
Meditación y reflexión con Pedro Valencia: agudizar los Cinco Sentidos 6x374g
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Meditación y reflexión, un espacio en el que Pedro Valencia quiere compartir con vosotros su comprensión sobre el Tao y el mundo fenoménico, una perspectiva profunda cimentada sobre sus más de 40 años de indagación en prácticas energéticas y meditativas taoístas, budistas y advaitas que le fueron transmitidas en persona por grandes maestros de cada tradición.
Agudizar los 5 sentidos, 5 sentidos, interesante, nuestra vista, nuestro olfato, nuestro gusto, el tacto, el oído, esos 5 sentidos, es lo que hace que recojamos todas las vibraciones, todas las percepciones, todo lo que nos rodea y lo interpretemos dentro.
Cuando todo eso se interpreta, nuestro cerebro de la cabeza por supuesto está interpretando, pero también está interpretando nuestro intestino, el cerebro abdominal, y también está interpretando nuestro corazón, que también tiene 40.000 neuronas como las del cerebro de la cabeza. Es como si tuviésemos 3 cerebros. Muchas veces el corazón decide, otras veces los intestinos con todo lo que se revuelve ahí dentro toman las decisiones.
El nervio vago es una autopista de sensaciones y de impulsos, venga, arriba, abajo, de un lado u otro. Hay personas que son fríos y razonan muy claramente, y les falta corazón, entonces el razonamiento desde el cerebro de la cabeza es muy calculador, y eso también da miedo a veces. Esos 5 sentidos a lo largo del día podríamos entrenarlos también.
Cuando vamos a lugares hermosos la vista se recrea, y cuando la vista se recrea y tenemos un espacio abierto, el hígado se calma, porque los ojos están conectados también con el hígado. Recordad que si se embriaga alguien y el hígado se empapa en alcohol, los ojos se volverán vidriosos, y si tenemos un hígado con una energía ya muy fuerte y una vesículabilidad, habrá dolor de cabeza, migrañas, llegará hasta los ojos el dolor.
Desde las 100 se mete hacia el ojo incluso. Pero bien, todo lo que vemos hermoso nos recrea, y cuando nos recrea, lo que sentimos dentro, los pensamientos, la forma de sentir y demás, va también en sintonía con lo que estamos viendo. Si lo que estoy viendo no me está causando nada de un buen sentir, no me está causando agrado, y lo que me está causando es un rechazo de lo que estoy viendo, porque es a lo mejor una situación cruda o algo que yo no quiero ver.
Eso va a generar un impacto ahí dentro también, e incluso el cerebro no va a querer ver según qué situaciones, él solo va a pegar un giro, y va a generar ahí un trauma a lo mejor. La visión, los impactos, de pronto ves un accidente, algo que te genera un shock, o surge cualquier cosa que tú no quieres en ese momento que pase.
Entonces todo eso va generando impresiones nuestros cinco sentidos. Lo que oímos, salimos tranquilamente. Si oyes palabras agradables, verás cómo vibra de bien el cuerpo. Te llama alguien, oye mira tal, y te va llegando esa información por el oído, la mente va modulando lo que va oyendo, y todo eso va generando un sentir también, se va archivando en nuestros órganos, entrañas, etc.
Si lo que oímos no es agradable, nos cambia el día, pero todo llega porque lo oyes. Te dicen algo, uff, si no lo hubieses oído, sigues estando en la vibración que estabas antes. De pronto llegas a un sitio, ves una noticia, o te dicen algo, y ya te cambia la forma de sentir. Estamos súper, súper atrapados en esos cinco sentidos, a nivel de sentimientos. Porque claro, es lo que nos hace fluir con el mundo exterior y el interior.
Las palabras. Es importante, ¿verdad? Lo que uno dice también. Lo que uno está diciendo. Porque va a dañar a otros también, lo van a oír. Por eso hay a veces que tienes que regular las palabras. Tenemos que regular las palabras para no dañar a otros. Y se pueden decir cosas a lo mejor para poder solucionar cosas, pero sin el ánimo de dañar tanto. El olfato.
Tenemos la vista, tenemos el oído, tenemos el olfato. Y este olfato que tenemos, cuando olemos algo muy agradable, fijaros que lo vais a llevar hasta el centro de la cabeza. Hay una flor que huele mucho. Los jazmines, los lilos, la hierba cuando se corta, la tierra mojada cuando llueve, las tormentas, ¿no? Olores. Cada uno tendrá lo suyo. Y cuando uno coge esa fragancia y llega y
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