Killer Sally, la culturista asesina 4s2q2k

Bienvenidos un día más a La Crónica Oscura, un podcast en el que os cuento las leyendas, los crímenes y las historias de terror más perturbadoras de la historia. El caso que os voy a contar hoy empieza con una llamada a emergencias. Acabo de dispararle a mi marido.

Estas fueron las palabras que pronunció Sally McNeil cuando llamó al 911 la noche del 14 de febrero de 1995. A continuación añadió, tuve que hacerlo porque me estaba golpeando.

Lo que vendría después de esto sería un escándalo que sacudió al mundo del culturismo y un juicio mediático que dividió opiniones y dejó más preguntas que respuestas. ¿Fue realmente un acto de legítima defensa o había algo más detrás de esta historia? Pero antes de empezar a hablaros de todo lo que rodea el caso de Killer Sally, recordaros que si este podcast os parece interesante, podéis darle al botón de seguir y a la campana de notificaciones para no perderos nada de lo que se viene.

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Y ahora sí, no me enrollo más y comenzamos con la historia de Sally McNeil. Vamos a empezar hablando de la protagonista, o bueno, de una de las protagonistas de esta historia, Sally Dempsey. Sally nació el 30 de septiembre de 1960 en Allentown, Pensilvania, en el seno de una familia desestructurada. Su padre, Richard Dale Dempsey, tenía problemas con la bebida y golpeaba a su madre, que terminó separándose de él y casándose con otro hombre. Para este momento, Sally tenía apenas tres años. Su padrastro y su madre tuvieron otras dos hijas, que pasaron a ser el centro de atención mientras a Sally la dejaban de lado. Bueno, no solo eso, sino que su padrastro también la golpeaba y menospreciaba.

Como una forma de intentar ganarse su aprecio y mejorar su situación en casa, ella empezó a hacer deporte, natación, salto de trampolín y atletismo, llegando a clasificarse en alguna ocasión para competiciones estatales. Se le daba realmente bien y en el instituto pasó a ser una estrella del deporte. Por esta época, Sally también conoció a su primer novio, Victor, aunque tuvo que mantener esta relación en secreto. Sabía que en su casa no la aprobarían, ya que Victor era un chico negro y sus padres eran bastante racistas.

Finalmente, no se sabe muy bien cómo, se enteraron y, además de obligarla a romper con él, la castigaron durante un verano entero. Después del instituto, Sally fue a la universidad. Quería convertirse en profesora de educación física, pero después de tres años y medio, cuando solo le quedaba un semestre para graduarse, tuvo que abandonar la carrera porque se le hizo imposible pagar la matrícula. Sus padres se negaron a ayudarla económicamente y, como no podía volver a su casa, decidió hacerse marine. Estamos ya en el año 1982, año en el que Sally, que ya estaba dentro del cuerpo de Marines, conoció al que se convertiría en su primer marido, Anthony Loudon.

Se enamoraron enseguida y cuando ella se quedó embarazada de su primera hija, Shantina, se casaron. Dos años después llegaría su segundo y último hijo, John. Todo parecía irles bien, hasta que afloraron los celos de Anthony, que empezó a ponerse violento y a golpear a Sally. Por la infancia que ella había tenido, le parecía una conducta normal y creía que esto pasaba en todas las casas. Cuando empezó a ir a terapia, se dio cuenta de que eso era de todo menos normal, así que solicitó el divorcio y un nuevo destino. Consiguió también la custodia de sus hijos y en 1987 se trasladó junto a ellos a la base militar de Pendleton, en California.

Fue aquí donde empezó a introducirse en el mundo del culturismo. Su intención no era competir, sino ganar musculatura y ponerse fuerte, pero su sargento la vio entrenando y la animó a participar en alguna competición. Su primer campeonato de culturismo fue el de las propias Fuerzas Armadas, que tuvo lugar el 6 de mayo de ese mismo año, 1987, y en el que consiguió el cuarto puesto. Después de este torneo, un amigo le comentó que otro culturista, el sargento