Los maullidos - Gemma Solsona 76045

La luna deslumbrante asuman entre los árboles la oscuridad de la noche lo inunda todo y una tenue niebla comienza a aparecer adéntrate en el bosque busca el árbol viejo siéntate a su lado ponte cómodo cierra los ojos y escucha la historia que traen hasta ti las criaturas de la noche bienvenidos estos son los cuentos del bosque oscuro los maullidos de gemma solsona y no sólo al amor el miedo expulsa también a la inteligencia la bondad todo pensamiento de belleza y verdad y sólo queda la desesperación muda y al final el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma aldous huxley por conservar la libertad la muerte que es el último de los males no debe temerse marco tulio cicerón todo empezó cuando violeta se fue un eufemismo para resumir lo que realmente ocurrió lo que todos sabían aunque las monjas esforzase en no hablar de ello como si así pudieran cambiar la naturaleza de lo sucedido pero era lógico de silencio y las medias verdades se consideraban algo habitual en aquel colegio de huérfanas y el hecho de que violeta una niña que siempre las había traído de cabe ja se hubiera lanzado desde lo alto de una de las torres del viejo y oscura edificio era un triste accidente que para todas más valía la pena olvidar el centro para señoritas dumont que de solo tenía el nombre era un lugar donde cada una de las internas se encontraba perdida porque allí nadie acababa por voluntad propia y muchas desconocían que iban a hacer el día que lograse salir de sus muros de piedra en el dumont había niñas demasiado mayores para ser adoptadas que llegaban allí porque no tenían otro lugar adonde ir y la beneficencia del régimen los enviaba con una maleta vieja casi vacía y una minúscula biblia bajo el brazo otra será abandonada hasta allí por sus propios padres que tampoco sabían o podían hacer nada con ellas los días en el dumont se reducían a gastar las horas con avemarías tablas de multiplicar y clases de costura y con miedo sobre todo con eso miedo al pecado a la risa a comer o hablar más de la cuenta a la oscuridad a los hombres si alguien ahora con la agudeza que da el paso del tiempo observa con atención las viejas fotografías del dumont pueden notar en la mirada de la mayoría de aquellas niñas e incluso en la de alguna de las religiosas un sentimiento de temor profundo que traspasa el papel y se clava en la memoria