Forbidden Lands - La purga del cuervo 18 5n3c3

La pericia de los jinetes aslenos está fuera de toda duda, pero hubo una ocasión en la que una elisea les derrotó en su propio terreno.

De ella se decía que había sido la única capaz de abrir brecha frente a un ejército de ogros, y con determinación fue a desafiar a los aslenos a su mismo hogar, para, junto con su caballo Asara, ser la más rápida que cualquiera de sus campeones, y así Marene, la centella, dio comienzo a su leyenda.

Muy buenas noches a todos, bienvenidas a esta sesión de la purga del cuervo, quizás sí, quizás no, o quizás eso, el arranque de la leyenda de Marene, y como buena leyenda no puede estar presente, las leyendas siempre están fuera, así que nunca sabrá lo bien que estamos hablando hoy de ella.

Muy buenas noches a Marc, Zur y Lob, que sí que están hoy, porque todavía no son leyenda, pero se lo tienen que trabajar.

No es muy conocido, infame en todo caso, pero leyenda no.

Pero para ser leyenda no tienes que haber muerto primero.

No sabemos cuándo se ha contado este relato inicial, igual se ha contado dentro de mucho tiempo, o se ha contado dentro de dos sesiones, y Marene muere por cualquier incidente, esos detalles se me escapan.

Vamos a adelantar acontecimientos.

Podemos solucionarlo rápido, un pequeño accidente...

Se cae del caballo.

Se cae yo de su caballo.

Bueno, en todo caso, por fin tuvieron lugar esos juegos que 18 sesiones después tuvieron lugar, los juegos que Marene llevaba tanto tiempo proponiendo, y además ganó, que yo creo que es lo peor, porque entonces ahora pueden pasar dos cosas, que no quiera volver a participar nunca para mantenerse invicta, o que quiera ir a todas partes a demostrar que es la mejor.

Ya veremos en qué punto.

Ojalá fuera lo primero, seguro que será lo segundo.

Pero no fue eso lo único que sucedió, sino que también hubo partido a los cestos de caballos, que es lo que estábamos antes contando, no bueno, hubo las otras competiciones en las cuales galdanos y cuardos se alternaron en las victorias y no se pudo romper ese empate, ya que Marene se alzó victoriosa en la carrera final.

Pero mientras tanto estaba teniendo lugar otra cuestión, Dorn se estaba encargando de colaborar en un ritual de agradecimiento a los dioses del río, tras el cual se escuchó un agudo y fuerte rugido, grito, chirrido, un grito, que de hecho, como me he escuchado la sesión anterior ahora, es verdad que mi micro no capta todos los matices porque se dejó de oír.

Se hizo un grito tan fuerte que no se oye.

Pues así.

Y que fue escuchado incluso entre el jolgorio después del torreo, con los tanto galdanos como cuardos vitoreando a Marene, que al fin y al cabo, si demuestra que es la más rápida, pues merece ser honrada como tal, con Nissel recuperando, vamos, recuperando, consiguiendo esas ganancias de su apuesta.

Y ya le preguntaremos ahora dónde estaba, si estaba entre el público, si estaba navegando por el río, si estaba escalando la montaña, porque antes de nada lo que voy a ir es con Dorques, justo donde lo dejamos, porque después de ese intenso chirrido, percibes algo de magia en el ambiente y cómo el orbe desaparece frente a tus ojos.

Tanto enfurecido, no, enfurecido quizás no, pero sí molesto, le pregunto a Palacus, creo que era.

Bueno, me lo creo, que haya dicho un nombre a la primera.

Perfecto.

Le digo a Palacus, ¿qué ha sido eso, qué hemos hecho? Y le miro con preocupación y molestia.

¿Sabes qué? Esa preocupación, no tanto la molestia, pero esa preocupación también está en su rostro y entre los guardias de Honor Cuardos dicen ¿qué ha pasado, qué ha pasado? Y de hecho, Palacus mismo dice ¿pero cómo, cómo, dónde está? Ves que lanza miradas hacia la fortaleza, a sus espaldas, ¿qué es lo que ha ocurrido?