
Un mal burgués y mediterráneo: Malle, Godard, Chabrol,Melville 1w614a
Descripción de Un mal burgués y mediterráneo: Malle, Godard, Chabrol,Melville 5647o
La cuarta entrega de un mal burgués y mediterráneo versa sobre cómo lo plasma el cine francés de finales de los cincuenta, en los aledaños de la Nouvelle Vague y durante sus primeros pinitos. Por eso hablaremos, entre otras pelis, de Ascenseur pour l'Echafaud,À bout de souffle, Les cousins o Le Samourai. 5n4kg
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Hola, criaturos celestiales. ¿Cómo estáis? Feliz sábado.
Hoy supongo que vais a ser pocos porque, claro, es el Día de los Fans.
Ya os dije que con toda probabilidad van a ser dos, no por nada, sino porque, ya lo comenté, me está gustando bastante el tema de Barcelona año a año.
Me está siendo útil a nivel, yo qué sé, muy productivo y, además, para encontrar ideas.
Y quizá lo alargue después de los 70 y ¿qué conllevará esto? Pues, seguramente, que a partir de los 80 será de pago y, además, conllevará que tanto sábado como domingo sean solo para fans.
Son opciones, ya veré cómo va.
La verdad es que no estoy nada obsesionado con el tema de las aportaciones.
Creo que el programa va siguiendo su ciclo muy positivamente a nivel de crecimiento.
Ya os digo, estamos cerca de una cifra mágica, se ve en el mundo del podcasting, que son los 5.000 mensuales.
Se ve que es mágica porque, a partir de ese momento, es ¡oh! Brotan, brotan los fanses y las aportaciones.
Yo siempre os digo lo mismo, se agradecen corazoncitos, se agradecen suscripciones, también preguntas críticas, insultos con argumentación siempre.
Aoyentes, quincealdía, arroba yajú.
Y, bien, hoy es sábado y, por lo tanto, vamos a seguir con este ciclo del mal burgués y mediterráneo, el curso que tenía que dar en la academia de la central en esta extraña primavera para con los cursos.
Porque, además, algo que me ocurre a mí es que, como dicen en italiano, me he quedado en gamba.
Estoy subiendo y subiendo con tranquilidad y bien, pero, bueno, la primavera resulta que es nefasta para actividades cerradas.
Y, además, estos días, ¿qué os voy a contar? Ya ha asomado el calor, que es cuando los chicos se enamoran.
Y entiendo, entiendo.
Es decir, yo tengo mogollón de trabajo.
Por cierto, ahora son las 7 y 51 minutos de la tarde del viernes 30 de mayo, una hora menos en Canarias.
Y esta semana voy, como se dice en catalán, de a curcoi.
Pero da igual, porque el programa es el programa y ya lo he integrado en mi normalidad.
Y hoy, dentro del mal burgués y mediterráneo, pues tocan ses.
Tocan ses, además, con sumo prasder, porque son ses de la cinéphilie.
Estamos hablando ya de, primero, un embrión de la Nouvelle Vague, como es Louis Malle.
Ascenseur pour les chafots, ascensor para el cadalso, que para mí es una de las películas.
Luego saldrán por aquí también Jean-Luc Godard, About the Souffle.
Probablemente Claude Chabrol con Le Cousin.
Y, por supuesto, a ver, tengo que hacer una mención, de hecho la voy a hacer al inicio, así me la ahorro, un director que no tenía que estar en el curso, pero que a mí me parece imprescindible.
Estoy hablando de Jean-Pierre Melville, que, por ejemplo, en Al final de la escapada tiene esa sensacional frase, ¿no? Porque lo entrevistan, es una escena muy dolcevitiana, ¿no? Cuando Anita Egbert baja del aeropuerto, pero About the Souffle es anterior a la dolcevita, y lo que dice es...
Me gustaría ser inmortal y después morir.
Bueno, es muy godardiana, en realidad, pero la dice Melville, es un homenaje.
Y Jean-Pierre Melville, más allá de los 50, que son muy espectaculares, tiene peliculones.
Hay uno que creo que es de él, que es The Zombe d'Anne Laville, que es impresionante, porque, además, siempre la fotografía de Melville es algo que te deslumbra, y ahí el blanco y negro es sensacional.
Luego Melville será muy arquetípico en el momento del cambio al blanco y negro, al color, que es algo que creo haber comentado aquí alguna vez, porque nace por exigencias de la tele.
Claro, la tele proyecta que en un futuro todo será en color, y entonces las pelis, a partir del 66, 67, ya empiezan a ser casi todas, digamos, con el cromatismo de la realidad.
Bueno, más allá de que sea Technicolor, Bi-Technicolor, Color-Bi-Technicolor o lo que sea.
Y entonces Melville, en una obra maestra, que, bueno, ya le dedicaré un quince al día normal, que es Le Samourai, el silencio de un hombre, si vosotros veis las imágenes, veréis que, lo podéis hacer con el móvil, tranquilamente, si jugáis a cambiarlas a blanco y negro, alucinaréis, porque es un blanco y negro perfecto.
Y lo mismo pasa con Ampliq, y con le Cercle Rouge, Rouge, que es otra perla de su trilogía de finales de los 60, con Le Samourai.
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