Trending Misterio
iVoox
Descargar app Subir
iVoox Podcast & radio
Descargar app gratis
Coaching De Músicos
Coaching De Músicos
Podcast

Coaching De Músicos 3p511p

122
95

Tu blog de música 4u1o63

Tu blog de música

122
95
127. ¡Aplícate el cuento!
127. ¡Aplícate el cuento!
¿Alguna vez os ha pasado que dais consejos a los demás, o explicáis alguna cosa, y un día os paráis y pensáis qué pasaría si siguierais vuestro propio consejo? Pues hoy hablamos de eso, y no de una forma teórica o aplicada a los demás, sino directamente hablando de mí! Solo os falta saber cuál es ese consejo que pienso seguir hoy mismo… Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Encuesta para el próximo curso Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Transcripción del episodio completo: ¡Aplícate el cuento! Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos Ya sabéis lo que es esto, ¿no? ese podcast en el que desde el 3 de septiembre de 2018 hemos estado hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. ¿Echáis de menos la música de inicio? Bueno, no está de más cambiar un poco alguna vez, ya lo hicimos un día en el que hablábamos de romper las rutinas de manera consciente. Pero tiene más sentido en un episodio como este de hoy en el que os voy a contar alguna cosa importante, para mí y para la propia dinámica de este podcast. Y por otra parte, ¿habéis echado de menos algún episodio en los últimos 5 días? Pues eso también tiene explicación. ¡Y enseguida os la cuento! Tema de hoy Pero antes, ¿de qué vamos a hablar hoy? Bueno, si habéis llegado a este episodio a través de Facebook ya habréis leído el texto de presentación. Y si no, solo con el título os podéis hacer una idea. ¡Aplícate el cuento! Para las personas que me escucháis desde países en los que no se utilice mucho esta frase, es una frase hecha que en España se dice a menudo, que viene a decir “sí sí, todo eso que me estás contando, aplícatelo a ti mismo para empezar”. Y hablamos de esto porque es algo muy común. No solo entre músicos, que también, sino entre personas en cualquier faceta de la vida. Lo hemos comentado de pasada en algún episodio, lo fácil que nos resulta a veces dar consejos a los demás, cuando vemos la situación desde fuera, y lo difícil que nos resulta encontrar la solución a algunas situaciones en las que estamos involucrados. Pues hoy no os voy a dar uno de esos consejos de los lunes, de esas cosas para aplicar a vuestro día a día. Hoy me lo voy a aplicar a mí mismo. O más bien os cuento el por qué de estos últimos 5 días en silencio, y ese consejo que tanto he dado y que creo que empieza a ser momento de darme a mi mismo. Antecedentes Os pongo en antecedentes, así entenderéis mejor todo lo de después. ¿Me habéis escuchado alguna vez deciros eso de “establecer prioridades en vuestras tareas, incluso en vuestros proyectos”? Analizar, qué requiere más tiempo, qué tiene prioridad para vosotras o vosotros y cómo vamos a organizar nuestro día a día bloqueando tiempo en el calendario… No sabría decir todos los episodios en los que hablamos de esto, pero empezando por el número 9 sobre Time Blocking o por el propio curso de gestión del tiempo para músicos. Además, seguro que también recordáis que continuamente os he dicho que los objetivos que nos marcamos y para los que ponemos tareas en nuestro Time Blocking, deben ser flexibles, porque las circunstancias cambian, las necesidades también, y además pueden surgir nuevos planes, nuevos proyectos ilusionantes, o que simplemente vayan a requerir de nosotros más tiempo y energía. O que las prioridades cambien y esos nuevos proyectos se lleven una buena parte. O Incluso que nos demos cuenta de que lo que decimos que es nuestra prioridad luego no es lo que realmente priorizamos. Lo mejor es que esto lo he dicho en charlas, en cursos, en sesiones individuales de coaching, con algunos de vosotros incluso… Mi organización y productividad A parte de todo esto, ya sabéis que me encanta la productividad, que he pasado mucho tiempo en mi vida desarrollando habilidades como la gestión del tiempo, la productividad, ciertas habilidades de gestión. Y también dando cursos sobre ello y ayudando a otras personas a organizarse mejor y a alcanzar sus objetivos. Esto me ha hecho aprender mucho sobre este tema, que de hecho me apasiona y a veces es casi como una droga: siempre queremos ser más y más productivo, tenerlo todo controlado en nuestro día a día, ser capaces de hacer todo lo que nos proponemos… Mi valor como coach Pero si lo pienso bien, mi valor como coach no está tanto en (entre comillas) “todas las cosas que soy capaz de hacer porque me organizo muy bien”. Sino en las técnicas, estrategias y herramientas que conozco y que pueden ayudarnos a todas y todos en nuestro día a día, para conseguir lo que queremos y si no es posible entender las razones y plantear opciones para conseguir todo lo que sea realista alcanzar. ¿Qué pasa cuando…? Pero… ¿Qué pasa cuando simplemente el tiempo no da para hacer todo? No me refiero a que prefiramos unas cosas u otras, o no aprovechemos bien el tiempo o no nos organicemos bien. Me refiero a cuando objetivamente no hay tiempo material para hacer todas las cosas que queremos hacer. Esta es una pregunta que podría estar haciendo ahora mismo a Carles, ¿verdad? o a Marina, o a María, o a Sergio, o a Paco, o a Raquel, o a cualquiera de las personas con las que he hablado en los últimos meses sobre sus proyectos y el tiempo que dedican a cada uno. Bueno, pues yo llevo unas cuantas semanas en este límite, en el de tener constantemente la sensación de que el tiempo no da para todo, de que debo priorizar, de que hay cosas que podré hacer ahora y otras que tendrán que esperar un poco. Sobre todo porque no paran de llegarme propuestas o proyectos muy interesantes en las últimas semanas, que se suman a todo lo que actualmente tengo entre mis proyecto, (sobre algunos ya sabéis algo). Esto es muy gratificante, significa que alguien ha visto o ha valorado algo de lo que hago en distintos campos. Pero no deja de ser a la vez más presión también. Llevo un tiempo así, pero a la vez resistiéndome a parar ninguna de las cosas que hago porque (vuelvo a hablar entre comillas) “seguro que organizándome aún mejor, consigo hacerlo todo”. Mi vida personal Y sí, por supuesto que esto se puede conseguir, ¿sabéis cómo? tirando de tiempo personal, de vida personal, del tiempo que en teoría tenía que estar pasando con mi hijo o con mi familia. O del tiempo de descanso que tantas veces hemos dicho que es sagrado. Siempre se puede pasar menos tiempo con ellos, dormir menos, acortar los descansos y seguir trabajando. Pero los que ya me habéis escuchado cerca de 120 episodios, ¿yo recomendaría eso a cualquiera de vosotras o de vosotros? Mis dos nuevos proyectos Pues es que además (aquí llega la noticia), no es solo eso, que creo que no hubiera sido tan decisivo como para plantearme algún cambio, creo que hasta aquí era un ritmo que estaba pudiendo seguir, sino que la semana pasada, en ese viaje a Amsterdam que os conté, pasaron dos cosas: Que tras varias reuniones me di cuenta de que uno de mis proyectos para este año, el curso/festival de este próximo verano en Galicia, ya está a la vuelta de la esquina, y que está justo en el momento clave que más tiempo va a requerir de mí. Que recibí un mail en el que me involucraban en un equipo creativo al que había pedido unirme, para un proyecto que me ilusiona muchísimo y que va a durar hasta junio al menos. Además es un proyecto en el que de repente muchas de esas habilidades que siempre os digo que son necesarias además de tocar el instrumento, entran en juego, y eso me pone muchísimo. Mi decisión Total, que aquí llega la noticia: He hecho el mismo ejercicio que le pedí hacer a Carles hace un par de semanas. ¿Qué cosas tienen prioridad ahora mismo? ¿Cuáles requieren más tiempo? ¿Cuáles no cambiarían mucho si siguieran o no? ¿Cuáles son realmente decisivas? Y he decidido parar por unas semanas este podcast, al menos con ese ritmo diario que llevábamos desde septiembre. Porque publicar el podcast diario era de las cosas que más tiempo y energía me estaban consumiendo cada día y porque sinceramente es de las pocas cosas que está solo en mis manos decidir parar, continuar o modificar. Cómo va a ser en adelante No quiere decir que vaya a dejar de hacerlo, simplemente no saldrá diariamente durante las próximas semanas o meses. No llegaremos a los 250 episodios a final de temporada (posiblemente nos quedemos en torno a 150), pero seguiré contándoos de vez en cuando sobre estos temas. Los cursos van a continuar (por cierto, tenéis una encuesta esperando en coachingdemusicos.com/encuesta, para elegir el próximo curso. Solo que he congelado los cobros. Todos los que estáis suscritos podéis seguir entrando pero no pagaréis durante los próximos meses, hasta que estén todos los cursos terminados y volvamos al ritmo habitual. Y si queréis suscribiros aún por 4€/mes, solo pagaréis la primera cuota y no volveréis a pagar hasta que lo reactivemos (o sea que no es mala idea, si queréis aprovechar y suscribiros ahora para ver todo lo que tenemos hasta el momento y lo que está por venir en los próximos meses). Y acabaremos la temporada con los 5 cursos que ahora mismo están planteados. Por otra parte, sí que voy a seguir con el ritmo normal de sesiones individuales, tanto los que estáis ahora mismo en proceso como los que estáis esperando para empezar, en esto no os abandono. Lo que no va a cambiar nunca es que ¡los músicos también tenemos vida! Así que seguiremos hablando de nuestras necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. Solo que durante estas próximas semanas será ¡a otro ritmo! Y ojo, no quiero hacer spoiler, pero estábamos ya preparando algo muy guay para el próximo curso, a partir de septiembre, que si sale os va a encantar. Así que igual en septiembre tenéis que pedirme vosotras y vosotros que pare un poco, porque creo que va a llegar con mucha fuerza! Pregunta para la reflexión En fin, toda esta historia, parece que es solo para contaros un cambio en el podcast. Pero en el fondo, vamos a volver al título del episodio: ¡aplícate el cuento! No se trata tanto de que en concreto yo vaya a hacer algo ahora, sino de analizar la realidad, las circunstancias, las novedades en nuestras vidas, y actuar en consecuencia, como si lo estuviéramos viendo desde fuera y viéramos claramente la solución a algo que la propia persona no llega a ver. Y una decisión que creo que además es coherente con lo que tantas veces he intentado trasmitiros, la necesidad de analizar, adaptar, priorizar, organizar, clasificar… Y que en el momento que han llegado estos dos nuevos proyectos a mi vida con tanta intensidad, he aplicado a mí mismo. La pregunta, antes de terminar con este episodio de hoy es: Vosotras y vosotros, ¿qué consejo habéis dado últimamente y luego os habéis dado cuenta de que quizás deberíais aplicároslo en primera persona? Me despido por hoy. No puedo deciros que mañana estaré aquí a partir de las 7:11 de la mañana. Pero sí sigue en pie aquello de que “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Comentarios sobre esta decisión de parar momentáneamente durante unas semanas, sobre cualquier consulta que queráis hacer, sobre cualquier tema que os pueda surgir en estos próximos días en los que no escuchéis el podcast… sobre lo que queráis. Yo seguiré encantado de contestar a todos vuestros emails. Y seguid suscritos al podcast porque cualquier día os sorprendo con nuevos episodios, o volvemos de nuevo a la rutina, y no quiero que os perdáis ni uno. Hasta entonces, ¡MUY BUENOS DÍAS Y MEJOR SEMANA!
Desarrollo personal 6 años
1
0
89
13:50
126. Inspírate, no copies.
126. Inspírate, no copies.
¡Muy buenos días! Otra semana más estamos aquí para comentar todo lo que se nos ocurra referente a nuestra vida como músicos y cómo llevarla de la mejor manera posible. Hoy hablamos de esas personas en las que nos fijamos, en las que nos inspiramos o a las que directamente copiamos. ¿Y tú, en quién te inspiras? Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Episodio 95. Personalidad, carácter, temperamento, conducta y comportamiento Transcripción del episodio completo: Inspírate, no copies. Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Lunes 25 de febrero de 2019 y episodio 126. Otra semana más estamos aquí para comentar todo lo que se nos ocurra referente a nuestra vida como músicos y cómo llevarla de la mejor manera posible. Hoy hablamos de esas personas en las que nos fijamos, en las que nos inspiramos o a las que directamente copiamos. ¿Y tú, en quién te inspiras? Pero antes, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Ahora sí, ya podéis empezar a votar el próximo curso que habrá en la web. Las opciones van a ser: Miedo escénico Inteligencia emocional Hábitos productivos Os iré contando estos días, más detalles de cada uno, y la encuesta estará durante dos semanas a vuestra disposición en la coachingdemusicos.com/encuesta. Y mientras tanto, también os iré contando cómo terminamos con lo que falta. Qué ilusión hace empezar las semanas con estas cosas que nos gustan, ¿no? Me estoy dando cuenta además de que últimamente empiezo todos los lunes con mucha energía, la semana pasado por cómo tenía el plan y las expectativas de la semana, hoy por la nueva encuesta (y además por una reunión super interesante que he tenido este finde). Y además porque estoy en Amsterdam ahora mismo!! (ahora mismo cuando me escucháis, quiero decir). Un viaje a Amsterdam que tiene que ver con aquel que hice a Galicia hace un par de semanas y que os conté. Así que hoy y mañana vamos a tener algunas reuniones por aquí para ver si hacemos crecer aún un poquito más un curso/festival en el que estaré involucrado este próximo verano. Ya os contaré… Además (aquí ya empezamos a tocar el tema de hoy) este curso/festival lo ha dirigido durante muchos años una persona a la que he seguido, con quien he compartido muchas cosas y que me ha inspirado muchísimo a lo largo de mi carrera. Por eso hoy quería hablaros de esto: de las personas que nos inspiran. Pero he querido ponerlo un lunes, en los que normalmente hablamos de consejos prácticos, porque quiero contrastarlo con otra cosa, algo que parece igual, pero que en el fondo tiene una diferencias muy importantes, que es: a quién copiamos. Así que, la idea general del episodio sería: “inspírate, no copies” (de hecho, creo que le voy a cambiar el título, me gusta más este. Bueno, no sé, según el título que estéis viendo ahora mismo, veréis si lo he cambiado o no. El original era “en quién te inspiras y a quién copias” y si no es ese, será el de “inspírate no copies”. Lo que sí está claro es que voy a hablar desde el punto de vista personal pero aplicado a nuestra actividad: nuestro comportamiento, nuestros hábitos, nuestras respuestas predefinidas… Diferencia entre copiar e inspirarse Entonces, ¿cuál es la diferencia entre copiar e inspirarse? Porque muchas veces se puede confundir una cosa y la otra, sobre todo podemos confundirlas inconscientemente y estar copiando algo o a alguien sin darnos ser conscientes. Rápidamente veremos que si cogemos algo y lo reproducimos exactamente igual, lo estamos copiando, ¿correcto? Así que por ejemplo, si vemos que alguien tiene un hábito (el de despertarse a las 5 de la mañana, por ejemplo) y de repente decimos “voy a despertarme a las 5 de la mañana todos los días”, estaremos copiando un hábito. Esto no significa que copiar algo se malo de por sí, en casos como este no estamos robando nada a nadie, simplemente estamos viendo una cosa que nos gusta y la copiamos, o una cosa que vemos que da un resultado y la copiamos para tener el mismo resultado. Pero ahora viene la diferencia con “inspirarse”. En este caso se trataría de ver algo que nos gusta, traerlo a nosotros y amoldarlo a las condiciones que tenemos o de alguna manera hacerlo nuestro a nuestra forma. En el ejemplo anterior podría ser que viéramos a alguien que se despierta a las 5 de la mañana todos los días y pensáramos: me gusta la idea de ser más productivo por las mañanas, voy a ver cómo puedo implementarla, despertarme yo a las 5 no es muy realista en mi situación porque trabajo hasta tarde cada día, pero sí puedo empezar a despertarme a las 6 todos los días. Lo que hacemos es coger ese hábito, extraer la esencia (en este caso madrugar para ser más productivos por las mañanas) y hacerlo nuestro, amoldarlo a nuestras condiciones y circunstancias. Por qué hablar de copiar hábitos Tengo que deciros, por cierto, que esto de los hábitos y de copiarlos es algo en lo que últimamente he estado un poco más centrado, porque quiero estos próximos días hablaros de temas relacionados con los tres cursos que hay en la encuesta, para que tengáis algunas ideas más de todos ellos y podáis decidir mejor cuál queréis. Y leyendo u organizando ideas sobre esto, he vuelto a ver algunos artículos o podcasts que hablan de “copiar los hábitos de las personas que tienen éxito”. Posiblemente hace unos meses os hubiera contado exactamente lo mismo en un episodio como este, pero últimamente estoy pensando mucho más en lo importante que es no copiar exactamente los hábitos de los demás, sino inspirarse en ellos, simplemente porque no siempre tenemos las mismas circunstancias o las mismas condiciones que esa persona que tiene ese hábito. Por tanto, muy probablemente intentemos hacer exactamente lo mismo y no nos funcione en la misma medida, y acabemos frustrándonos, como pasa muchas veces, y abandonando incluso las partes de ese hábito que sí podrían venirnos bien si simplemente lo amoldáramos a nuestra situación. Copiar otras cosas Pero no solo se trata de hábitos. Una cosa que en el mundo de la música pasa mucho (no sé si en todos, probablemente, pero yo lo he visto de cerca y muy claramente en este), es que tenemos un profesor o un solista de referencia o alguien a quien iramos y seguimos, y acabamos imitando sus gestos, sus expresiones e incluso su comportamiento. Sobre todo cuando es alguien con un carisma importante. ¿Habéis notado esto? Por ejemplo estoy pensando en cuántos músicos compañeros míos de estudios que después de nuestra etapa de estudiantes terminaron hablando, haciendo gestos e incluso intentando tener una actitud como la de nuestro profesor, al que todos irábamos e incluso idealizábamos. Sobre todo, en uno de los aspectos en los que menos funciona en en copiar el comportamiento y acabar haciendo de él una conducta. O intentándolo al menos. A veces podemos ver un comportamiento de alguien que nos ha gustado e intentamos imitarlo, es decir, lo copiamos. El problema es que la conducta está condicionada por muchas más cosas, no solo por comportamientos aislados que pretendamos copiar. Es por eso que si no va acompañado de ciertos cambios más profundos, estos comportamientos no suelen asimilarse como coherentes, con lo que al final el mensaje que enviamos es contradictorio (y eso es, casi siempre, negativo). Por eso hablando de no copiar, sino inspirarse, podríamos por ejemplo ver qué nos ha gustado de ese comportamiento, o si lo que nos gusta es más bien la conducta de esa persona en general, y ver qué rasgos de su personalidad están provocando esa conducta. Y como ya sabemos que el carácter es más moldeable que la personalidad, ver en qué principios, pensamientos y valores podemos trabajar para acercar nuestro carácter a esa forma de actuar que nos ha gustado (hicimos un episodio hablando sobre estas diferencias, de carácter, temperamentos, personalidad… es el 95, os lo dejo enlazado en las notas del programa). Y en todo caso, por volver al tema, lo que puede funcionar si acaso es inspirarnos en la forma de ser o de actuar de ciertas personas y hacer nuestros ciertos comportamientos, pero de verdad integrarlos en nuestra propia personalidad, nunca copiarlos y pretender que se entiendan como coherentes con nosotros. Conclusión Conclusión, que copiar puede ser algo que nos tiente cuando algo nos gusta, pero si lo pensamos bien, es mucho más interesante y coherente inspirarnos en todo eso que nos gusta y encontrar la manera de adaptarlo a lo que realmente somos. Por eso.. creo que se queda así finalmente, “no copies, inspírate”. Estoy pensando que esta explicación incluso tendría sentido en esas otras cosas en las que alguien dice que “se ha inspirado en…” cuando en realidad “ha copiado”. Y para vosotros qué, ¿tiene sentido? Oye, ¿copiáis mucho? ¿os inspira mucha gente? ¿cómo gestionáis esto? Y mira, al final no hemos hablado demasiado de hábitos, pero ya llegará el momento, y también de todo lo demás, y de todo lo que queráis, porque “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Volveremos mañana con un nuevo episodio. Será a partir de las 7:11 de la mañana. Y hasta entonces, ¡MUY BUENOS DÍAS!
Desarrollo personal 6 años
0
0
46
10:32
125. La persona, el grupo y el líder
125. La persona, el grupo y el líder
Después de haber hablado de casos reales en las últimas semanas, hoy volvemos con algo de teoría, aunque ya veréis que enseguida vamos a darle un sentido muy práctico. Hoy hablamos de las tres aplicaciones que el coaching como tal puede ofrecernos a los músicos. Porque parece que está muy establecido eso de coaching “personal”, “empresarial” y “ejecutivo”, pero ¿de qué nos sirve a nosotros? Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Transcripción del episodio completo: La persona, el grupo y el líder Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! ¡Hoy es viernes! En concreto 22 de abril de 2019, y este es el episodio 125. Después de haber hablado de casos reales en las últimas semanas, hoy volvemos con algo de teoría, aunque ya veréis que enseguida vamos a darle un sentido muy práctico. Hoy hablamos de las tres aplicaciones que el coaching como tal puede ofrecernos a los músicos. Porque parece que está muy establecido eso de coaching “personal”, “empresarial” y “ejecutivo”, pero ¿de qué nos sirve a nosotros? Pero antes, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Se acaba esta semana en la que hemos empezado a perfilar los cursos que tenemos y ahora sí, para la semana que viene empezaremos definitivamente con las encuestas para el siguiente. ¿Qué quiere decir eso? Que por fin os toca elegir. ¿Alguna propuesta más antes de que lance la encuesta el lunes? Por si acaso, echadle un último vistazo a los coachingdemusicos.com/cursos. ¡Un nuevo viernes! Un día tenemos que analizar por qué nos gustan tanto los viernes, cuando en el fondo, en muchos casos los fines de semana también están cargados de trabajo. Pero da igual, porque es decir la palabra viernes o finde y ya nos cambia la energía (y si yo ya venía cargado de energía durante la semana, imaginad a partir de hoy). Pues hoy, como buen viernes, volvemos a hablar de coaching, del proceso, de conceptos relacionados o como es el caso de distintas aplicaciones de lo que tradicionalmente se ha establecido como tipos de coaching o ámbitos del coaching. Lo que pasa es que lo vamos a hacer aplicándolo directamente a nuestra vida como músicos. Porque sobre los distintos tipos de coaching ya estuvimos hablando hace 120 episodios, en los primeros (aunque no os recomiendo mucho escuchar esos primero episodios, porque igual os aburrís y no volvéis a escucharme nunca más). En el caso de hoy, lo que vamos a hacer es hablar de tres ámbitos en los que se ha establecido con mucha claridad la actuación del coaching en nuestras vidas y cómo cada uno de esos ámbitos puede también afectar (o de hecho, ayudar) a nuestra vida como músicos, también en diferentes facetas de esa vida. Coaching personal, empresarial y ejecutivo “Coaching personal, empresarial y ejecutivo”: así se llamaba el máster aquel que hice en coaching y que empezó todo esto. Y está dividido en esas tres áreas porque alguien entendió en un momento dado, que era interesante centrarse por separado en estas áreas, que tendrían aspectos diferentes a tratar, y que las técnicas utilizadas podrían agruparse en cada uno de los ámbitos. Coaching personal Por una parte está el ámbito personal, que afecta directamente a los individuos, a su interior, sus emociones, sus egos, sus personalidades y todo lo que implica al bienestar de la persona en sí, sin tener nada que ver con su profesión, lugar de trabajo y demás. Coaching empresarial El coaching empresarial hace referencia a la relación de las personas en un ambiente de trabajo. Aquí se engloba todo lo referente a trabajar en equipo, complementarse… y las técnicas utilizadas van más en la dirección de las dinámicas de grupo. Coaching ejecutivo Y el coaching ejecutivo se centraba más en las habilidades directivas de las personas que ya están en una posición de poder dentro de las empresas y que también necesitan ser desarrolladas. Este último fue uno de los primeros en extenderse en el mundo laboral, porque al principio se entendía que lo más importante era tener directivos bien preparados y capaces de dirigir adecuadamente al grupo, y así seguro que este grupo sería más eficiente. Más tarde empezó a extenderse por el resto de los estamentos de las organizaciones, ya entendiendo que en todos los ámbitos era necesario. Pero en todo caso esta distinción sigue siendo efectiva, ya que se entiendo que en diferentes ámbitos las circunstancias y las necesidades son comunes, con lo que también tiene sentido que el tipo de trabajo que se hace tenga también factores comunes. Aplicado a los músicos Pero sobre todo lo anterior estoy viendo que ya os hablé hace mucho (aunque yo estuviera menos acostumbrado a hablaros). Entonces ¿cuál es la novedad del episodio de hoy? Bueno, pues simplemente la aplicación que desde el principio me planteé hacer en el ámbito musical, o directamente en los músicos. La persona, el músico Por una parte, tenemos el coaching personal. ¿Cuántas veces me habéis escuchado decir la frase “detrás de cada instrumento hay un persona”? Y es que no podemos olvidar que sea cual sea nuestra profesión, somos personas, y esas personas que hay ahí detrás necesitar ser atendidas. Supongo que estaremos de acuerdo en que la vida como músico a veces no es fácil. Desde nuestra etapa de estudiantes se nos plantea una doble carrera que tenemos que cursar (doblando turnos entre el colegio o instituto y después la escuela o conservatorio), además la exigencia cada vez es mayor, tenemos que decidir bastante pronto en nuestra vida “qué querremos ser de mayores” y cuando lo hemos decidido aún nos queda una larga carrera (que en el fondo no acaba nunca) y que si no la sabemos controlar, va a controlar nuestra vida por completo. ¿Estamos de acuerdo hasta aquí? También hay bastante estrés, ansiedad tanto en el escenario como en las distintas decisiones que tomamos, hay cambios de etapa, muchas veces cambios de ciudad o viajes continuos… Y todo esto afecta a la persona que hay detrás, no digo que para mal siempre, pero son todos una serie de inputs que van haciendo que la persona vaya formándose y desarrollándose, a veces conociéndose mejor y a veces recorriendo el mundo de un lado a otro conociendo mejor las exigencias de su profesión que a sí mismo. Pues a estas alturas, si no estáis ya convencidos de la importancia del coaching personal en los músicos, poco más puedo deciros. Aquí entran a jugar técnicas exploratorias, enfocadas a ayudar a la persona a ser más consciente de su realidad, de sus emociones, de sus ambiciones; en el fondo a conocerse mejor. A desarrollar esas habilidades llamadas en algunos casos intrapersonales. Recordad que cuando hablamos de coaching estaremos hablando de un proceso para llegar desde el yo de ahora hasta el yo que queremos. Por tanto va a ser inevitable hablar de inteligencia emocional, autoconsciencia, autoestima y autoconfianza, autoeficacia (como hablábamos en un episodio muy interesante con Luima Cuartero), y todo lo que se os ocurra que tradicionalmente se ha integrado en eso que llaman desarrollo personal. Sobre todo recordad, centrados en las habilidades enfocadas a desarrollarse uno mismo como persona sana, completa, y feliz. La empresa, el equipo Luego llegamos a la parte del coaching empresarial. Esta me parece muy interesante porque en el fondo, como seres humanos, somos seres sociales, pero en el fondo, más allá de lo que cada uno lleve de fábrica, muy pocas veces nos preocupamos por desarrollar nuestras habilidades sociales. De hecho, es justamente lo contrario, nos solemos centrar en desarrollarnos como individuos cada vez más aislados, más centrados en nosotros mismos, pero olvidamos la parte en la que nosotros como individuos vamos a tener que convivir con otras personas. Y por cierto, como músicos, supongo que estamos también de acuerdo en que nuestra vida es “en compañía”, ¿verdad? A no ser que solo queramos desarrollar una carrera como solistas insociables. E incluso en ese caso, porque al final estaríamos actuando ante personas, con las que también nos comunicamos y a las que expresamos algo. Pero además de eso, en la mayoría de los casos vamos a trabajar dentro de un grupo de profesores, o con un grupo de alumnos, o dentro de una orquesta o banda o cualquier formación, además vamos a tener que hacer pruebas o audiciones con otras personas con las que en el fondo compartimos muchas cosas, pero que solemos ver como rivales o a veces incluso enemigos… Digamos que como músicos, tenemos una gran necesidad de desarrollar nuestras habilidades sociales y de trabajo en equipo. Seguro que habéis oído hablar de las empresas (sobre todo americanas) que hacen esos viajes en equipo para reforzar el grupo, que además llevan incluidas ciertas actividades para trabajar en equipo… Pues es que es fundamental que aprendamos a ser parte de un equipo y a sumar todo nuestro potencial con el de los demás. ¿Qué ocurre? Que esto muy pocas veces es posible si antes no se ha trabajado bien en la propia persona. Cuando alguien llega a un equipo lleno de inseguridades, falta de confianza, ansiedad, egoísmo, y todas esas características contrarias a las que seguro que estáis pensando que son ideales, el trabajo en equipo es mucho más difícil. En cambio, si hemos desarrollado nuestra faceta personal hasta el punto en que estamos tranquilos con nosotros, con nuestras fortalezas y debilidades, con nuestras ambiciones, con nuestra autoconfianza… el ese caso sí podemos sumar a un equipo, podemos aportar lo mejor de nosotros y recoger lo mejor de otros para seguir aprendiendo. Pensad ahora un segundo en el grupo de músicos que más rápidamente os venga a la cabeza. Y ahora decidme si cada una de esas personas pensáis que ha hecho un trabajo personal (no individual, sino en su propia persona) que le permita aportar al grupo lo mejor de sí. Pues si la respuesta es la que imagino, entenderéis la conveniencia de todas esas técnicas de dinámicas de grupo, de motivación, de resolución de conflictos, de trabajo colaborativo…, de las que habla el coaching empresarial. Coaching ejecutivo Y por último llegamos al coaching ejecutivo (o directivo). Y qué mejor directivo que un director, un profesor, un gerente, un jefe de departamento, un cabeza de sección de una orquesta o un solista. Aquí ya no estamos hablando de desarrollarse como persona, como decíamos al principio. Esto se da por supuesto. Igual que se da por supuesto que hemos trabajado en equipo y sabemos hacerlo. ¿Por qué? Porque estamos hablando de un líder, de la persona con capacidad y habilidad para mover a los demás, para dirigirlos hacia los objetivos comunes de la manera más sana y eficaz. Decía que se da por supuesto lo anterior, porque un líder, en el fondo, poco tiene que ver con una persona insegura, egoísta, recelosa, que se preocupa por su propio beneficio… Un líder necesita de un desarrollo personal, en sus propias habilidades intrapersonales que le permitan empezar a desarrollar las otras, las habilidades directivas o de liderazgo (de las que hablamos por cierto en el curso de liderazgo). Pero por supuesto también necesita entender las necesidades de los demás (individualmente) y las necesidades del equipo en su conjunto. Además, es capaz de gestionar los recursos con los que el equipo cuenta para sacarles el máximo partido, gestionar el tiempo, los proyectos que tenga por delante. Y sobre todo de gestionar a las personas. Entiendo que muchas veces decimos la palabra “ejecutivo” y pensamos en señores con mucho dinero que tienen oficinas en rascacielos de Manhattan. Pero el coaching ejecutivo es aplicable a cada uno de nosotros y de nosotras en el momento en que desarrollar todas esas habilidades sea necesario para una vida mejor, más sana, más exitosa, más plena y más feliz como músicos. Conclusión Y después de esta última frase, mejor lo dejamos aquí, ¿no? Hasta aquí este episodio de viernes, centrado en el coaching y en sus diferentes ámbitos aplicados a la vida del músico en general. Si os tuvierais que quedar con una idea de todo este episodio, os diría que recordéis que somos personas (aunque seamos músicos), que como personas y como músicos nos relacionamos con otras personas (muchas veces trabajando en equipo) y que esos equipos están liderados por otras personas (pero que éstas necesitan unas habilidades concretas). Así que no está demás tener en cuenta que esto del coaching puede ayudarnos, quizás, en cada una de esas áreas. Aquí lo dejamos por esta semana. Conte qué tal os ha ido la semana, qué pinta tiene el finde, si os ha gustado el episodio, si tenéis propuestas para el próximo curso, y queréis comentar cualquier cosa. Porque ya sabéis que “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Descansad todo lo que podáis y nos escuchamos de nuevo el lunes, si no hay contratiempos, desde una ciudad muy especial donde pasaré unos días la semana que viene. Y hasta entonces, ¡MUY BUEN FIN DE SEMANA!
Desarrollo personal 6 años
0
0
45
13:54
124. Nada más y nada menos que GMAIL
124. Nada más y nada menos que GMAIL
Si hace unas semanas hablábamos de Google Drive como una herramienta que nos ayudaba a ser más productivos, no podemos dejar de hablar de Gmail, el gestor de correo electrónico en el que posiblemente el 99% de las personas que estáis escuchando tengáis una cuenta de correo. Pero ¿le sacamos todo el partido? Al menos para nuestra productividad… Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Transcripción del episodio completo: Nada más y nada menos que GMAIL Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Episodio número 124 del jueves 21 de febrero de 2019. Si hace unas semanas hablábamos de Google Drive como una herramienta que nos ayudaba a ser más productivos, no podemos dejar de hablar de Gmail, el gestor de correo electrónico en el que posiblemente el 99% de las personas que estáis escuchando tengáis una cuenta de correo. Pero ¿le sacamos todo el partido? Al menos para nuestra productividad… Pero antes, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Como estáis viendo, vamos poco a poco terminando con los cursos que teníamos a medias y yo voy recibiendo nuevas propuesta para el próximo curso, en este caso: hablar de autodisciplina, de centrarse y cumplir los planes que nosotros mismo nos ponemos. Será el que vosotras y vosotros elijáis, así que id pensando en qué queréis ver en Coaching de Músicos… Hace unas semanas hablamos de Google Drive, de cómo lo organizo yo, de los beneficios de tener nuestros documentos en la nube (de hecho, el episodio se centró en Drive, pero era aplicable al concepto “nube” en general). Sobre todo enfocado desde el punto de vista de la productividad para un músico. Pues bien, si todos y todas necesitamos un lugar donde archivar nuestras partituras y documentos en general (contratos, nóminas, facturas… o lo que sea), lo de hoy no es que lo podamos necesitar, es que vamos a hablar de algo que hoy en día es indispensable prácticamente para cualquier persona que no viva aislada en un monasterio budista. Correo electrónico El correo electrónico, el mail o el email. ¿Cuándo habéis enviado o recibido un mail por última vez? Si hace más de un día ya empezáis a estar dentro del grupo de los raros. De hecho, decidme si alguien recibe menos de un email al día y le invito a algo, porque es casi imposible. Y bueno, siendo músicos, seguro que intercambiamos mails constantemente en los que hablamos de ensayos, de clases, enviamos partituras, solicitamos información, respondemos a una propuesta, hacemos una propuesta a alguien… Y ni que decir ya si tenemos algún proyecto de emprendimiento funcionando, que seguramente hará que los mail nos inunden cada día y nos ocupen una buena parte del día. En mi caso, hoy todavía no he llegado al bloque de tiempo que cada día dedico a los email, pero mi Rescue Time me dice que he estado en Gmail 52 minutos. Y ni siquiera me he puesto. Y en lo que llevamos de semana he pasado en Gmail 7 horas 24 minutos. Si queréis cuando acabe el mes os comparto también el resumen de Gmail Meter, con la cantidad de emails, frecuencia, tiempo y demás. Cada vez que llega el informe es una sorpresa, porque es mucho más tiempo del que pensaba. Total, que vivimos en un mundo en el que el correo electrónico es prácticamente imprescindible. Gmail Y puestos a elegir una cuenta de correo electrónico, seguro que la mayoría tenéis Gmail, al menos una cuenta aunque no sea la principal que utilizáis. Es lógico, porque es gratis hacerse una cuenta en Gmail, y además la necesitamos para utilizar Google Calendar, Google Drive y cualquier otro servicio de la Suite de Google. La pregunta ahora no es tanto que servidor utilizáis o qué servicio, sino qué gestor de correo. Porque puede que tengáis una cuenta de Gmail pero la consultáis desde la aplicación Mail de Apple, o peor aún, desde Outlook o cualquier cliente de email para ordenador. Pues hoy voy a contaros por qué creo que utilizar Gmail desde el propio navegador puede ayudarnos a ser más productivos. No a los clientes La primera razón es algo que ya os he contado alguna vez. Se podría decir que odio a los clientes. Y no me refiero a los clientes de mis negocios, sino a las aplicaciones cliente en el ordenador. Estas que se instalan, configuras algo y funcionas con ella, en lugar de entrar en la web correspondiente. En el caso del email es aún más flagrante porque un cliente de email, puede estar haciendo nuestro ordenador más lento, simplemente por tenerlo activado. Sobre todo si utilizáis Outlook en un PC con Windows. (Por si alguien no sabe lo que es, Windows es una cosa antigua, un sistema operativo que se utilizaba en el siglo XX, pero que sorprendentemente aún se ve por ahí en algunos ordenadores). El caso es que un cliente como Outlook (cualquier cliente de email en realidad), está constantemente cargando mensajes, haciendo llamadas y comprobaciones POP con el servidor. Y esto puede hacer que el ordenador vaya peor, sobre todo si ya va un poco justito de memoria. Si encendéis vuestro ordenador y está un rato intentando arrancar todo, veis como va cargando y cargando mail y hasta que no acaba no podéis funcionar con “normalidad”, a eso me refiero. Si simplemente entráis en la web de Gmail cuando queréis consultar el correo (o tenéis una extensión que os avisa cuando ha llegado), no estáis consumiendo memoria del ordenador, con lo que todo irá más rápido (esto ha sido explicado un poco rápido, pero para que os hagáis una idea). Time blocking para emails Además, una cosa importantísima para mí es: establecer un tiempo para dedicarlo al email. En nuestro Time Blocking, guardar un bloque del tiempo que consideremos para consultar y contestar emails. Esto lo que hace es que sepamos que ese tiempo lo vamos a dedicar a eso, haremos todo lo necesitemos (aquí cada uno decide el tiempo que necesita) y no nos estará molestando el resto del tiempo. Notificaciones de email Muchas veces hemos hablado de la sensación de urgencia que nos provoca una notificación (tanto de un mensaje, un whatsapp o un email). Por eso algo que recomiendo mucho para evitar uno de los ladrones de tiempo más poderosos es desactivar las notificaciones de email. Y simplemente consultarlo en momentos puntuales en los que nosotros lo decidamos. Yo no las he desactivado del móvil, pero sí del ordenador. El móvil lo tengo en modo “no molestar” cuando estoy estudiando o trabajando, con lo que no me interrumpe, y luego sí quiero poder ver ahí las notificaciones en los momentos que paro para ello. Pero del Mac las tengo desactivadas para que no estén constantemente interrumpiendo. No ser reactivos Otra cosa importante, que tenemos gracias a no tener las notificaciones activas todo el tiempo, es que no somos reactivos ante el email. Cuando nos ponemos a trabajaren él, hacemos lo que tenemos que hacer, y no estamos constantemente parando para contestar al nuevo que nos ha llegado. En este sentido, si tenéis que enviar muchos emails, una idea interesante es escribirlos todos y dejarlos en “borrador”. Cuando acabéis le dais a enviar a todos y ya está. De esa manera evitamos escribir un mail y que cuando estamos con otro nos llegue la respuesta al primero y se nos vaya acumulando el trabajo. Productividad con Gmail Bien. Y ahora que hemos hecho un repaso rápido, vamos a hablar directamente de cómo utilizar Gmail puede ayudarnos a ser más productivos en nuestro uso del email. Adjuntos en Drive Lo primero es lo fácil que es adjuntar documentos que tengamos en Drive cuando estamos trabajando desde la web de Gmail. Si utilizáramos una aplicación cliente tendríamos que descargar los archivos y enlazarlos al mail, pero desde Gmail es rapidísimo y facilísimo. También lo es adjuntar un archivo cualquier de nuestro ordenador, que incluso podemos hacerlo simplemente arrastrándolo y soltándolo en el mail. Enviar + Archivar Una función que yo utilizo también es la de Enviar + Archivar. Esto hace que una vez respondido, ese email desaparezca de la bandeja de entrada y se archive con su etiqueta correspondiente. Así siempre es más fácil ver todos los mensajes que tenemos pendientes de responder o de hacer algo que dicen. Esto va en la linea de esa metodología que se llama Inbox 0. Deshacer tras enviar Bueno y algo que utilizo mucho más de lo que pensaba es la opción de deshacer el envío en los primeros segundos. Esto es algo que se puede configurar para que después de enviar un email, realmente tarde 5 o 10 segundos en enviarlo efectivamente y mientras te da la opción de deshacer el envío. Ya sabéis, lo típico de “te adjunto este documento”, le das a enviar y dices: “mierda, no lo he adjuntado”. O que justo cuando le damos nos acordamos que algo más que teníamos que decir. Pues con esta opción tenemos ese margen, que viene muy bien, y que nos ayuda a dos cosas: a ser más productivos porque no tenemos que escribir un nuevo email diciendo “perdona, olvidé adjuntarlo, ahora sí”; y y también nos ayuda a dar una mejor impresión a la persona a la que escribimos. Posponer Otra opción importantísima para mí es la de posponer emails. Cuando llega uno y vemos que no podemos contestarlo en ese momento o que nos vendría bien que nos lo recordara más tarde u otro día, cuando sea más oportuno, podemos darle a la opción posponer y programar cuándo queremos que nos llegue de nuevo. Y hasta entonces nos lo quitamos de la bandeja de entrada y no nos molesta. Además, seguro que no se nos olvidará hacer lo que sea cuando nos llegue de nuevo. Y evitamos tener que apuntarlo en nuestra lista de tareas o donde sea, con lo que ganamos tiempo también. Programar emails Una opción que van poniendo y quitando en las diferentes versiones de Gmail es la de programar los emails, escribirlos y decidir cuándo quieres que se envíen. Yo esto lo utilizaba antes para evitar enviar email a las 5 de la mañana, pero ahora me da un poco igual. En todo caso, sí puede ser importante para asegurarte de que a la persona le llega el mail justo en el momento indicado. Así que si os interesa esta opción, podéis utilizar la extensión Boomerang, por ejemplo. Respuestas automáticas También está el maravilloso mundo de las respuestas automáticas (los auto-responders) que podemos configurar como queramos para que de verdad nos haga una parte del trabajo más productivo. Etiquetas Otra cosa puramente productiva: las etiquetas. Como os he dicho yo intento evitar tener la bandeja de entrada llena de emails pasados. Ahí solo están los que tengo que resolver próximamente (y no he pospuesto). Así que si todo va a estar archivado, es ideal tenerlo etiquetado, de manera que podamos ver todos los emails de una misma temática o área o lo que queramos. Los simbolitos de destacado también ayudan en este sentido. Sistema de búsqueda Por otra parte, no olvidemos que hablamos de Google, y como decíamos cuando hablábamos de Drive, el sistema de búsqueda es inmejorable. Así que también aquí podemos hacer una búsqueda en nuestro correo tan exhaustiva como queramos. Podemos escribir una palabra y buscar por remitente, destinatario, si aparece en el asunto, si aparece esa palabra en el contenido, si no aparece, si está en un adjunto, por intervalo de fechas en el que creemos que llegó o enviamos el email, por tamaño, buscar en todos los emails o en categorías concretas… en fin un motor de búsqueda que nos puede ayuda primero a encontrar exactamente lo que queremos, que a veces parece imposible, y segundo a hacerlo de una manera mucho más rápida. Filtros Y por último, he dejado para el final una de las cosas que más utilizo y que más me flipan en general de Gmail: ¡LOS FILTROS! Se trata de establecer una reglas por las que cuando llegan los emails se puede hacer algo directamente con ellos. Por ejemplo, el mail de confirmación de pago con tarjeta en un comercio (si nuestra tarjeta o nuestro banco no manda un mail cada vez). Está bien tenerlo archivado, pero igual no queremos recibirlo cada vez. Pues podríamos decir que cuando llegue uno con ese asunto o de ese destinatario, que lo archive con la etiqueta recibos de tarjeta y que se salte recibidos para que no nos llegue a la bandeja de entrada (en este caso cuidado con los robos o fraudes de tarjeta, lo pongo solo como ejemplo). Algo similar hago yo con los de confirmación de Paypal cada vez que pago algo. O no solo saltárselos, sino por ejemplo reenviar: cada vez que llega un mail de la profesora de mi hijo, se reenvía automáticamente a mi mujer. Y además se archiva con la etiqueta COLE. Y así cualquier regla que os imaginéis con cualquier criterio de búsqueda que hemos dicho antes, y que podéis hacer que se marque como spam, o que esos nunca se marquen como spam, o bloquearlos directamente, o marcarlos como importantes o prioritarios… lo que queráis. Y os cuento esto tan emocionado porque aquí sí que he ahorrado mucho tiempo y muchas preocupaciones simplemente estableciendo bien esos filtros y dejando que Google haga el resto del trabajo por mí cada vez. Un par de consejos más Todavía hay un par de consejos más que nos pueden ayudar a ser más productivos en nuestro correo electrónico, como tener bien marcado lo que es spam (y es muy importante no dejar de marcar como spam lo que no queramos recibir, además Gmail va aprendiendo y cada vez archiva más spam con las premisas que le damos); o la última cosa que os comento que es para cualquier gestor de correo, o para nuestra vida en general, desuscribirnos de esos servicios que nos envían emails y que ya no nos interesan. Porque se pierde muchísimo tiempo abriendo correos que ya no queremos ver y borrándolos. Y seguro que habrá más cosas que decir sobre la productividad en Gmail, de hecho hay muchas extensiones o herramientas dedicadas a eso, pero de momento os he contado lo más importante de lo que hago yo. Y que espero que os ayude si es que necesitáis ser más productivos con vuestro email. Nada más por hoy que con estos temas siempre me paso de tiempo. Conte qué tal os va con vuestro email o conte lo que queráis, si os ha gustado este episodio o si lo odiáis a muerte. Porque “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Y volvemos mañana con un nuevo episodio a partir de las 7:11 de la mañana. Hasta entonces, ¡MUY BUENOS DÍAS!
Desarrollo personal 6 años
0
0
28
16:50
123. ¿En qué eres bueno y en qué lo vas a ser?
123. ¿En qué eres bueno y en qué lo vas a ser?
Hoy retomamos la reflexión del pasado miércoles, en la que hablábamos de nuestras carencias. Pero claro, no podemos dejarlo ahí y simplemente asumir que tenemos esas carencias. Vamos a ver qué podemos hacer a partir de ahí. Más bien la mentalidad sería: “En qué somos buenos y en qué todavía no”. Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Transcripción del episodio completo: ¿En qué eres bueno y en qué lo vas a ser? Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Miércoles 20 de febrero de 2019 y episodio número 123. Hoy retomamos la reflexión del pasado miércoles, en la que hablábamos de nuestras carencias. Pero claro, no podemos dejarlo ahí y simplemente asumir que tenemos esas carencias. Vamos a ver qué podemos hacer a partir de ahí. Más bien la mentalidad sería: “En qué somos buenos y en qué todavía no lo somos”. Pero antes de entrar en materia, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Para todos los suscriptores, noticia! Ya tenemos terminado algún curso que teníamos por ahí a falta del retoque final. Así que echadle un vistazo. ¿Hay alguien ahí que haya aterrizado en este episodio y no sepa de qué cursos hablo? Pues hablo de esos cursos sobre habilidades que un músico clásico necesita, además de tocar su instrumento, que tenéis en coaching de músicos por 4€/mes de momento. Después de la semana pasada más de uno y más de una os habréis dado cuenta de algunas de vuestras carencias. De hecho, si recordáis, os decía que podíais enviarme un mail con esas carencias que os encontráis y que yo haría lo mismo respondiendo a ese mail con las mías… Pues no mucha gente os habéis animado, eh! No sé si es porque es un tema del que no gusta hablar, o simplemente o no habéis tenido tiempo o no os apetecía. El caso es que los poquitos que lo hicisteis sí habéis recibido mi mail y un pequeño intercambio de emails en algunos casos. En todo caso, tanto si me habéis escrito como si no, hoy vamos a hablar de lo siguiente que podemos hacer cuando detectamos esas carencias. Porque como decíamos la semana pasada, no bastante con verlas y decir: “ah, bien, esas son mis carencias, ya está”. Bueno, puede ser, y de hecho hay mucha gente que asume esas carencias y ya está, no le preocupa. Pero hoy vamos a ver 3 ideas para lidiar con ellas. Antes de eso, recordemos que solo podemos lidiar con nuestras carencias una vez las hemos detectado y sobre todo una vez que las hemos asumido. Y como estamos seguros de que “todo el mundo tiene carencias“, no se tratará de lamentarse sino de asumir que es así, no pasa nada, cada uno tiene las suyas, y de hecho menos mal que cada uno tiene sus carencias, así cada uno tiene oportunidad de hacer unas cosas u otras. Y una vez tenemos esto claro, es cuando podemos empezar a pensar: ¿qué hago yo ahora con esas carencias? Esconderlas La primera opción que tenemos ya la comentamos por encima la semana pasada, cuando hablábamos de los grandes solistas a los que idealizamos. Decíamos que posiblemente tienes sus carencias, pero son muy inteligentes en lo que muestran o no. Por tanto una de las primeras cosas que podemos hacer con nuestras carencias es esconderlas. Y cuidado con esto, porque puede entenderse mal. NO me refiero a esconder algo que no sabemos hacer para hacer creer que sí sabemos hacerlo. Esto al final no resulta bien, porque tarde o temprano se va a ver que tenemos una carencia y además que hemos intentado ocultarla y engañar al resto, con lo que vamos a perder en muchos aspectos. A lo que me refiero es a analizar si esa habilidad en la que tenemos una debilidad, o esos conocimientos que no tenemos, son realmente claves para nuestro proyecto. ¿Recordáis que estamos hablando de todas nuestras actividades en términos de proyecto, en los que planteamos objetivos y plan de acción? Pues si para ese proyecto una habilidad concreta no es clave, podemos simplemente no hacer visible que tenemos esa carencia. Y ni siquiera tenemos por qué mejorarla (a no ser que por otro motivo queramos hacerlo). Desde luego para nuestro proyecto no tenemos por qué mostrarla ni solventarla. Por poner un ejemplo que tiene relación con lo que hablábamos la semana pasada, si yo tengo carencias en el conocimiento del repertorio orquestal y mi proyecto va más encaminado a tocar conciertos de solista, pues siempre está bien tenemos unas nociones sobre todo lo posible y conocer repertorio orquestal puede ser interesante, pero seamos sinceros, una habilidad clave para mi proyecto de hacer conciertos de solo, no es. Mejorar en ellas Ahora bien, vamos a darle la vuelta al ejemplo: vamos a suponer que mi proyecto es hacer pruebas de orquesta. Y precisamente mi carencia la he detectado en las obras de solo. Podríamos pensar igual que antes que no es lo más importante. Pero es que resulta que en la mayoría de las pruebas de orquesta que podamos encontrarnos, nos van a pedir interpretar, además de los pasajes, alguna obra de solo: un concierto con piano, una obra de solo habitual en nuestro instrumento, o incluso una que no sea habitual. Por tanto, dominar el instrumento desde el punto de vista de las obras de solo sí se convierte en una habilidad clave (ya no digo dominar el repertorio orquestal, que eso es obvio). ¿Qué podemos hacer entonces con esas carencias que detectamos en habilidades clave? Pues hay dos cosas que podríamos hacer, pero la que más me gusta como primera opción (y además la que se puede aplicar a ejemplos como el que hemos dicho) es… ni más ni menos que trabajar para mejorar en ese campo, eliminar esa carencia o al menos reducirla al máximo. Precisamente pensando en esto es como puse el título a este episodio, porque es precisamente lo que pienso: ¿En qué eres bueno ahora y (del resto, en lo que no lo eres bueno, en qué lo vas a ser? Osea, en qué habilidades has notado algunas carencias y por tanto qué vas a hacer para mejorar en ello. Aquí hay muchas cosas a tener en cuenta. Por ejemplo, hay que estar realmente seguro de que se trata de una habilidad clave, en términos que hemos utilizado otras veces, estar seguros de que es relevante para nuestro proyecto. Pero además, tenemos que valorar realmente cuánto nos va a costar desarrollar esa habilidad y si vale la pena o no (o sea, hacer un balance de pros y contras). Y también, asegurarnos de que es importante que nosotros mismo lleguemos a dominar esa área. En proyectos como el que teníamos de ejemplo, si se trata de hacer audiciones y sabemos que nos van a pedir ciertas obras de solo, evidentemente sí es una habilidad clave, como decíamos. Evidentemente es importante que seamos nosotros los que toquemos, con lo cual si es una debilidad deberemos trabajar en ella. Y solo nos quedaría valorar si nos vale la pena hacerlo o no, valorar el trabajo que nos costaría, según como de grande sea esa carencia y si realmente queremos trabajar en todo lo que sea necesario para cubrir esa carencia. Como decíamos en los episodios de sesiones de coaching de las últimas semanas, cuál es nuestro compromiso con el cambio. Buscas socios clave Y luego nos queda la última opción, en la que sí consideramos que para el proyecto que tenemos en marcha esa habilidad en la que detectamos una carencia es clave, pero quizás no es importante que seamos nosotros los que trabajemos en ese campo. O al menos que seamos los encargados de solventar esa carencia. En este caso, la última de las opciones cuando hemos detectado la carencia es: buscar un socio clave. ¿Esto qué es? Pues alguien que pueda complementarnos en lo que nosotros tenemos carencias. Fijaros que hemos hablado de habilidades clave para un proyecto. Pues precisamente los socios clave son los que como fortaleza tienen esa habilidad clave en la que nosotros tenemos una debilidad. Claro, habrá proyectos en los que no quepa un socio. Bueno, por ejemplo en unas pruebas tenemos que tocar nosotros, no vale mandar a otro o a otra para esa prueba. Pero… eso no quiere decir que no podamos tener socios. Nosotros vamos a necesitar mejorar en ese en lo que ahora encontramos una carencia, pero no tenemos por qué hacernos los mayores expertos en ese campo. Sí que podemos en cambio encontrar a alguien que sea realmente un experto en ese campo y que nos ayude, con lo que de alguna manera sería una especie de socio clave. Pero tiene todo el sentido cuando hablamos de un proyecto que requiere trabajar en equipo (un grupo de cámara, por ejemplo, un equipo directivo…) o un proyecto en el que podemos externalizar ciertos campos (dentro de ese mismo grupo de cámara, la parte por ejemplo de la comunicación en redes y el marketing). Imaginad este caso, en el que somos ese grupo de cámara, y todos encontramos carencias en la comunicación y marketing. Con lo que en su conjunto, nuestro grupo tiene una carencia (una debilidad) en esa habilidad, que si lo pensamos bien, sí puede ser clave si queremos darlo a conocer y conseguir conciertos. ¿Qué podríamos hacer? Pues una opción sería que una de las personas del grupo se formara en comunicación y marketing y desarrollara esa habilidad, así nuestro grupo dejaría de tener esa carencia. Y otra opción sería contratar, asociar o convencer a alguien que sea bueno en comunicación y marketing para que trabajara con nosotros. Hay mil ejemplos más si empezamos a hablar de proyectos de emprendimiento. Si tenéis interés en ello echad un vistazo a Músicos Emprendedores, que como sabéis es el podcast de los músicos emprendedores (y allí hablamos un poco más de proyectos, socios, reparto de tareas…). Conclusión a la reflexión De momento, ahora que nos acercamos al final del episodio, sí que volvemos una vez más al título, para terminar de concretar esa reflexión que os propongo para el día de hoy. Un poco más explicado que en el título, sería algo así como: ¿En qué somos buenos? ¿En qué no (o sea, tenemos carencias)? De este segundo grupo, ¿en qué vamos a trabajar para desarrollarnos y mejorar, y en el futuro seremos buenos? (que esto ya es, en qué somos buenos y en qué lo seremos pronto). Pero también ¿en qué carencias no vamos a trabajar porque no lo necesitamos, porque esas carencias no las tenemos en habilidades clave? ¿En qué carencias no vamos a trabajar intensamente porque hemos valorado que es mejor asociarnos con alguien cuya fortaleza sea esa debilidad nuestra? Y con estas preguntas nos despedimos. Recordad que estaré encantado de recibir vuestros comentarios, quejas, sugerencias o lo que sea. Porque como sabéis “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Así que ya sabéis, espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Nos escuchamos de nuevo mañana jueves con un nuevo episodio sobre productividad, y eso será (como siempre) a partir de las 7:11 de la mañana. Y hasta entonces, ¡MUY BUENOS DÍAS!
Desarrollo personal 6 años
0
0
44
12:18
121. ¡Déjate ayudar hoy!
121. ¡Déjate ayudar hoy!
Hoy empezamos la semana con un nuevo consejo de esos para probar en cualquier momento del día. Y es que muchas veces nos cuesta dejarnos ayudar por los demás, ¿por qué pensáis que pasa esto? Pues el consejo de hoy va directamente al grano. Déjate ayudar en algo hoy mismo. Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Episodio 116. ¡Ayuda a alguien hoy! Episodio 118. ¡Yo también fallo! El mundo de las carencias! Transcripción del episodio completo: ¡Déjate ayudar hoy! Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Episodio número 121 de lunes 18 de febrero de 2019. Hoy empezamos la semana con un nuevo consejo de esos para probar en cualquier momento del día. Y es que muchas veces nos cuesta dejarnos ayudar por los demás, ¿por qué pensáis que pasa esto? Pues el consejo de hoy va directamente al grano. Déjate ayudar en algo hoy mismo. Pero antes, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Qué contento estoy con el planning que tengo para esta semana, en el que muchas de las cosas que tenéis en la web van a completarse. Así que os iré diciendo estos días, pero id echando un vistazo a la web, a los cursos los que estéis suscritos, y valoradlo los que no, porque en cuanto nos pongamos al día… ¡Empezamos con el siguiente curso! Así es, bueno, esto es fuera de tema, fuera de escaleta y fuera de todo lo que os tengo que contar hoy, pero estoy muy contento porque esta semana que entra pinta muy bien! No es que tenga citas importantes, ni ningún concierto especial, ni va a pasar nada sorprendente. No tengo nada de eso. ¿Sabéis lo que tengo? ¡TIEMPO! Ayer domingo, cuando organicé mi semana en ese ratito en el que hago Time Blocking semanal, pude distribuir de la manera que más me gusta un montón de tareas que tengo que hacer, tanto importantes como esas urgentes que siempre nos acechan. Así que sí, una semana por delante de las que hacía tiempo que no tenía. ¿Y vosotros qué? y vosotras. ¿Cómo tenéis la semana? Por ejemplo, ¿alguna clase que vayáis a dar o recibir y que va a ser decisiva? ¿Algún proyecto que empezáis o al que vais a dar un buen empujón? Por cierto, ¿vais a ayudar a alguien estos días? Precisamente preparando el episodio de hoy, he estado repasando el del lunes pasado, que hablaba de ayudar a alguien, era el 116 (os lo dejo enlazado en las notas del episodio). Bueno, e imagino que notáis la relación entre uno y otro, ¿verdad? El lunes pasado hablábamos de lo importante que es ayudar a otras personas, de los beneficios que tiene para nosotros mismos, más allá del bien que hagamos a otras personas. De mejorar la relación con los demás, de mejorar nuestra autoestima, sentirnos realizados, ser más agradecidos, e incluso vencer el estrés y la depresión, o aprender más y mejor enseñando a otros… ¡Muy bien! Pero ahora vamos parar un poco el subidón este que llevamos hoy y vamos a echar un vistazo a otro episodio, al del miércoles, dos días después, en el que hablábamos de nuestras carencias, de que todo el mundo tiene carencias, incluso nosotros mismos. Era el 118 que también os dejo enlazado en las notas del episodio. Y que por cierto continúa pasado mañana con varias conclusión y varias acciones que podemos tomar una vez detectamos esas carencias que seguro que tenemos. Así que, por muy bien que nos siente ayudar a los demás, por muy bien que se nos dé incluso, siendo conscientes de que todo el mundo (incluso nosotros) tiene carencias. ¿No tiene bastante sentido que además de aconsejar “ayudar a alguien”, aconsejemos también “dejarse ayudar por alguien”? Cuesta dejarse ayudar Y ¿por qué nos cuesta tanto dejarnos ayudar? Bueno, no a todos, hay por ahí según quién con un morro tremendo que no tiene ningún problema en sacar toda la ayuda posible de todas partes. Pero en el fondo, sobre todo para personas acostumbradas a ayudar a otros, nos cuesta mucho dejarnos ayudar. ¿Habéis pensado en esto alguna vez? O directamente nos cuesta pedir ayuda. Pues esto (como todo) también está bastante analizado, así que vamos a ver algunos motivos: No vemos el problema (o no queremos verlo) Hay una primera causa, la más simple de explicar, es que no vemos el problema. Simplemente no somos capaces de advertir que tenemos esa carencia, esa debilidad o esa necesidad. Como hemos dicho muchas veces, es muy importante tener una noción lo más ajustada posible de la realidad cuando vamos a empezar un proceso, o durante ese proceso. Imaginad por ejemplo que estamos tocando un concierto, más o menos lo tocamos todo pero no está limpio y realmente bien tocado. Pero no nos damos cuenta. Bueno, en este caso tendríamos dos carencias, la de tocar adecuadamente y la de darnos cuenta de cuándo está o no bien tocado algo. Pues esto pasa muchas más veces de lo que nos pensamos, y nos pasa a todos, que no llegamos a ver realmente algunas de nuestras carencias. Nos da vergüenza reconocer un problema o una carencia Otra posibilidad es que sí veamos esa carencia, pero no queramos reconocerla al menos en público, porque nos da vergüenza. O no vergüenza, pero preferimos que no se sepa. En el fondo, cuando mostramos una carencia o una debilidad, como la misma palabra indica, nos estamos mostrando “débiles” (entre comillas). Reconocemos que no podemos hacer todo por nosotros mismos. Y a nadie le gusta sentirse débil, ¿verdad? ¿Y por qué no queremos sentirnos débiles? Pues porque nuestro orgullo nos lo impide. O dicho con un poco más de propiedad, porque nuestro ego nos lo impide, nos intenta mantener en esa imagen de nosotros mismos que queremos ofrecer y con la que nos identificamos. Y cuando mostramos una debilidad ese ego se ve afectado. Miedo a ser juzgados por nuestras carencias Porque claro, si mostramos esa parte de nosotros, seguramente nos van a juzgar por nuestras carencias, ¿verdad? Eso pensamos muchas veces de manera inconsciente, y es otro de los factores que nos impide inconscientemente pedir ayuda. No queremos que nos juzguen. Miedo al rechazo, a que no nos presten la ayuda que pedimos Además, está el miedo al rechazo, a que nos rechacen la petición de ayuda. Vamos, a que no nos den esa ayuda que pedimos. Como en todos los rechazos, esto da miedo y nos lleva a no pedir esa ayuda por si acaso no nos la dan. Pedir ayuda es de débiles Y la última de las causas que os comento hoy es esa creencia de que pedir ayuda es de débiles. Como seguramente estéis pensando es una creencia infundada, pero muy consolidada en muchas personas. Dejarse ayudar requiere Por tanto, si le damos la vuelta a todo eso, en realidad dejarse ayudar requiere: Capacidad para ver la realidad, para analizarse, hacer una crítica y darse cuenta de cuáles son y dónde están nuestras carencias. Autoconfianza, seguridad en nosotros mismo, para hacer frente a ese orgullo que decíamos antes. Las personas fuertes y con una autoestima sana no tienen ningún problema para pedir ayuda cuando lo necesitan. Humildad, desde luego. Si no somos capaces de ser humildes y reconocer nuestras carencias nunca pediremos ayuda. Ganas de seguir aprendiendo. Esto es lo que más nos anima a pedir ayuda. Además, si queremos seguir aprendiendo constantemente es porque estamos reconociendo que nos queda mucho por aprender. Pero lo hacemos desde el punto de vista de que aprenderemos y cada vez dominaremos más áreas y tendremos más fortalezas. Dos posibilidades para no dejarse ayudar Dentro todos los motivos anteriores, hay dos situaciones en las que habitualmente no nos dejamos ayudar. Una sería cuando somos una persona acostumbrada a ayudar siempre a los demás, o sea, a ser nosotros los que siempre ayudamos. En este caso puede entrar en juego la poca costumbre, pero también ese ego que decíamos, y esa sensación de que si pedimos ayuda somos más débiles y por tanto perdemos el valor que nos otorga ser siempre quienes ayudamos a otros. Y la otra situación es esa en la que estamos tan hundidos que necesitamos realmente toda la ayuda posible. Aquí suele entrar en juego la autoestima y la autoconfianza, y sobre todo la vergüenza de que nos vean con esas necesidades y nos juzguen por ello. Pedir ayuda a los mejores Eso sí, como idea, aunque la ayuda siempre es bienvenida, venga de donde venga, puestos a elegir busquemos ayuda de alguien que realmente pueda ayudarnos de la mejor manera posible, un especialista en el campo que necesitemos, por ejemplo. Busquemos la mejor ayuda posible (si es que podemos elegir). Si no, dejémonos ayudar en cualquier medida que alguien pueda hacerlo. Conclusión y reflexión Así que ya sabéis, ayudad a alguien hoy, era el consejo de la semana pasada. Dejaros ayudar hoy es el de esta. Para acabar el episodio de hoy, me gustaría comentar una frase que escribí hace un par de años en un artículo para otro blog. Explicaba que cada vez que mi hijo de 3 o 4 años entonces me decía: “Yo puedo solo, papá, que soy muy fuerte”, me gustaba contestar: “Es verdad, eres muy fuerte, pero veces todos, incluso los más fuertes, necesitamos un poco de ayuda“. Y me parece una bonita forma de terminar este episodio en el que espero que todos y todas (lo digo sobre todo por mí, no os creáis) nos decidamos a dejarnos ayudar un poquito más. Por mi parte, ya sabéis, que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Y esto sí que me ayudan cada día, tanto a seguir con energía como a cambiar en lo que sea necesario. Volveremos mañana martes con un nuevo episodio a partir de las 7:11 de la mañana. Y hasta entonces, ¡MUY BUENOS DÍAS!
Desarrollo personal 6 años
1
0
21
10:48
120. Primera sesión de Manuel
120. Primera sesión de Manuel
Habíamos dejado a Manuel abandonado la semana pasada, así que hoy retomamos esa primera sesión en la que se nos planteaban algunos retos que no eran del todo similares a los que nos presentaba Susana. Vamos a ver cómo amos con Manuel, qué y cómo le decimos las cosas y qué se puede esperar de esa primera sesión, con un desenlace no muy habitual. Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Primera sesión de coaching Primera sesión de coaching de Susana Transcripción del episodio completo: Primera sesión de Manuel Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Hoy es viernes! Viernes 15 de febrero de 2019. Y para este episodio número 120 tenemos a Manuel, al que habíamos dejado abandonado la semana pasada, así que hoy retomamos esa primera sesión en la que se nos planteaban algunos retos que no eran del todo similares a los que nos presentaba Susana. Vamos a ver cómo amos con Manuel, qué y cómo le decimos las cosas y qué se puede esperar de esa primera sesión, con un desenlace no muy habitual. Pero antes, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Ya sabéis que estamos trabajando para finiquitar los cuatro cursos que tenemos en la web ahora mismo, la semana que viene tiene que ser la semana en que estén ya todos terminados. Y ¿qué quiere decir eso? ¡¡Que por fin podremos empezar a votar para el quinto!! Así que echad un vistazo y proponedme todo lo que se os ocurra ( o simplemente esperad a que os proponga yo). Eso sí, suscribiros antes de que salga el quinto curso y el precio vuelva a subir! ¡Una semana más que se nos pasa volando! Esto suele ser porque hacemos miles de cosas, algunas en piloto automático y otras simplemente corriendo, no paramos ni un segundo y cuando nos damos cuenta ya ha pasado todo. Esto me ha pasado a mí esta semana, la verdad que con cosas muy interesntes también por el camino. Salvo por la media hora de esta tarde (es jueves por la tarde cuando estoy grabando este episodio, o sea, ayer) en la que de repente todo se ha detenido un instante y ha dejado un poco de sitio al silencio. Así que muchas gracias María por ese ratito. Pero ha pasado tan rápida la semana que sin darnos cuenta tenemos el caso de Manuel esperando, después de ver cómo la semana pasada teníamos la primera sesión con Susana. ¿Recordáis el caso de Manuel? CASO DE ESTUDIO 1: Manuel Profesor de trompeta en la escuela de música de un pueblo cerca de Sevilla. Le gustaba la enseñanza, pero se sentía desmotivado desde hacía un tiempo. Por una parte quisiera ganar algo más de dinero (o al menos para el tiempo que trabaja) pero sobre todo sentía esa sensación de no estar del todo seguro de estar haciendo lo que debería o en la forma que debería. Y si recordáis, también tenía un blog en el que escribía de vez en cuando. Y yo os proponía preguntas como por ejemplo: ¿De qué manera le pregunto para conseguir toda la información posible de la manera más objetiva? ¿Qué voy a darle a sus respuestas? ¿Cuál parece a primera vista el problema más acuciante? (aunque por supuesto tendremos que hablar con Manuel todavía) ¿Pensáis que hay algo ahora mismo que motivaría a Manuel, al menos para poder engancharlo a ese compromiso? Así que os cuento, como hicimos la semana pasada, qué fue realmente lo que pasó con Manuel. Concretar una cita Para empezar, como siempre, recordemos que nos ha escrito Manuel contando su situación, pero ni siquiera hemos hablado con él, así que vamos a escribirle para concretar una cita para la primera sesión de exploración o de presentación. Para conocernos. Este momento es muy interesante, porque la semana pasada habíamos escrito a Susana un mail corto, directo, siendo educado pero yendo al grano en 3 frases y proponiendo días para la cita. Porque no queríamos que asociara la falta de tiempo, el agobio y un mail larguísimo que le da pereza a nuestro primer encuentro. Pero en el caso de Manuel, ¿pensáis que este es el mejor acercamiento? En este caso fue todo lo contrario. Teniendo en cuenta que Manuel dice sentirse desmotivado y sin el rumbo muy claro, en mi opinión el primer mail de acercamiento requería un poco más de explicación, de comprender su situación, de comentarle que es común sentirse así, que no es él el que tiene el problema, que muchas veces la rutina poco a poco te va llevando a esa situación… En definitiva un mail para que Manuel encarara la primera sesión con ganas de solucionar la situación, sabiendo que se puede solucionar, sintiendo que no es culpa suya lo que está pasando, pero que sí podemos trabajar para salir adelante. Además Manuel no tiene problemas de tiempo ni de agobio, más bien al contrario. Muy distinto, ¿verdad? Como os decía, incluso desde el primer o es importante adaptarse y pensar cuál es la necesidad de la persona. Con un mail corto y directo, podría sentirse poco escuchado, como si no nos importara realmente su situación, y solo quisiéramos llegar a la sesión. Inicio de la sesión Y llegamos a la sesión en sí. En la que Manuel parecía con la necesidad de contar su caso, de expresarse y dejar salir todo de dentro, con lo que el saludo y todo el acercamiento previo fue radicalmente contrario al otro caso que vimos. Aún así hay que intentar no descuidar ese ambiente en el que la persona se sienta cómoda para expresarse. En todo caso, no parecía que este fuera a ser el problema. Manejar la expectativa Más bien el problema iba a ser el de manejar la expectativa. Porque estamos hablando de una persona que a ya desde una visión desmotivada de lo que está haciendo, con lo que previsiblemente a casi con la gran esperanza de que todo cambie por completo. Pero hay tantos factores que pueden influir, que es muy importante manejar esto con la persona. ¿Qué preguntaríais en este caso? Algo por ejemplo como: “Cuando me aste, ¿en qué pensaste que podría ayudarte una sesión como esta? Y realmente, ¿cómo te gustaría que acabaran estas sesiones?” Aquí es donde efectivamente los comentarios de Manuel iban en el sentido de “quiero poder seguir trabajando sin sentir que no me apetece ir. O si me doy cuenta de que no es lo que tengo que hacer, dejar este trabajo y buscar otro”. Aquí era muy importante (dentro del buen tono y de no parecer pesimista) hacer ver a Manuel que no siempre es posible cambiar rápidamente toda la situación y que además estas sesiones no iban a poder centrarse en buscar un trabajo o en decidir por él si ese era o no el trabajo que debía hacer. Porque realmente lo peor que podemos hacer (y más cuando alguien no se siente bien) es prometerle cosas que no podemos cumplir. Nosotros no podemos cambiarle la vida a las personas, son las propias personas las que deben trabajar para cambiarla, aunque podemos ayudar. Y no podemos asegurar que va a encontrar el sentido que le falta a lo que está haciendo o que no se preocupe por dejar el trabajo porque seguro que encontrará otro… Valoración y explicación del cliente Pero sí podemos escuchar a la persona y que nos cuente toda la situación con detalle. En este caso, en el que la explicación fue bastante larga, os cuento como resumen que Manuel insistía constantemente en la desmotivación, en el poco dinero que cobraba por las tres tardes de clases, que le daba para vivir bien en el pueblo pero no le parecía que recompensara su trabajo, y sobre todo que se sentía mal (yo añadiría culpable) por sentirse así cuando debería estar contento por tener un trabajo como profesor de música. Pero que en realidad se sentía triste casi todo el tiempo. Tras la explicación de Manuel, sí que había algunas preguntas que quería hacerle, para afinar un poquito más en la descripción. Porque muchas veces el relato se convierte en algo muy subjetivo y para mí era importante conocer “los datos”, desde un punto de vista más objetivo. Por eso algunas preguntas como: Hablas de poco dinero por el trabajo, realmente ¿a qué te refieres? ¿Cuánto estás cobrando y cuánto piensas que sí sería un sueldo acorde con el trabajo que haces? Ante esta pregunta Manuel estuvo un buen rato pensando, y cuando dijo la cifra, realmente él mismo corrigió y comentó: “bueno, visto así, quizás no es tanto el dinero que cobro lo peor de la situación. No sé si con más sueldo estaría más contento”. Otra pregunta al respecto fue: En el mail me decías que te gusta dar clase, aunque ahora no lo estés disfrutando mucho. ¿Qué es lo que realmente te gusta de las clases? A esta respuesta sí contestó bastante rápido y directo: “ayudar a las personas a tocar mejor y que puedan conseguir lo que quieran con el instrumento”. Lo cual es una respuesta un poco abstracta, pero que al menos salió de él un poco más segura. Y una última pregunta: ¿Y qué hay de ese blog que me comentabas? Sobre esto comentó que aquí sí podía dar a conocer muchas cosas sobre su instrumento y esto le llenaba hacía un tiempo, pero que últimamente, igual que todo, también lo tenía un poco abandonado. Que también para escribir le invadía un poco esa tristeza. El problema más acuciante Tras estas preguntas, si os preguntáis vosotras y vosotros cuál parece el problema más acuciante, ¿diríais aún que es la desmotivación? Porque puestos a trabajar en la motivación para ir a clase, una subida de sueldo, como motivación extrínseca, podría haber ayudado. Pero no parecía que por ahí mejorara la cosa. También podríamos empezara trabajar en que a partir del blog encontrara nuevos contenidos para tratar, que le motivaran para ir a clase y trabajarlos también con sus alumnos. O buscar nuevos retos para ellos. O incluso para él mismo. Pero en general la respuesta era más bien… “pesimista” diría yo. Con lo que lo que se empezaba a vislumbrar era incluso cierta depresión en Manuel, sobre todo cuando repetía esas palabras: “estoy triste”. No parecía que un trabajo sobre su motivación, su búsqueda de objetivos y la planificación de acciones concretas pudiera ser de primeras algo que le hiciera cambiar ese estado. O al menos no parecía que yo pudiera ayudarle con eso, ya que por medio de mis preguntas no era capaz de provocar en él una respuesta que le hiciera cambiar el tono siquiera. Con lo que después de más o menos una hora, lo que tocaba era exponer la situación y plantear algunas alternativas. Le expliqué lo que veía y que en cierto modo me parecía importante trabajar en encontrar eso que quería hacer, en reconducir esas ganas de ayudar a tocar ese instrumento y a disfrutar con ello, incluso en su labor de difusión con el blog, que para eso se podría establecer un plan en el que buscáramos acciones juntos que fueran en esa dirección. Pero que antes de todo eso, me parecía mucho más importante adentrarse en ese sentimiento que me estaba transmitiendo (e incluso verbalizando) durante la sesión. Le pregunté si había analizado el por qué de esa tristeza y si había pensado la posibilidad de hablar con un psicólogo o si creía que tenía sentido hacerlo. Porque había un trabajo más profundo que a mí se me escapaba de mis posibilidades. Un trabajo emocional que yo en ese momento no estaba preparado para conducir. Ahora mismo, a día de hoy, seguramente le hubiera recomendado hablar con una persona concreta que hay más cerca de mí que seguramente podría haberle ayudado a encontrarse un poco más a sí mismo. Pero en ese momento no la conocía, una pena. Pero sí le recomendé una psicóloga que precisamente estaba cerca de su ciudad. Y cuando le dije esto, Manuel cambió un poco el gesto, como si no le hiciera mucha ilusión lo del psicólogo, pero a la vez asumiendo que había un trabajo emocional debajo que era importante hacer, mucho antes de plantearse acciones concretas y estructuradas respecto a su día a día y a la planificación de objetivos. Con lo cuál, ¿sabéis lo que ocurrió? Efectivamente no pudimos establecer una relación de coaching entre el Manuel de ese momento y el yo de ese momento. Yo no lo creí oportuno y él no mostró mucha intención tampoco. Y desde luego establecer un plan y un compromiso de vernos periódicamente no hubiera tenido ningún sentido en esa situación. Conclusión Ahora la pregunta que yo mismo me hago es: ¿Por qué os he traído al podcast este ejemplo, que podría considerarse como un fracaso en el inicio del proceso? Bueno, primero para que vierais que esto no es algo infalible. Muchas veces no damos con la clave, no sabemos cómo manejar la situación, o simplemente la persona no está dispuesta a comprometerse o no piensa de la misma manera que nosotros… Otras veces nos falta desarrollar más algunas de nuestras habilidades, para poder llegar exactamente al punto necesario; o quizás simplemente es que no siempre todo es posible (y esto también hay que entenderlo y asumirlo). A veces la propia persona no da los pasos necesarios o no está dispuesta a darlos. O a veces nos damos cuenta de que nosotros no somos la persona adecuada para el tipo de trabajo que pensamos que debería hacer la persona. Como siempre digo, lo mejor en estos casos, es ser honestos y si de verdad estamos buscando la mejor opción para esa persona, asumir que no siempre nosotros vamos a ser la mejor opción. Eso sí, quedamos en que me contaría en unos meses cómo avanzaba la cosa, si había dado algún paso en esa dirección y cómo se sentía. Y quizás sí podríamos trabajar juntos en un futuro cercano. Y aquí termina la historia del episodio de hoy de Manuel. Espero que no tengáis ahora mismo una sensación de mucho bajón! Porque esto sigue y la semana que viene con algunos episodios muy interesantes. El próximo viernes volveremos con algunos conceptos relacionados con el coaching, pero si os han parecido interesantes esto últimos episodios en los que hablábamos de casos reales (aunque fuera modificando los datos) contádmelo y preparo más de este estilo, si puede ser de los que continúan con un proceso en el que podamos sacar aún más conclusiones. Porque ya lo sabéis, “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Y como es viernes, no me queda más que desearos que este fin de semana descanséis, recarguéis las pilas, encontréis ese momento de silencio con el que empezábamos este episodios y disfrutéis del fin de semana! Volveremos el lunes con un nuevo episodio a partir de las 7:11 de la mañana. ¡HASTA EL LUNES!
Desarrollo personal 6 años
1
0
32
15:05
119. Más productivos, ¿solos o acompañados?
119. Más productivos, ¿solos o acompañados?
Hoy vamos a analizar esa frase que dice que “mejor solos que mal acompañados”, porque vamos a hablar de trabajar en equipo. ¿Somos más productivos o menos? Por supuesto “depende”. Así que vamos a ver en qué casos. Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Curso de gestión de proyectos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Transcripción del episodio completo: Más productivos, ¿solos o acompañados? Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Hoy es jueves 14 de febrero de 2019 y este es el episodio 119! No sé, me suena que hoy 14 de febrero tenía algo importante… pero en el Calendar no hay nada así que… Bueno, hoy vamos a analizar esa frase que dice que “mejor solos que mal acompañados” (mira esta frase sí que me recuerda al 14 de febrero), porque vamos a hablar de trabajar en equipo. ¿Somos más productivos o menos? Por supuesto “depende”. Así que vamos a ver en qué casos. Pero antes, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Hoy justamente haremos mención a uno de los cursos, al de gestión de proyectos, porque ahí explicamos una buena parte de lo que es un equipo y de cómo formarlo. Así que si no lo habéis hecho ya, echadle un vistazo a ese curso. Y recordad que de momento, hasta que terminemos con el cuarto y empecemos el quinto, el precio sigue en 4€/mes, así que aprovechad antes de que suba! Pues eso dicen, que mejor solos que mal acompañados. Supongo que es una de las frase que más dirán los solteros y las solteras en un día como hoy (que aunque muchos no le demos importancia, no deja de ser el día de San Valentín, de los enamorados o de las parejas). Pero también habrá muchas parejas y muchas personas en general que dirán que mejor bien acompañados que solos, ¿no? ¿O no? Bueno, como buen jueves, hoy no vamos a hablar de relaciones de pareja sino de productividad. Y precisamente este tema de estar solos o acompañados tiene mucho que ver con la productividad. Porque parece evidente que si podemos repartir las tareas, las haremos antes y posiblemente mejor. Pero ojo, que no siempre es así, también pasa muchas veces que un equipo mal organizado tarda más que una sola persona haciéndolo todo. Y lo mismo en una pareja mal organizada, que al final ¡todo sale peor! Por tanto, hoy vamos a tocar varios temas, todos centrados en la productividad en equipo o en solitario. Hablaremos de : Cuándo es interesante formar un equipo Por qué trabajar en equipo Cómo elegir a los (si somos los líderes del equipo o los que tomamos la decisión) Cómo repartir tareas Cuál es el equipo ideal Cuándo es interesante formar un equipo En el primer caso, es muy importante tener claros algunos conceptos, porque aquí es cuando estamos hablando de trabajar “mejor solo” o no, como decíamos antes. ¿Cuándo es interesante formar un equipo? Pues la primera respuesta es un poco obvia, pero vale la pena que la tengamos en cuenta: “cuando va a ser mejor formarlo que trabajar solos”. ¿A que no os he descubierto nada? Vamos a profundizar un poco más. Cuando empezamos con un proyecto, o tenemos uno entre (ya sabéis, como decimos en el curso, que prácticamente todo lo que hacemos podría entenderse como un proyecto, ya sea personal o profesional), es importante analizar qué áreas de trabajo requiere ese proyecto, o qué tareas van a ser necesarias, o directamente qué necesidades tiene. Y una vez analizado esto (como además seguro que hemos sido muy aplicados y conocemos nuestro DAFO a la perfección) tendremos claro en cuáles de esas áreas somos especialistas, destacamos, o al menos podemos hacer con un nivel de competencia adecuado. Y en cuáles no somos la persona adecuada para llevarlas a cabo. Por ejemplo, yo os puedo decir que el diseño no es mi fuerte, no es una de mis fortalezas, digamos. Entonces, si tuviera que hacer una página web que incluya una parte verdaderamente destacable de diseño, ¿qué haría? Bueno, qué hago en realidad, pues juntarme con alguien (asociarme con alguien) que me complementa en ese campo. Por qué trabajar en equipo Esto nos lleva directos a la segunda de las preguntas: ¿Por qué trabajar en equipo? Pues simplemente porque con el equipo adecuado (y con la estructura adecuada) somos mejores que por separado. Esto según el Modelo Canvas, una de las metodologías para la gestión de proyectos y para evaluar un modelo de negocio, se llama “socios clave”. Simplemente qué personas necesitamos y en qué áreas para que nuestro proyecto funcione mejor que si estuviéramos solos. ¡Disclaimer aquí! Parece que estoy hablando solo de montar un negocio. Pero un proyecto pueden ser muchas cosas, incluso nuestra temporada de estudio o nuestro curso, ya lo sabéis. Así que esto es totalmente aplicable a cualquier músico, incluso cualquier estudiante de música. Pensad por ejemplo: estoy estudiando y tengo varios conciertos y audiciones por delante. Y resulta que una de mis fortalezas es tocar con piano, porque se me da bien hacer cámara, escuchar, empastar mi sonoridad con la del piano, conozco bastante las obras… Pero en cambio no tengo ni idea de repertorio, porque nunca lo estudié en el centro en el que estaba antes. Vale, ¿tenemos algún compañero que domine el repertorio orquestal a la perfección y con el que podamos estudiar y, por ejemplo, hacer lo mismo con las obras con piano y así complementarnos? Este sería un caso perfecto de “mejor trabajar en equipo que solos” porque en este caso, nuestro socio clave nos aporta exactamente lo que a nosotros nos falta. Cómo elegir a los (si somos los líderes del equipo o los que tomamos la decisión) Pero claro, como dice la tercera de las preguntas: ¿Cómo elegimos a los del equipo (si somos nosotros los responsables de montar un equipo) o a nuestros socios en cualquier proyecto? Pues simple y llánamente, analizando el DAFO de todos y de todas las candidatas. Dicho así parece que sea una entrevista de trabajo, pero es que es fundamental conocer las fortalezas y debilidades de cada persona con la que vamos a compartir proyecto, sea el que sea. Y por supuesto, lo que NUNCA tendríamos que hacer es elegir a nuestros socios, colaboradores o compañeros por lo buenos que son como amigos. Tengo una amiga que me cae genial, lo pasamos de muerte cuando estamos juntos. No tiene mucha idea de repertorio orquestal, pero seguro que lo pasamos bien. ¡ERROR! Mi amiga es genial, pero voy a compartir con ella los momentos de salir de fiesta, tomar café o irnos de excursión. Pero si estoy buscando alguien que me complemente con el repertorio orquestal, no tiene sentido elegir a la persona por lo bien que me llevo con ella. Otra cosa es que ese puede ser un factor que finalmente, entre varios candidatos, me haga decidirme, porque puestos a trabajar con una persona que controla del tema y me cae bien y otra que controla del tema y me cae mal, está claro, ¿no? Cómo repartir tareas Y esto es parte también de la cuarta pregunta: ¿Cómo repartir las tareas en un equipo? Pues analizando quién es la persona más adecuada para cada una. Esto no siempre es fácil, porque puede haber personas adecuadas para varias áreas de trabajo, pero que no pueda encargarse de todas ellas. En ese caso la pregunta sería “¿cómo es más productivo el equipo en su conjunto?”. Quizás alguien va a ocuparse de algo en lo que no es el mejor del equipo, pero sí es competente. Pero es que esa persona que sí era la mejor en esto, aporta mucho más en otra área, con lo cual el equipo sale ganando, es más productivo, teniendo a esa otra persona en la otra área. Y una vez más, igual que no elegiríamos a nuestro compañero o compañera para hacer repertorio simplemente porque nos caiga bien o lo vayamos a pasar genial, nunca asignaríamos tareas a alguien porque le haga ilusión, porque si no se puede enfadar o por cualquier motivo que no sea el beneficio del grupo. Desde luego que un buen líder (como hablamos también en el curso de liderazgo) también tiene cierta inteligencia emocional y otras habilidades que en muchos casos le van a hacer tener en cuenta que las personas deben estar satisfechas con la tarea que realizan, que sea algo que les gusta, les motiva y demás. Pero claro, esto no puede ser la única o la primera cosa a tener en cuenta si realmente esa persona no es competente para la tarea que tanto le gusta. Cuál es el equipo ideal Y por último, tendríamos al equipo ideal (en mi opinión). Bueno, por decirlo rápidamente, el equipo ideal es aquel en el que cada persona trabaja en la que es su especialidad, además tiene los conocimientos o las habilidades necesarias para entender al resto y poder complementarles en las otras áreas y además es autónoma para llevar a cabo su función en el equipo. Volviendo al día de hoy, el “equipo ideal” podría ser el formado por dos personas que son diferentes, cada una domina una de las áreas, pero se entienden, se complementan, son lo suficientemente independientes como para poder vivir por separado, pero entiende que juntos (o juntas) el equipo (o sea su vida o su día a día) es mejor. Se de una que me mataría si escuchara esto (menos mal que no escucha el podcast), pero al final se trata de saber gestionar el equipo y entender de qué manera es más productivo, sea lo que sea lo que se pretenda con esa “productividad”. Y por supuesto, saber cuándo estamos mejor solos que mal acompañados y cuándo estamos mejor bien acompañados que solos. Y con esto y una tarta vegana de San Valentín, llegamos al final de este episodio. Espero que paséis un día estupendo, ya sea en solos, en pareja, en equipo o como quiera que estéis hoy, y nos escuchamos de nuevo mañana con esa primera sesión de Manolo, que nos lleva esperando un par de semanas y ya toca darle alguna respuesta o hacerle alguna pregunta más. Recordad que “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Nos escuchamos mañana a partir de las 7:11 de la mañana. Y hasta entonces, ¡MUY BUENOS DÍAS!
Desarrollo personal 6 años
1
0
24
11:30
118. “Yo también fallo”. El mundo de las carencias
118. “Yo también fallo”. El mundo de las carencias
¿Cuándo es la última vez que os habéis equivocado? o mejor, que habéis fallado en algo, o incluso que no habéis podido hacer algo. Porque a muchos les gustaría, pero la realidad es que nadie es perfecto, nadie lo sabe todo. Y como dice el título de este episodio, vivimos en un mundo lleno de carencias, las que nosotros mismos tenemos. Así que vamos a intentar reflexionar hoy y asumir que todo el mundo tiene carencias. Incluso tú. Incluso yo. Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Transcripción del episodio completo: “Yo también fallo”. El mundo de las carencias Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Hoy es miércoles 13 de febrero de 2019 y este es el episodio número 118. ¿Cuándo es la última vez que os habéis equivocado? o mejor, que habéis fallado en algo, o incluso que no habéis podido hacer algo. Porque a muchos les gustaría, pero la realidad es que nadie es perfecto, nadie lo sabe todo. Y como dice el título de este episodio, vivimos en un mundo lleno de carencias, las que nosotros mismos tenemos. Así que vamos a intentar reflexionar hoy y asumir que todo el mundo tiene carencias. Incluso tú. Incluso yo. Pero antes de entrar en materia, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Ya sabéis, esa web donde de momento por 4€/mes podéis acceder a esos 4 cursos que estamos a punto de terminar. ¿Alguna sugerencia más para el quinto? Bueno, de momento echad un vistazo a los que están (si no estáis registrados podéis ver el índice) y conte qué os parece. Y si os apuntáis antes de que haya un nuevo curso, mantendréis este precio para siempre! La verdad es que había pensado empezar este episodio contando algún fallo grande que haya cometido en mi vida, o cosas que no he sabido hacer o que no he podido, pero… pensando sobre qué podría contar, me han venido tantas y tantas cosas a la cabeza que no sabría ni cuál contaros. Porque todo el mundo tiene carencias, esa es una de las verdades más absolutas que podamos encontrar. Y de hecho, si hay algo en lo que realmente pensamos que somos buenos, quizás nos venga bien escuchar el episodio de la semana pasada sobre el efecto Dunning-Kruger, solo por si acaso. Así que hoy me propongo que reflexionemos sobre esto. Y más aún trabajando en un mundo como el nuestro, el de la música, en el que parece que solo vales si lo haces todo bien, si tocas todo bien, si no fallas ninguna nota, si dominas todos los estilos, si eres capaz de tocar en cualquier situación… y todas esas cosas que hemos hablado alguna vez. Y es que, por mucho que ahora estéis escuchando estas frases y penséis: “si, es verdad, es obvio que todo el mundo tiene carencias, no es nada nuevo”. Vale, seguro que si lo pensáis ahora estáis muy de acuerdo. Pero muchas veces nos falta la parte más importante: ¡ASUMIRLO! No solo ser conscientes si lo pensamos, que es algo normal, sino asumir en nuestro día a día, que esto es así y que siempre será así, que tenemos carencias (como decía antes, incluso tú e incluso yo tenemos carencias, en mi caso muchas, ya os lo puedo asegurar). Por que luego vemos pruebas, conciertos o charlas de otras personas, o vemos un video de alguien tocando o una entrevista que le han hecho a ese músico que nos encanta, y por supuesto solo vemos las cosas buenas. Es igual que cuando un actor o un cómico nos gusta mucho y tendemos a confundir la faceta esa en la que nos gusta con el resto de su vida, y por tanto si es buen actor seguro que es buena persona, porque nos encanta como actor. Y luego vemos noticias que no nos podemos ni creer, ¿verdad? Bueno, esto se salía del tema, pero ya que estábamos, lo digo también. Hablando de los grandes músicos que decía antes, tendemos a idealizarlos y a pensar que todo lo hacen bien. ¡No! Lo que pasa es que seguramente han sido muy inteligentes en mostrar esas cosas que hacen bien y en intentar ocultar sus carencias. Pero eso es precisamente porque saben que tienen carencias… La reflexión que os propongo hoy es precisamente asumir que todo el mundo tiene carencias, en una cosa o en otra. Quizás un músico muy expresivo, con una gran musicalidad y un fraseo envidiable pueda tener algunas carencias en cuanto al ritmo, por ejemplo. O un músico especializado en música contemporánea quizás pueda tener carencias fraseando en un estilo que no domina. O directamente carencias en otros ámbitos que no son el musical pero que sí le afectan a la hora de llevar adelante su carrera. Bueno, luego están los músicos que ellos mismos dicen que son buenos en todo, que todas las facetas que les presentes las van a resolver muy bien… bueno, esos quizás tiene carencias en la parte que afecta más a la humildad, seguro que conocéis a algunos o a muchos de esos. Pero ese es otro tema. Asumirlo en los demás Entonces, por una parte tenemos ese tema, el que estamos hablando: asumir que todo el mundo falla, no idealizar a nadie, valorar por supuesto todas las cosas que la gente hace bien, pero no pensar que todos son muy buenos en todo y el problema somos nosotros que no somos capaces de ser muy buenos en todo. Asumirlo en mí (permitírmelo) Y luego tenemos la otra parte: asumir que nosotros y nosotras tenemos carencias. ¿Cuáles? pues en cada caso serán unas u otras. Aquí sí estaría muy bien que cada uno de nosotros dedicara un poquito de tiempo hoy a pensar cuáles son sus carencias. Yo lo voy a hacer, ya que os lo propongo lo voy a hacer y si queréis escribirme con lo que hayáis pensado prometo contestar con mis carencias, las que yo haya pensado. Lo que no puede ser (y en realidad la reflexión de hoy acaba apuntando aquí todo el rato) es pretender hacerlo todo bien, pensar que somos buenos en todo o ponernos unos límites o unos objetivos como si no tuviéramos esas carencias, porque tarde o temprano van a salir y si no hemos contado con ellas a la hora de planificarnos, nos van a jugar una mala pasada. Así que asumir que todos los demás tienen carencias y que nosotros también las tenemos. Y actuar en consecuencia con esto. Y lo mejor, no pasa nada… porque es que todo el mundo tiene carencias. Qué hacemos con esas carencias Ahora bien, ¿qué quiere decir esto, que debemos asumir nuestras carencias y conformarnos con ellas? Pues por supuesto que no, si no menudo coach este que os dice que os quedéis como estáis porque no vais a mejorar nunca. Lo más importante de asumir nuestras carencias es que entonces sí las tenemos en cuenta para: 1) mejorar en ello, o 2) evitar que esas carencias se manifiesten en los momentos más importantes. Por ejemplo, algo que a cualquier percusionista le a a resultar familiar: mi mano izquierda es menos fina tocando que mi mano derecha, ¿os lo podéis creer? Pues así es, y por cierto, por si alguien pensaba que normalmente no es así, os aseguro que siempre vamos a tener una mano más hábil que otra, por eso somos diestro o zurdos. Entonces ahora que lo sé y lo asumo, por supuesto que voy a intentar mejorar para que mi mano izquierda también sea lo más fiable posible. Y de hecho, solo puede tomar acciones en esa dirección desde el momento que he asumido que tengo esa carencia. Pero por otra parte, lo que también voy a hacer es no darle demasiado trabajo a mi mano izquierda en los pasajes que voy a tocar en una prueba importante dentro de dos semanas. Si tengo que decidir con qué mano empiezo un pasaje o con qué mano hago unos mordentes o unas notas rápidas (perdón a todos los que no seáis percusionistas), pues obviamente no le voy a poner el trabajo más complicado a esa mano izquierda que es menos hábil. Así que una vez asumido, puedo tomar los dos tipos de acción. Sobre esto quiero hablaros más (no sobre mordentes de percusionista, sino sobre carencias, asumirlas y actuar en consecuencia). Pero como me pasaría bastante del tiempo porque quiero contaros bastantes más cosas, voy a dejar esta segunda parte del episodio para el miércoles que viene, así tendremos otra pequeña reflexión al respecto. Y mientras tanto, como os decía, envie vuestras reflexiones sobre vuestras carencias. Y prometo contestar con las mías. Y hacedlo no solo porque sabéis que “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Sino además porque me encantará leeros. Así que ya sabéis, espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Volveremos mañana jueves con un nuevo episodio sobre productividad (o algo similar en este caso) a partir de las 7:11 de la mañana. Y hasta entonces, ¡MUY BUENOS DÍAS!
Desarrollo personal 6 años
1
0
38
10:03
116. ¡Ayuda a alguien hoy!
116. ¡Ayuda a alguien hoy!
Así como lo oyes, ayuda a alguien hoy. Que parece un mensaje de una organización benéfica, pero que curiosamente nos puede ayudar también mucho a nosotros mismos. Así que ¿qué mejor que ayudarnos ayudando? De entre todas las ideas que hemos comentado en los lunes de estos 5 últimos meses, quizás sea la que os suena más extraña pero a la vez es una de las más eficaces. Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Aprender enseñando, episodio 62 Transcripción del episodio completo: ¡Ayuda a alguien hoy! Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Hoy es lunes 11 de febrero de 2018 y este episodio número 116 es muy directo. Así como lo oyes, ayuda a alguien hoy. Que parece un mensaje de una organización benéfica, pero que curiosamente nos puede ayudar también mucho a nosotros mismos. Así que ¿qué mejor que ayudarnos ayudando? De entre todas las ideas que hemos comentado en los lunes de estos 5 últimos meses, quizás sea la que os suena más extraña pero a la vez es una de las más eficaces. Pero antes, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Con ganas de que lleguen los próximos días en los que por fin vamos a dejar todos los cursos terminados y preparados para empezar a pensar en el siguiente. Otra idea que me habéis enviado: “Técnicas para mejorar la concentración”. Que se suma a la propuesta de “hablar en público”, y a la de hábitos productivos y alguna más. Tendremos que ponernos a decidir pronto, ¿verdad? ¡Cómo me gusta empezar los lunes con vosotras y vosotros! En esta ocasión, como sabéis, para comentar algunas de esas cosas que aquí presentamos como consejos, que están planteadas desde ciertos conceptos que utilizamos en coaching, pero que simplemente quiero que probéis o que tengáis en cuenta, sin darle más vueltas a nada relativo a coaching, estrategias o técnicas. Simplemente probadlo o planteadlo a ver si os cuadra. Y hoy vamos a hablar concretamente de algo que si ponemos en práctica hoy mismo ya estaremos adelantando mucho, porque hablamos de ayudar a alguien. Pero si empezamos ayudando a alguien en realidad nos estaremos ayudando mucho a nosotros mismos. Esto suena a que el Karma nos devolverá todo el bien que hemos hecho. Que no digo que no. Pero hoy no vamos a hablar desde ese punto de vista. Cuando digo “ayudar a alguien” también me estoy refiriendo a “enseñar algo a alguien” o “dedicar un poco de tiempo a alguien”, a algo que necesite, a prestarle atención… Hay muchos artículos que podríais encontrar si buscáis por ejemplo en Google “beneficios de ayudar a los demás”. Y como os decía, muchos de ellos hablan de que cuando das algo bueno recibes algo bueno. De que llenas tu vida de luz y de paz. Como es decía antes, relacionado con el Karma, el bienestar o la energía que transmites y que recibes. Seguramente de las personas que estáis escuchando habrá personas más o menos creyentes (en religiones, me refiero) y personas más o menos cercanas a esta idea del Karma. Por eso lo que vamos a intentar hoy es ver los beneficios objetivos de ayudar a los demás, dedicarles tiempo o enseñarles algo. Los que no tienen tanto que ver con creer en algo o en alguien si no con lo que efectivamente podemos ver que pasa cuando lo hacemos. Y de paso, si encontramos algunas relaciones con aspectos que hemos tratado hablando de coaching, mejor que mejor. Mejora nuestra relación con los demás Lo primero que podemos hablar, y esto no hay que ser ni muy genio ni muy creyente para verlo es que ayudar a los demás mejora nuestra relación con los demás. Ya no se trata de que el Karma nos devuelva lo bueno que hemos dado, sino que directamente todo el mundo está más dispuesto a ayudar o a ofrecer algo positivo a una persona que saben que siempre ayuda y ofrece lo mejor de sí. Seguro que habéis tenido compañeros o compañeras en vuestra etapa como estudiantes que siempre estaban dispuesto a ayudar, enseñar, aconsejar o dar todo lo bueno que pudieran… y otros que no. Y efectivamente, ¿a que todos queríamos más a los que nos ayudaban? Esto es más que evidente. Además de paso estaremos mejorando nuestras habilidades sociales, así que pasemos al segundo de los beneficios, ya directamente centrado en nosotros: Mejora nuestro autoconcepto y nuestra autoestima Si nos miramos desde fuera y nos damos cuenta de que somos ese tipo de persona que nunca ayuda a nadie, que siempre piensa egoístamente y va a lo suyo… bueno, si somos ese tipo de persona posiblemente no hagamos el ejercicio de mirarnos desde fuera, o si lo hacemos seguramente no damos importancia a estas cosas que os cuento hoy. Pero en todo caso, si lo hiciéramos, no parece que ese tipo de persona nos fuera a gustar mucho. En cambio, todo el mundo, incluso nosotros, queremos más a las personas que ayudan, que se preocupan por los demás y que dedican su tiempo al bienestar de otros. Así que nuestro concepto de nosotros mismos va a mejorar y vamos a juzgarnos mejor. Y esto hace que nuestra autoestima también suba. Además tenemos la sensación de estar siendo útiles. Y sentirse útil es una de las cosas que más sube la autoestima. Nos sentimos satisfechos y realizados Por no hablar de la satisfacción y de lo bien que nos hace sentir saber que estamos ayudando o haciendo algo bueno por los demás. Incluso en muchos casos nos hace sentir más realizados. Somos más agradecidos Otra de las cosas que positivas es que nos damos cuenta realmente de lo que cuesta esa ayuda que estamos prestando o ese tiempo que estamos dedicando a ayudar o enseñar a alguien. Por tanto también vamos a ser más agradecidos cuando alguien lo hace por nosotros. Esto pasa muchas veces entre músicos cuando tenemos la ocasión de ser profesores o de simplemente ayudar a alguien con una obra o un pasaje que está estudiando. Ahí nos damos cuenta de que nos tenemos que esforzar, escuchar, pensar bien lo que vamos a decir para ayudar a esa otra persona… Y posiblemente cuando es al contrario valoramos más esa figura de profesor o profesora que nos ayuda a avanzar. Y si encima es una ayuda que nos prestan (entre comillas) “sin tener por qué hacerlo”, aún lo agradecemos más. Hasta aquí lo obvio Vale, hasta aquí lo que puede parece más obvio o lo que simplemente cualquier persona podría decir sobre este tema. Pero ahora os voy a contar un par de cosas más que quizás no os resulten tan obvias. Reduce el estrés ¿Qué os parece si os digo que ayudar a los demás ayuda a reducir el estrés? Bueno, me diríais que parece mentira que no haya gente más dispuesta a ayudar en este mundo en el que todos y todas estamos todo el día estresados. ¿O quizás si nos ayudáramos un poco más estaríamos menos estresados? Porque ya hay bastantes estudios que afirman que cuando ayudamos, enseñamos o hacemos algo que es bueno para otra persona, nuestro cerebro libera ciertos neurotransmisores como la oxitocina, la dopamina y la serotonina (que seguro que ya conocéis), y que no solo ayudan a contrarrestar el estrés, sino que te hacen sentir una sensación de relajación y tranquilidad. Lucha contra la depresión Y estas hormonas estarán ayudando también a disminuir algunos de los síntomas físicos y psicológicos de la depresión, como la apatía, la fatiga o el insomnio. De hecho, una de las cosas que habitualmente se hace cuando una persona entra en depresión es intentar hacer que vaya como voluntaria a cualquier acción social que pueda serle de interés. Y desde ahí empezar a sentirse una persona útil, subir su autoestima y remontar poco a poco. Aprender enseñando ¿Y si lo que hacemos es enseñar? Si nuestra acción para ayudar a los demás es enseñar algo que sabemos, bueno de esto ya hemos hablado: siempre se aprende mejor enseñando. Los conceptos se fijan mejor, se verbaliza la explicación de eso que enseñamos e incluso se descubren razonamientos que no habíamos tenido en cuenta. Ya dedicamos un episodio entero a hablar de esto, en concreto el número 62, que os dejo enlazado en las notas del episodio. Y en todo caso, siempre siempre aprendemos algo nuevo cuando tratamos con alguien, le dedicamos tiempo y le ayudamos en lo que podamos. Conclusión O sea, que resumiendo ayudar a los demás, enseñar lo que sabemos o dedicar tiempo a alguien que lo necesita mejora nuestra relación con los demás y desarrolla nuestras habilidades sociales, nos hace sentir mejor con lo que ayuda a mejorar nuestra autoestima, nos sentimos útiles y realizados con lo que también nuestra autoconfianza sube, y de paso estamos luchando contra la depresión y el estrés. Además de todo eso aprendemos más y mejor. Y ¿sabéis lo mejor de ayudar a alguien? Que podemos hacerlo. Con muy poco esfuerzo. Hoy mismo podríamos dedicar un poco de tiempo a ayudar a un compañero que está un poco atascado con un pasaje, o ayudarle a mover unos instrumentos de una sala a otra (bueno, esto es típico de percusionistas), podríamos pasar más tiempo con una persona cercana que necesita compañía, podríamos enseñar a los demás algo que hemos aprendido últimamente. Y no nos costaría nada. En cambio, aparentemente ganaríamos mucho. ¿Parece una buena idea, no? Pues ahí lo dejo para que cada uno y cada una piense en ello y vea si le es aplicable y podría ponerlo en práctica hoy mismo. Y después de todo esto, ayude un poco a mí, conte qué os ha parecido este episodio. Porque como sabéis, “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Mañana volvemos como cada día con un nuevo episodio a partir de las 7:11 de la mañana. Y hasta entonces, ¡MUY BUENOS DÍAS!
Desarrollo personal 6 años
2
0
21
10:37
115. Primera sesión de Susana
115. Primera sesión de Susana
La semana pasa hablamos de algunos casos reales de primeras sesiones de coaching, o más bien de la preparación o de qué haríamos en esas primeras sesiones. Pues hoy toca resolver algunas dudas y contestar a las preguntas con las que terminábamos uno de los casos. Así que vamos allá con esa siguiente fase de nuestras prácticas de coaching. Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Episodio número 110 con la presentación de los dos casos reales Transcripción del episodio completo: Primera sesión de Susana Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Episodio 115 del viernes 8 de febrero de 2019. La semana pasada hablamos de algunos casos reales de primeras sesiones de coaching, o más bien de la preparación o de qué haríamos en esas primeras sesiones. Pues hoy toca resolver algunas dudas y contestar a las preguntas con las que terminábamos uno de los casos. Así que vamos allá con esa siguiente fase de nuestras prácticas de coaching. Pero antes, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Como estamos diciendo todos esto días, pronto tendremos los cursos terminados y empezaremos a plantearnos el siguiente. Hoy os cuento además que me ha llegado un sugerencia para que el próximo curso tenga que ver con hablar en público, presentaciones o algo relacionado con eso. Ya sabéis que elegiréis vosotras y vosotros, así que ya me diréis. Bueno, ¿qué tal estáis? Y ¿qué tal han ido estos días en los que algunos y algunas habéis hecho esas prácticas de coaching de las que hablábamos en los últimos episodios de los viernes? Yo tengo que decir que esta semana la acabo especialmente cargado de energía. Mira que he hecho cosas, pero muchas de ellas muy positivas. Y por fin he tenido tiempo de recuperar algunas cosas que tenía atrasadas (porque sí, también se me quedan cosas atrasadas) y tiempo para hacer bien mis planes y poder cumplir con ellos, que era algo que en las últimas semanas me estaba llevando un poco de cabeza, se me acumulaba mucho trabajo y muchas cosas que hacer… En fin, aquí estamos un viernes más y esta vez para poner ya soluciones reales o comentarios reales a uno de los casos que vimos en el episodio del viernes pasado sobre las primeras sesiones reales. Nuestros casos de la semana pasada Si recordáis, teníamos los casos de Susana y de Manuel, que habían ado con algunas dudas, algunos problemas o algunas situaciones con las que no estaban cómodos. Cuando he empezado a plantear este episodio, me he dado cuenta de que explicar uno de ellos ya iba a ocupar prácticamente todo el tiempo, con lo que finalmente dividiremos esto entre este episodio y el de la semana que viene. Así hoy nos centramos en Susana y su agobio y la semana que viene en Manuel y su desmotivación, ¿os parece? CASO DE ESTUDIO 1: Susana En el caso de Susana: se trataba de esa trompista de 22 años que vive en Holanda y que estaba muy agobiada con todas las cosas que tenía que hacer, además de su trabajo para poder sobrevivir allí. Y os hacía preguntas del tipo: ¿Por dónde empezamos? ¿Esos primeros pasos para ar? ¿Cómo establecer ese clima de confianza? Averiguamos y manejamos expectativas Y qué pretendíamos en este caso concreto He recibido algunos mensajes (cosa que ya sabéis que agradezco muchísimo, y sobre todo esta semana con el poco tiempo que os he dejado entre un episodio y otro) y muchos con ideas claras y muy cercanas a la mía. Os cuento lo que hicimos en este caso. Concretar una cita Para empezar, evidentemente teníamos que concretar una cita (como os dije en el episodio de ayer yo utilizo Calendly para esto). Así que la idea era enviar un mail de respuesta, intentando parecer cercano pero a la vez lo más breve posible. Pensad que estamos hablando de una persona que se siente agobiada por falta de tiempo. Aquí un mail largo, con mucha explicación, podría contribuir a esa sensación de tener que emplear mucho tiempo solo para leerlo. Sabéis esa sensación de abrir un mail enorme y pensar “puf, qué largo, con el lío que tengo”. Y no queremos que Susana asocie esa sensación de agobio a nuestra conversación. Como veis todo empieza desde el primer o. En esto caso 3 o 4 frases que hagan ver que entendemos a Susana, que podemos trabajar en ello y tenemos varias ideas que nos gustaría tratar con ella a ver qué le parecen, la propuesta de una primera cita para hablar del caso y el Calendly con las opciones de horarios. Esto ya sería suficiente (y es lo que envié). Inicio de la primera sesión Una vez ya en la sesión (esa primera sesión de acercamiento y valoración), siempre viene bien un poco de charla para romper el hielo. En este caso, Susana vive en Holanda y da la casualidad de que mi hermano vivió y trabajó en Holanda mucho tiempo, también en un restaurante como ella, y fui a visitarlo varias veces justo a su misma ciudad, con lo que seguro que tenemos lugares en común o alguna anécdota. Conozco el conservatorio también… en fin, varias cosas de las que hablar. Aquí no es que hay que inventarse cosas para intentar caer bien o conectar. Pero en realidad siempre hay alguna cosa en común que podamos comentar, siendo músicos seguro que conocemos alguien o algún lugar, o hemos viajado al país o a la ciudad, o nos hubiera gustado ir a estudiar allí o a un sitio similar pero después cambiamos de opinión, cualquier cosa… y siempre ayuda a establecer una conversación un poco más cercana al principio e incluso a tener algo más de sintonía. Y una vez metidos en materia, como sabéis está la fase de manejar las expectativas del cliente. En este caso se trató de algunas preguntas del tipo: “ahora hablaremos más en detalle de tu situación y todas las cosas que me comentaste en el mail, pero antes de eso, ¿qué crees que puede mejorar de todo ello?”. En este caso (y pasa a menudo), si la respuesta no es muy clara, hay otra forma de plantearlo y llegar un poco más allá que sería preguntando: “si cierras los ojos y piensas cómo te ves y cómo quieres sentirte cuando acabemos con estas sesiones, ¿qué ves en esa imagen?”. En el fondo no deja de ser lo que la persona pretende de las sesiones, pero planteado como objetivo (un poco vago, pero objetivo al fin y al cabo), o como visión. Susana claramente sabía que quería verse en una situación en la que pudiera trabajar en sus proyectos, avanzar en ellos, pero tener una parte del día para relajarse un poco, salir o leer, por ejemplo. Y cuando estudiara, quería estudiar con calma, no apurada por los compromisos y por el tiempo. Bueno, expectativas ambiciosas. En este caso, para mí era importante intentar mantener el ánimo y las ganas de mejorar la situación, pero a la vez hacer ver que no siempre todo es tan fácil y que no hay soluciones rápidas y milagrosas. Y más o menos el comentario fue algo como: “muy bien! Esta guay que tengas tan claro lo que quieres, esto no es lo más habitual y en tu caso lo dices con mucha seguridad, eso es fantástico! Creo que si conseguimos esto, o al menos ir en esa dirección, ya vas a ganar mucho en calidad de vida y en tranquilidad. Pero sí que es importante que tengas en cuenta que no siempre es fácil. Vamos a analizar bien todos tus proyectos, tu tiempo y tu organización, pero quizás habrá algo a lo que tengamos que renunciar, o dejar para más adelante. ¿Lo has pensado?” Afortunadamente, Susana ya empezaba a mostrar cierto compromiso con el proceso (aunque aún no hubiéramos llegado a esa fase), así que todo iba bien encaminado para empezar a exponer la situación. Llegados a este punto, si repasamos el plan, ya tenemos algo de conexión con Susana, tenemos cosas en común, hay confianza para hablar de lo que nos preocupa y las ideas que tenemos. También sabemos qué es lo que pretende Susana con estas sesiones, e incluso sabemos que es consciente de que puede que tenga que trabajar o sacrificar cosas, y está dispuesta. Así que empezamos a hablar de la situación en concreto. Esa exposición de la persona de toda la situación. Aquí es muy importante dar tiempo a la persona a explicarse. Aunque a veces no fluya mucho la explicación, haya algunas dudas y tengamos la tentación de intervenir para acabar las frases o dar algún consejo rápido, o simplemente hacer ver que estamos entendiendo, a mí me gusta dejar que haya incluso silencios, que la propia persona tenga que buscar las palabras, las frases o la forma de explicar. Tened en cuenta que posiblemente sea la primera vez que está contando con tanto detalle toda la situación, con lo que nos interesa que busque las palabras, que piense, que sea lo más consciente posible de la situación y de cómo lo interpreta. Solo esto ya va a ayudar a ajustarlo un poco más a la realidad y que no sea solo una sensación (que podría no ajustarse a esa realidad). Exposición de Susana de la situación No os cuento todo con muchísimo detalle, pero básicamente se trata de eso: Susana estudia bastante, tiene varias pruebas de orquesta joven que quiere hacer, a nivel europeo. Y además tiene que hacer su concierto de final de curso. Además de eso, toca en un ensemble que ella misma montó y coordina, con el que le gustaría dar un paso más allá y empezar a tocar más conciertos y posiblemente grabar un cd. Tiene su trabajo, el de los fines de en el restaurante, que a veces incluso le piden ir algún jueves por la tarde. Colabora con un quinteto de viento, que no coordina ella, en el que simplemente toca porque les faltaba trompa y se lo propusieron (y no quiso decir que no). Además (y aquí es donde me ganó) está haciendo su propia página web del ensemble, aunque le cuesta bastante porque no tiene mucha idea de desarrollo web. Y por último organiza un curso de verano en su ciudad en España, que es un curso de todos los instrumentos de metal. Ella lo empezó con una amiga, pero ahora lo coordina ella sola. Realidad Como veis, Susana no solo tenía la sensación de tener muchas cosas y de estar agobiada, sino que efectivamente son muchas cosas las que está llevando paralelamente. Llevar muchos proyectos a la vez no tiene por qué ser malo de por sí, pero la sensación de no llegar a ellos y de estar siempre saturadísima de trabajo sí lo es, normalmente suele llevar a menos eficacia y que cada vez la sensación aumente, con lo que efectivamente, parece que hay mucho que trabajar aquí (esto ya es valoración mía). El problema más acuciante En este momento, podemos empezar a plantearnos y a comentar con Susana cuál es el problema más acuciante. Hasta ahora no teníais muchos datos, pero alguien me ha enviado un comentario que iba en la dirección de “posiblemente tiene demasiadas cosas a la vez y ella misma se exige llevarlas todas ella misma”. Desde luego el no poder tener tiempo para relajarse, descansar o hacer algo que le distraiga es a la vez un problema, una causa y una consecuencia, con lo que será uno de los objetivos primeros. Pero hay que tomar muchas decisiones para que eso empiece a notarse. Diseñar estrategia, cuestiones prácticas y compromiso Así que llega el momento de comentar con Susana qué primeras medidas podríamos tomar, aclarar cuándo nos veremos de nuevo (esas cuestiones prácticas que si la persona quiere continuar con las sesiones hay que aclarar) y establecer un compromiso. Deberes para la próxima sesión Y una vez aclarado esto, como sabéis, en lugar de dar las respuestas para empezar a trabajar en ellas, siempre prefiero hacer algunas preguntas más que poco a poco vayan llevando a la persona hacia sus propias respuestas. Así que en esta primera sesión con Susana, le dejo como “deberes” (entre comillas) responder por escrito a estas preguntas: ¿Cuáles de todas estas cosas que me has contado son verdaderamente proyectos? ¿Cuáles son las habilidades clave que necesitas desarrollar para llevar a cabo esos proyectos? ¿Qué proyectos son prioritarios para ti? No solo en los proyectos sino en tu vida ¿qué es lo más importante o prioritario? ¿Llevas a cabo todos los proyectos sola? ¿Quieres seguir llevándolos sola? Son algunas cosas en las que pensar antes de la segunda sesión en la que empezaremos a dar juntos una respuesta a todo esto y a buscar ya la estrategia y el plan de acción para avanzar en el proceso. Pero por hoy esta primera sesión con Susana se acaba, así que nos despedimos. Igual que me despido yo de vosotras y de vosotros no sin antes recordaros que “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Si os ha gustado este episodio que busca ser un poco más práctico el próximo viernes hacemos una de estas dos cosas: avanzamos con el caso de Susana o pasamos a ver la primera sesión de Manuel. Lo que vosotras y vosotros me digáis, ¿vale? Espero que este finde descanséis y volvemos el lunes con un nuevo episodio de consejos prácticos o cosas a tener en cuenta, a partir de las 7:11 de la mañana. Y hasta entonces, ¡MUY BUEN FIN DE SEMANA!
Desarrollo personal 6 años
2
0
34
14:54
114. ¿Quedamos? Doodle y Calendly
114. ¿Quedamos? Doodle y Calendly
Hoy os hablo de un par de herramientas que nos pueden ayudar mucho a planificar citas, clases, ensayos, reuniones… Seguro que os ha pasado eso de decir “¿entonces cuándo ensayamos? yo ese día no puedo, pues yo el otro tampoco… ¿entonces?”. Pues con estas dos herramientas lo tenemos solucionado. Doodle y Calendly. Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Transcripción del episodio completo: ¿Quedamos? Doodle y Calendly Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Hoy es jueves 7 de febrero y este es el episodio número 114. Hoy os hablo de un par de herramientas que nos pueden ayudar mucho a planificar citas, clases, ensayos, reuniones… Seguro que os ha pasado eso de decir “¿entonces cuándo ensayamos? yo ese día no puedo, pues yo el otro tampoco… ¿entonces?”. Pues con estas dos herramientas lo tenemos solucionado. Pero antes, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Poco que os pueda descubrir que no sepáis ya. A estas alturas, después de 5 meses ya sabéis que en la web tenemos varios cursos (que pronto estarán completados y empezaremos a plantearnos el siguiente). También están las sesiones en distintos formatos. Lo único que os puedo decir es que si no habéis visitado ya coachingdemusicos.com, hacedlo y ¡me contáis qué os parece! Entonces qué, ¿cuándo ponemos ese próximo ensayo que necesitamos antes del concierto? No me digáis que no es una de las situaciones que más os encontráis. Podría ser un ensayo, para que el que no encontramos un hueco en el que todos podamos, o una clase con un alumno o alumna (o somos nosotros ese alumno), o un sesión de coaching. Pero incluso una cita para hablar de algo, una reunión, una quedada entre amigo o cualquier situación que requiera ponerse de acuerdo con los horarios. Yo hace tiempo que utilizo Calendly, porque el tipo de citas que necesito concertar se ajustan más a esa aplicación, pero en las últimas semanas he descubierto (gracias a Juan) Doodle. Cuando salió el nombre en esa última reunión en la que Juan propuso “hacer un Doodle”, parecía que yo era el único que no la conocía. Pero ya me he puesto al día también con esta herramienta. Así que hoy os cuento un poco sobre las dos y seguro que más de uno y más de una va a ver solucionados muchos de los problemas de cuadrar agenda que tanto tenemos los músicos (que ya sabéis, cuando se trata de cuadrar agendas… somos los más ocupados del mundo). Doodle Empiezo hablándoos de Doodle. Se trata de una aplicación web, o sea, una web en la que entras para crear la reunión o la cita que quieres proponer. Tiene una versión gratuita, que veréis que tiene bastante publicidad y algunas limitaciones, pero que ya puede servir para ayudarnos mucho. Y luego tiene también aplicación para IOS y Android, así que muy bien. Lo primero que vemos en la web es efectivamente lo que hace la aplicación: “Make meetings happen”. Haz que las reuniones ocurran (en Español han traducido como “haga que las reuniones tengan lugar”. Igual entráis y veis algo de la traducción al castellano que no está perfecto, pero casi todo el tiempo la traducción ayuda si lo queréis tener en español. Y como es lógico intentan que te apuntes, o que inicies un plan gratuito de prueba que luego te lleve a pagar la suscripción, pero arriba, en el menú de la derecha hay una opción de “crear directamente un Doodle”. Así que la podemos empezar a utilizarla sin ni siquiera crear una cuenta gratuita. Total, yendo al grano, ¿qué hacemos con esta aplicación? Pues proponemos unos horarios, los que el propio creador quiera proponer, esto se hace marcando las franjas horarias que queremos seleccionar en un calendario que la aplicación nos propone. Y cuando ya tenemos el calendario rellenado, con un nombre y una ubicación (que puede ser por Skype también, u otras aplicaciones) nos da un link que podemos enviar a todas las personas que vayan a participar en ese ensayo o el evento que sea. Las personas a las que se lo envías encuentran la posibilidad de votar entre todos los horarios o de decir que no podrán asistir a ninguna de las posibilidades. El funcionamiento es como una encuesta, finalmente la opción más votada es la que sale adelante. Y además está muy bien porque visualmente lo puedes ver como una lista de opciones o en visión de calendario para ver muy claros los horarios en la semana. Total, que ya solo esto nos puede ayudar a cuadrar un poco los horarios. Y esto es la versión gratuita y ni siquiera tienes que registrarte. Si te registras puedes vincularlo a tu calendario, en la versión gratuita que dice que es para particulares. Y si además pagas, en alguno de los planes (Private o Business), empiezas a tener posibilidades como ver quién falta por votar, enviar recordatorios, invitar a través del calendario y por supuesto quitar la publicidad. Y ya en la opción Business puedes personalizar el diseño del calendario y el dominio, para dar un poco de branding. Así que ya veis, si tenéis que quedar con varias personas, en nuestro caso va a ser la mayoría de las veces para una reunión o un ensayo, esta es una opción muy buena. Se acabaron los líos de mensajes “a ver si este día podéis, no este día no, y este….?”. Calendly Y ahora os cuento sobre la segunda opción, una que yo uso muchísimo (y eso que estoy suscrito solo a la versión gratuita). ¡Calendly! El funcionamiento podría entenderse que es similar a la de Doodle, al fin y al cabo sirve para lo mismo, que es solucionar esos problemas para quedar que puede haber entre personas, pero hay algunas diferencias. Para empezar Calendly, en su versión gratuita sirve solo para una cita a 2. Es decir, hay una persona que propone unos cuantos horarios en los que puede fijar la cita y lo que envía a la otra persona es una lista de todas esas opciones para que elija una. Y cuando la elige la cita ya está concertada. Como no es para un equipo, el que responde no puede elegir varias opciones, simplemente elige una y ya está. Yo lo he usado durante mucho tiempo para fijar clases y últimamente también para fijar sesiones. Entonces, si vamos a la web de Calendly, vemos un mensaje muy claro que dice “Calendly te ayuda a fijar citas sin el ir y venir de emails”. Y es justo lo que antes pasaba muchísimo, mails o a veces mensajes hasta conseguir aclarar qué día y a qué hora sería la clase. En la web hay que registrarse con nuestro mail (si es de gmail mejor, ahora os diré por qué) y con eso tenemos al plan básico que es gratuito, y que a mí me parece que es más que de sobra para el uso que podamos darle en este sentido, simplemente concertar citas para una clase, un ensayo, una sesión o una charla a 2. Porque ya tiene integración con Google Calendar, Outlook y iCloud, puedes crear todos los eventos que quieras, personalizar el link (si los vas a enviar a través de un link) y acceder a toda la base de conocimiento, que es la ayuda a las dudas que podamos tener. Entonces, el que plantea la cita marca en un calendario todas las opciones que tiene disponible. En este caso, con la versión gratuita todos los eventos tendrán que ser iguales. Pueden ser todos los que queramos, pero si decidimos que el evento durará una hora, todos los eventos que propongamos serán de una hora. Y para cambiar los eventos podemos ir a nuestra cuenta y personalizarlos, pero cuando empecemos todos serán el que hayamos decidido (por ejemplo para una sesión tiene mucho sentido, porque siempre marcas las posibilidades de eventos de 90 minutos, por ejemplo). Cuando ya tenemos todas las posibilidades enviamos el link a la persona que tiene que contestar, muy sencillo y muy similar a Doodle esto. La principal ventaja que yo le veo, que es inmediato, en cuanto la otra persona elige la opción que prefiera a nosotros se nos reserva ese tiempo en nuestro calendario automáticamente. Como no hay posibilidad de varias opciones ni de varias personas votando, solo con pinchar en la hora que quieren elegir ya está todo, lo que se crea es un evento compartido en nuestro calendario en el que está invitada la otra persona, así lo tenemos los dos (por cierto, un día os hablo aquí de Google Calendar y de las posibilidades de eventos compartidos, que también es algo bastante productivo). Y la opción que a mi me gusta más y que me ahorra muchísimo tiempo es que existe una extensión para Google Chrome que vincula Calendly a nuestro Gmail. Lo que hace es que cuando estamos enviando un mail, hay un icono de Calendly que nos abre la aplicación para crear el evento. Tenemos la opción de los eventos ya guardados o de crear una cita “ad hoc” para ese mail concreto. Y lo mejor, está vinculado con nuestro Calendar, así que al abrir el calendario para marcar las horas disponibles tenemos ahí visible los eventos que ya tenemos y el tiempo que tenemos libre. Entonces marcamos todas las horas disponible, aceptamos y eso lo pegamos automáticamente en el mail que estábamos escribiendo. A partir de ahí, la persona recibe un mail con la explicación que queramos y directamente en ese mail tiene unas casillas con las horas que hemos marcado. Si pincha en una de ellas directamente se crea el evento en nuestro calendario y se acabó. Así de fácil. Y para la otra persona también así de fácil, directamente en el mismo mail tiene todo. Bueno, no sabéis el tiempo que me ha ahorrado esto para fijar reuniones, clases o sesiones. Y eso, como os decía que estoy suscrito al plan gratuito. Si te suscribes a un plan de pago tienes opciones de branding como decíamos antes, también la opción de trabajar en equipo (y eso se parecería más a Doodle) donde pueden marcar sus opciones preferidas, opciones para que paguen a directamente a través del formulario donde eligen el horario (esto imaginad para consultas o clases vía Skype que no lo tengan diseñado en su página web), integraciones con Zoom, con Analytics, con Stripe o PayPal (para los pagos que os decía), y unas cuantas opciones más que si hacemos un uso muy intensivo de Calendly podría ser interesante, pero para unos músicos como nosotros que queremos simplemente quitarnos el problema de concertar una cita, tampoco es muy necesario lo que ofrecen los planes de pago. Conclusión En fin, que como veis ya me estoy alargando, creo que se nota que es un nuevo jueves de productividad y que además estamos hablando de herramientas, de informática y aplicaciones, que es una de mis pasiones. Simplemente echad un vistazo a las dos, a Doodle y a Calendly (que os dejo los enlaces en las notas del episodio) y como repaso rápido, si queréis organizar una cita entre varias personas, mirad Doodle, hacéis la especie de encuesta entre varias opciones y finalmente fijáis manualmente la que sea más votada. Si tenéis que fijar una cita con otra persona, probad Calendly, enviáis vuestros horarios y cuando la otra persona elija ya lo tendréis en el Calendar. Nada más por hoy. Conte si os gustan estos episodios en los que hablo de herramientas que pueden ayudar a nuestra productividad y voy trayendo más en los próximos meses. El episodio de Google Drive trajo bastantes comentarios, cosa que os agradezco mucho, así que ya sabéis, decidme lo que pensáis, porque “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Y nos escuchamos de nuevo mañana viernes a partir de las 7:11 de la mañana. Hasta entonces, ¡NOS MUY BUENOS DÍAS!
Desarrollo personal 6 años
0
0
15
13:19
113. Dunning-Kruger Effect
113. Dunning-Kruger Effect
Muchas veces pensamos que somos mejores en algo de lo que realmente somos. Y de hecho, seguro que conocéis a alguien que está convencido de que es muy competente para hacer algo, cuando el resto del mundo piensa que no tienen ni idea. Pues esto no es algo aislado, está estudiado y tiene un nombre: efecto Dunning-Kruger, así que hoy hablaremos de ello. Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Video en Youtube sobre el efecto Dunning-Kruger Estudio original de Dunning y Kruger Transcripción del episodio completo: Dunning-Kruger Effect Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Episodio número 113 del miércoles 6 de febrero de 2019. Muchas veces pensamos que somos mejores en algo de lo que realmente somos. Y de hecho, seguro que conocéis a alguien que está convencido de que es muy competente para hacer algo, cuando el resto del mundo piensa que no tiene ni idea. Pues esto no es algo aislado, está estudiado y tiene un nombre, así que hoy hablaremos de ello. Pero antes, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Después de haberlo dicho hace un par de días he recibido alguna sugerencias para el siguiente curso, una vez acabamos con todos los que tenemos en marcha. Así que si tenéis alguna sugerencia más no dudéis en escribirme. Y si no estáis al tanto de qué va esto, pues todos los cursos están en coachingddemusicos.com, esperando a que lleguéis. ¿Qué tal se os da invertir en bolsa? No tiene que ser muy difícil, ¿verdad? Va comprando los valores que valen poco y los vendes cuando valen más, sencillo. ¿Y qué tal conducís? Si tenéis permiso de conducir seguro que lo hacéis muy bien, incluso mejor que la media, ¿verdad? Seguro que os consideráis buenísimos conductores. Y bueno, qué decir de dirigir una orquesta. ¿Habéis estado alguna vez tocando en una orquesta y pensando: “esto lo dirigiría yo mejor, que no es para tanto, te subes ahí, lleves el compás, das cuatro entradas y ya está”? Incluso creo que todas y todos tendríamos una solución para la situación de los taxis hoy en día en España, para dirigir nuestra empresa o para gobernar el país. Porque “nosotros sí sabemos lo que hay que hacer”. Lamentablemente esto no es exactamente así. Ni invertir en bolsa es tan fácil, ni a veces conducimos tan bien, ni podríamos dirigir una orquesta ni tendríamos ni idea de cómo resolver algunos conflictos que tenemos hoy en día en nuestra sociedad, aunque hablando en un bar o en una charla de amigos parezca que arreglaríamos el mundo en un momento si nos dejaran. Lo que pasa es que muchas veces, cuanto menos sabemos sobre un tema, más nos creemos que sabemos. Y al revés: cuánto más competentes somos en algo, tendemos a infravalorarnos en ello. Esto tienen un nombre, en el… Efecto Dunning-Kruger Yo descubrí este conecto hace un par de semanas. Ya os conté que un sábado por la mañana tenía una entrada para asistir al evento TEDx Youth Madrid, y que casi me quedo en casa… Pues entre medias de algunas de las presentaciones pusieron un video que hablaba de esto. Os dejo el video en las notas del episodio para que podáis echarle un vistazo, porque está muy bien explicado. Este “efecto” se basa en las investigaciones que hicieron el profesor de psicología David Dunning y uno de sus alumnos de la Cornell University en Nueva York, Justin Kruger. Esto fue tras un caso un poco estúpido de un señor que atracó un par de bancos pensando que por haberse echado zumo de limón en la cara sería invisible para las cámaras y no le pillarían. Se propusieron demostrar y medir la relación entre nuestros conocimientos, capacidades y habilidades, y la percepción que tenemos de ellas. Conclusiones del estudio Las conclusiones del estudio decían (por contarlo así rápidamente) que cuanto menos competentes somos para algo, más podemos creernos que sí lo somos. Esto es porque el mismo conocimiento que es necesario para dominar un tema concreto es el que nos va a permitir valorar nuestro nivel de competencia en ese tema. Así que si por ejemplo hemos aprendido algo de armonía, pero no demasiado, solo unas nociones básicas, al desconocer todo lo que nos falta por aprender, podemos tener la falsa percepción de que sabemos un montón de armonía, de que somos buenísimos. Osea que estamos hablando de una percepción de competencia ilusoria. Y pasa en todos los campos. Una frase que lo resumen muy bien es que “si no estamos preparados para tomar una decisión, tampoco lo estamos para darnos cuenta de que no estamos preparados”. Otra de las frases del estudio es la que dice: “Esa incompetencia les impide a su vez darse cuenta de la ausencia de esa habilidad en ellos mismos así como reconocerla en otros individuos”. Y esto me recuerda mucho a ejemplos que hemos dicho antes sobre por ejemplo lo fácil que sería ser director de orquesta. También os dejo en las notas del episodio el artículo original en el que se exponen las conclusiones del estudio de Dunning y Kruger, para que podáis leerlo directamente de los investigadores. Y también una gráfica, que representa el nivel de competencia de una persona en un tema concreto y el nivel de percepción de la propia competencia. En la gráfica lo dice como experiencia en un campo y confianza en nosotros mismos en ese campo. Veréis que al principio, cuando la experiencia o la competencia es mínima el nivel de confianza en que lo hacemos bien se dispara. Luego baja, de hecho conforme vamos teniendo más experiencia va bajando más (me recuerda a aquello de que al principio no sabes que no sabes, luego ya sabes que no sabes y poco a poco vas empezando a saber y a saber que sabes; esto parece un trabalenguas, pero ya lo hablaremos un día bien). Y por último poco a poco la gráfica va subiendo hasta que se llega al punto óptimo entre lo que sabemos hacer y la percepción de que sabemos hacerlo. Efecto contrario Por otra parte, el efecto Dunning-Kruger tiene la vertiente contraria. No solo las personas incompetentes tienden a pensar que son muy competentes en esas áreas, sino que las personas que sí son más competentes tienen a infravalorarse. En realidad, cuando alguien sabe mucho de un tema o tiene mucha habilidad, tiende a pensar que es algo común, a quitarle importancia, a sentir que cualquiera podría hacerlo (esto es porque ya lo ve como algo superado y que por tanto no debe ser tan difícil). Así que empieza a pensar que cualquier persona podría hacerlo y a juzgarse menos experto o menos especial en ese campo. Sesgo congnitivo En realidad esto es un sesgo cognitivo, o sea, un erro de pensamiento que se ha convertido en habitual. Normalmente ya sabéis que nuestra mente tiende a completar las historias, a atar cabos, y si puede ser rápidamente mejor. A la hora de procesar la información, nuestro cerebro intenta encontrar las respuestas rápidamente, y eso nos puede llevar en un momento dado a tener cierto conocimiento sobre algo y pensarnos que somos expertos en ello. O al revés. Por eso es importante rodearse de personas que sean sinceras con nosotros y también de personas que realmente sean expertas en diferentes campos que nos interesen. Vencer al efecto Dunning-Kruger De hecho, para vencer a este efecto Dunning-Kruger se recomiendan principalmente dos cosas (dos cosas que por cierto tienen que ver con mucho de lo que hablamos aquí todos los días). Pedir (y escucharlo). Si pedimos que la gente que nos rodea nos hable de cómo nos ve en relación a esa área que pensamos que dominamos, vamos a tener una visión un poco más objetiva sobre nuestra capacidad o nuestra competencia en esa área. No parar de formarnos. Independientemente de que pensemos que sabemos mucho sobre algo, siempre es importante seguir formándose, seguir aprendiendo y descubriendo todo lo que nos queda por saber. Conclusiones Así que, reflexionando sobre este tema, podríamos pensar en eso de que “cuanto más ignorantes somos, más sencillo nos parece todo, más absolutas parecen las respuestas, menos nos damos cuenta de todo lo que no sabemos y más nos puede parecer que dominamos ese tema”. Y cuanto más sabemos de algo, más normal y mundano nos parece, con lo que tenderemos a quitarle importancia y a no creernos demasiado especiales en ello. ¿Reconocéis alguna de estas percepciones? Cuidado si ahora estáis pensando algo como: “es verdad! yo soy buenísimo o buenísima en esto, y por eso no le doy importancia!”. Que no tiene por qué ser así. No vaya a ser que sea al revés, que en realidad os estéis atribuyendo ahora mismo más competencia de la que en realidad tenéis. Pero sí que me gustaría (yo lo hago últimamente) que reflexionarais sobre este tema. Y seguro que después de escuchar esto, la próxima vez que paséis por algún sitio donde hay un señor tomando un carajillo y diciendo “pues yo eso de los taxistas lo arreglaba pronto!”, o “me nudo inútil este político, eso es muy fácil, se hace así y así, no es tan difícil hacer las cosas bien”, o cualquier cosa que os imaginéis, seguro que os salta la alarma y pensáis: “a ver, ¿cuánto debe saber este hombre de estos temas? Qué fácil le parece todo. No habrá aquí un poco de Dunning-Kruger…? ¡Y esto es lo interesante! No solo el estudio y el concepto, sino la reflexión que podamos hacer en nuestro entorno. Y en cuanto a nosotros mismos, lo mejor sigue siendo seguir formándonos (eso siempre, para no dejar de aprender) y… pedir ! Y hablando de , ¿me contáis qué os ha parecido este episodio? No solo porque así iré reajustando poco a poco mi percepción sobre mi propia competencia, sino además porque “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Volveremos mañana con un nuevo episodio a partir de las 7:11 de la mañana. Y hasta entonces, ¡MUY BUENOS DÍAS!
Desarrollo personal 6 años
2
0
26
11:54
111. Preguntas de febrero, estrés y miedo escénico
111. Preguntas de febrero, estrés y miedo escénico
Hoy repasamos de nuevo algunas de las preguntas que me enviáis, cosa que haremos todos los meses porque empiezan a llegar bastantes. Y como siempre me lío hablando, no os voy a asegurar cuántas habrán, ahora lo veremos. ¡Así que empecemos! Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Transcripción del episodio completo: … Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Hoy es lunes 4 de febrero de 2019. Episodio número 111 y en este lunes repasamos de nuevo algunas de las preguntas que me enviáis, cosa que haremos todos los meses porque empiezan a llegar bastantes. Y como siempre me lío hablando, no os voy a asegurar cuántas habráa, vamos a ver cómo va el episodio y decidimos. ¡Empecemos! Pero antes, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Como sabéis estamos ahora mismo en ese pequeño ime en los cursos, que pronto estarán más que terminados y que además nos permitirán empezar a plantear el quinto curso en coachingdemusicos.com. ¿Sobre qué será? Pues pronto lo veremos porque la semana que viene empezamos con la siguiente encuesta. ¡Vaya frío! ¿no? Y ahora es cuando la mitad de vosotras y de vosotros estaréis pensando la típica respuesta: “estamos en invierno, es lo que toca”, y la otra mitad estaréis pensando estaréis pensando: “sí sí, pero que llegue ya el calorcito, que ya está bien!”. Bueno, eso los que estéis en España (en la península en concreto) que este fin de semana hemos tenido puertos cerrados, pueblos incomunicados por nieve y un airecito muy bueno. Pero luego estáis los que escucháis el podcast desde América Latina (ya sea centro o sur), que posiblemente estéis disfrutando de un tiempo más agradable, o incluso desde Canarias. Pues así es como funcionan muchas de las situaciones que vivimos, cada uno las percibe según su situación (o su localización en este caso), en definitiva sus circunstancias. Y también esas circunstancias hacen que nos subamos a un escenario y tengamos una sensación u otra. Según las experiencias que hayamos tenido antes, por supuesto, y según la percepción que tengamos nosotros mismo de lo que estamos haciendo, vamos a hacer o somos capaces de hacer en ese escenario. Os cuento eso porque hoy hacemos capítulo de preguntas y respuestas, que me habéis comentado que os gustan, así que a principio de cada mes haremos uno de estos, y precisamente el primer mensaje que os cuento es de… Francisco … que dice: Hola buenos días, mi nombre es Francisco y me gustaría que tratases en uno de tus podcast un tema “Tabú” que algunos músicos intentan evitar mencionar como es el del “Miedo Escénico” o el de “la presión que se tiene a la exposición ante una audiencia, ya sea en audiciones, pruebas, conciertos como solista, etc.” Espero que mi propuesta sea de buen agrado por parte de los oyentes de tu canal y estoy seguro que a más de uno/a se le ha ocurrido proponértelo, pero quizás por “miedo a….” no ha tenido la iniciativa de hacerlo, pero alguien tenia que ser el primero, jejeje…… Un saludo y enhorabuena por esta iniciativa en la que aportas datos e información desde otra perspectiva que no son las aulas de los Centros Educativos dedicados a la música. Muy bien Francisco! Pues para empezar muchas gracias a ti. ¿Veis? Son todos esos mensajes en los que decís cosas como estas los que me anima a seguir ahí a pesar de los problemillas que surgen a veces. Bueno, y los que no son como este, que me dais un poco de caña también los aprecio mucho, eh! No es que solo quiera mensajes bonitos. Lo que pasa es que casi todos son bonitos hasta ahora. Bueno, Francisco nos propone hablar de “miedo escénico” o “presión a la exposición ante una audiencia”. Es un tema interesantísimo, como dices seguro que más de una persona lo ha pensado o le interesa escuchar sobre este tema. Y evidentemente le vamos a dedicar pronto un episodio entero, posiblemente uno de los miércoles de reflexión, al miedo escénico y la presión que muchas veces nosotros mismos nos ponemos. Pero de momento vamos a dar alguna pincelada a este tema. Cuando hablamos de “miedo escénico” nos referimos a una reacción de ansiedad que se da cuando una persona debe realizar algún tipo de actividad ante el público, ya sea hablar, cantar, actuar, etc. Hay muchas vertientes de este “miedo escénico”. Puede darse el caso de una persona que simplemente no está acostumbrada a mostrarse en público, en ninguna de sus facetas y simplemente esa situación le provoca ese estrés, que le lleva a esa ansiedad. También podría ser que alguien se sienta cómodo haciendo ciertas cosas en público y otras no. Aquí estaríamos hablando de un concepto muy interesante que nos introdujo Luisma Cuartero hace unas semanas: “la percepción de autoeficacia“. No sé si esto os habrá pasado alguna vez, pero a mí durante bastante tiempo me pasaba que podía salir a un escenario a tocar y bueno, ciertos nervios pero todo normal. En cambio si tenía que salir a hablar o tenía que presentar el concierto, era una situación de mucha ansiedad, de hecho al principio incluso me bloqueaba. Pero claro, lo que veía extraño era que el público era el mismo, pero una actividad me causaba mucha ansiedad y otra a penas nada. Esto tiene que ver con las diferentes acciones para las que te juzgas más competente o menos. Pero en todo caso, el denominador común en los casos de miedo escénico es el miedo a defraudar una expectativa que pensamos que el público tiene de nosotros. Solemos tener la creencia de que el público está esperando de nosotros un resultado excelente, y si no conseguimos mostrar esa excelencia les estaremos defraudando. Esto puede tener que ver con una creencia que hayamos creado incluso en otras facetas de nuestra vida, incluso que haya mermado nuestra autoconfianza de una manera general, o directamente con una experiencia traumática, imaginad que nos hemos quedado en blanco en un escenario cuando éramos pequeños y teníamos que recitar un poema en una actuación del colegio. Pues esto podría estar marcando nuestras sensaciones cada vez que salimos a un escenario hoy en día. Bueno, es un tema interesantísimo del que vamos a hablar muy pronto. Muchas gracias Francisco por la sugerencia. Además, tocará hablar de los síntomas, de posibles soluciones, de qué recomiendo yo en cada caso (según cuál sea exactamente la sensación que tenemos, podrá ser derivado a psicología, a relajación o a distintas disciplinas). Pero por ahora, simplemente definirlo un poco y explicar 4 ideas. Y pronto nos ponemos con él, ¿vale? Pasamos ahora rápidamente a un comentario de un suscriptor anónimo… “Anónimo” Bueno, oyente, suscriptor y cliente de las sesiones del que no puedo decir el nombre, pero que tampoco es relevante. En la última sesión, cuando estábamos hablando de las expectativas respecto a las sesiones, me dijo: Yo lo primero que quiero saber es si esto que me pasa es normal o es que soy un bicho raro. Quizás estoy intentando abarcar demasiado o quizás soy el único que se agobia por tener que hacer estas cosas. Bueno, en este caso, ya le dije en la sesión, pero quería comentarlo aquí porque creo que es una sensación que muchos y muchas podemos tener en ciertos momentos de nuestra vida. En este caso concreto, esta persona efectivamente tiene bastantes cosas que hacer en su vida, varios proyectos paralelos que le toman su tiempo, más un trabajo que evidentemente no puede dejar porque todos tenemos que sobrevivir trabajando. Pero ya sea teniendo tantas cosas que reorientar como pocas, una de las sensaciones más comunes hoy en día en el mundo de la música clásica es “estoy muy agobiado, no llego a todo”. En serio, haced una encuesta. Si no habéis preguntado mucho últimamente, empezad a preguntar a vuestros compañeros y compañeras simplemente la frase: “¿Cómo estás?”. Y veréis como la respuesta más común será: “uf! agobiado (o agobiada)”. Ya lo sabéis, vivimos en un mundo que parece que nos exige estar corriendo todo el tiempo para llegar a hacer millones de cosas, si puede ser todas rápido y si puede ser toda bien (en ese orden). Y este oyente se ve en la situación de “tengo muchas cosas que quiero hacer, tengo que hacerlas todas, las que me gustan y las que no, no me está dando tiempo a todas, acabo procrastinando posiblemente las importantes porque las urgentes me comen, ¿esto es normal o es que yo soy muy malo organizándome?”. Pues la respuesta es: “es normal”. Lamentablemente es lo más normal del mundo. Lo cual no quiere decir que sea bueno o que nos vayamos a conformar y dejarlo así. Cuando escuches este podcast, “oyente misterioso”, seguro que estarás haciendo los deberes y en la próxima sesión podremos hablar de todo lo que hemos planteado para empezar a poner soluciones. Pero todos y todas las demás, que estáis escuchando. Si os sentís agobiados con la cantidad de cosas que hacéis, sentís que no llegáis a todo, vais retrasando las cosas que deberíais haber hecho antes, o las que os acercan a vuestros objetivos… escribidme, conte vuestro caso. No tiene por qué ser para una sesión, como la persona que decíamos, simplemente conte y si puedo deciros algo que os ayude estaré ya muy contento. Y si podemos comentarlo aquí para que ayude a más personas, pues aún mejor. Conclusión, que esa sensación es “normal”, pero no es la que queremos tener, así que ¡vamos a por ella! Y… ahora viendo el reloj, me alegro de no haber dicho cuántos comentarios leería hoy, porque el tiempo se nos acaba. Vamos a dejarlo por hoy, no sin antes recordaros que “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Y si nada raro lo impide (porque ahora mismo, mientras escucháis este episodio estoy conduciendo en dirección a Galicia) nos escuchamos de nuevo mañana a partir de las 7:11 de la mañana. Tengo un oyente y amigo que cuando sabe que estoy conduciendo me llama para ponernos al día, así que espero tu llamado en un rato. Y cualquier día os cuento algo muy interesante que voy a hacer hoy y mañana en un pueblecito de Galicia. Pero hasta entonces, ¡MUY BUENOS DÍAS!
Desarrollo personal 6 años
1
0
45
12:44
110. Primeras sesiones reales
110. Primeras sesiones reales
Hoy empezamos con ejemplos reales de primeras sesiones, siguiendo el esquema general que vimos la semana pasada. Así que prepararos para vuestras prácticas de coaching porque vais a tener que responder a algunas preguntas. Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Transcripción del episodio completo: Primeras sesiones reales Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Episodio 110 del viernes 1 de febrero de 2019. Hoy empezamos con ejemplos reales de primeras sesiones, siguiendo el esquema general que vimos la semana pasada. Así que prepararos para vuestra práctica de coaching que vais a tener que responder a algunas preguntas. Pero antes, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Especialmente estos días estoy comentando la opción que hemos dejado un poquito más ordenada en el apartado de sesiones en la web, que ya podéis visitar y contarme qué os parece. Bueno ya sé que a algunos os gusta esta opción, porque la estáis utilizando. Pero bueno, a ver qué os parece al resto y cómo podemos ir mejorando. Todo eso, a parte de los cursos, ¡por supuesto! Hoy es un día especial, porque por primera vez vamos a poner ejemplos reales de conversaciones o situaciones similares que se parecen mucho a una primera sesión de las que hablamos el viernes pasado en el episodio 105. O directamente sacadas (con permiso) de esas primeras sesiones con personas reales. Así que espero que os sirva para pensar un poco en varias opciones, en qué diríais, qué haríais o cómo enfocaríais cada caso. Además, luego os voy a dejar algunas preguntas para que planteéis vosotras y vosotros mismos cómo afrontamos la siguiente sesión de cada uno de estos casos. Y el viernes que viene empezaremos con ello. Evidentemente esta “prácticas de coaching” (entre comillas) no van a ser todo lo reales que deberían, simplemente porque no tenéis a la persona delante para conversar, hacerle preguntas e ir sacando conclusiones entre los dos. Pero bueno, sí servirá para que podáis haceros una idea de lo que pensaríais en cada caso y ver si cuadra o se parece a lo que en cada ocasión hayamos hecho. Casos reales modificados Vamos a hablar de varias sesiones, pero por supuesto vamos a cambiar los nombres, algunos datos e incluso puede que el sexo de la persona. Recordad que una de las primeras cosas que aprendemos cuando nos iniciamos en el coaching es aquello del acuerdo de confidencialidad (e incluso del código deontológico). Así que por mucho que tenga permiso para hablar de casos concretos, nunca será poniendo en riesgo esa confidencialidad. Recordamos la primera sesión Antes de empezar con los ejemplos, recordemos rápidamente que el viernes pasado hablamos de cómo enfocar esa primera sesión y nombramos 7 pasos que habitualmente se siguen y que nos pueden servir de esquema. Establecer una buena sintonía y sentar las bases de la confianza Manejar las expectativas del cliente Valoración del cliente y obtención de información Descubrir el problema más acuciante Diseñar la alianza del coaching Tratar con las cuestiones prácticas Compromiso con el programa de coaching Después ya vendría empezar con el proceso. Muy bien, pues empezamos con esa primera sesión en el primero de nuestros casos. CASO DE ESTUDIO 1: Susana En este caso se trata de… vamos a decir… Susana. 22 años, trompista y vive en un país europeo… por ejemplo Holanda (ya sería mucha casualidad que haya una Susana de 22 años trompista estudiando en Holanda, pero en todo caso, si conocéis a alguna, no estoy hablando de ella, me lo estoy inventando). Susana me a claramente agobiada y me pide ayuda. Tiene muchas cosas que hacer, no muchas clases pero sí bastantes proyectos en los que anda metida. Además tiene que trabajar porque ya agotó sus ahorros y desde su casa en España tampoco pueden mantener ese nivel de gasto que supone vivir todo el año en Holanda estudiando, así que los fines de semana trabaja en un restaurante. Y la sensación que tiene todo el día es de que no llega a todo lo que tiene que hacer, y por tanto siempre está “apagando fuegos”, salvando situaciones urgentes, pero nunca puede estudiar con calma e incluso tomarse un poco de tiempo libre para ella. ¿Os suena esta situación? Pues este era más o menos el mail de o que me envió Susana. Explicado con algunas palabras diferentes, pero en este sentido. Ahora, desde el punto de vista del coach, toca empezara plantearse muchas cosas. Por ejemplo, hemos recibido este mail, pero todavía no hemos hablado con Susana, solo tenemos esa primera descripción. Tampoco sabemos si de verdad tiene muchas cosas reales, objetivas, o es que tiene esa sensación de agobio aunque objetivamente no hubiera tantos motivos. Ni siquiera sabemos cómo es, qué capacidad de trabajo, de sacrificio o de compromiso tiene, o si está dispuesta a mejorar o no. Ni lo que pretende conseguir realmente pidiéndome ayuda en estas sesiones. Así que hay muchas cosas que aclarar. ¿Qué hacemos? Aquí vienen las preguntas para vosotras y vosotros: ¿Por dónde empezamos? ¿Qué primeros pasos damos? Incluso desde el punto de vista más práctico. ¿De qué manera amos y qué proponemos? ¿Cómo vamos a intentar establecer ese clima de confianza necesario para realmente llegar al fondo de la cuestión durante la conversación? ¿Cómo averiguamos y manejamos esas expectativas que quizás Susana tenga (o no) cuando nos ha escrito pidiendo ayuda? ¿Y qué siguientes preguntas podemos hacer? ¿Y con qué objetivos, claro? CASO DE ESTUDIO 2: Manuel Por otra parte, como segundo caso de estudio para el día de hoy, tenemos el caso de Manuel (por supuesto todo ficticio también), que vive en un pueblo cerca de Sevilla, por ejemplo (o de cualquier capital de provincia), es profesor de instrumento en una escuela de música, le gusta la enseñanza pero está quemado de trabajar horas y horas por poco dinero y sobre todo se siente desmotivado. No sabe bien por qué, pero aunque le gusta mucho dar clases de su instrumento, cada día tiene menos ganas de ir a clase. Tiene algún proyecto paralelo como un blog en el que escribe semanalmente sobre su instrumento y tiene mucho tiempo libre. Estudio un poco todos los días, escribe algunos días y trabaja 3 tardes por semana. Le gustaría ganar algo más de dinero, pero eso no es lo que más le preocupa, le da para vivir donde vive. Lo que peor lleva es la sensación de si debería estar haciendo lo que hace o no (y posiblemente escuchó alguno de aquellos episodios sobre el Ikigai, sobre personas que han cambiado de rumbo o sobre hacer lo que realmente te gusta hacer). Como veis, un caso totalmente diferente al de Susana. En este caso no hay un problema de agobio por tiempo, más bien al revés. El problema (aparentemente) está en la desmotivación y, a primera vista me atrevería a decir, en la falta de realización. Pero esto habrá que verlo. ¿Como planteamos esa primera sesión en la que vamos a hablar con Manuel? Otras preguntas en las que podríais pensar son: ¿De qué manera le pregunto para conseguir toda la información posible de la manera más objetiva? ¿Qué voy a darle a sus respuestas? ¿Cuál parece a primera vista el problema más acuciante? (aunque por supuesto tendremos que hablar con Manuel todavía) ¿Pensáis que hay algo ahora mismo que motivaría a Manuel, al menos para poder engancharlo a ese compromiso? Y no sigo preguntando porque si no voy a dar todas las respuesta hoy, y todavía nos queda hablar de estos casos el próximo viernes. Conclusiones En conclusión: ya hemos comentado las distintas fases de esa primera sesión y las cosas que habitualmente se tienen en cuenta. Pero sobre todo, este experimento de hacer prácticas con vosotras y vosotros tiene un doble objetivo: no solo que penséis en cómo ayudaríais a Susana y Manuel en sus casos particulares, sino que penséis si alguna de las cosas que hablamos en sus casos os suenan de algo, si os resultan familiares, por verlas en gente cercana o incluso en vosotros mismos. Ya sabéis, lo hemos dicho muchas veces, que siempre es más fácil ver las soluciones en otra persona, a la que en pocos segundos daríamos el consejo exacto que pensamos que solucionaría todos sus problemas. Pero verlo en nosotros mismos no es tan fácil. De esta manera, viendo los casos de otras personas, espero que si alguien se siente reflejado pueda pensar por un momento en qué intentaría preguntar a esa otra persona, y después preguntárselo a sí mismo o a sí misma. Y en todo caso, sea como sea, nos habrá servido para pensar un poco más en esas situaciones que siempre pueden llegar en el momento menos pensado. Y para saber que no somos raros si nos enfrentamos a algo similar. Conte qué os parecen estos casos. Quiero decir, qué os parece que traiga casos reales aquí para que pensemos entre todos. Si os gusta lo hago más a menudo y dedico todos los meses algún viernes a este tipo de episodios. Porque ya lo sabéis “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Hoy es viernes, así que espero que descanséis este fin de semana, que os relajéis, que recarguéis las pilas y que el lunes nos escuchemos de nuevo con toda la energía que requieren los lunes. Eso será a partir de las 7:11 de la mañana. Y hasta entonces, que tengáis ¡MUY BUEN FIN DE SEMANA!
Desarrollo personal 6 años
2
0
18
11:37
109. ¿Qué quieres mañana y qué haces hoy?
109. ¿Qué quieres mañana y qué haces hoy?
Cuando hablamos de productividad hablamos de la cantidad de cosas que hacemos, del tiempo que tardamos, de cómo optimizar esto al máximo… Pero ¿qué percepción tenemos de lo que queremos mañana y de lo que somos capaces de hacer hoy para alcanzarlo? Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Transcripción del episodio completo: ¿Qué quieres mañana y qué haces hoy? Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Episodio número 109 del jueves 31 de enero de 2019. Cuando hablamos de productividad hablamos de la cantidad de cosas que hacemos, del tiempo que tardamos, de cómo optimizar esto al máximo… Pero ¿qué percepción tenemos de lo que queremos mañana y de lo que somos capaces de hacer hoy para alcanzarlo? Pero antes de entrar en materia, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Creo que tanto mi voz como mi cabeza necesitan unos días de respiro, pero en cuanto todo esté en orden tendremos todo lo que falta para tener 4 cursos completos y eso quiere decir que… habrá que empezar con el quinto. Y por cierto ya he recibido alguna propuesta, así que empezad a darle vuelas a esto que en cualquier momento os toca decidir! Hoy es jueves. Y como todo los jueves, lo suyo es hablar de productividad, como llevamos haciendo los últimos 5 meses (de hecho hoy acabaríamos ya el quinto mes de podcast, parece mentira). Lo que pasa es que además de ser jueves, también estamos en unos días en los que yo mismo estoy un poco reflexivo, así que vamos a hacer una mezcla de episodio de los jueves y de los miércoles. Vamos a reflexionar sobre productividad, ¡dos en uno! ¿A qué me refiero con esto? Pues os cuento: Estos días estoy pensando mucho en una frase que creo que ya os he comentado alguna vez, esa que dice: La mayoría de las personas sobreestima lo que puede hacer a corto plazo y subestima lo que puede hacer a largo plazo. Esta es una frase que en alguna ocasión ha dicho Tony Robbins, ya sabéis, el coach más famoso del mundo, seguramente, y un tipo de que ha servido de inspiración para muchas personas. Bueno, la frase la podría haber dicho cualquier en realidad, no es una frase demasiado complicada de construir. Pero lo que significa, o lo que denota si es que estamos de acuerdo con ella, sí es muy importante y muchas veces muy revelador. Y por cierto, os adelanto que yo sí estoy de acuerdo con esta frase. A largo plazo Vamos a empezar por la segunda parte: o sea que “la mayoría de las personas subestima lo que puede hacer a largo plazo”… ¿Qué os parece? ¿Estáis de acuerdo? ¿Lo habéis visto cerca de vosotros, o lo habéis vivido? La verdad es que es algo bastante común, encontrar personas que pensando a largo plazo subestima sus posibilidades, la cantidad de cosas que podrían hacer o el valor de todo lo que podrían hacer. Yo (que ya os digo que estos días estaba reflexionando sobre esto) he recordado y reconocido muchos casos. Pero esto no quiere decir simplemente que ahora mismo todos nos creamos que somos capaces de hacer todo lo que queramos en la vida. Lo que sí quiere decir es que cuando pensamos en lo que queremos conseguir a largo plazo, debemos ser ambiciosos. Y después de plantear esos objetivos ambiciosos, empezar a construir desde el ahora hasta ese momento. Por que sí… aunque no sea cierto que todo el mundo puede conseguir todo lo que quiera, sí es cierto que si nos proponemos algo, ese algo es realista y lo hemos planteado bien, y ponemos los medios necesarios para conseguirlo, podemos alcanzar muchas más metas de las que nos imaginamos. Vale, hasta aquí la parte reflexiva, la de pensar a largo plazo, lo que subestimamos y lo que podríamos alcanzar… Pero ahora viene la parte productiva, la de los jueves de verdad. El corto plazo Y es esa parte que dice que “la mayoría de las personas sobreestiman lo que pueden hacer a corto plazo”. O sea, sería la diferencia entre pensar a largo plazo “uf, yo no creo que pueda alcanzar todo eso, mejor voy a plantearme metas menos ambiciosas”, pero a la vez en el corto plazo”voy a hacer esto y estoy y esto otro, y también esto, y puedo hacer también esto otro más y además seguro que acabo con aquello otro”. Y esto sí que es muy común… vamos, empezando por mí mismo, no lo vamos a negar. Además, la productividad es tan adictiva, que cuanto más productivo te percibes más quieres serlo, con lo que al final acabas obligándote a abarcar miles de cosas y sobreestimando tu capacidad para hacer tantas. Y lo que ocurre con esto es que, efectivamente, no es nada productivo. Es decir, si estamos sobreestimando lo que podemos hacer a corto plazo, seguramente estemos poniendo en nuestro calendar más cosas en una mañana, eventos más cortos porque pensamos que los vamos a terminar antes, menos descansos porque queremos hacer más cosas aún… Lo más probable es que pronto empiece a fallar nuestro calendar, que empecemos a cambiar eventos y dejarlos para más tarde, que se nos junten con otros, que acabe el día sin haber podido cumplir con todo lo que habíamos planeado, que se nos acumule para el día siguiente y tengamos que decidir “qué es más urgente”… Y bueno, ya sabéis, ¿tiene prioridad lo urgente o lo importante? Esto lo hemos hablado aquí muchas veces, y lo dejamos también bastante claro en el curso de Gestión del Tiempo para músicos. Cuando empezamos a priorizar lo urgente (porque nos pilla el tractor) sobre lo importante (que es lo que realmente nos acercaría a nuestros objetivos… ¿estamos siendo más productivos o menos? ¿Estamos gestionando bien nuestro tiempo para hacer todo lo que queremos hacer o todas las cosas que hacemos gestionan nuestro tiempo por nosotros? (que es la frase con la que empezamos el curso de gestión del tiempo). Estoy diciendo esto, pero estoy pensando a la vez en muchas personas concretas con las que tendría o he tenido esta conversación últimamente. Varias personas que últimamente me habéis escrito o con las que he tenido alguna sesión o simplemente con las que he conversado podrían estar en este caso. Podría estar hablando con Carles, con María, con Esteban, con Raquel, con David o con Miguel… ¡O conmigo mismo! Pues esta es la reflexión productiva de hoy. Pensemos por una parte si nos estamos cortando las alas nosotros mismos cuando pensamos a largo plazo, es decir: “no subestimemos lo que somos capaces de alcanzar”. Por que si lo planificamos bien, todas y todos somos capaces de hacer cosas increíbles (eso sí, diseñemos un buen plan de acción para ello). Pero por otra parte y muy a tener muy en cuenta si nuestro largo plazo empieza a ser más ambicioso: “no sobreestimemos lo que somos capaces de hacer a corto plazo”, o sea, no nos flipemos con todo lo que nos pensamos que somos capaces de abarcar en nuestro día a día. Intentar no sobreestimar Y como últimas pequeñas ideas para intentar no sobreestimar lo que somos capaces de hacer a corto plazo, os diría varias cosas. Esto no estaba previsto para este episodio, pero dentro de un ratito uno de vosotros va a recibir un mail con algunas de esas ideas como parte de nuestras sesiones, así que he pensado que estaría bien también acabar este episodio repasado algunas. Bueno, si pensamos que estamos sobreestimando lo que somos capaces de abarcar, os diría: Parar un segundo y repasar nuestros objetivos, la cantidad de ellos sobre todo. Y repasar, o mejor, hacer un lista de todo lo que hacemos día a día. Porque muchas veces vamos en un tren en marcha y no llegamos a ser conscientes de cuál es la velocidad que lleva ese tren. Ver si realmente todo lo que hacemos está siendo relevante para esos objetivos. Porque quizás estamos haciendo muchas cosas que no nos acercan lo más mínimo o muy poco a nuestros objetivos. Estirar un poquito nuestro calendario y dar algo más de tiempo a todas las tareas que tengamos previstas. Eso evidentemente hará que algunas no quepan, pero las ponemos para mañana. Al final de la semana, hacemos un pequeño repaso de cómo ha ido el plan, si estamos cumpliendo, si seguimos abarcando demasiado, si nos sobra tiempo… Y habría un par de cosas más que pensar, pero ya no serían directamente de productividad, así que las guardo para contároslas seguramente el próximo miércoles en el auténtico capítulo de reflexión del podcast. Por hoy, espero que esta pequeña parada productiva os dé algo en lo que pensar sobre lo que planeáis, lo que proyectáis para el mañana y lo que hacéis en el día a día hoy. Recordad que si estos episodios os gustan me haréis un gran favor si los compartís o los comentáis con alguien más, así cada vez vamos siendo más por aquí. Y si no os gustan, pues me lo decís y ya está, e intentaremos hacerlo más atractivo, porque “todo esto, como sabéis, solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Volveremos mañana con un nuevo episodio a partir de las 7:11 de la mañana. Y hasta entonces, ¡MUY BUENOS DÍAS!
Desarrollo personal 6 años
2
0
29
12:25
107. Las cuatro Cs de la educación
107. Las cuatro Cs de la educación
Si el martes pasado hablábamos de enseñar conocimientos, creatividad o conducta, hoy entramos de lleno en la conocidísima regla de las 4 Cs del aprendizaje o de la educación. Así que vamos a ver qué es eso de que los 4 pilares de la educación empiezan por C. Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Transcripción del episodio completo: Las cuatro Cs de la educación Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Episodio número 107 del martes 29 de enero de 2019. Si el martes pasado hablábamos de enseñar conocimientos, creatividad o conducta, hoy entramos de lleno en la conocidísima regla de las 4 Cs del aprendizaje o de la educación. Así que vamos a ver qué es eso de que los 4 pilares de la educación empiezan por C. Pero antes, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Notaréis que hoy no voy a llegar a tiempo de publicar la nueva clase del curso. Y es que simplemente… a veces es materialmente imposible. Pero, recuperaremos, como siempre, así que en breve tendréis la clase de hoy y todo lo que quede para completar esos 4 cursos a los que, por si no sabéis de lo que estoy hablando, os podéis apuntar por… ahora mismo 4€/mes. Parece increíble, pero todavía no me he quedado sin voz. En el episodio de ayer sí tuve que parar un par de veces para beber algo o para aclararme la garganta. Así que vamos a ver qué tal se nos da hoy. Eso sí, ya sabéis que mientras haya un poquito de voz, por aquí seguiremos contando estas cosas. Hoy es martes, y los martes nos toca hablar de educación, enseñanza, aprendizaje y estas cosas. Y de algunos conceptos que nos pueden ayudar en nuestra labor como docentes. Como os recordaba antes, el martes pasado ya dijimos que hoy hablaríamos de las 4 Cs de la educación. Estuvimos reflexionando sobre qué enseñamos exactamente cuando vamos a nuestras clases, si estamos trasladando conocimientos, conductas o creatividad. Simplemente como una reflexión. Pero quedaba pendiente para hoy hablares de esto de las cuatro Cs, de lo que en realidad se ha escrito mucho. Bueno, vamos a entrar en materia: La educación hoy en día Hoy en día, casi todo el mundo está de acuerdo en que nuestro sistema educativo debe mejorar, avanzar, en un mundo en que todo cambia muy rápido. Seguro que habéis escuchado esa frase que dice: “Nuestros hijos trabajaran en trabajos que todavía no se han inventado” Pero claro, esto nos pone en un situación un poco difícil si lo que nos planteamos en nuestras clases es aquello de trasladar conocimientos, porque… seguramente no tendremos ningún conocimiento que trasladar sobre algo que todavía no existe. Total, que podríamos pensar en cuáles son las cosas que podemos enseñar a nuestros alumnos. Vamos a pensarlo concretamente en nuestras clases de música. Evidentemente tocar un instrumento es tocar un instrumento, y por mucho que hayan evolucionado muchos de los instrumentos que hoy tocamos, la base de lo que significa hacer sonar un instrumento o tocar una obra del periodo clásico, barroco o romántico, no ha cambiado ni cambiará mucho en los próximos años. Pero la cosa va un poco más allá. No me refiero a qué enseñamos en relación al instrumentos que nuestros alumnos o alumnas tocan, sino para qué mundo musical les preparamos. En realidad debería ser para qué mundo les preparamos, en general, porque tenemos una buena parte de responsabilidad en la enseñanza en general de nuestros pequeños y pequeñas. Pero aún si quisiéramos centrarlo solo en el apartado musical: ¿las necesidades que tendrá un músico dentro de 10, 15 o 20 años, serán las mismas que ahora? o las mismas que tuvimos nosotros quizás hace 15 o 20 años? Por ejemplo, yo me he formado en un tipo de educación en el que lo importante, o casi lo único asumible era estudiar mucho, y acostumbrarse a intentar ganar a los demás, porque el objetivo iba a ser entrar en una orquesta profesional. Si no era posible tras unos años, intentar aprobar oposiciones en un conservatorio. Vale. Esas eran nuestras necesidades, nuestras aspiraciones, y en base a eso actuábamos (o nos dejábamos actuar, si me permitís decirlo así). Pero, ¿eso vale para los próximos años? Voy a poner un ejemplo de lo que tengo más cerca. Los y las que estáis ahora mismo escuchando desde México, Chile, Perú e incluso Argentina había bastante gente, podéis trasladar lo mismo a vuestra situación, imagino, pero aquí lo tengo clarísimo: Cada año terminan la carrera en España entre 40 y 50 percusionistas. Serán muchos más violinistas y otros tantos de otros instrumentos, pero por poner el caso que más de cerca conozco. Algunos estudiarán un máster, otros empezarán a opositar, buscarán trabajo durante unos años, los que fueron a estudiar un máster volverán, y cada año se seguirán sumando entre 40 y 50 nuevos percusionistas a esa lista de gente buscando trabajo. Si pensamos en esa forma en la que os digo que yo fui creciendo como percusionista, una gran parte de esas personas que hay en la “lista de espera” para encontrar un trabajo, intentarán encontrarlo en una orquesta. Pero cada año salen como mucho 1 o 2 plazas de percusión en orquestas españolas, o a veces ninguna. Y cada años seguimos sumando percusionistas a la lista… ¿Vale hoy en día esa lógica? Ya sé que estáis pensando que no. Pero entonces, ¿de qué manera enseñamos? ¿en qué nuevos pilares nos apoyamos? Pues por fin, después de este largo rodeo (que más que nada era para que pensarais que no se trata de algo que se de la enseñanza ordinaria y que a los músicos no nos afecta) llegamos a esos cuatro pilares: Las 4 Cs de la educación … que espero que nos den algunas respuestas. Para nombrarlas ya rápidamente, las 4 Cs son de: Colaboración Creatividad Pensamiento Crítico Comunicación Es algo de lo que por cierto cada vez se habla más en la educación formal. No sé por qué me temo que más en Educación Infantil y no tanto conforme nuestros pequeños crecen y van al instituto. Pero no puedo asegurar esto, es solo una percepción. Desde luego, pude advertir varias de estas cosas en la reunión de ayer lunes de la clase de 5 años de Adam, en la que Ana, la profesora nos contaba lo que están haciendo este trimestre. Lo desconozco, así que posiblemente me esté equivocando en lo que digo de los institutos, pero bueno, mi idea en todo caso es acercarlo un poquito más aún a las escuelas de música y conservatorios en esta conversación de hoy, y sobre todo en la responsabilidad que cada uno o cada una tenemos, acercarlo directamente a nuestras clases. ¿Podemos apoyarnos en las 4 Cs como pilares para nuestras clases? Vamos a verlo: Colaboración En cuanto a la colaboración en el aprendizaje. Bueno, incluso hemos hablado alguna vez del aprendizaje colaborativo (en el episodio 57 concretamente). Si somos capaces de conseguir que nuestros alumnos y alumnas compartan un objetivo común, trabajen en equipo, se ayuden unas a otros y no den por zanjada cada actividad hasta que el total del grupo lo haya aprendido, imaginad lo que tenemos ganado ya. Y esto puede ser también en nuestras clases de música, incluso de instrumento. La pregunta en este apartado es: ¿estarán mejor preparados nuestros alumnos y alumnas, aunque no sepamos para qué, si son capaces de trabajar en equipo y colaborar? Creatividad Sobre la segunda C, creatividad, también hemos hablado. Bueno, de hecho el martes pasado hablábamos de creatividad y de si enseñamos o no esto. Todas y todos sabéis de qué se trata así que no le daré muchas vueltas, pero entonces os hago la misma pregunta que antes: Aún no sabemos a qué tipo de realidad musical (o vital) tendrán que enfrentarse nuestros alumnos y alumnas en el futuro pero ¿estarán mejor preparados si han trabajado su creatividad desde pequeños? Y si la han trabajado en varios campos, pero también en el de la música. Y en este caso no me refiero a que se expresen libremente y puedan crear lo que quieran, improvisar y tener muchas ideas (que también es importantísimo), sino directamente de ser capaces de encontrar soluciones diferentes a los mismos problemas de siempre. Pensamiento Crítico El pensamiento crítico es el tercero de los pilares de la educación, de las cuatro Cs de hoy. Y no, no se trata de criticar, como a veces hemos dicho que a todo el mundo le gusta criticar. Se trata de contrastar opiniones, argumentos y puntos de vista y formar un criterio propio y fundado. Muchas veces con la enseñanza directa… (muchas veces no, siempre) lo que hacemos es anular ese pensamiento crítico, hacer ver al alumno o alumna que nosotros tenemos la solución y que esa es la que tiene que adoptar. Y acostumbramos a trasladar nuestro criterio a las otras personas, para que tengan algún criterio con el que pensar después, pero no será su propio criterio si no les hemos dado la oportunidad de formarlo de una manera realmente crítica. La misma pregunta, ¿estarán mejor preparados para cualquier situación futura si son capaces de analizar, discernir, contrastar y decidir? Comunicación Y por último tenemos la comunicación. Que no es solo la capacidad de comunicar, sino la capacidad de escuchar (o asimilar) lo que otras personas comunican. En nuestro caso, es tan evidente lo importante (o lo imprescindible) que es comunicar. Estamos hablando de música, el lenguaje universal, ¿no? Y todos entendemos que la escucha es fundamental, la expresión, lo que cada mensaje lleva de cada uno de nosotros… Así que por supuesto no podemos dejar de lado esta cuarta C de la educación. Conclusión La conclusión de todo el episodio de hoy sobre las cuatro Cs podría resumirse en un frase, que no es que sea una frase famosa sino que os la digo yo ahora mismo: Si enseñamos a tocar un instrumento, estaremos preparando a nuestros alumnos y alumnas para tocar ese instrumento en el futuro. Pero si les enseñamos a trabajar en equipo, a ser creativos, a pensar de una manera crítica y a comunicarse, les estaremos preparando para cualquier cosa a la que se enfrenten en el futuro. Así que… vosotras y vosotros diréis! No solo eso, sino que además espero que me lo digáis, porque “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Volveremos mañana con nueva reflexión a partir de las 7:11 de la mañana. Y hasta entonces, ¡MUY BUENOS DÍAS!
Desarrollo personal 6 años
0
0
17
13:13
106. Nos vamos de evento
106. Nos vamos de evento
Hoy lunes os voy a contar algo que he hecho este finde, aunque por supuesto tendrá como trasfondo uno de esos consejos prácticos que siempre hablamos los lunes. Enseguida os cuento mi experiencia como público en el evento TedX Youth Madrid. Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Sesiones de coaching de músicos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Transcripción del episodio completo: Nos vamos de evento Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Episodio del lunes 28 de enero de 2019, que es el 106 ya. Hoy lunes os voy a contar algo que he hecho este finde, aunque por supuesto tendrá como trasfondo uno de esos consejos prácticos que siempre hablamos los lunes. Enseguida os cuento mi experiencia como público en el TedX Youth Madrid Event. Pero antes, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Estos días he estado actualizando la página dedicada a las sesiones, así que ya podéis encontrar un poco más de información sobre este tema. Además vamos avanzando poco a poco con los cursos… Así que dentro de poco tendremos que elegir de nuevo. Pronto os preguntaré. Y si creéis que falta cualquier cosa, pues ya sabéis, me lo decís y lo intentamos! Hoy tengo que confesar que este fin de semana casi hago algo de lo que me hubiera arrepentido mucho. Bueno, que ahora sé que me hubiera arrepentido… Os explico: este fin de semana estuve un poco resfriado (que es una de las grandezas de tener un niño de 5 años, que mucha vitamina C, muy buena alimentación y todo lo que quieras, pero al final caes). Bueno, y el sábado en concreto me desperté no muy bien, congestionado y sin mucha energía. Y tenía una entrada para asistir al evento que os he dicho, al TedX Youth Madrid. Pero cuando me desperté pensé: “uy, hoy va a ser un día largo, luego tengo una clase por la tarde, luego una mini reunión y función en el teatro por la noche, así que… igual no voy al TedX, me quedo descansando por la mañana”. Pero luego me estaba dando una ducha y pensando: “la verdad es que podría ir, aunque sea un ratillo, y si veo que no me encuentro bien salgo”. Total, que al final fui. Y efectivamente, el día después se hizo largo, fue enlazando cosas una detrás de otra, pero ahora mismo la sensación que tengo es de que valió la pena el esfuerzo, tomar la decisión de ir. Y mira que hubiera sido fácil decidir quedarme en casa… TedX Youth Madrid Lo que pasó allí posiblemente lo conozcáis si habéis tenido ocasión de ir a un evento como este, un TEDx en cualquier ciudad del mundo donde se celebre una edición. Supongo que no mucha gente (o sea, nadie) de los que me escucháis esto habréis tenido ocasión de ir al auténtico Evento TED. Esta edición del TEDx Youth Madrid tenía el título de “Inconformes“. Y no era un TEDx “normal” sino un TEDx Youth, lo que significa que tanto la organización como los ponentes eran menores de 26 años. Las ponencias fueron bastante variadas, y por ejemplo si yo fuera con la perspectiva de escuchar algo sobre música, posiblemente me hubiera aburrido, salvo en una de las charlas. Lo interesante era precisamente ver a tantos y tantas jóvenes explicando sus carreras, sus proyectos o su forma de ser “Inconformes”, cómo toman las riendas de lo que quieren hacer y se esfuerzan para conseguirlo. Encuentros inesperados Además, me llevé alguna sorpresa agradable, me encontré con 2 antiguos profesores de mi colegio. Yo estudié en Valencia, en Godella concretamente. Pero este sábado, mi antigua profesora de inglés y el que fue tutor varios años de mi clase y profesor de Ciencias Sociales primero, y de Historia del Arte después en el Instituto, se habían tomado la molestia de hacerse 360km para asistir a este evento. Y yo que casi me quedo en casa por la mañana. Hablando con estos profesores fue cuando en alguna parte de la conversación pensé en contaros esto, en lo importante que es ir a los lugares donde la gente está deseando mostrar, enseñar, compartir TEDx es voluntario Bueno, digo compartir, porque no sé si sabéis que toda la organización y todos y todas las ponentes de estos eventos son voluntarios y voluntarias. Nadie cobra por ir a hablar a un evento TEDx. Y allí había 8 o 9 jóvenes con unas ganas tremendas de compartir sus trabajos y de aportar todo lo que pudieran. Ponencias Hubo charlas sobre educación, sobre violencia y explotación sexual, sobre política, sobre biología, sobre activismo, sobre innovación, sobre relaciones sociales, sobre inteligencia artificial, sobre arte… Y la verdad es que estar en el público y ver todo aquello fue muy inspirador. Bueno, de hecho, tengo que reconocer que estaba tomando notas cada dos por tres sobre temas de los que leer más, gente a la que conocer, posiblemente intente entrevistar aquí a alguna de las personas (las que crea que encajan más con la temática de este podcast), y muchos temas que también podríamos hablar aquí. Y luego, me dio para pensar también en la valentía y solvencia con la que toda esa gente tan joven salía a hablar delante de 500 o 600 personas, a contar sus cosas. A veces yo mismo me planteo lo que he aprendido haciendo este podcast y acostumbrándome a hablar con la esperanza de que lo que digo lo escuche mucha gente. Pero en ese caso, era un caso real de estar hablando a cientos de personas. Y claro que en algún momento hubo algún pequeño lapsus, algo de nerviosismos cuando parecía que alguien podía quedarse 3 segundos en blanco (si no fuera así, estaríamos hablando de conferenciantes internacionales con años y años de experiencia, de los que por cierto, también vino uno, como invitado). Pero no os podéis ni imaginar la sensación general de jóvenes super preparados que rondaba por aquella sala. Mensaje Y sobre todo, jóvenes que en lugar de quedarse viendo Youtube en su casa, se plantaron allí a contarles al mundo (porque esto se retransmite después en todo el mundo) lo que han hecho para coger las riendas de sus vidas y aportar al mundo lo que querían aportar. Conclusión Sé que dicho así suena como las típicas frases de mensajes promocionales, eso de “coger las riendas de tu vida”. Pero si lo pensáis bien, esto no está tan lejos de lo que realmente significa el coaching. Se trata de coger las riendas de tu vida: saber dónde quieres llegar, analizar tu realidad y poner los medios y las acciones necesarias para alcanzarlo, ¿verdad? Un buen título para este episodio hubiera sido precisamente “Inconformes” y un buen consejo podría ser ese. “no conformarnos con lo que nos dan hecho”. Pero para hablar de inconformismo, de pelear, de intentar cambiar el mundo que nos rodea vamos a tener muchos episodios por delante. Así que el consejo de hoy no es tanto el de fondo, sino uno mucho más sencillo. Y es simplemente: id a eventos, id a lugares donde aprender, esforzaros por ir a esos sitios donde sabéis que os van a aportar cosas nuevas (ya tengan que ver con la música o con la temática concreta que os interese o no). Id, escuchad, aprended, y no dejéis de dar importancia a todo eso que la gente hace, que está dispuesta a contar y que nos puede aportar tanto. Y no dudéis en contarme el último evento al que habéis ido, o el próximo al que iréis, o si vais a montar un evento propio, si habéis participado en alguna charla últimamente. Conte todo lo que queráis incluido de lo que queréis que hablemos aquí, porque “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Volveremos mañana martes con un nuevo episodio. Y hasta entonces, ¡MUY BUENOS DÍAS!
Desarrollo personal 6 años
0
0
11
10:05
105. La primera sesión
105. La primera sesión
Llegamos a un nuevo viernes y toca hablar de coaching. Tanto que hoy vamos a empezar con un pequeño ciclo que casi va a ser como hacer juntos nuestras prácticas de coaching. Así que poneros el traje de coach que empezamos con la primera sesión. Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Transcripción del episodio completo: La primera sesión Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Episodio número 105 del viernes 25 de enero de 2019. Llegamos a un nuevo viernes y toca hablar de coaching. Tanto que hoy vamos a empezar con un pequeño ciclo que casi va a ser como hacer juntos nuestras prácticas de coaching. Así que poneros el traje de coach que empezamos con la primera sesión. Pero antes, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Acaba una semana más en la que hemos avanzado un poquito en las clases de los cursos. Así que no voy a hacer más que recordaros (para todos y todas las que aún no habéis dado el paso) que en coachingdemusicos.com tenéis esos curso que van a ir creciendo, sobre todas esas habilidades que un músico necesita (además de tocar el instrumento, claro). Echadle un vistazo y me contáis qué os parece. Tenemos por delante una primera sesión de coaching. Resulta que una persona nos a, nos dice que quiere trabajar con nosotros y nosotros le proponemos una primera cita para conocernos. Porque sí, hoy vamos a ponernos todas y todos en el papel del coach. Quizás ya sabéis algo sobre el tema (porque puede que hayáis escuchado alguno de los 104 episodios anteriores o habéis leído en otros sitios). O quizás os interesa para el futuro. Por ejemplo yo empecé a interesarme por el coaching después de darme cuenta en mis clases de que necesitaba de alguna manera conocer y conectar mejor con las personas que tenía delante. Por qué no puede que en el futuro os planteéis ser coach o trabajar ciertas técnicas al menos. Así que ya sepáis más o menos, o ya estéis más interesados o menos en ser coach, hoy empezamos con esa primera sesión. Vamos a ver cómo sería, cuáles son los estándares y también alguna cosa que quizás no sea tan estándar pero que en mi caso particular funciona. Primer o Primera sesión, que para mí es la sesión 0, sesión de acercamiento, conocernos o como queráis llamarle. Por ejemplo, María de Marcos (ya sabéis que es una de mis coach de referencia) lo llama “sesión de descubrimiento”. En todo caso, no se trata de un día en el que vamos a poner grandes soluciones a nada, sino de un día para conocernos, y empezar a tomar o con la situación. Esto a veces choca con la persona, porque tened en cuanta que cuando alguien llega al punto de llamar a un coach y pedir una cita, lo normal es que el tema le lleve ya semanas o meses rondando la cabeza, y a veces si estamos en esa situación no somos conscientes de que la otra persona no sabe nada de todo eso que para nosotros ya es todo obvio. Así que desde el punto de vista del coach es importante mantener la calma, no querer correr demasiado y entenderlo todo bien, haciendo todas las preguntas necesarias. Y también hacer ver a la persona que estamos entrando en el tema en este momento y que entendemos todo el tiempo que lleva con ese tema en la cabeza pero que tiene que entender que nosotros nos estamos poniendo al día ahora. Además de todo esto, vamos a tratar la explicación de esta primera sesión desde dos puntos de vista: lo que hacemos y decimos (estructura de la sesión) y cómo lo hacemos, cómo lo decimos (ambiente o clima de la sesión). De hecho, vamos a empezar por lo segundo, por el clima. E iremos estructurando la sesión en base a uno de los guiones que podría ser habitual. El primer punto sería… Establecer una buena sintonía y sentar las bases de la confianza Esto es fundamental. Tened en cuanta que cuando una persona decide iniciar un proceso con un coach, va a verse muy vulnerable, mostrará muchas veces ciertas inseguridades, frustraciones o diferentes problemas que tenga o que perciba. Por tanto es muy importante que el ambiente general de la sesión sea de confianza y buena sintonía. Y esto desde el primer momento, claro. Es como aquello de “solo hay una oportunidad de causar una primera impresión”. Pues aquí solo hay una oportunidad de empezar con una buena sintonía. La cercanía, la empatía y la inteligencia emocional en general son muy importantes en este comienzo. Además algo muy importante, que afecta también a la confianza es dejar claro el acuerdo de confidencialidad. Todo lo que se hable en una sesión con un cliente es absolutamente confidencial. Como hemos dicho, la persona tiene que sentirse libre de expresar sus sentimientos, emociones, miedos, frustraciones, preocupaciones… Y para todo esto ayuda saber que el coach mantendrá en la más estricta confidencialidad todo lo que diga. La siguiente fase sería la que llaman: Manejar las expectativas del cliente Esto quiere decir que es importante que el cliente sepa qué es lo que será posible obtener a través de las siguientes sesiones y qué no. El coach suele ver cuánta información tiene el cliente respecto a lo que significa el coaching y en qué ámbitos trabaja, y si detecta alguna duda o algo un poco distorsionado, vale la pena explicar el trabajo que se va a hacer y cómo puede resultar. Lo más importante es que esto quede claro, así el cliente no se llevará a engaño o frustración si los resultados no son los que esperaba. Después llegaríamos a la fase de… Valoración del cliente y obtención de información En este punto, se supone que ya estamos en un buen ambiente, se puede hablar con confianza y la persona sabe a qué se atiene y qué es lo que puede esperar. Así que partiendo de ahí, le tocaría explicar la situación. Podemos iniciar esta fase directamente con la pregunta: “Cuéntame, ¿cuál es la situación?“ Y aquí es donde antes decíamos que es importante que preguntemos si no entendemos algo y que hagamos ver al cliente que no tenemos por qué saber todo lo que igual él o ella ya da por sentado. Además, esto le servirá para afianzar algunas cosas mientras las dice o descubrirlas si de repente tiene que pensar en cómo explicar algo. En esta fase, si vamos a trabajar con PNL, es muy importante el lenguaje, los patrones de lenguaje que el cliente utiliza, analizar su sistema de representación, la actitud y el lenguaje no verbal, que nos va a dar mucha información. (de hecho, estoy seguro de que pronto haremos un curso de comunicación no verbal en coachingdemusicos.com). Si hubiera la más mínima duda, es importante intentar resolverla, o sea, repreguntar si es necesario, algo como: “Entonces ¿me estás diciendo que…?” o “¿quieres decir que esto….?”. Y una vez explicado y analizado todo, llegaría el momento de… Descubrir el problema más acuciante O sea, qué es lo primero que podríamos trabajar, o porque sea lo más grave o porque sea lo más fácil de resolver y nos permita rápidamente centrarnos en otras cosas. Esto por supuesto no es algo que decidamos nosotros, sino que siempre se trata de debatirlo con el cliente. Tened en cuanta, como decimos siempre (y cuando hablamos de nuestras clases y los alumnos y alumnas) si la persona participa en las decisiones va a estar mucho más motivada y comprometida con las soluciones. La misión en el fondo de esta fase es que la propia persona identifique qué es lo primera que debería resolver, trabajar, desarrollar o lo que sea necesario. Así después podemos empezar con la fase de… Diseñar la alianza del coaching En la que ya debatiríamos sobre las posibles opciones, qué cosas podríamos hacer para mejorar, cuáles no funcionarían en nuestro caso… O sea, una primera especie de valoración de plan. Todo sin entrar muy en detalle, porque de hecho, ni siquiera hemos analizado bien los objetivos y la realidad. Pero sí podemos llegar a una conclusión sobre el tipo de acciones que funcionarían mejor que otras. Y esta información va a ser muy valiosa para el futuro. Tras esto, y antes de seguir, llega el momento de… Tratar con las cuestiones prácticas Estas cuestiones en realidad no tienen mucho que ver con el coaching, pero son importantes porque es el momento de llegar a un acuerdo sobre los horarios de las sesiones, la periodicidad, el canal (las podemos hacer en persona o por teléfono o por videoconferencia, on incluso coaching por WhatsApp he llegado a escuchar por ahí). Y si no ha quedado claro antes, también cuáles van a ser los honorarios, el precio de las sesiones, la forma de pago. Que aunque parezca algo material y a todos nos encantaría tratar solo les temas artísticos o personales, no deja de ser importante dejar claro todo para que no haya malos entendidos. Y este es un buen momento porque ya hay confianza para hablar, ya hemos escuchado al cliente, ya hemos hecho una pequeña valoración incluso de los primeros pasos que podríamos dar y de las posibles formas de hacerlo. Así que es un momento ideal para organizar las cuestiones prácticas, o sea, ofrecerle un plan de trabajo al cliente. Si todo lo anterior es aceptado, se llega al acuerdo o al… Compromiso con el programa de coaching Ya sabemos que si no hay compromiso por las dos partes una relación de confianza como esta no va a llegar muy lejos, así que tanto estando de acuerdo con todo lo hablado como sintiendo el estado emocional adecuado, es importante que existe ese compromiso. Y además el compromiso de revisarlo cada cierto tiempo y afianzarlo. Para así poder por fin… Comenzar el proceso Y ¿por dónde empezamos? Pues como ya sabremos cuáles son los puntos más acuciantes, podemos empezar a centrarnos en ellos. Y lo haremos, como ya sabéis siguiendo una de las técnicas estructurales que ya conocéis. De todas formas, hablaremos mucho más de ello en los siguientes capítulos de los viernes. En mi caso Todo esto que os he contado es una forma bastante estándar de afrontar una primera sesión (de hecho, sería lo que se recomienda o se explica en los cursos de coaching). En mi caso, antes de terminar, os cuento que hay alguna de estas fases que pasa muy rápido o que ni siquiera existe. Por ejemplo, cuando alguien me a, posiblemente ya me conoce o me ha escuchado en este podcast o en los cursos. ¿Qué quiere decir esto? Que de alguna manera ya hay cierta confianza, aunque no nos conozcamos. Pero esa sensación de estar hablando con alguien a quien has escuchado mucho hablar, hace que si te causa ya una buena impresión, te gusta su forma de explicar las cosas y en general te da buen rollo, le as. Si no no lo haces, directamente. Con lo que la fase de establecer sintonía suele ser muy rápida siempre en mis sesiones. La de manejar las expectativas del cliente, en mi caso también es rápida. Porque normalmente las personas ya saben un poco de qué manera voy a ser capaz o no de ayudarles, por lo mismo, porque me han escuchado ya o porque soy bastante claro desde el principio, con lo que suelo tenerla en cuenta, pero no dedicarle mucho tiempo. Donde sí dedico mucho tiempo es en que la persona me explique la situación, cómo la siente, cómo la vive. Y hacer preguntas para analizarla desde distintos puntos de vista. Las cuestiones prácticas suelen estar claras desde antes también, o bien está la información en alguna web (esto tengo que terminar de pulirlo en la coachingdemusicos) o ya lo hemos hablado antes. De todas formas, hacia el final de la sesión no está de más repasarlo y confirmarlo. Y lo que sí hago siempre siempre siempre es… ¡¡¡Mandar deberes!!! Si hay acuerdo y vamos a continuar con las sesiones (bueno, o a empezar, porque recordemos que esta para mí es la número 0), no vamos a dejar pasar una semana sin adelantar nada. Así que para la primera sesión hay deberes, que suelen tener que ver con esa tarea más acuciante y con los objetivos que se pretenden en ese campo. Así ya en la primera sesión nos ponemos manos a la obra. Y esto es todo. Una primera sesión cargadita de información, ¿verdad? Pues esto no es nada comparado con todo lo que nos queda por delante. Así que prepararos que estas prácticas de coach van a ser completitas. Lo que haremos a partir del próximo viernes es empezar con el proceso de coaching, del cuál ya sabéis varias estructuras, pero esta vez poniendo varios ejemplos reales para que podáis ir pensando qué preguntaríais, qué haríais o cómo enfocaríais cada sesión. Y me vais contando por dónde van vuestras ideas. Así de verdad seréis los coach de nuestros caso. Y de verdad “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Conte qué os parece este nuevo plan de los viernes. Espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Volveremos el lunes a partir de las 7:11 de la mañana. Y hasta entonces, descansad, recargad pilas, no trabajéis demasiado si podéis, y pasad ¡MUY BUEN FIN DE SEMANA!
Desarrollo personal 6 años
0
0
21
14:26
104. Cómo organizar nuestro Drive (o similar)
104. Cómo organizar nuestro Drive (o similar)
Hoy es un episodio un poco diferente. Hablamos de productividad, por supuesto, pero de una manera que igual muchos no relacionáis con una habilidad directiva o con algo directamente relacionado con el coaching. Pero me parece importante, así que vamos a hablar de organizar nuestro Drive. Ver en iTunes · Ver en iVoox · Ver en Spotify Enlaces y notas del episodio Página de podcasts Página del blog Todos los cursos Curso de liderazgo Registro en los cursos Formulario de o para Facebook de Coaching De Músicos Transcripción del episodio completo: Cómo organizar nuestro Drive (o similar) Muy buenos días! Bienvenidas y bienvenidos a Coaching De Músicos … el podcast en el que hablamos sobre conceptos, hábitos, técnicas, estrategias, conductas, habilidades y competencias del coaching pero enfocadas esta vez a la enseñanza musical y la vida del músico en general. Porque sí, ¡los músicos también tenemos vida! Y aunque a veces se nos olvide, detrás de cada instrumento hay una persona! Así que vamos a dedicar un poco de tiempo cada día a hablar de esa persona, a hablar de ti: de tus necesidades, aspiraciones, deseos, ambiciones, valores, creencias, miedos, frustraciones… y todo lo que esté en nuestra mano. ¡Esto es Coaching De Músicos! Hoy es jueves 24 de enero de 2019, cumpleaños de mi padre (que sé que no me escucha aquí, pero igualmente “felicidades papá”) y episodio número 104. Hoy es un episodio un poco diferente. Hablamos de productividad, por supuesto, pero de una manera que igual muchos no relacionáis con una habilidad directiva o con algo directamente relacionado con el coaching. Pero me parece importante, así que vamos a hablar de organizar nuestro Drive. Pero antes, deje que os recuerde que toda la información, el podcast, el blog, las sesiones, los cursos online y todo lo que necesitéis, lo podéis encontrar en CoachingDeMúsicos.com. Poco a poco vamos terminando con nuestro curso de liderazgo. Pero bueno, nos quedan aún al menos un par de clases, empezando por la de hoy. Este curso os está gustando mucho (bueno, lo elegisteis vosotras y vosotros, así que tiene sentido). Así que dentro de poco empezamos a plantear el siguiente y os pregunto de nuevo. Y si no estáis todavía suscritos a los cursos, ya sabéis dónde están, ¿no? os lo digo todos los días: en coachingdemusicos.com y todavía por 4€/mes Uf, cada vez digo más cosas en durante la sintonía de entrada y casi no me da tiempo. Voy a tener que poner más música o quitar información al final. Bueno, ¿cómo estáis en este fantástico y super productivo jueves 24 de enero? Ya veis cómo vengo yo de energía, así que si hoy os falta un poquito, pedidme que voy sobrado. No sé por qué, la verdad, pero el caso es que estoy muy enérgico estos días. Y además hoy hablamos de uno de mis temas favoritos. Creo que junta un poco de todo lo que me gusta. Hoy vamos a hablar de organizar nuestro Drive. ¿Qué es el Drive? Vale, primero vamos a definir qué es esto del Drive. Me estoy refiriendo a Google Drive, esa nube donde almacenar y organizar nuestros documentos. En principio, no tendría por qué ser Google Drive en concreto, lo que os cuento hoy podría valer para cualquier sistema de organización de archivos, cualquier servidor, disco duro, o también otras nubes que no sean Drive, como Dropbox. OneDrive o cualquier otra. Pero yo os voy a hablar de Google Drive porque es la que más utilizo (también tengo un plan de pago de Dropbox, pero utilizo mucho más la de Google). ¿Por qué os hablo de esto? Y ¿por qué os hablo de esto en un podcast que va de coaching? Bueno, pues ya sabéis que los jueves hablamos de productividad. Y aunque pueda no parecerlo, la forma en la que organizamos nuestros discos, nuestras carpetas o nuestros documentos va a hacernos cada día un poco más productivos o un poco menos. Y yo justamente hoy, a media mañana tengo una reunión con una empresa para explicar precisamente cómo utilizar Google Drive para ser más productivos en el trabajo diario. Así que he pensado que sería un buen tema para tratar aquí (y así os enteráis antes que ellos de cómo va esto). Además, la organización es una de esas habilidades directivas de las que tanto hablamos aquí y también en el curso de liderazgo. Es una habilidad que bien desarrollada nos puede ayudar en nuestro trabajo, en nuestro estudio o en nuestra vida en general. De hecho todo el mundo necesita desarrollar esta habilidad si quieres ser productivo, y cuanto mejor sepamos hacerlo, más lo seremos. Y ya sabéis que el coaching hace precisamente a eso, ayuda a plantear nuestras metas, analizar nuestra realidad y cubrir el camino entre los dos puntos, posiblemente desarrollando algunas habilidades, así que esta puede ser una muy interesante para todas y todos vosotros! ¿Qué podemos organizar? Y ¿qué es lo que podemos organizar los músicos? Pues… Los músicos tenemos partituras, documentos, contratos, nóminas o facturas, propuestas de concierto, fichas de seguimiento de nuestros alumnos, audios, videos (tanto de conciertos grabados como videos que utilizamos durante los conciertos),… además de todo lo que cualquier persona normal (quiero decir, que no sea músico) también tiene en sus documentos. Y vamos, yo os aseguro que no podría hacer ni la mitad de lo que hago si no tuviera mi Drive bien organizado. Así que ¡vamos allá! ¿Cómo lo organizo yo? Os cuento cómo lo organizo yo todo en mi Drive y por qué prefiero cada cosa que os cuento. Drive o al menos un nube La primera decisión que para mí supuso un antes y un después es, efectivamente tenerlo TODO en Drive (o al menos en una nube). Primero porque así lo tendremos siempre disponible, aunque vayamos a cualquier parte del mundo y no llevemos nuestro ordenador. Y aunque se nos rompa, se nos moje, nos lo roben o cualquier cosa que se os ocurra que le puede pasar a nuestro ordenador. Siempre podremos acceder a nuestra nube desde cualquier otro. Y por supuesto siempre está actualizado a la última versión que hayamos trabajado. Además, los ordenadores cada vez son más potentes pero tienen menos capacidad de almacenamiento. Esto es para que funcionen más rápido, pero ya contando con que no tendremos todo el disco ocupado con documentos, sino que los tendremos en nubes a las que accedemos por internet. En mi caso Drive En mi caso utilizo Google Drive por tres motivos principales: Integra las aplicaciones de edición de texto, de hojas de cálculo y de presentaciones que necesito. Su funcionamiento es muy similar a lo que siempre hemos conocido de Microsoft Office, pero con algunas mejoras. Y en este caso, nos podemos olvidar de GUARDAR, porque lo hace automáticamente cada dos segundos. ¿Por qué nos hace productivos esto? Porque no dependemos de qué programas o aplicaciones tiene cada ordenador donde trabajemos y porque siempre vamos a encontrar toda la configuración exactamente igual a la que nos hemos acostumbrado, así que trabajaremos más rápido. Tiene muchas posibilidades para compartir los archivos o los carpetas configurando en cada caso con quién y qué permisos tendrá esa persona. Esto además está muy mejorado respecto a otros sistemas, ya que en Google Drive todo funciona por URLs: cada documento, cada carpeta (igual que cada mail o cada evento del calendario) tiene una URL única. Esto es un poco técnico, pero básicamente supone una diferencia con el sistema de enrutamiendo que utilizábamos antes con Microsoft porque ahora da igual que el documento cambie de nombre o de ubicación, porque la URL siempre será la misma y por tanto el sistema siempre utilizará eso para localizarlo. ¿Por qué nos hace esto de compartir más productivos? Porque trabajando en equipo es muy importante poder hacer cambios, compartir algunas carpetas y otras no, modificar en línea, y sobre todo que siempre todo el equipo tenga la última versión de todo (no como cuando envías un mail y luego cambias algo y el documento del mail ya está anticuado). Por el sistema avanzado de búsqueda de archivos. No es de extrañar tratándose de Google que tenga el mejor sistema de búsqueda que conocemos. Y esto sí nos hace realmente productivos. Si buscamos una palabra nos aparecerán los resultados de todas las carpetas y de todos los archivos en los que esa palabra aparezca, no solo en el nombre sino en el contenido del documento también. Y luego el sistema avanzado nos permite filtrar por tipo de documento, por título, por tamaño, por carpeta, por contenido, por propietario (si estamos compartiendo archivo), por fecha de modificación, y por la combinación de todas estas cosas, que al final hace que podamos encontrar en un segundo todo lo que queramos por mucha cantidad de archivos y carpetas que tengamos y de muchos tipos. Estructura de archivo para búsqueda Eso sí, para que esta búsqueda sea realmente eficaz tendremos que haber pensando bien la estructura cuando organizamos todo. Porque así con pocas palabras en los filtros tendremos una búsqueda muy bien ajustada a lo que queramos. Mi estructura Y ahora es cuando parece que entramos de verdad en cómo lo organizo yo mis carpetas. Os lo cuento rápidamente. Lo primero que tengo cuando abro mi Drive es una serie de carpetas, y cada carpeta tiene el nombre de uno de los proyectos en los que estoy metidos. Por ejemplo, podemos ver una carpeta que dice Coaching de Músicos, otra de Goldenperc, otra del Festival de Merza Percusión 2019, otra de Músicos Emprendedores, y así con tantos proyectos como haya. Si tenéis varios proyectos esto os va a ayudar mucho en la búsqueda avanzada porque solo con poner el nombre del proyecto, ya solo buscará las siguientes variables dentro de la carpeta de ese proyecto. Después, dentro de cada proyecto tengo carpetas por áreas temáticas. Por ejemplo: ventas, alquileres, contabilidad, videos, sesiones, podcast, cursos, blog, logos… (os estoy diciendo todas mezcladas, pero esto sería de cada proyecto las áreas temáticas que tengan sentido en cada uno. Si dentro de un proyecto general hay pequeños diferentes proyectos, tienen su carpeta y luego dentro de ellos todo estas por áreas que os digo. Y dentro de esas carpetas ya están los documentos en la mayoría de los casos, u otras carpetas si realmente tiene sentido agrupar esos documentos por características comunes más allá del proyecto y el área temática. Por ejemplo, dentro de Podcast, está la carpeta Episodios, por no tenerlos todos fuera creando una gran lista de documentos. Y los nombres de los documentos deben tener una lógica, igual para todos. Si en el proyecto que tengamos es importante el nombre de clientes, por ejemplo, pues los documentos llevarán el nombre. Si es importante la fecha, como en los alquileres, por ejemplo, el nombre del documento lleva la fecha. Todo esto, recordemos para que la búsqueda avanzada que hacemos cuando queremos encontrar algo nos devuelva todo exactamente filtrado como queremos. Conclusión Conclusión, que tener nuestros documentos en una nube como Google Drive nos permite tenerlos accesibles desde cualquier equipo en cualquier parte del mundo, editar rápidamente porque el entorno es familiar, buscarlos rápida y eficazmente con las herramientas de búsqueda avanzada, además ahorran espacio en nuestros ordenadores, que irán más rápidos, y nos permite compartirlos discriminadamente con los de nuestro equipo. Y por mucho que lo parezco no me llevo ninguna comisión cada vez que alguien se hace una cuenta de Google, ¿os lo podéis creer? Pero es que ya sabéis que soy un loco de la productividad y este tipo de herramientas me ayudan muchísimo, así que recomiendo a todo el que tenga que trabajar intensamente con el ordenador, dominarlas. Pero no solo eso, si nuestro proyecto solo es uno, que es tocar o estudiar el instrumento y hacer concierto, dentro de la carpeta principal podemos tener todas esas áreas como: partituras, videos, facturas, contratos, conciertos, programas o cualquier cosa que se os ocurra, siempre intentando guardar una lógica. Así que ya veis que para músicos tiene todo el sentido del mundo, ya seamos más emprendedores o menos. Propuesta de curso Para acabar hoy, solo os comento que preparando este episodio le he estado dando vueltas a un curso en coachingdemusicos.com que podría hablar de algo así como “software para ser más productivos si eres músico” o directamente “cómo aprovechar las herramientas de Google para ser más productivos”. El título da igual, pero se trata de hacer un curso que explique cómo utilizar esas herramientas que pueden ayudarnos tanto a los músicos. Según mi forma de verlo, podría encajar ya que estamos hablando de desarrollar habilidades que nos van a ayudar en nuestra vida como músicos. Pero ya sabéis que no decido yo, así que lo incluiremos en la encuesta y vosotras y vosotros me decís cuál queréis que sea el próximo curso. Eso y todo lo que queráis, porque ya sabéis que “todo esto solo tendrá sentido si es exactamente lo que vosotras y vosotros queréis”. Así que espero vuestros comentarios, ya sea en Facebook, en las reseñas de iTunes, en los comentarios de iVoox o directamente en coachingdemusicos.com/ar. Volvemos mañana viernes con un episodio esta vez sí dedicado totalmente al coaching. De hecho, empezamos con las prácticas de sesiones, así que hablaremos de “la primera sesión”. Eso será mañana a partir de las 7:11 de la mañana. Y hasta entonces, ya estéis en el suelo o en las nubes de documentos… ¡MUY BUENOS DÍAS!
Desarrollo personal 6 años
2
2
16
14:07
Más de Jaime Fernández Soriano Ver más
Músicos Emprendedores
Músicos Emprendedores Blog dedicado a analizar y localizar miles de productos online con descuentos. Actualizado
También te puede gustar Ver más
Podcast zetatesters
Podcast zetatesters Podcast de desarrollo personal y life hacking desenfadado Actualizado
Salvador Mingo -Conocimiento Experto-
Salvador Mingo -Conocimiento Experto- En el mundo de los Negocios (sobretodo en los negocios por Internet) hay un problema y este es El Exceso de Información, las personas no terminan de iniciar algo cuando surge otra cosa, esto sólo hace que pierdan su recurso más valioso, y el resultado no llegue. Lo que te propongo es: -Aprende de los expertos, y no lo digo por mi, sino aprende de las verdaderas figuras de autoridad mediante sus libros, mi trabajo será darte la información bien depurada. -Si no tienes el hábito de leer (algo que deberías) ya sea por falta de tiempo (el más común) vamos a romper ese problema ya que te ahorraré mucho tiempo. -Información de primera mano, un camino de resultados trazado que seguir, es lo que obtendrás al registrarte. Actualizado
The Success Academy, por Víctor Martín
The Success Academy, por Víctor Martín Víctor Martín está considerado una de las personas más influyentes en social media a nivel nacional y su marca personal es una de las más sólidas y reconocidas. Autor del Best Seller "Desata tu Éxito" (editorial Alienta, Planeta). Speaker internacional en diferentes charlas y congresos siempre relacionados con el social media, el blogging, el emprendimiento o el marketing online. Autor del podcast The Success Academy, uno de los podcasts más escuchados en iTunes con más de un millón de reproducciones y creador del evento solidario Social Media Care. En la actualidad, compagina su trabajo en la agencia Young Media, donde ejerce como consultor de social media y marketing online, con su blog personal victormartinp.com, uno de los blogs sobre social media más influyentes de España. Su función es aconsejar a empresas para sacarle el máximo partido a su presencia online y conseguir potenciales clientes y ventas. Actualizado
Ir a Desarrollo personal