Reflexiones dominicales del ciclo C (2021-2022) 171a5w

Dedicamos esta meditación al fariseísmo. El fariseísmo y los fariseos. Lo que en aquel momento ocurrió e hizo hablar a Jesús y contar la parábola es el juicio de Cristo sobre los fariseos. Ese juicio farisaico porque Cristo comparte con pecadores la comida y no rechaza a publicanos, a esas personas honradas que eran obedientes a la ley mosaica las escandaliza. Por eso Jesús relata la parábola del Hijo Pródigo.

Este domingo ya empezamos a entrever una oposición dentro de la cual hay que elegir. Este domingo empieza con una lectura del libro del Éxodo en la que se palpa la grandeza del corazón de Moisés, su generosidad y su desprendimiento. Dios ha elegido un jefe adecuado para el pueblo. El Señor da un aviso: baja que tu gente se ha pervertido...

Empezamos este mes de septiembre de 2022. Ya prácticamente la finalización del verano. Y lo hacemos con un evangelio que podríamos tomar como introducción a los domingos siguientes. Es una especie de programa de los siguientes domingos, de la decisión. Porque los siguientes domingos hablarán de la necesidad de elegir. Esto es de lo que trata este domingo también que parece un pórtico para esa idea de la decisión.

Estamos en el domingo XXIII del Tiempo Ordinario. En el 4 de septiembre de 2022, en el ciclo C. La primera lectura está tomada del libro de la Sabiduría y nos pone en situación de preguntarnos si nosotros conocemos el designio de Dios. Pero ningún hombre conocerá el designio de Dios si Dios no se lo revela.

¿Cómo no? La meditación tiene que tratar de la humildad, de lo que nos hablan las lecturas. Se trata de la virtud radical y básica del resto de virtudes. Humildad tiene su origen en humus, tierra. Esto nos recuerda que Adán y cada hombre que nace, nace de la tierra y tiene que volver a la tierra.

El domingo XXII del Tiempo Ordinario en este ciclo C empieza con una lectura sapiencial del libro del Eclesiástico. Se trata de las enseñanzas oficiales para un judío. En esta primera lectura el tema es conciso: en lo diario, procede con humildad, te querrán más que al hombre generoso. La humildad es el fundamento de todas las virtudes. Hazte pequeño en las grandezas humanas.

Vamos a meditar sobre la puerta estrecha. Es la moda de nuestra época. Ahora que estamos en vacaciones y hay que ir a la playa.... todos los días en la prensa hay recetas. ¿Qué frutas nos adelgazan? Tome usted no sé qué durante quince días y... ¡milagro!

Este domingo comienzan en sus lecturas por el capítulo 66 de Isaías. Se trata de un preevangelio, un grito de esperanza, una invitación al gozo, a la risa, a la esperanza, a la vuelta. «Vendré para reunir a las naciones de toda lengua».

Esta meditación podríamos titularla: La guerra final. De hecho, la hemos titulado así. Jesús quiere un sí claro, definitivo, sin pacto. Había dicho: O Dios, o el dinero; no caben las dos cosas. Jesús es la paz de Dios, no es un hombre violento ni incitó a la violencia. Tuvo muchos seguidores, pero tras su muerte ninguno emprendió el camino de la violencia. Así es Jesús, es la paz de Dios.

Es el domingo XX del Tiempo Ordinario en el ciclo C. Empieza este domingo con una lectural del libro de Jeremías, de su capítulo 38. En esta lectura van a intentar matar a Jeremías y lo van a abandonar en un algibe, hundido en el lodo hasta que muera de hambre... Jeremías es un profeta antipático en su tiempo. Le toca un discurso difícil en un tiempo complicado.

Vamos a meditar sobre la noche de la fe, la fe y la noche. Todos hemos leído u oído hablar de la noche oscura del alma. Cuando hay fe, pero hay vacío total de Dios. ¿Dónde estás? ¿Puedo creer en ti? Sin embargo, esa persona está creyendo en cuanto hecha de menos la fe. La fe no es la visión, no es ver a Dios. Eso llegará cuando llegue el mesías...

El libro de la Sabiduría, un pequeño pasaje, nos abre el mensaje de la Escritura de este domingo XIX del Tiempo Ordinario en este ciclo C. La noche de la liberación se anunció a nuestros padres, la noche de la Pascua, la del paso del Señor, la de la liberación del hombre. Eran esclavos en Egipto...

Inspirados en las lecturas anteriores, las de este domingo XVIII del Tiempo Ordinario, vamos a meditar sobre la codicia, vamos a hacer un examen de conciencia certero sobre cómo somos de codiciosos. Codicia es un deseo intenso, y el mayor es el del dinero, que es el objeto de elección contrario a Dios.

El libro del Eclesiastés nos abre las lecturas de este domingo XVIII del Tiempo Ordinario. Se trata de un libro que no debería estar en la Biblia a primera vista. ¿Por qué? Porque la Biblia es buena noticia y este libro es puro escepticismo, falta de valoración de lo real. Pero si está en la Biblia, algo tiene de verdad.

El Señor, en esta ocasión en la que la liturgia nos presenta el fondo y la importancia de la oración, no se limita a orar ante los discípulos ni a insistirles en que oren. En esta ocasión les enseña a orar, para que se unan a él de la manera en la que él reza al Padre. Jesús comparte su propia oración.

Estamos en el domingo XVII del Tiempo Ordinario del ciclo C. Tiene una línea permanente que es el tema de la oración. Es para dedicarlo a la oración, para reflexionar sobre ella y para vivir la oración. En la lectura del Génesis Dios ha decidido destruir Sodoma y Gomorra. Abraham, de manera filial, se dirige a Dios para discutirle.

La meditación de este domingo tiene como centro y protagonista a María, la menor de los hermanos. Y tiene a María como protagonista porque en ella aparece con mucha claridad la cercanía de Jesús a la mujer. María está en la casa, pero aparece, no trabajando para los huéspedes, sino de otro modo. María ha dejado a Marta y a los criados y está escuchando a Jesús.

Estamos en el domingo XVI del Tiempo Ordinario. La primera lectura está tomada del capítulo 18 del libro del Génesis. Es una lectura chocante que da curso a la imaginación y plantea un asunto del que vamos a hablar todo el domingo. Abraham estaba junto a la encina de Mambré. Mientras estaba allí ve a tres hombres de pie junto a él.

La parábola es una narración muy breve, pero de tipo simbólico. Es una especie de cuento con una finalidad: sacar una enseñanza moral pero, sobre todo, despertar al oyente. Se trata de una pequeña bofetada lingüística para que despertemos. La de hoy la conocemos como La parábola del buen samaritano.

Entramos en el domingo XV del Tiempo Ordinario de este ciclo C. Vamos a hablar de la Ley. La primera lectura es del capítulo 30 del Deuteronomio. Se trata del libro que repiensa lo narrado en Génesis y en Éxodo y lo sconvierte en discursos sapienciales de Moisés. Él es el portavoz, el que transmite la palabra, el mandato de Dios.