Diario personal de ferpeq 2d2a1

Esta presentación se basa en una conversación grabada en Salta, específicamente en la finca La Esperanza, con Fernando Pequeño, productor rural de varias generaciones, y Diego Molina, zootecnista1. La charla ofrece una mirada auténtica a la vida en el campo, enfocándose en la ganadería y los desafíos actuales desde la perspectiva de esta finca centenaria. Se abordan principalmente tres temas. En primer lugar, la ganadería ha evolucionado significativamente, pasando de razas criollas al Cebú por su rusticidad a las cruzas como Brangus y Braford. Un segundo tema central es el manejo del monte nativo. Existe un debate entre el desmonte total y el desbajerado. Finalmente, se discute la deficiente infraestructura vial local, con rutas (como la 20) que carecen de fondos y complican la logística. Se critica la falta de control de balanzas y se señala a los camiones graneleros sobrecargados como los principales causantes del deterioro de los caminos.

Hicimos un retrato vívido de la vida rural, marcada por constantes desafíos y una fatiga palpable, pero contrarrestada por una notable capacidad de organización, trabajo duro, perseverancia y una inquebrantable determinación para seguir adelante, mejorar nuestro entorno y luchar por lo que consideramos justo, manteniendo una visión a largo plazo a pesar de la incertidumbre. Ofrecimos una ventana a las complejas dinámicas sociales, económicas, políticas y legales que atraviesan a quienes vivimos y trabajamos en esta área rural, destacando tanto los desafíos persistentes (conflictos por la tierra, inseguridad, falta de apoyo institucional) como la resiliencia y los esfuerzos de algunos individuos por mejorar sus condiciones y proteger su entorno.

Este diario personal narra las reflexiones y experiencias del autor en relación con su vida en el campo argentino, las transformaciones del entorno rural y sus propias aspiraciones y proyectos. El autor regresa a la finca de su familia y evoca recuerdos de su infancia, contrastándolos con los cambios que observa en el presente, como la modernización de las estructuras y la transición de una economía extractivista a una más centrada en la habitabilidad y el turismo.   El diario también explora la dinámica social de la región, con un enfoque en la construcción de la identidad masculina y las relaciones de poder. El autor describe su interés en comprender la tipología de los "varones anteños" y reflexiona sobre la soledad masculina y las complejidades de integrarse en una comunidad con fuertes tradiciones.   A lo largo del texto, el autor expresa su deseo de desarrollar un proyecto de turismo en la zona, buscando un equilibrio entre la conservación del patrimonio cultural y natural y el desarrollo económico. También comparte sus observaciones sobre los desafíos de la comunicación en áreas rurales y los rápidos cambios que experimenta la región, lo que lo lleva a valorar la importancia de vivir el presente y disfrutar de las pequeñas cosas.

Estas reflexiones personales, grabadas como un diario íntimo en audio entre el 7 y 9 de mayo de 2025, enfocan una finca y zona rural, y al autor lidiando con el pasado, el presente y buscando su lugar. Pintan un cuadro de nostalgia y cambio acelerado. El paisaje conecta fuertemente con el pasado. La finca actual de Julián conserva los mismos algarrobos de hace 50 años, disparando recuerdos de niñez. El espacio físico es el mismo, pero el contexto social y productivo cambió radicalmente, pasando de una economía basada en la explotación forestal y ganadería precaria a la ganadería moderna. Es el mismo espacio en otro mundo. Un eje central es la observación de los hombres del lugar. Hay un deseo de armar una tipología de "varones anteños". Se los ve como exponentes de la *soledad del hombre en esta región*. La sensación es una mezcla de atracción ("lo lindos que son") y distancia/amenaza ("tan terribles"). Surgen planes concretos como cabañas para turismo o un proyecto con Parques Nacionales, pero también conflictos por la tierra, como la actitud "individualista" del hermano de Juana. Frente a esto, se insiste en la necesidad de un *proyecto colectivo* y de "ordenar cosas viejas" para pensar la conservación. Aunque hay frustración y ansiedad ("nunca jamás voy a poder integrarme"), se rescata el consejo de **"plasmar algo cada día"** y hay gratitud por el presente. La construcción de la primera cabaña simboliza la búsqueda de insertarse de otra manera. Las notas muestran a alguien intentando crear un proyecto con otros valores (conservación, habitar) en un entorno que cambia rápido y tiene códigos sociales definidos, especialmente masculinos. Es una tensión entre herencia, crítica y deseo de forjar identidad, planteando preguntas sobre pertenencia y qué implica habitar un espacio cargado de historia y lógicas extractivistas. Es una reflexión sobre cómo lo personal y colectivo se entrelazan en la historia de un territorio.