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Relatos Sexuales Liberales
Noche de perros. ZOO

Noche de perros. ZOO o2i47

27/5/2025 · 16:07
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Descripción de Noche de perros. ZOO 52392c

Noche de perros. Me dejaron unos perros a mi cuidado, y vaya si los cuidé bien. si quieres y gustas aportar al canal puedes arnos por o el pay pal [email protected] paypal.me/relatossex fuente / autor https://www.todorelatos.com/relato/205633/ 6c51g

Lee el podcast de Noche de perros. ZOO

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Ahora así comencemos.

Noche de perros Me dejaron unos perros a mi cuidado, y vaya si los cuidé bien.

Me llamo Rosa y muchos de los que me leéis ya me conocéis.

Para quienes no me conocéis, paso a describirme.

Abreviando diré que suelen decir que me parezco a Meryl Streep, aunque con más volumen de pecho.

También dicen que parezco china, por los rasgos de mi rostro.

Mido 1,72 y 120 de pecho, 65 de cintura y 90 de cadera.

Al ser alta no doy la sensación de estar gorda.

Mi pelo es castaño, aunque suelo llevar mechas rubias e incluso en algunas ocasiones voy de rubia total.

Mi sexo siempre lo llevo perfectamente depilado, gracias a una depiladora laser que me regaló mi marido.

Le gusta no encontrarse pelos cuando me come por ahí debajo.

De esta forma tampoco se puede saber si soy rubia natural o teñida, al no llevar pelos en las ingles ni axilas.

Lo que más atrae a los hombres de mí, son mis pechos coronados por unas aureolas grandes y oscuritas, terminadas en unos pezones gorditos y largos, muchas veces húmedos de leche, por estar dando el pecho a mi hijo.

Esto que os voy a relatar ocurrió cuando tenía 36 años y mi hijo aún no había cumplido los 7, aunque continuaba dándole el pecho como alimentación complementaria a la suya habitual.

Además de dejar que mi marido también se aproveche de esta circunstancia para tomar sus raciones de vez en cuando.

Vivimos en un zona residencial, donde las casas están separadas unas de otras por un jardín, aunque donde vivimos es una casa muy antigua, que está más separada de las demás y forma parte de una finca con gran extensión de terreno cultivable.

Ese verano, los vecinos de al lado José y Amanda decidieron marchar unos días de vacaciones y me pidieron que cuidara de sus animales de compañía, que al ser numerosos no se los podían llevar con ellos.

Tienen una pareja de perros y varias crías, que hacía poco que habían nacido y no los habían regalado ni vendido por seguir alimentándose aún de leche.

Para que no perdieran esa oportunidad de viajar esos días, acepté quedarme al cuidado de ellos, por ser pocos días.

No me costaba mucho echarles un vistazo de vez en cuando y ponerles comida y agua.

Al estar las casas colindantes, los perros me conocían y solo tenía que saltar el seto que separaba ambos jardines, ni siquiera tenía que salir a la calle.

Son unos perros mestizos entre Dogo y Mastini de gran tamaño, pero siempre han sido cariñosos conmigo las veces que he estado en o con ellos, por lo que no les temo a pesar de su enorme tamaño.

En casa no teníamos perros ni los necesitábamos por tener cámaras y sistema de alarma.

Tenía suficiente con mi hijo, que me ocupaba la mayor parte de mi tiempo y como ya dije antes, le seguía dando el pecho.

Mis pechos siempre han sido muy grandes y debido a la lactancia aumentaron más su tamaño.

La noche en que comienza este relato, mi marido Carlos ya estaba en la cama porque al día siguiente tenía que madrugar para viajar por motivos laborales y yo estaba muy excitada, por haber dado el pecho a mi hijo y me había dejado muy caliente al chupar mis pezones.

Ya estaba para meterme en la cama, cuando recordé que no había mirado en todo el día a los perros si posiblemente necesitaban comida o agua.

No me apetecía mucho salir tan de noche, pero tenía que hacerlo y no dejarlo sin cuidar.

Desnuda tal y como estaba, me puse una camisa grande de mi marido que me llegaba hasta los muslos, por lo que era como si llevara un corto camisón.

A esa hora de la noche no suele haber nadie por las inmediaciones, ya que la zona está retirada de la población, además de que no tengo ni que salir a la calle con sólo saltar una baja separación vegetal es suficiente.

Al no haber farolas, no se veía mucho, pero conocía todo lo suficiente como para no tropezar.

Cerca de la casa ya llegaba la tenue iluminación de la entrada, que al ser alimentada por placas solares y tener sensores, se encienden al oscurecer automáticamente.

Me desplacé por el jardín hasta la parte del cobertizo donde están siempre los perros.

Cuando les cambié el agua y les llené el comedero con pienso, se acercaron el macho y la hembra moviendo las colas, para olfatearme y hacerme fiestas.

De ser que impone su tamaño, se ven más grandes de lo que parecen de lejos y los cachorros, a pesar de seguir mamando, se ven más grandes.

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