Estudio de los Salmos 83-84 z41n

Muy buenas tardes hermanos, damos gracias a nuestro buen Dios como siempre por su amor y su misericordia para con nosotros nos permite podernos congregar nuevamente para continuar nuestros estudios en el libro de los salmos. Hoy estaremos en el salmo número 83, salmo 83 y 84, salmo 83 y salmo 84, así que puede ir abriendo su biblia para ir buscando esos salmos. Vamos a orar como siempre a nuestro buen Dios para que nos ayude, nos asista, para que podamos entender su bendita palabra y no sólo entenderla con el mandamiento o con la ordenanza, nos dé también la voluntad, el buen deseo, el querer y el hacer por su bendita voluntad para ejecutar lo que él mismo ordena. Amado Dios y Padre Eterno, damos gracias una vez más por este tiempo, este espacio, este lugar en el que usted provee para que nosotros como pueblo local podamos reunirnos a estudiar su bendita palabra.

Reconocemos que ella es palabra de verdad, que es palabra de vida eterna, que es regla infalible en verdad, no sólo en materia de fe, sino también de la vida, en todas las áreas de la vida. Que podamos disponernos Señor, a escuchar su bendita palabra, a permitir Señor que ella nos corrija, que ella nos afirme, que ella continúa haciendo la obra que ha de hacer en los santos, en aquel pueblo Dios que usted predestinó, que esa obra de santificación, que esos pensamientos que todavía deben ser cambiados, transformados, ya que sus pensamientos son mucho más altos que los nuestros, que puedan ser corregidos y afirmados para que podamos vivir de acuerdo a su bendita palabra. Le pedimos nuevamente, Señor, que su Espíritu Santo nos guía a toda verdad, a toda justicia, como en la regeneración, Padre Santo, con ojos para ver, oídos para escuchar y una voluntad dispuesta, obediente, a obedecer, a acatar su bendita palabra.

Damos gracias, Señor, porque creemos que la palabra suya continúa obrando en nuestras vidas, pero también oramos, Señor, porque sabemos que mientras la misma continúa siendo enseñada y predicada, será también instrumental en la salvación de aquellos que todavía faltan, que han de proceder, según ese decreto eterno de salvación, al arrepentimiento de sus pecados y a la fe en Jesucristo, a quien reconocemos como el único camino, el único mediador entre Dios y los hombres, el único nombre bajo los hombres, dado a los hombres en el que podemos ser salvos. Damos gracias, Dios, que usted sea toda la gloria y toda la honra, pues es en Cristo Jesús en quien oramos y damos gracias. Amén. Vamos a comenzar leyendo el Salmo 83. Salmo 83. Vamos a ver que inicia con una otra petición de intervención, que Dios intervenga sobre sus enemigos y los enemigos de Dios.

Va a ver que en el Salmo son los enemigos del pueblo de Dios. Quien se constituye enemigo de la iglesia se constituye enemigo de Dios o viceversa. Si quien está en contra de Dios está en contra de su iglesia. Leemos el Salmo 83. Dice de la manera siguiente. O Dios. No guardes silencio, no calles, o Dios, ni te estés quieto, porque aquí que rugen tus enemigos y los que te aborrecen alzan cabeza. Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente y han entrado en consejo contra tus protegidos. Han dicho venid y destruyamos para que no sean nación y no haya más memoria del nombre de Israel. Porque se confabulan de corazón a una. Contra ti han hecho alianza las tiendas de los Edomitas y los y de los Ismaelitas, Moab y los Agarrenos, Hebal, Amón y Amalek, los Filisteos y los habitantes de Tiro.

También el Asirio se ha juntado con ellos. Sirven de brazo a los hijos del otro. Y aquí comienza parte de la petición. Hazles como a Madian, como a Císara, como Javín en el arroyo de Sison que perecieron en el