Marco, una película más allá de su actor 2t69

Es posible que penséis que estoy obsesionado con Eduard Fernández, que en realidad es Eduard Fernández, porque hoy vamos a hablar de Marco.

Y claro, diréis, a ver, pero si hace como un mes o mes y medio, porque ya llevamos con la tontería 64 programas, que se dice pronto, pues hace mes o mes y medio hablaste ya del 47, ya sabemos que no te gustó.

De hecho está siendo uno de los programas más visitados de 15 al día.

Ya sabéis, podéis suscribiros, corazoncitos, incluso aportar cantidades monetarias, pero bueno.

A ver, lo del 47 fue porque es que era una necesidad casi biológica de contar la verdad de algo que se está explicando muy mal todavía.

Y a mí lo que me preocupa es que la película quedará como una especie de referente cuando es un telefilme malo.

¿Con Marco pasa lo mismo? Pues la verdad es que no.

Y mira que yo iba con bastantes prejuicios.

Pero el trabajo de Aitor Arregui y de John Garaño yo creo que está contrastado, estoy pensando en...

¿Cómo se llama? La trenchera infinita, sin ir más lejos, y otras películas que merecen mucho la pena y que tienen, por otra parte, un punto coherente, digamos, en la búsqueda de explicarnos a todos nosotros un pasado que muchas veces no se ha narrado.

El de Marco sí, ya lo sabéis, pero se ha narrado de manera reciente y era algo muy, muy complicado.

Yo tenía, digamos, ciertos prejuicios por el hecho de ver cómo le habían dado el Goya a Eduard Fernández más bien por una cuestión de maquillaje.

Luego ves la película, entiendes que no es así, pero al mismo tiempo, tanto Eduard Fernández, Eduard Fernández, Eduard Fernández, creo que todo el nivel que se alcanza aquí, todo el trabajo que es de años, queda un poco eclipsado, con lo cual vamos a intentar ahondar en el mismo, así que...

Empezamos.

Hablaba del prejuicio del maquillaje por una cuestión muy lógica que creo que todos sabéis a la perfección.

A ver, llevamos a lo largo de todo el siglo una pesadez soberana en Hollywood con el tema de premiar actores que interpretan enfermos, que saben expresar gran sufrimiento en la pantalla, que se adelgazan mucho, que engordan mucho y que, por supuesto, está viniendo todo el rato a la cabeza Charlize Theron, se maquillan una barbaridad para crear un efecto.

A ver, lo estaba hablando con la persona con la que he visto la película.

Ella me decía, si se parece a Eduard Fernández.

¿Cómo no se va a parecer a Eduard Fernández? A ver, un actor tiene que ser reconocible y, de hecho, aquí en Marco, desde el minuto uno, cuando hay ese chac, ya vemos que nos están hablando a las claras que estamos ante una ficción.

¿Hay una voluntad de recrear la vida de Enric Marco? En parte sí, pero sobre todo lo que se nos quiere contar es la historia de su impostura.

Es la historia, si queréis, que también ya narró Javier Cercas en una no ficción que, en su momento, a mí no me entusiasmó muchísimo, aunque tenía sus cosillas, porque yo creo que era la moda.

Entonces, Cercas empezó a entrar en estas dinámicas y, bueno, si Carrer estaba por ahí con...

Pues desde Vidas ajenas hasta Limonov y otros libros, él no quería ser menos y, de hecho, se sacó una especie de no ficción que, con el paso del tiempo, a mí me gusta más.

No tengo un libro ya en casa, lo di en bibliotecas, porque es que no me gusta nada que me impongan lo que tengo que leer y, durante esa década, tuve esa sensación.

O sea, se estaba creando la figura del Javier Cercas intelectual orgánico que, en ese momento,