¿Hay futuro al margen del sistema viviendo en el campo? 1b4e5w

¿Somos libres o estamos atrapados en un sistema controlador y regulatorio del cual no podemos escapar? ¿Hay alternativas a las normativas, a las regulaciones del momento? ¿Hay opción al margen del sistema en el mundo rural? ¿Es necesario vivir fuera del sistema? ¿Es eso lo que quieres? ¿Es posible ser realmente libre? Este es un tema controvertido, lo sé.

Pero con mi experiencia de 24 años viviendo en el mundo rural, en España y en Francia, creo que te puedo aportar una visión alternativa.

Si te quedas un rato conmigo, te cuento.

Soy Raquel Sánez y este es El Espacio de la Ciudad al Campo.

El lugar donde te hablo de cómo se hace eso de irse al campo y de cómo es vivir en el campo.

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Hoy en día, dada la situación socioeconómica y política, hay quien dice que la única alternativa a este sistema opresor es irse al campo, a la autarquía, fuera del sistema.

Hay quien dice que no hay salida, que ni en el campo se puede vivir libre, que los tentáculos del sistema pueden con todo y estamos atrapados en una ratonera.

Son visiones opuestas. Cada uno tiene la suya.

La mía es intermedia.

Déjame que te cuente una anécdota que viene al caso.

Al principio de vivir en Francia, compramos una estufa de leña de segunda mano.

A través de una web de estos declasificados tipo Wallapop o Mil Anuncios en España, amos con un tipo que vendía una.

Fuimos a su casa, vimos la estufa, nos gustó y entonces le pregunté una cosa que había leído.

Le dije, he leído por Internet, en páginas oficiales, en páginas incluso del gobierno, que no se puede conectar una estufa de leña directamente al conducto de piedra, a un conducto antiguo, que está prohibido, que hay que entubar, poner un tubo por dentro del conducto antiguo de obra o hacer un conducto nuevo.

¿Qué piensas? Le pregunté.

Y el tipo me respondió.

La mía siempre ha estado conectada al conducto antiguo y nunca ha pasado nada.

Hay que mantenerlo limpio, hay que desollinar cosas de sentido común, cosas que hay que saber cuando te calientas con leña.

Tienes que saber cómo funciona esto.

Además, ¿qué fundamento tiene esa normativa? ¿Y quién va a entrar en tu casa a verificarlo? La verdad es que eso me dio que pensar y empecé a buscar información, a investigar sobre ese tema.

Y me di cuenta que, como suele ocurrir una vez más, hay ciertas normativas que benefician a unos pocos y pagan el coste los de siempre.

Por eso, al margen de extremos, de normativas, de determinismos y pesimismos, creo que hay algo fundamental.

Y es la importancia de hacerse preguntas, y no perder ese espíritu infantil de los porqués con el que nacimos.

Y de cómo el campo, el espacio vital, el o con lo natural, con la naturaleza, hay quien dice el origen, la desconexión con lo estipulado, te deja ver la verdad.

Y como no quiero hacer un episodio muy extenso, sino que quiero darte unas ideas para la reflexión, te animo a hacerte estas preguntas que me han ido surgiendo a lo largo de mi experiencia viviendo en el campo y que he intentado responderme buscando e investigando.

Algunas de las preguntas son estas.

¿De dónde vienen las cosas? ¿De dónde viene el agua que consumimos? ¿La electricidad? ¿La comida? ¿Los materiales? ¿Cualquier producto que utilizamos o que consumimos? ¿Cómo se producen? ¿A dónde van los residuos que generamos? ¿Qué es lo que se recicla y cómo? ¿Quién decide lo que es salud, lo que debes comer, lo que te debes pinchar? ¿Quién decide lo que es ciencia y lo que no? ¿Qué noticias son verdaderas y cuáles no? ¿Qué es lo bueno y lo malo? ¿Por qué una decisión o una actuación o una actitud es buena y otra no? ¿Cuál es tu escala de valores? ¿Y por qué?