Entrevista a Sònia Guillén, autora de «El principio de incertidumbre / El principi d'incertesa» (CONTRALUZ) 5-4-2025 1s5yl

Los amantes del thriller, de la novela de suspense, que ya sabéis que continuamente a lo largo del año van apareciendo novedades de autores ya consagrados que publican estas series interminables de detectives e investigadores, están siempre presentes en el sector editorial, decía, están de enhorabuena, porque de vez en cuando aparece alguna autora o algún autor que nos ofrece algo diferente, algo nuevo, y es el caso de Sonia Guillén, con el principio de incertidumbre, que aparece tanto en castellano como en catalán, publicado por Contraluz, y que es una autora que, después de algunas experiencias con otros géneros enfocados hacia otro tipo de público, ahora presenta este primer thriller.

Sonia, ¿cómo estás? Buenos días.

Buenos días, Jan. Muy contenta de estar aquí.

Oye, y...

Cicatrius, que fue tu anterior novela, que obtuvo el premio Ramón Montaner en el 2023, una novela sobre la depresión juvenil, ¿marcó un antes y un después en tu manera de trabajar, de escribir? Realmente no, porque al final yo creo que cada uno tiene que encontrar la manera de trabajar que a él le funciona.

En mi caso, yo tengo mi propia técnica o mi propio estilo, entonces Cicatrius lo que sí que me dijo es que quizás iba en el buen camino, porque era un premio, un reconocimiento, y dices, claro, has dejado el trabajo, has cambiado de sector completamente, entonces dices, a ver dónde me meto.

Fue un chute de energía.

La abogacita, la pandemia te cambió la vida, ¿no? Sí, sí, sí, me cambió la vida porque yo trabajé durante 32 años en una consultora para empresas, y el caos de la pandemia, sobre todo en las empresas, los seres, no sabíamos qué hacer, si abrían, si cerraban, quién podía, me obligó a trabajar 24-7, y eso me hizo plantearme decir, ostras, quizás no estoy teniendo la vida que quiero, y di un paso, un salto, que me costó casi un año de pensármelo, plegué un año más tarde, y dejé el trabajo para intentar escribir, a ver si podía lograrlo, sin tener ni idea si me saldría o no.

Pero ha sido casi un salto cuántico, ¿no? Totalmente.

Hay un poco de trampa, ¿eh? Hay un antes y un después, una Sonia diferente.

Soy una Sonia diferente, eso es verdad, pero tengo que decir que hay un poco de trampa, porque si alguien te oye, dices, ostras, ¿cómo puedes dejar un trabajo estable y vivir de la escritura? Es muy difícil.

Entonces, yo tenía otro trabajo.

Yo, durante años, compaginé dos trabajos, uno era como profesora en la universidad, entonces dejé uno de ellos, y el otro lo dejé hace un año, y ahora escribo.

¿Y cómo surge la idea del principio de incertidumbre de esta novela de la que vamos ahora a hablar, y mucho? Pues surge porque...

Bueno, yo soy muy curiosa, desde joven he sido muy curiosa y he leído de todo, he leído muchísimo y de todo.

Entonces, ya de joven había leído a Stephen Hawking o Carl Sagan, esto de las preguntas de dónde venimos, el ser humano, el origen del universo.

Y hace unos años, hace unos tres años, leí un artículo, un científico que es Penrose, que hablaba de que la conciencia humana se podrían dar procesos cuánticos.

Eso me generó muchísima curiosidad, empecé a investigar sobre el tema, se me ocurrió una idea para un libro con el que gané el Manuel de Pedro, lo de ciencia ficción, y a partir de ahí, también me surgió esta idea.

Y dije, ¿qué pasaría si alguien creyera que se puede aplicar física cuántica a personas? Y, bueno, pensé el título y todo, El principio de incertidumbre, y tuve la suerte de que esta idea gustara mucho y me ofrecieran publicarla.

Oye, he leído que Squark, esta entidad, este asesino, está inspirado en un compañero de clase.

Sí, no era un compañero de clase.

Bueno, yo, como hija de la transición...

Bueno, era el hijo de un profesor.

Yo tenía muy buenos profesores, unos profesores maravillosos, pero tenía un profesor que era muy cruel.

Y entonces, todavía estaban aceptados castigos físicos, que te dieran coscorrón o te tiraran el pelo, pues este era así.

Y era un profesor muy cruel.