EP 34 - Últim "comentant l'actualitat" 515uj

A Tarragona Radio, Porta a l'Esperanza.

Buenos días, ya sabes que yo soy el Pedro y seré el presentador del episodio de hoy.

Comenzamos el estudio, como ya habrás adonado, con la Patricia.

Este es un nuevo programa de Comentando la Actualidad.

Os ponemos un poco de contexto.

Haciendo servir noticias del diario Protestante Digital, comentamos qué está pasando en el mundo de manera relevante y actual y siempre con una perspectiva cristiana.

Muy buen día, Patricia, ¿cómo estás? Muy bien, ¿y tú? Bien, la verdad es que contento por tenerte un programa más aquí con nosotros.

Un poco triste porque es el último Comentando la Actualidad de esta temporada.

Ya, es una pena.

Bueno, volveremos el año que viene, a la temporada que viene, con más noticias y con más ideas y más temas relevantes. ¿Verdad? Sí, eso espero.

Mirad, en el programa de hoy yo personalmente os traigo dos noticias que podríamos catalogar más como de sociedad, o de actualidad.

En cambio, tú, Patricia, nos presentas hoy dos noticias más de carácter histórico, ¿verdad? Sí, eso me encanta.

Hoy nos adentramos, entonces, en la primera noticia, que al primer vistazo puede parecer un tema muy técnico, pero que afecta directamente a nuestras butxacas, Patricia, y también a nuestros valores.

Estamos hablando de estas famosas noticias sobre los aranceles y las guerras comerciales.

Pero, ¿y si os dijésemos que la Biblia también tiene algo que decir al respecto? Mirad, la noticia que he seleccionado de Protestante Digital nos explica que los aranceles son impuestos que se ponen a los productos importantes, es decir, a los productos que llegan de otro país.

Antes he dicho importantes, que también lo son, pero quería decir importados, ¿sí? Pues mirad, el objetivo principal de los aranceles es proteger a los aranceles, Por ejemplo, si se pone un arancel alto en la seta chinesa, las empresas locales pueden competir mejor.

Pero claro, todo esto también tiene consecuencias. ¿Por qué? Porque los productos extranjeros se hacen más caros y a menudo eso lo acabamos pagando nosotros como consumidores.

Además, puede provocar represalias, y también puede provocar que los aranceles se vayan a comprar.

Pero claro, ¿qué dice la Biblia sobre los impuestos y sobre el comercio? Pues esta noticia de Protestante Digital nos explica que, aunque la Biblia no habla directamente de aranceles, sí que trata cuestiones relacionadas con los impuestos, el comercio entre pueblos o las responsabilidades de los gobiernos.

Por ejemplo, en Marcos 12, 17, Jesús dice En el Antiguo Testamento tenemos, por ejemplo, el caso de Josep a Egipto, que diseñó un sistema de recaptación y recorto de cereales durante siete años de abundancia para preparar el comercio entre pueblos, pero que no tenía nada que ver con la impunidad de los pueblos.

Y por eso la Biblia no habla directamente de los impuestos.

No habla de que los impuestos sean impuestos para los aranceles.

No habla de que los impuestos sean impuestos para los aranceles.

Enmarcados a margen de cereales durante siete años de abundancia para prepararse para siete años de hambre. Todo esto muestra una gestión inteligente de los recursos por el bien común.

Y también, por ejemplo, vemos al rey Salomón que tenía diferentes acuerdos comerciales con otras naciones, intercambiaba recursos con reinas lejanas. Una vez más, todo esto indica que el comercio internacional hecho con sabidez y justicia era una práctica legítima.

Y claro, aquí, tal vez, Patricia, podríamos preguntarnos ¿qué son o cómo combina esto con los valores cristianos, con la economía? Pues los valores bíblicos nos convienen vivir con justicia, equidad y compasión. Esto también se aplica a las políticas económicas, porque un gobierno responsable tiene que buscar el bien común, proteger a los más vulnerables y actuar con integridad.

La Biblia nos anima a pregar por nuestros gobernadores, y esto lo vemos en la primera de Timoteo 2, verset del 1 al 2, para que tomen decisiones con sabiduría y discernimiento. Los cristianos no solo tenemos que pagar nuestros impuestos, sino que también tenemos que participar activamente en la sociedad, a través de las elecciones y también exigiendo transparencia y criterios éticos, por ejemplo, en el ámbito del que estamos hablando hoy, que es el de la economía. De manera muy rápida, Patricia,