Eragon Parte 4 Libro primero de la Saga El legado Narracion Voz Humana 21482f

Eragon, ¿es ti no de confianza el amigo de Prom? No lo sé.

Eragon le contó los acontecimientos del día.

Hay fuerzas que nos rodean de las que no somos conscientes.

Todos parecen guardar secretos.

Así es la vida.

No hagas caso de las intrigas y ten confianza en la naturaleza de cada persona.

Prom es bueno.

No tenemos por qué tener miedo de sus planes.

Eso espero.

Pero realmente, eso de encontrar a los Razak a través de documentos escritos es una extraña manera de seguirles la vista.

¿No habrá algún modo de usar la magia para ver los libros de contabilidad sin tener que estar en esa habitación? No estoy seguro.

Tendría que combinar la palabra ver con de lejos.

O quizá luz con lejos.

En todo caso parece bastante difícil, pero se lo preguntaré a Prom.

Sería sensato.

Se sumieron en un tranquilo silencio.

¿Sabes una cosa? Es posible que tengamos que quedarnos un tiempo aquí.

Y como siempre yo tendré que esperar afuera.

No, no es lo que yo deseo, pero pronto volveremos a viajar juntos.

Ojalá ese día llegue pronto.

Eragon sonrió y la abrazó.

En ese momento se dio cuenta de que estaba oscureciendo deprisa.

Debo irme ahora antes de que me dejen fuera de Teyrn.

Mañana voy a cazar.

Te veré por la tarde.

Zafira desplegó las alas.

Ven, te llevaré hasta el ho.

Eragon le dio las gracias y regresó corriendo a Teyrn.

Serpenteó por las oscuras callejuelas de la ciudad hasta llegar a la casa de Xeod.

Un mayordomo atendió su llamada y lo acompañó por la casa sin decir palabra.

Brom y Xeod estaban en el estudio sentados en un escritorio oval hablando amistosamente.

Brom levantó la pipa y dijo con voz jovial.

Ya estás aquí.

Empezábamos a preocuparnos por ti.

¿Qué tal el paseo? Agradable.

Teyrn es grande.

Me costó encontrar la casa.

Cuando hayas visto Trasleona, Xilead o incluso Cuasta, no te impresionarás tan fácilmente con esta pequeña ciudad marítima.

Eragon se volvió hacia Brom.

¿Tienes idea de hasta cuándo nos quedaremos aquí? Depende de si podemos ver los libros o no, y del tiempo que tardemos en encontrar lo que buscamos.

No creo que yo pueda ayudar.

¿Por qué no? No sé leer.

Afirmó Eragon bajando la cabeza.

Brom se puso tenso sin creérselo.

Eso retrasa un poco mis planes, pero no de forma irreparable.

Tendré que enseñarte a leer.

No tardarás mucho en aprender si te esfuerzas.

Te gustará, dijo Xeod señalando las paredes.

Estos libros son mis amigos, mis compañeros.

Me hacen reír o llorar y le dan un sentido a mi vida.

Parece interesante.

Eragon se puso a examinar los estantes.

Un bello libro con adornos de oro le llamó la atención.

Estaba encuadernado en piel negra y tenía grabadas misteriosas runas.

Eragon volvió a su silla sosteniendo el libro con suavidad.

Ojeó el ejemplar mientras Brom y Xeod hablaban.

Pasaron las horas y Eragon empezó a adormilarse.

Xeod en consideración al agotamiento de sus huéspedes les deseó las buenas noches.

El mayordomo les enseñará sus habitaciones.

El criado les llevó arriba.

Se detuvo delante de un conjunto de tres puertas.

Hizo una referencia y se retiró.

¿Puedo hablar contigo? Entra.

Eragon cerró la puerta a sus espaldas.

Zafira y yo tenemos una idea.

¿Es posible invocar una imagen de algo que uno...