LVO Preferiti - Robert Sarah "El Polémico" 4g2f4r

Muy buenas noches y bienvenidos a la verdad oculta. A un nuevo episodio que nos lleva desde las aldeas de Guinea hasta los altares del Vaticano. En un momento de duelo y expectación para la iglesia. Hoy, 25 de abril de 2025, el mundo católico sigue conmocionado tras la muerte del Papa Francisco, el pasado 21 de abril. Un líder que marcó una era con su amor por los pobres y su mensaje de apertura. Mientras en Roma se prepara para un conclave que elegirá al próximo Papa, las redes sociales, especialmente Twitter, están en llamas con un nombre que no deja a nadie indiferente.

Robert Sara, cardenal guineano, ex-prefecto de la Congregación para el Culto Divino y conocido por sus declaraciones que han sacudido a muchos. Desde sus advertencias sobre la invasión de otras culturas en Europa, hasta su crítica al islamismo, al que define como un fanatismo monstruoso, o su rechazo a lo que llama el colonialismo ideológico de Occidente. Sara es un torbellino de controversia. Varios posts en X, en Twitter, como uno de Capitan Bitcoin, del 14 de marzo, lo alaban como un defensor de la fe, mientras que otros lo critican por su tono duro.

Escribiría el 21 de abril uno de estos seguidores que es su momento citando su miedo a que Occidente morirá sin natalidad y con culturas extranjeras. ¿Es Sara el líder que la Iglesia Católica necesita, o es tan solo un divisor en un mundo ya fracturado? En la verdad oculta, no queremos aburrir con palabras complicadas ni rumores vacíos. Queremos que ésta sea una aventura para todos, desde quien apenas conoce el Vaticano, hasta quien sigue cada noticia de Roma como si fuera una gran final.

Hoy pasearemos por las tierras cálidas de Guinea, entraremos en los debates sobre la fe y cultura, y descubriremos cómo un africano de voz profunda y fe inquebrantable podría estar a un paso de ponerse los zapatos del Papa. Así que pónganse cómodos, suban el volumen y vengan conmigo, porque la verdad, como siempre, está lista para brillar.

La verdad oculta. Con Mario Escudero.

Nuestro protagonista de hoy, Robert Sara, nació el 15 de junio de 1945 en Orux, un pequeño pueblo en el norte de Guinea. Entonces, una colonia sa. Creció en una familia que había abrazado el cristianismo. Muchos de los guineanos se habían convertido, gracias a misioneros, en un entorno donde la fe católica se mezclaba con tradiciones animistas. Su padre era agricultor, y su madre cuidaba de una familia numerosa.

La vida era sencilla, días de trabajo en el campo, noches de rezos y canciones. Desde niño, Robert era callado pero atento. Ayudaba en la iglesia local, fascinado por las misas de los misioneros, cuyos cantos y sermones lo hacían soñar con Dios. Hay una anécdota contada en su libro Dios o nada, del año 2015, donde relata cómo, con apenas ocho años, se escapó de casa para seguir a un misionero a un pueblo vecino, solo para escuchar más sobre Jesús.

Quería saber quién era ese Dios que hacía brillar los ojos de los padres. A los doce años ingresaría al seminario menor de Vingerville, en Costa de Marfil, y luego al de Dixing, en Guinea. Su pasión por aprender era inmensa. Estudió en Francia, Senegal, Roma y Jerusalén, dominando francés, inglés y algo de árabe. En 1969, a los 24 años, fue ordenado sacerdote en Conakry, en una misa llena de tambores y lágrimas de su madre.

Sus primeros años fueron en parroquias rurales, donde predicaba bajo árboles y llevaba comida a los enfermos. Una historia cuenta que, en una aldea sin iglesia, convenció a los vecinos para construir una capilla con sus manos, trabajando junto a ellos. En 1979, a los 34 años, Juan Pablo II lo nombraría arzobispo de Conakry. El otro día,