LVO Preferiti - Willem Eijk "El Médico Anti-Eutanasia" 6238

Buenas noches y bienvenidos a la Verdad Oculta. Queridos oyentes, bienvenidos a un nuevo episodio que nos lleva desde los tranquilos pueblos de los Países Bajos hasta los pasillos del Vaticano. En un momento de luto y reflexión para la Iglesia, es de obligado cumplimiento seguir a esos candidatos conocidos como papables.

Hoy, ya 28 de abril, el mundo católico está conmocionado. Hace una semana que falleció el Papa Francisco, un líder que marcó una era con su amor para los pobres, su humildad y su mensaje de esperanza. Mientras, Roma prepara un conclave que elegirá al próximo Papa, y nuestro foco está en Willem Jacobus Eyck, cardenal neerlandés, arzobispo de Utrecht y una voz firme en la defensa de la fe.

Su nombre aparece entre los papables, esos candidatos que podrían liderar a más de mil millones de católicos en este nuevo capítulo de la Iglesia Católica. Vamos a sumergirnos en su historia, explorar sus posibilidades de ser Papa y descubrir cómo podría guiar a la Iglesia en un mundo que parece olvidar a Dios.

En la verdad oculta, no queremos aburrir con palabras complicadas ni rumores vacíos. Creemos que esta sea una aventura para todos, desde quien apenas conoce el Vaticano, hasta quien sigue cada noticia de Roma, como si fuera un gran final. Hoy pasearemos por los canales de Holanda, centraremos en los debates sobre la vida y la fe. Descubriremos así cómo un médico convertido en sacerdote podría estar a un paso de ponerse los zapatos de Papa. Pónganse cómodos, suban el volumen y vengan conmigo, porque la verdad, como siempre, está lista para brillar.

La verdad oculta, con Mario Escudero Wilhelm Jakubus Eich, conocido como Wim, nació el 22 de junio de 1953 en Duibemdrecht, un pueblo tranquilo en el norte de los Países Bajos, cerca de Ámsterdam. Era un lugar donde las bicicletas, los canales y las iglesias marcaban el ritmo de la vida. Hijo de un padre protestante y una madre católica, Wim creció en una casa donde la fe era un mosaico. Su madre lo llevaba a misa, mientras que su padre le enseñaba a respetar todas las creencias.

Con dos hermanos, su infancia estuvo llena de juegos en los campos, libros de ciencia y charlas familiares sobre el mundo. Desde pequeño, Wim era muy curioso, con una mente afilada y un corazón sensible. Una vecina, años después, contaría en una entrevista para venir que lo veía ayudando en la iglesia, organizando el altar como si ya supiera que su vida estaría allí. A los 15 años, Wim decidió que quería ser médico. Le fascinaba entender el cuerpo humano, curar a los enfermos y aliviar el dolor.

Estudiaría medicina en la Universidad de Amsterdam, donde se graduó en 1978, y trabajó un año como doctor en medicina interna. Era bueno, sus pacientes lo querían por su calma y su forma de explicar las cosas sin prisas. Pero algo faltaba. En 1979, mientras trabajaba en un hospital, sintió la llamada más profunda. La llamada de Dios. Como él mismo contó en la entrevista con Vatican News en 2023, dice, sentí que Dios me pedía no sólo curar cuerpos, sino almas.

Ese año dejaría la medicina y entraría al seminario del Rolduk en Kerkraid para ser sacerdote. En el seminario, Wim combinó su amor por la ciencia con la fe. Estudiaría ética médica en la Universidad de Leiden, explorando temas como la vida y la muerte. En 1985, a los 32 años, fue ordenado sacerdote en la diócesis de Roermond. Su primer trabajo sería como vicario en una parroquia pequeña, donde visitaba a los enfermos y daba misas con una seriedad que impresionaba. Pero su mente inquieta no se quedó ahí. En 1987, obtendría el doctorado en medicina en la Universidad de Leiden.