Episodio 79.- Adolf Hitler y las entrañas del Tercer Reich (1933-1945). 5x58q

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En este tercer episodio del total de cuatro que durante esta cuarta temporada estamos dedicando en el podcast al nazismo, con ocasión del 80 aniversario de su colapso en mayo de 1945, nos centramos ahora en la compleja personalidad de Adolf Hitler y también en el círculo de los jerarcas nazis más destacados.

Y lo hacemos con la ayuda de nuestros colaboradores habituales a quienes escucharéis a continuación.

Tenemos con nosotros a Sofía. Buenas noches, Sofía, ¿qué tal estás? Hola, pues encantada de seguir con la saga hitleriana.

Buenas noches, Iván, ¿qué tal estás? Hola, buenas noches, muy bien. Aquí estamos, una vez más.

Antonio, ¿cómo estamos? ¿Qué tal? Encantado de estar otra vez aquí con vosotros.

Fijaos que Antonio siempre lo comenta, que nos ha dicho que le molan por su profesión analizar desde el punto de vista psicológico determinadas personalidades oscuras.

Lo comprobamos hace algunas temporadas hablando de David Corres, líder de la secta de Huaco, y lo comprobamos hace poco, hace unos meses, hablando con el reverendo Wilson sobre Charles Manson, con quien Hitler tenía en común que era vegetariano, que le gustaban mucho los animales, más que las personas, como demostró, y que coincidía en ambos que habían padecido una infancia complicada, que eran artistas frustrados y algo muy de líder de una secta, que poseían una mirada hipnótica.

¿Dirías, Antonio, que Hitler, igual que Manson, estarían incluidos quizás en ese top 10 de personalidades oscuras más destacadas? ¿Qué opinas? Sin duda, porque las personalidades oscuras, sobre todo las más peligrosas, son aquellas que tienen una personalidad carismática, es decir, que son capaces de encandilar y de engañar a las masas y de generar un aura de atracción en gente que no es capaz de ver ese álbum oscuro.

O, si me apuras, no voy a entrar en nombres y apellidos, pero en personalidades que precisamente por esa aura oscura, cuando se une con determinado contexto ambiental o político o social, es lo que la sociedad busca. Y, bueno, pues en un país de cuyo nombre no quiero acordarme, pero que está más allá que para acá, pues es posible que haya pasado algo de eso.

Bien, yo creo que hay algo que es indudable, que es el nazismo y Hitler, más quizás el nazismo que Hitler, tiene cierto componente un poco paradójico. Porque por un lado nos repele, por todo lo que supuso, pero por otra parte, esa estética nazi sí que nos atrae. Yo no sé si es que estaba muy bien diseñado todo lo que era la asbástica.

Hombre, ya sabemos que vestía un Hugo Boss, que por cierto era un nazi más, el diseñador. Pero, ¿por qué crees que llama tanto la atención el nazismo y no otros regímenes dictatoriales como puede ser el estalinismo? Bueno, es discutible que el estalinismo no llame tanto la atención. De hecho, bueno, pues comunistas que defienden abiertamente las barbaridades que hicieron los comunistas, vamos sobrados también de ellos.

Es decir, yo creo que a lo mejor el nazismo ha sido lo suficientemente condenado como para hacernos conscientes de la brutalidad. Algo que supuesto, cosa que no pasa con el comunismo, que es tres cuartos de lo mismo.

Yo siempre he dicho que abomino y huyo de los totalitarismos tanto de izquierdas como de derechas, porque tengo absolutamente claro que el día que triunfo un totalitarismo sea de derechas o sea de izquierdas, el primero que va al foso o al muro soy yo. Con lo cual, es una mera cuestión de supervivencia.

Sin embargo, es verdad que el nazismo tiene un componente que, fíjate, ahora me explico, por la burrada que voy a decir, pero tiene un componente muy parecido a otro tema que a mí me gusta mucho, que es a la figura del vampiro.

¿Por qué? Porque representa la parte más oscura del ser humano. Es decir, representa el poder absoluto, el control absoluto y el dar rienda suelta a los instintos más perversos, más primarios, sin moral del ser humano.

Y eso es lo que nos atrae precisamente, porque efectivamente, igual que nos genera miedo y lo condenamos, todos tenemos también esa pulsión interna de saber hasta dónde podríamos llegar o qué sería de nosotros.