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En este episodio de Crímenes de Arkham te contamos uno de los crímenes más escalofriantes de la historia criminal de Estados Unidos: el caso de Richard Speck, el hombre que irrumpió en una residencia de enfermeras en Chicago y cometió una de las masacres más brutales jamás registradas. Mientras la ciudad dormía, ocho jóvenes fueron asesinadas a sangre fría, una por una, en una noche que marcaría para siempre la historia del crimen. Exploramos el perfil psicológico de Richard Speck, su infancia problemática, el rastro de violencia que dejó antes de los asesinatos, y cómo logró infiltrarse en el dormitorio de las víctimas. Analizamos también la investigación policial, los errores cometidos, su captura y el polémico juicio que siguió. Un caso que revela lo peor del alma humana, y que nos obliga a preguntarnos: ¿cómo es posible que alguien llegue tan lejos? Si te interesa el true crime, los asesinos en serie, la criminología forense, y los crímenes reales que impactaron al mundo, no te pierdas este episodio. REDES SOCIALES Twitter: https://twitter.com/luxbardj Instagram: https://www.instagram.com/luxbar/ Youtube: https://www.youtube.com/channel/UCuc59Vl8CnSs2PDlgZ3C9Kw/ Discord:https://discord.gg/JggGJsdUgX Facebook: https://www.facebook.com/luxbardj/ Canal de Telegram: https://t.me/LuxbardjYT Paypal: https://www.paypal.com/paypalme/avernolocura Música Intro y Outro 🎵🎵🎵🎵🎵🎵🎵 "Penumbra" Kevin MacLeod (incompetech.com) Licensed under Creative Commons: By Attribution 4.0 License http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/ ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/2290752 1w6v6x
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Una noche, una casa. Ocho mujeres asesinadas, una por una. El 13 de julio de 1966, Richard Speck cruzó la puerta de una residencia de estudiantes de enfermería en South Chicago. Entró desarmado, salió dejando tras de sí una escena de horror que cambiaría para siempre la historia criminal de Estados Unidos. No hubo disparos, no hubo explosiones, solo control, terror, humillación y muerte.
Speck no fue un asesino que actuó durante meses ni años. Su violencia fue como una llamarada, brutal, desbordada, imposible de contener. He querido abrir uno de los expedientes más escalofriantes de la historia del crimen moderno. La historia de un hombre que en una sola noche mostró que el verdadero terror no necesita tiempo, solo una oportunidad.
Muy buenas, yo soy Lux y bienvenidos un día más al oscuro corazón de Arkham. Muchísimas gracias por el apoyo que me estáis dando. No os olvidéis de suscribiros y darle corazoncito en iVoox. Y si estáis escuchando esto a través de Spotify, pues cinco estrellitas cuando lo escuchéis. Y dejarme en comentarios si queréis que os traiga algún caso, lo que sea. Recordad que tenéis todos estos casos de forma anticipada con la opción para fans de iVoox.
Y además con esta opción también tenéis a episodios exclusivos. Pero no me enrollo más y sin más, empecemos con el caso. Richard Benjamin Speck nació el 6 de diciembre de 1941 en Kirkwood, Illinois, en el seno de una familia humilde, marcada por la rectitud y la fe religiosa. Su padre, Benjamin Speck, era un trabajador ferroviario respetado, un hombre firme pero justo, que servía como ancla emocional para el pequeño Richard.
Pero esa ancla se rompió demasiado pronto. Benjamin murió de un infarto cuando Richard tenía apenas seis años. Y a partir de ese momento todo en su vida comenzó a torcerse. Su madre, Mary Margaret, se volvió a casar rápidamente con Carl Lindbergh, un alcohólico abusivo con un historial criminal. El contraste entre la figura amorosa de su padre y la violencia de su padrastro dejó a Richard con una herida profunda, hecha de abandono, rabia y resentimiento. Desde la adolescencia Speck mostró signos claros de inadaptación social. Bajo rendimiento escolar, consumo temprano de alcohol, pequeños hurtos y peleas callejeras. Nunca logró encajar. Siempre fue el chico que observaba desde la esquina, el que no pertenecía a ningún sitio.
Abandonó la escuela a los 16 años y empezó a acumular un historial delictivo que incluía delitos menores, falsificaciones, robos y agresiones. Durante años vagó entre trabajos precarios, principalmente como obrero portuario y arrestos frecuentes. Cada fracaso, cada rechazo, cada humillación iba acumulándose en su interior como pólvora seca. En 1962 se casó con Shirley Malone, una joven de apenas 15 años.
Tuvieron una hija, pero la violencia de Speck, física, verbal y emocional, acabó destruyendo el matrimonio en pocos años. Richard Speck era incapaz de construir algo que no fuera sobre ruinas. Para mediados de los años 60 su vida era una espiral descendente, sin familia, sin trabajo estable, con antecedentes penales y completamente dominado por el alcohol y las drogas. Un hombre pequeño, perdido y furioso, buscando a algo o a alguien sobre quien descargar toda esa rabia contenida.
Lo que Richard Speck no sabía, o tal vez sí, era que su oportunidad llegaría una noche calurosa de julio de 1966 y que la aprovecharía de la forma más brutal e inimaginable. 13 de julio de 1966, una noche calurosa en Chicago. Una casa modesta, de tres pisos, donde residían varias jóvenes enfermeras de South Chicago Community Hospital. A esa casa llegó Richard Speck, borracho, desesperado, armado con un cuchillo de marinero y el corazón cargador de rabia.
Speck irrumpió en la residencia sin que nadie lo detuviera. No tenía un plan meticuloso, no sabía a quiénes se encontraría exactamente. Sólo sabía que tenía el control y que esa noche no pensaba soltarlo. En la casa se encontraban nueve mujeres, todas jóvenes, estudiantes de enfermería, muchas de ellas inmigrantes filipinas, que apenas llevaban un año.
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