Las Rutas del Rock EP184: Iron Butterfly 56h4c

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Conexión Cultural
Esta es una producción de Radio IPN.
Fue una promesa.
Tan solo nos pidieron algo.
Todo podía ser nuestro.
Ahí estaba ese paraíso donde el clima era tan benévolo que no requeríamos usar ropa.
El sol calentaba lo justo sin quemar nuestra piel y el frío nunca se hacía presente,
ni al amanecer y tampoco cuando el sol daba paso a la eterna luna
que se encargaba de controlar la marea en los diferentes océanos.
Los animales, de granja, domésticos y los más salvajes estaban a nuestra disposición.
Enormes osos y salvajes leones yacían a nuestro lado,
mientras que las aves con los plumajes más exóticos nos permitían escuchar sus hermosos cantos
cada día y cada noche.
Solo nos pidieron algo.
No transgredir una sola regla.
Podíamos amarnos.
De eso se trataba esta creación, esta existencia.
Amarnos el uno a la otra.
Fuimos hechos para estar juntos,
para compartir nuestra vida y crecer y ser dueños del Edén que surgía al oriente
de esta tercera roca que gira en un sistema solar
que parecía ser un hermoso sitio para observar abrazados durante las claras y nítidas noches.
Amándonos.
Pero de repente todo se obscurecía.
Algo reptaba entre nuestras piernas en el verde pasto a nuestro alrededor.
La tormenta se anunciaba.
Los colores perdían su brillo.
La cabeza, la mente nos daba vueltas.
Terribles truenos parecían quebrar la tierra que era nuestra.
A ella, a quien tanto amabas, comenzabas a buscar.
Originalmente estaban tomados de la mano, caminando juntos y de repente desapareció.
Iban a construir un nuevo futuro, mirando siempre hacia el mismo destino,
pero de repente ya no estaba y los animales se revolvieron contra nosotros.
Los sonidos comenzaron a ser más salvajes.
Una guitarra distorsionada se apoderaba de tus oídos,
mientras que un órgano Vox creaba una melodía que te elevaba y expulsaba
de ese paraíso donde nunca más podrías regresar.
La batería remataba tu caída en desgracia,
mientras que el bajo era tu corazón asustado por no entender.
Te aferrabas a esas teclas creando la melodía
que creías te permitiría no olvidar a dónde pertenecías
ni a esa persona que tanto amaste y que ahora tratabas de encontrar una vez más.
Fueron demasiados años buscándola y ahora no puedes perderla.
No otra vez.
Es un sueño que se repite con cada viaje, con cada mal viaje.
Ron Bushy entró al departamento que compartía junto a sus compañeros de banda
en la zona de Laurel Canyon, allá en Los Ángeles,
y encuentra en el piso a un ebrio Doug Ingle,
quien parece tener una pesadilla al repetir insistentemente un balbuceo que no logra comprender.
Además, parece que hay algo más que alcohol en su compañero de banda,
quien siempre ha interpretado el órgano Vox en Iron Butterfly.
Cuando Ron logra despertar de su mal viaje a Doug, le pregunta qué estaba diciendo.
Este joven Doug Ingle se pone de pie y se dirige a su sucio instrumento musical
y comienza a interpretar la línea melódica de su nueva composición,
y solo logra decir,
Ron Bushy transcribe lo que acaba de pronunciar su compañero de banda.
Con el transcurrir de los días y ya en un mejor estado,
sin tanto alcohol y sin tantas drogas en su cuerpo,
Doug Ingle le dice a sus compañeros de grupo que tiene una nueva composición,
una nueva melodía y letra que quiso titular como
pero que ahora le gusta más el nombre que escribió su compañero
en una servilleta que encontró en el piso,
Y de esta manera, a lo largo de 1967,
durante sus presentaciones en diferentes bares de la zona de Sunset Boulevard,
allá en Los Ángeles, California,
abriendo los conciertos de bandas como Jefferson Airplane y The Doors,
Iron Butterfly comienza a perfeccionar su nueva canción,
que poco a poco fueron extendiendo en duración
hasta convertirla en su tema más conocido
entre los parroquianos de aquellas primeras presentaciones.