Por qué nadie recuerda tu mensaje (aunque lo vean) con Javier Varela 5z3c5h

La gente tiene filtros en los que las caras son perfectas.

No hay polos, no hay granitos, la luz un poco respingona, las cejas así, los ojos un poco achinados, somos todos iguales.

Bienvenido a Comunicar Más Que Hablar, soy Jesús Pérez Santiago y este es el podcast de los que quieren crear su propia audiencia.

Javi para mí es un crack del marketing por dos cosas.

La primera, es de esas personas que tiene carisma y genera la sensación.

Y os explico con esto, está siempre súper ocupado, pero la sensación, la gente percibe que es una persona de mucho valor, que trabaja con grandes empresas como Gradian, trabaja con la Ciudad de Galicia, hace proyectos como el de la Ciudad de la Cultura, proyectos muy chulos de marketing, él está enfocado en marketing estratégico y precisamente por eso se quiere diferenciar.

Pero quizá lo que más le diferencia es que él siempre se considera un verso libre.

Y os explico esto, del verso libre, a él le gusta ir por su rol, por su cuenta, no como las agencias de marketing tradicionales, de hecho no se considera una agencia.

No.

¿Qué es esto del verso libre? Bueno, el verso libre, no sé si lo he dicho yo alguna vez.

¿Lo dijiste? Sí, lo dije.

Me quedé ahí.

Puede ser un radical libre, un verso libre, lo que sea.

No sé, simplemente ir por tu camino.

O sea, llevo así, pues mira, empecé a trabajar por mi cuenta, digamos, en el año 2002, ¿vale? O sea, estamos hablando de que parezco joven, pero ya no lo soy tanto, o intento parecerlo, pero ya no lo soy tanto.

Parezco joven.

Pero no, no, lo que quiero decir es eso, que al final siempre intenté ir un poco pues a mi bola, o sea, no sé, a hacer las cosas que creo que tengo que hacer, hacer las cosas como creo que tengo que hacerlas, y no, ni a seguir modas, ni a seguir tendencias, ni a, bueno, pues ahora todo el mundo de repente se mete en el marketing digital y hay que hacer, pues este tipo de cosas, porque tal, bueno, pues si yo creo que hay que hacerlas de otra manera, pues yo el tiro por otro lado, tampoco busco la aprobación normalmente de la gente.

Y bueno.

Hostia, esto me recuerda a Irla Bravo, el tema de la aprobación de la gente.

¿Por qué la mayoría de la gente necesita esa sensación de la aprobación? Todos necesitamos de alguna forma sentirnos aprobados, es decir, pero ya incluso, yo qué sé, pues si vamos a salir a la calle, oye, voy guapo, si el peinado me queda bien, si esta ropa, oye, la gente incluso va a comprar algo a una tienda y le manda una foto a un amigo, si le queda bien, pues si tu madre cuando eras joven te decía que esto te queda mejor o lo otro no, o tu pareja, pues yo qué sé, ese tipo de cosas.

Yo creo que la gente necesita de alguna forma sentirse aprobado, entonces a nivel profesional, que es un poco también lo que nos interesa, yo creo que de alguna forma intentamos hacer cosas que no se salgan de lo, de lo, bueno, de lo estándar, de lo común o algo así, para que la gente de alguna forma vea que estamos haciendo algo productivo y que tenga valor.

De alguna forma, perdona, hace un momento decías, vamos a respetar a la audiencia, vamos a hablar de lo que la audiencia quiere, es decir, estamos buscando de alguna manera la aprobación de la gente.

También podrías decir, bueno, yo hablo de lo que me dé la gana y que la gente entiende que lo que voy a hablar es interesante y viene aquí a escucharlo.

Sí, bueno, claro, hay como dos perfiles, ¿no? O sea, yo qué sé, eres Jesús Quintero, te importa todo un comino, sabes que a la gente le gusta tu carismo y hablas de tu rollo, sueltas tu rollo constantemente y sabes que a la gente le gusta.

Yo soy un poco Jesús Quintero en ese sentido.

O sea, me gusta, bueno, te comentaba, no radical, pero sí me gusta, bueno, me gustaba mucho ya su forma de comunicar, me gustaba mucho su forma de plantear, digamos, las entrevistas y de que cuando a lo mejor te esperas que vas por un lado, de repente salgas por otro.

Sí.

A la vez me preocupa, sobre todo cuando me afecta a mí, veo ese papel que tienes ahí y digo, a ver por dónde me saliste.

Pues vamos a entrar en la chicha.

Una cosa del pasado que nos permita conocerte mejor.

¿Una cosa del pasado que nos permita conocerte mejor? Vamos a entrar ahí en el...

¿Del pasado? ¿A cuánto te quieres remontar? El pasado es muy largo.

Puedo remontarme a... Una cosa que digas, hostia, esto es un buen melón que abrir y que al final la gente no suele conocer de ti ese aspecto y que nos molaría conocer.

Soy una persona súper tímida.

Antes lo comentaba contigo, por ejemplo.

Hablo mucho, ya veis, que de hecho me puedo poner aquí a hablar y a lo mejor nos tiramos.

Doy clases en la universidad, doy clases en un montón de escuelas de negocios, hablo durante horas y soy la persona más tímida del mundo.

Vale, pues en el pasado, te digo, cuando me preguntaban en clase, yo bajaba la cabeza.

En la universidad incluso, pues cuando me preguntaban o decían, hay que salir a hablar aquí, bajaba la cabeza.

Cuando tenía que ir a hablar con un cliente, de hecho, aún me sigue costando hablar con los clientes.

No sé, me cuesta, por ejemplo, hablar de dinero, que es un tema que creo que luego es interesante que tratemos.

Muchas veces ves que no encajas en un sitio o tienes ese miedo a no encajar.

A mí me pasa hoy aquí, por ejemplo.

Pero, joder, me lo dicen.

Lo decía antes, te decía, ¿por qué me invitas a mí? Mira que no habrá gente interesante a la que contar.

Luego me automotivo a mí mismo cuando me enfrento a proyectos grandes.

Te pongo el ejemplo de, pues yo qué sé, la última conferencia que fui a dar al Google Team de Bilbao.

500 personas delante y cierro un congreso que se llama Innova Bilbao, ¿vale? Hablando de marketing y sostenibilidad.

Es un tema con el que trabajo bastante.

El penúltimo ponente, hablando, yo, pues detrás ahí del escenario, entre, vamos a decir,