El AMOR ADOLESCENTE que terminó en MASACRE - anticipado 6o6t53

Nebraska 1958. Una pareja de adolescentes viaja por la carretera en un coche robado.

Él tiene 19, ella apenas 14. Llevan una escopeta, una sonrisa torcida y una lista creciente de muertos a sus espaldas. En apenas ocho días, Charles Starweather y Caryl Ann Fugate dejaron una estela de violencia que horrorizó a Estados Unidos. Once víctimas, una ruta de sangre y una pregunta que aún hoy genera debate. ¿Fueron dos jóvenes atrapados por la rabia del mundo hostil o fue ella una víctima más de su manipulación? Este no es solo un caso de asesinos múltiples, es la historia de cómo el amor adolescente puede convertirse en gasolina para el fuego. De cómo la rabia y la frustración pueden mezclarse con ternura enferma, hasta explotar. Hoy en Crímenes de Arkham recorreremos la ruta sangrienta de Charles y Caryl. Un viaje sin retorno, donde cada kilómetro significó una vida menos.

Muy buenas, yo soy Lux y bienvenidos un día más al oscuro corazón de Arkham. Muchísimas gracias por todo el apoyo, por dejarme corazoncitos en Evox, estrellitas en Spotify, por dejarme comentarios. De verdad, muchísimas, muchísimas gracias. Recuerda que si quieres escuchar todos estos casos de forma anticipada y además tener episodios exclusivos, tienes la opción para fans de Evox. Pero no me voy a enrollar más y sin más, empecemos con el caso.

Charles Raymond Starweather nació en 1938, en Lincoln, Nebraska, en una familia humilde y disfuncional. Desde pequeño sufrió acoso escalar por su tartamudez, su incomplesión baja y su pierna ligeramente deformada. No destacaba en nada, salvo por su creciente resentimiento.

Su infancia fue un campo minado de burlas, rechazo y frustración. A medida que crecía, desarrolló una imagen distorsionada del mundo. Un lugar donde sólo sobrevivían los fuertes y donde la violencia era una forma de respeto. Charles empezó a irar a figuras como James Dean y construyó su propia identidad alrededor de una mezcla de rebelión, rabia contenida y complejo de inferioridad. En su mente no era un perdedor, era un justiciero incomprendido.

Trabajó como basurero, robaba ocasionalmente y nadie lo tomaba en serio. Hasta que conoció a Caril Ann Fugate. Ella tenía tan sólo 13 años cuando comenzó a salir con él.

Caril era tímida, reservada, criada en un ambiente sin grandes recursos ni afectos y cuando Charles entró en su vida lo vio como una figura fuerte, diferente, capaz de protegerla o de arrastrarla. A partir de ese momento Charles encontró en ella algo más que una novia. Encontró a alguien que lo iraba, que lo escuchaba y en su mente retorcida eso bastaba para justificar cualquier cosa.

La relación, marcada por el control de Charles y la sumisión ambigua de Caril, fue el germen de lo que estaba por venir. Una mezcla tóxica de dependencia, desafío y necesidad de huir del mundo que los despreciaba. Dos adolescentes contra todo. O eso creían ellos. El 21 de enero del año 1958, Charles Starweather cruzó una línea que ya no tendría vuelta atrás.

Tras una discusión con los padres de Caril, enfurecido por la negativa a dejarlo a ver a su novia, Charles tomó una escopeta calibre 22 y entró a la casa familiar. Primero mató a Marion Barlet, el padrastro de Caril, luego a su madre Belda y finalmente a Betty Jean, su hermanastra de tan solo dos años. Colocó los cuerpos sobre el cobertizo, los cubrió con mantas y esperó.

Cuando Caril llegó, la historia ya estaba escrita. Según su versión, ella no participó en los asesinatos y fue amenazada para colaborar. Según Charles, fue cómplice desde el primer día. Lo único cierto es que durante seis días ambos vivieron en la casa con los cadáveres ocultos, mientras Caril decía a los vecinos que su familia estaba enferma y no podían recibir visitas.

El 27 de enero comenzaron la huida. Necesitaban refugio, así que se dirigieron a la granja de August Meyer, un anciano amigo de Charles. Cuando llegaron, Starweather lo mató de un disparo en la cabeza. Luego mató al perro de la familia. No querían testigos, ni siquiera de cuatro patas. Ese mismo día, mientras caminaban por una carretera rural tras encallar su coche, una pareja de adolescentes se ofreció a llevarlos. Eran Robert Jensen, de 17 años, y Carole Keane, de 16. Charles los obligó a desviarse hacia un granero abandonado. Allí ejecutó a Robert de un disparo y violó a Carole antes de matarla. Enterró sus cuerpos entre las vigas y rechazó su muerte.