Un legado patrimonial: Tanto tú como yo sabemos que hay objetos que trascienden, trascienden al tiempo, al valor, trascienden a modas, a tendencias…simplemente son de valor incalculable. Y si, tanto tú como yo valoramos, por encima de cualquier otro objeto, nuestros juguetes, nuestros vehículos. En ocasiones, las menos por cierto, ese objeto que te roba el sueño y la cartera no lo has comprado tu, lo has heredado de tu padre, de tu tío, de algún familiar o conocido de primer grado, y en otras ocasiones, aún en menos que la vez anterior, lo heredas de tu padre que lo heredó de tu abuelo. Si ese es tu caso, de corazón te felicito, mantener un legado patrimonial sobre un objeto de los que nos gustan a nosotros es a partes iguales un privilegio y una responsabilidad. Que te voy a contar a tí de emociones, de recuerdos… de olores que se quedan en la memoria con los que es posible y real realizar viajes inmediatos en el tiempo. De imágenes grabadas y sangre y fuego en las que, durante tu más bonita infancia, siempre estuvo ese vehículo. De fondo en una foto de comunión, o cargado con mil bártulos de camino a la playa donde siempre veraneabas… y ahora… es tuyo. TUYO!. Ahora te corresponde a ti mantener el legado, conservarlo, ver cuándo hay que pasarle la ITV, cambiarle las bujías o reparar ese microañazao que sólo tú sabes que está. Te toca defenderlo frente al tiempo, frente al óxido, gastar tu propio dinero con mayor o menor exito, intentando que simplemente que siga como está, no es tarea fácil amigo, no lo es… Tienes en contra el cierre de los talleres de toda la vida que asfixiados a impuestos y licencias imposibles decidieron echar el cierre y parar ahí la tradición familiar, tienes en contra el cierre de esas tiendas de recambios con olor propio en al que después de buscar durante minutos en un almacén atestado aparecía la pieza exacta que necesitabas, tienes en contra al mayor enemigo…la istración oficial, que con sus impuestos, sus restricciones y mediciones sonoras hacen que te sientas como un jodido malhechor en cada ITV que pasas por simpatía o profesionalidad del operario. Te quitan tus talleres, te quitan tus recambios, te fríen a impuestos y a restricciones pagando lo mismo que cualquier otro vehículo, te impiden pasear por la Gran Vía y ahora? Ahora te cierran tu revista favorita en papel… no hay duda, los amantes del motor en general y de los clásicos en particular no importamos a nadie… bueno… a casi nadie… le importas a tu grupo de amigos que te echan una mano a buscar tal o cual pieza por internet, le importas a tu amigo que pierde una mañana de Sábado para ayudarte a cambiar los aceites, aunque sólo sea para acompañarte en la sencilla faena, le importa a todos esos comerciantes que enfrascados en exposiciones como sardinas en lata siguen demostrando su profesionalidad y pasión haciendo un año más un evento que volverá a no serles rentables mientras esperan el año en el que llegue el tiro de gracia y la feria se clausure… pero sobre todo le importas a esos ojos pequeños que te miran desde un metro del suelo, para los que eres el héroe que mantiene con vida el coche del abu y que sueñan con algún día poder disfrutar desde el volante. Por todo eso amigo, enhorabuena, continúa con ese legado, frente a todo y frente a todos como lo hicieron antes de ti tus mayores. Ellos también fueron locos de mirada distante, también vivieron su vida con manillar y volante.