ISORA NEUROCIENCIA_25 -Claudia Loayza- i6xr

¡Hola, hola, hola! Muy buenos días, muy buenas tardes o muy buenas noches allá, según donde te encuentres. Nueva edición de Isola Neurociencia. La neurociencia está en el aire. Nos habíamos hecho esperar, ¿verdad? Pero aquí estamos nuevamente. El programa de hoy es bien especial porque sabéis que vamos de lado a lado y tira porque me toca en el mundo.

Y sí, hoy estamos en Perú porque Isola Neurociencia también ha llegado a Perú. ¡Qué alegría, qué alegría en Perú! Pero también en México y también en otros sitios. ¡No nos paramos! Desde los estudios de Alcalá de Henares, aquí en Radio Creatividad, Álvaro Capitán, siempre contigo. Muy buenos días también conmigo y con vosotros, Miguel Ángel Simal.

¿Cómo estás? ¡Hola, hola! Pues estoy feliz, contento y además es que se da otra circunstancia porque hoy estamos de celebración. Eso se te había pasado, ¿eh? Hoy hacemos el vigésimo quinto programa y eso hay que celebrarlo. Bueno, hay que celebrar todos, ¿no? Pero cuando haces 25 de lo que sea, pues hay que celebrarlo.

¡Madre mía! Esto es como un cuarto de siglo, ¿eh? 25 programas ya. ¿Quién lo iba a decir? Desde el mes de octubre que llevamos aquí felizmente y espero que los otros 25 se multipliquen por muchísimos más. Por cienes y cienes, claro.

¿Y hoy qué nos va a deparar este programa, súper programa de Isora Neurociencia? La neurociencia está en el aire, Álvaro. Bueno, pues nos va a deparar una súper entrevista a una persona bien especial. A una súper persona. A una súper persona que nos conocemos desde hace muchos años. Ella es coach, ella es fundadora de un par de instituciones, luego hablaré de ella. Ella es educadora y tiene una relación muy especial con Isora y una historia apasionante. Así que increíble el programa va a ser.

Hasta ahí podemos leer. Pues vamos a comenzar y como ya me habéis escuchado en otros programas, en otras ediciones de Isora Neurociencia, la neurociencia está en el aire, vamos a comenzar o voy a comenzar por un pequeño preámbulo, un pequeño editorial. Ya que el pasado 2 de abril se conmemoró el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, creo que todos lo sabéis, una fecha clave para visibilizar y celebrar la diversidad con la que funciona el cerebro humano.

Hoy queremos recordar en Isora Neurociencia algo fundamental, ya que el autismo no es cosa de un solo día, sino que es una forma de ser que vive 365 días al año. Cada persona que se encuentra dentro del espectro es única, con su manera especial de sentir, de comunicarse y de conectar con el entorno. Y eso merece ser reconocido y valorado todos y cada uno de los días del año, y no solamente en abril.

El autismo nos enseña que hay infinitas maneras de experimentar el mundo y que en esa diferencia también hay belleza, sensibilidad, creatividad y por supuesto profundidad. Desde Isora Neurociencia llevamos trabajando más de una década en mejorar la calidad de vida de las personas y más en concreto de personas neurodivergentes. Y en este sentido queremos rendir homenaje a las personas autistas, a sus familias, a los profesionales que acompañan con respeto y a todas las voces que inspiran a mirar con otros ojos a estas personas.

Celebramos su presencia, sus talentos, su autenticidad y su forma única de contribuir al mundo. Queremos recordar que crear entornos que respeten la diversidad no sólo beneficia a quienes actúan o sienten de forma diferente, sino que nos enriquece a todos como sociedad. La neurodiversidad o el autismo, que es una parte de la neurodiversidad, es una fuente sin duda de sabiduría, creatividad y humanidad. Y con esta celebración, con esta conmemoración damos la bienvenida a esta nueva edición de La Neurociencia Está en el Aire.