
El mito del amor propio: cuando la autoestima no es suficiente 6g4b6g
Descripción de El mito del amor propio: cuando la autoestima no es suficiente 1g6z6m
Hoy hablamos de esa idea tan repetida de que “todo se soluciona con amor propio”. ¿Y si no es tan simple? ¿Y si el problema no es que te falte autoestima, sino que hay cosas externas que también pesan? En este episodio desarmamos el cuento de que todo depende solo de uno mismo y charlamos sobre lo que este discurso deja afuera. Porque quererse está bien… pero no siempre basta. 1d6k42
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Bienvenidos, bienvenidas un jueves más a un episodio de TXZ. Hola Clara, ¿cómo estás? Hola Medici, pues muy bien. ¿Sí? ¿Y tú? Me ha atascado el decirlo, hacía mucho tiempo que no lo decía. Hacía mucho tiempo que no lo decías.
Un jueves más, me ha sonado rarísimo. Qué triste. Estamos desaparecidas.
De repente. Hemos hecho un ghosting, quizá.
Hemos hecho un poco de ghosting, sí. ¿Pero a ti alguien te ha dicho algo? No. Pues ya está, habéis dado cuenta.
Claro, si haces ghosting y a nadie le importa, es ghosting.
No. Yo creo que más de una persona lo ha notado, quiero pensar.
Porque tú eres muy, muy... Romántica.
Exacto. ¿A ti alguien te ha preguntado algo? Si te has muerto, ¿no te has muerto? Creo que nadie me ha preguntado si me he muerto, no.
Pues ya está. Entonces eso no es ghosting.
Es verdad. Porque no dejas ahí...
A la persona... Esperando.
Ay, ahora tengo un problema. ¿Qué? Que no tengo batería. Y la necesitas, ¿no? Se me está muriendo, realmente. Pues voy a buscar el casco.
¿Puedo levantarme? Sí, te doy permiso.
¿Eso me lo cortarás? Sí.
Ya volvemos a estar aquí, no ha pasado nada.
Ya, tienes batería.
No, estaba muriendo. Mira, es tanto hablar de si alguien te había preguntado si nos habíamos muerto y el ordenador estaba a punto de morirseme.
Morirseme, pobre.
Hoy es... Ah, no, ayer.
¿Ayer qué? Que fue el domingo de resurrección.
Había resucito, ¿eh? Sí.
Bueno, hemos tenido muchas dudas sobre este episodio.
Tenemos una crisis, pero no la vamos a contar porque no venimos aquí a contar crisis.
No, una crisis de pareja.
Crisis resueltitas, ¿eh? Sí.
Entonces, yo como... Tenemos un tema, esto es verdad, tenemos un tema, pero el tema va a esperar.
Porque yo te quiero plantear una cosa.
Yo no estaba entendiendo nada.
¿Tú? Esto es un boli, Vic.
Sí, el que no lo esté viendo tendrás que describirlo.
Es un boli, Vic, de toda la vida.
Azul.
Vic azul, Vic naranja, Vic cristal.
Te podría cantar incluso la cancioncilla, pero no lo quiero.
De toda la vida.
Este boli es mío.
Azul, Vic cristal.
Y tiene todo lo que es el boli con la... ¿Cómo se llama esto? La tinta.
La tinta donde la mina esa le ha agotado.
O sea...
Aún no está acabado, aún no escribe.
Es que rata hasta el final.
Perdona.
Esto yo hacía muchísimo tiempo, yo no sé si alguna vez lo había visto, que no veía un boli tan aprovechado.
Mi madre me dijo...
Es que me llamó un montón la atención.
Digo, o sea, tú con los bolis...
Y además es un boli que está nuevo.
O sea, tú lo ves por fuera, no está ni mordido, la cosilla esa de la tapa intacta, el taponcillo de arriba, y esto tú a la que puedes lo quitas, te lo metes en la boca, chupas, amascarlo un rato.
Está nuevo, pero vacío.
Y dije, tú eres un prototipo de persona.
Porque esto...
Un prototipo de persona.
Yo no lo he visto.
Es fuerte.
Sí, este es mi boli, me encanta.
O sea...
Me da un poco de pena que se acabe.
No me extraña que te dé pena.
Eres tan fiel.
Puedo encontrar cualquier otro igual.
Esto es una persona...
Fiel.
Fiel.
Pero claro, esto genera un montón de sufrimiento, porque tú imagínate que lo pierdes.
Cuando le queda un poquillo de tinta.
Es que yo ni lo he pensado que se iba acabando, que le quedaba poco.
Esto duele a los ojos de lo vacío que está.
Yo nunca había visto esto.
Pero aún le queda.
Y ahora me estoy acordando, dámelo, yo necesito tener esta joya en las manos.
Esto...
En mi época...
O sea, estos bolis se explotaban antes.
No se te los sonaban.
Porque los mordías.
¿Tú crees? Claro.
Y se te explotaba en la boca, toda la boca llena de tinta.
¿Y la mano? ¿A ti se te ha explotado un boli? No.
Ah, claro, tú no lo mordías.
Es que miraste cómo está.
O sea, es que lo tendrías que ver.
Esto podríamos sortearlo.
Es una reliquia.
Hacer un sorteo.
Venga, aquí.
Ya está final de hablar de mi boli.
Entonces, vengo a explicarte esta personalidad.
Sí, esa es mi personalidad.
Ahora vas a hacer la vuelta.
En contraposición...
Aquí nadie lo ve.
Bueno, tenéis que ir a YouTube hoy.
Esta.
Bueno, ¿puedes explicarlo? Por favor, mamá, pareces un niño pequeño.
¡Sóilo! Por favor.
Tiene una goma de borrar, milán, rosa.
De toda la vida.
Con un agujero hecho en el medio.
En el medio, lo he torcerado.
Porque no encontré la mesa.
Pero lo ha pensado con un chupa chup.
Ah, tengo opción, ¿eh? ¿Piruleta también? Puedes elegir.
Estoy enseñando una piruleta.
Este color no es nada apetecible.
Yo en esto no me lo comería.
Yo tampoco.
Es de 200 años.
Y es de azul.
Es de verdad.
Parece mentira, pero es de verdad.
Y tengo opciones.
Entonces, me encontré por casualidad encima de mi mesa.
De repente aparecieron estas piruletas de chupa chup.
Y la goma, en un momento dado, no sé.
Yo tuve la experiencia.
Comentarios de El mito del amor propio: cuando la autoestima no es suficiente 1vrb