El pueblo tiende a apartarse 5s515v

Pues esta es parte de la continuación de lo que nuestros niños han estado contándonos.

Quedamos en el final del libro de Deuteronomio con la historia de José y cómo Dios protege al pueblo hebreo, a toda la parentela de Israel, Jacob y su familia. Y estuvimos viendo la semana pasada en este proceso que estamos hablando acerca de lo que es el avivamiento y cómo podemos aprender de qué es el avivamiento, qué dice la palabra del Señor al respecto y cómo hemos de ponerlo en práctica y vivirlo entre nosotros.

La semana pasada estuvimos hablando de ese ciclo de Dios está en misión y Dios escoge a un pueblo para que ese pueblo sea de bendición a los demás, para que ese pueblo sea extensión de sus manos, extensión de su boca, extensión de su corazón para proclamar, si ese fue el gran desarrollo que tuvimos en la semana pasada, esas buenas nuevas que contienen y que son el Evangelio del Señor.

Pero ese pueblo que Dios elige y que esa historia la vemos a partir del éxodo, va a pasar a algo con él que va a ser una dinámica a lo largo de toda la historia. También lo anuncié en la introducción de la semana pasada y es que ese pueblo que experimenta el amor de Dios, la protección, esos milagros que hemos estado viendo hoy en el discipulado, ese pueblo que experimenta la presencia de Dios de manera sobrenatural, es un pueblo que tiende a apartarse del Señor, que empieza a cuestionar, que empieza a dudar, que deja de confiar y que se vuelve, progresivamente, hacia otros dioses de las naciones que le rodean o, en este caso, el corazón, la disposición del corazón que tanto Rosinós anima a tener a la hora de alabar al Señor, esa disposición del corazón empieza a alejarse de Dios.

Por lo tanto, a lo largo de la historia, el pueblo de Dios deja de ser ese pueblo que clama y que grita y que anuncia al mundo que no tiene a Dios, reconciliados con Dios, como vimos también en segunda de Corintios capítulo 15. Eso se convierte en un problema, en un problema no solamente para el pueblo, sino que se convierte en un problema para Dios y su misión y como consecuencia para el mundo que necesita conocer a Dios, porque un pueblo que se aparta como pueblo de aquel que es su Dios, de aquel que en otra época es el Rey, de aquel que en otra época es el Dios soberano que actúa a través de su pueblo, deja de ser presentado, deja de ser compartido.

Las buenas noticias ya no son ni buenas, ni noticias, porque no son comunicadas y no son transmitidas a aquellos que la necesitan. Ese pueblo que deja de actuar como Dios, a fin de cuentas, deja de ser una representación de Dios, una extensión por lo tanto de su amor, de su justicia, que hemos leído en el Salmo 71, de su poder, etcétera, etcétera. Todo lo que Dios es y supone. El pueblo deja de ser pueblo de Dios que anuncia las virtudes, esas buenas noticias que vimos la semana pasada, de aquel que nos ha llamado de las tinieblas, ¿a dónde? A su luz irable. Y esta mañana me he propuesto haceros muchas preguntas, porque creo que la palabra del Señor tiene que llevarnos a hacernos muchas preguntas.

Preguntas que nos ayuden a auto evaluarnos de manera personal, preguntas que esta tarde en la asamblea que tendremos, también en la introducción guiaré de manera colectiva, pero parte de eso va a quedar también en las preguntas y en las reflexiones que hagamos de los mini grupos durante esta semana. Incluso, cuña publicitaria, si quieres recibir las notas de la predicación y no la estás recibiendo, puedes pedírmelas y te las mando. La semana pasada se me olvidó mandarlas, pero hoy mandaré la de la semana pasada y la de esta. Y así os pongo en la lista si quieras recibirla, porque todas estas preguntas están...