Las Rutas del Rock EP194: Las historias del Rock and Roll Pt.8 2xt5v

Radio IPN respeta la libertad de expresión de todos los invitados y colaboradores.

Sus opiniones son personales y no representan el punto de vista de esta emisora.

Conexión cultural.

Esta es una producción de Radio IPN.

Mensaje a todas las audiencias.

Las rutas del rock ha realizado varios programas dedicados a contar la historia del rock and roll a través de diversas canciones.

Su desarrollo, evolución y transición desde sus orígenes en el blues, rhythm and blues y country, hasta su explosión a mediados de los años 50.

Invitamos a las audiencias a buscar las primeras seis partes de esta saga en la sección de podcast de Radio IPN.

Entonces el rock and roll recibió el golpe final.

Primero fue la censura, el gobierno y las industrias musicales que deseaban ser quienes controlaran el negocio, pero había que deshacerse de aquellos intérpretes, de las cantantes incómodas.

A Elvis lo mandaron al ejército, lo llenaron de pastillas y nunca volvería a ser el mismo.

Chuck Berry fue acusado de viajar con menores de edad y sobre todo de relacionarse con mujeres blancas.

Fue encarcelado y su carrera quedaría arruinada.

Little Richard tendría crisis existenciales debido a que el mundo no aceptaba su bisexualidad, sus ganas de vivir al extremo y amor por el rock and roll que chocaban con su fe que le decía que estaba equivocado.

Quiso ser pastor, nunca logró ser feliz y su carrera musical no lograría recuperarse de aquel final de los años 50 cuando se alejó de los escenarios.

La industria musical le pidió al gobierno de los Estados Unidos demandará a diversos sellos independientes y locutores de radio que promovían al rock and roll, pagándoles fuertes sumas de dinero o dándoles crédito como autores de canciones y así los grandes temas llegarían a todos los públicos.

Locutores como Alan Freeth, quien bautizara a este ritmo terminarían la cárcel y a principios de los años 60 perdería la vida.

Wanda Jackson se iría al country al ver cómo la sociedad atacaba la supuesta rebeldía e independencia del rock y así pudo disfrutar de una larga carrera musical.

Etta James caería en las tentaciones de los excesos y tardaría en volver al foco musical a mediados de los 60.

Y la industria crearía la escena del rock dominada por cantantes adolescentes con canciones manufacturadas por equipos de compositores que ellos controlaban y ahora eran las grandes compañías las que dictaban los temas de los que se podían tratar en el rock.

El Brill Building en Nueva York sería el nuevo líder en este género musical y solo quedaban Buddy Holly, Richie Valens y Eddie Cochran.

Y ahí entra el destino a escena.

Buddy Holly buscaba crear nuevos caminos para el rock, llevar las composiciones a terrenos de mayor experimentación sonora, así como ver si las técnicas de grabación podían crear vertientes que le permitieran hacer que el rock and roll fuera un género musical lleno de valores.

Sí, teníamos a la rebeldía y desenfreno que eran su corazón, pero debían perdurar, no eran una moda pasajera.

Podían crecer y evolucionar.

Y la industria le tenía miedo a Buddy Holly.

Buddy era su propio productor, compositor y arreglista.

Y aquí fue cuando puso a temblar a la industria musical.

Se acercó a uno de sus chicos llamados Teen Idols, ídolos adolescentes, y le pidió una canción que él hubiera compuesto, para de esta manera mostrarle lo que él podría hacer con su carrera si salía del control de la industria musical.

Paul Anka había alcanzado el éxito con 16 años en 1957 con su composición llamada Diana, pero su imagen y destino musical eran controlados por su disquera, quienes le decían qué cantar, cómo y cuándo, y el tipo de canciones que debía escribir y grabar.

Buddy Holly le pidió permiso para grabar su composición y Doesn't Matter Anymore, pero bajo un arreglo serio, no pensando en complacer al gran público, sino a lo que la melodía y la historia le pedían.

Veía en esta narración del final de una relación nuevas posibilidades para el rock and roll.

Era tomar la vida en serio, abrazar al dolor, a la decepción de una persona.