Intolerancia religiosa: católicos contra protestantes 4j526l

Las guerras de religión en Francia de la segunda mitad del siglo XVI encajan dentro de un larguísimo proceso histórico de enfrentamiento dentro de la cristiandad occidental, de la cristiandad latina, que se produjo desde el mismo comienzo de la reforma luterana en 1517 hasta la firma de la paz de Vesfalia de 1648, que puso fin a la guerra de los 30 años.

A lo largo de esos 130 años, desde la reforma a Vesfalia, en esa Europa occidental se fueron sucediendo los conflictos muy violentos en los que se enfrentaban las diferentes ramas, las diferentes sectas en las que se había dividido esa cristiandad occidental, esa cristiandad latina. El primer capítulo fue prácticamente inmediato a la propia reforma luterana, la guerra de los campesinos, que se produjo en Alemania en los 1520, en donde se enfrentaron los señores, los señores feudales, que ya habían abrazado la reforma luterana contra sus propios campesinos, que quisieron ir más lejos dentro de esa reforma, tomando unos aires casi revolucionarios. El siguiente capítulo sería el marcado por Enrique VIII en Inglaterra.

Cuando, a partir de los años 1530, este monarca inglés llevó a cabo su propia reforma estableciendo la iglesia anglicana, lo que provocó inmediatamente la persecución de los católicos por parte de los anglicanos, unas persecuciones que fueron increchando en los últimos años de Enrique VIII y durante el reinado de su único hijo varón Eduardo VI.

Cuando muere Eduardo VI y llega al trono, la hija mayor de Enrique VIII, María I, católica, cambian las tornas, son los católicos los que van a perseguir a los anglicanos, pero muerta María I, y siendo su hermana Isabel I la que asciende al trono, regresan los anglicanos al poder y con ello son ellos los que de nuevo están persiguiendo a los católicos. A ese capítulo de las persecuciones religiosas en Inglaterra llegarían entonces, en la segunda mitad del siglo XVI, esas guerras de religión en Francia que mencionaba al principio.

Unas guerras de religión en Francia que se extendieron desde los 1560 hasta los 1590 y que supusieron unas matanzas de una brutalidad desmedida para la historia general de la propia Francia y que corrieron en paralelo con otras matanzas, en este caso en los Países Bajos, provocadas por los enfrentamientos entre las tropas católicas y los gobernadores católicos enviados por Felipe II a esos Países Bajos y sobre todo los grupos sublevados de los Países Bajos del Norte, los neerlandeses, que habían abrazado la reforma. Toda esta sucesión de muy violentos conflictos religiosos llegaron a su cénit absolutamente brutal durante la guerra de los 30 años entre 1618 y 1648 que se desarrolló en el territorio del Sacro Imperio Romano Germánico.

Una guerra tan brutal que los arqueólogos contemporáneos cuando excavan en la Alemania de hoy, al hacer la estratigrafía, van a encontrar rápidamente los estratos de estos mediados del siglo XVII porque son estratos de destrucción. No hubo ni un solo rincón de Alemania que no fuera destruido durante esta guerra de los 30 años, ya fuera en las etapas iniciales o en las etapas finales. Esta vorágine, esta violencia, esta brutalidad asociada al enfrentamiento en el seno de la cristiandad occidental. Recordemos que el cristianismo desde la antigüedad tardía se había dividido en un principio en dos grandes ramas.

Por un lado la iglesia que seguía los principios entre comillas más ortodoxos donde estarían latinos y ortodoxos y luego las iglesias orientales que rechazaron los principios emitidos en los concilios de Éfeso y Cancedonia y luego ya en la plena Edad Media se separaría la iglesia latina la que digamos sigue la obediencia del Papa de Roma de la iglesia ortodoxa que había derivado en todas las iglesias ortodoxas que conocemos griega, rumana, ucraniana, rusa y demás. Estamos hablando por tanto de estos conflictos internos en el seno de la cristiandad occidental que surgen a partir de esa ruptura que se provocó en esa cristiandad occidental con la reforma de Lutero y todas las iglesias protestantes que derivaron de ahí. Podríamos preguntar qué