Reflexiones dominicales. Ciclo A. 2022-2023 2i4m43

Continuamos hablando de este domingo XXXIV del Tiempo Ordinario, cuando celebramos la fiesta de Jesucristo, rey del universo. Para la meditación, como expresión de ese «lo que hicisteis con ellos, lo hicisteis conmigo», vamos a hablar de las obras de misericordia. Por ejemplo, visitar a los enfermos...

Vamos a terminar el año litúrgico con esta fiesta de Jesucristo, rey del universo. Se trata del domingo XXXIV del Tiempo Ordinario, este año en el ciclo A. La primera lectura está tomada del capítulo 34 de Ezequiel: la venida del Señor como pastor. No olvidemos que este pastoreo es el estilo de vida de un pueblo.

Continuamos hablando del domingo XXXIII del Tiempo Ordinario. Las lecturas hablaban del trabajo humano. Dios es el autor, el creador, de todo lo que existe. Esta creación inmensa, llena de astros, interminable, es una creación abierta, como todo lo que Dios crea. Está abierta desde las raíces de la libertad, puesto que culmina en el hombre.

Estamos en el domingo XXXIII del Tiempo Ordinario en este ciclo A. La primera lectura está tomada del libro de los Proverbios. Es una visión de la mujer muy estrecha, casera y encerrada, pero que también tiene su interés. «La mujer hacendosa, ¿quién la hallará?» Es la que hace con esmero las tareas.

Este domingo no vamos a hacer la habitual meditación sobre las lecturas y el sentido del domingo. Tampoco publicamos el tercer audio sobre la eucaristía. Hoy hablamos de un tema de mucha actualidad en las últimas semanas y de mucho dolor en la Iglesia y en la sociedad. Hablamos sobre los abusos.

Estamos en el domingo XXXII del Tiempo Ordinario en el ciclo A. La primera lectura está tomada del libro de la Sabiduría. Es una alabanza a la Sabiduría personalizándola, como si fuera alguien. Se trata de reconocer su grandeza y alabarla, pero a la vez invita a buscarla. Es una alabanza con calificativos fuertes: radiante, inmarcesible, ...

Si toda la liturgia de la palabra iba orientada hacia el sacerdote de Jesús, hacia su compañero y amigo elegido por el Señor para extender su acción misericordiosa, habrá que presentar todo más positivamente para la revisión de los sacerdotes. Un cura no es un asalariado. Ese tiene unas obligaciones que cumple, pero el cura ha de vivir con su vida expropiada.

Las lecturas de hoy apuntan en la dirección de los sacerdotes. Las lecturas son una advertencia, una crítica y una invitación a ser, los sacerdotes, lo que deben ser. La primera lectura está tomada del profeta Malaquías. Se han criticado los pecados del pueblo, pero ahora les toca a los sacerdotes. Ya está criticado el pueblo, todos los fieles, y ahora llega la crítica a los sacerdotes.

Continuamos hablando de este domingo XXX del Tiempo Ordinario. En las lecturas, la línea de fondo son los mandamientos y la obediencia. Por tanto, nos asomamos ahora a lo que significa para nosotros la palabra mandamiento. Quizá hay cristianos que piensan que, una vez que vino Jesucristo y proclamó las bienaventuranzas, se acaban los mandamientos.

Estamos en el domingo XXX del Tiempo Ordinario en el ciclo A. Estas son las lecturas. La primera está tomada del libro del Éxodo en el capítulo 22. Es una lectura de mandatos negativos: No oprimirás, no explotarás.... En realidad, este es el desarrollo del capítulo 21 del Éxodo, donde se le dice a Moisés los decretos que tiene que proponer al pueblo.

Continuamos con la meditación de este domingo XXIX del Tiempo Ordinario. Informamos en esta descripción, ya que hay referencias a ello en el audio, de que habrá un episodio más cada semana que se publicará en otro programa de la misma cuenta. Serán reflexiones en torno a la eucaristía, de manera que, en un año, se haya podido recorrer todo el misterio eucarístico.

Estamos en el domingo XXIX del Tiempo Ordinario en el ciclo A. Hablamos sobre sus lecturas A partir de hoy, podrás escuchar, cada fin de semana, un audio más, dedicado a la eucaristía. Por ser un tema distinto al de las lecturas y la meditación, aunque en ocasiones habrá referencias, se publicará en otro programa distinto, pero dentro de la misma cuenta.

Vamos a meditar sobre el significado que se deriva de las lecturas que hemos hecho. El día de la felicidad frustrado por las huidas y las negativas de los hombres. Se trata del rechazo de la gracia. Uno puede preguntarse: estando tan necesitados, ¿es posible que rechacemos la mano de Dios? No solo es posible, es real. Meditamos el porqué.

Estamos en el domingo XXVIII del ciclo A. Comentamos brevemente las lecturas. La primera está tomada del capítulo 25 de Isaías, cuando ya maneja el lenguaje del anuncio, del evangelio. Lo primero, aparte de subrayar la importancia del día, es que se anuncia a todos los pueblos. Preparará para todos los pueblos un festín de manjares suculentos...

Los arrendatarios se apropian de la viña. El ser humano se apropia de la vida y expulsa a Dios. La viña acaba arrasada, sin fertilidad, destruida. Es un examen que cada uno ha de hacer mirando su propia vida. ¿En algún momento me he apropiado de la vida que me ha regalado Dios? Para ir más allá de lo personal, subrayamos uno de los aspectos...

Estamos en el domingo XXVII del Tiempo Ordinario. La primera lectura, de Isaías, puede confundirnos. Nos anuncia un canto de amor, pero entona un canto de rechazo. ¿Qué es? ¿Un canto de amor o una amenaza? Para el profeta es un canto de amor. ¿Qué más podría hacer por mi viña? Y enumera todo su trabajo en la viña.

Hablábamos en el primer audio que el resumen de las lecturas nos hacía llamar a este domingo el domingo de la libertad. Es un día para pedir al Señor que nos libre de nuestras ataduras y nos haga libres. Se abre una semana para poder ejercer la libertad con mayor hondura, con mayor certeza. Nosotros, normalmente, pensamos que libertad es elegir entre dos caminos...

Estamos en el domingo XXVI del Tiempo Ordinario. En las lecturas, en la conversación mientras vamos a la mesa del encuentro, aparece de fondo la palabra libertad. La primera lectura está tomada del capítulo 18 de Ezequiel, un pasaje que expresa un momento clave en el descubrimiento de la conciencia individual.

Hemos terminado con lo mismo de lo que hablamos en esta meditación: Dios, nuestra ganancia. Dios es nuestro tesoro. Es el bien por excelencia que sostiene a los otros bienes. ¿De qué sirven otras ganancias si no se obtiene la verdadera ganancia, el verdadero bien? Otras ganancias se vienen a bajo. La ganancia de Dios queda para siempre.

Este domingo XXV del Tiempo Ordinario del ciclo A comienza con un pasaje del capítulo 55 de Isaías, casi del final del libro. Esta parte de Isaías es una llamada a la esperanza basada en una idea, no nueva, pero sí renovada. La infinita misericordia de Dios que,a demás, se amplía a todos los pueblos, no solo a Israel.