más, otros pesaban menos, pero todos habían perdido peso. Eso es interesante. Él certifica que todos, excepto, bueno, tuvo que descartar dos pacientes porque en uno de ellos la báscula no estaba bien calibrada y en otro de ellos no lo midieron a tiempo justo en el momento que tenían que medirlo y no fueron válidos para la muestra. Pero seis individuos con diferentes enfermedades, con diferentes dolencias fueron pesados. La diferencia media era menos 21 gramos.
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