Entrevista a Miguel Lago - La Plaza del Pueblo E2T1- Becerril de la Sierra x725v

La Slow Life, Il Dolce Farniente. En muchos sitios presumen de haber logrado una vida relajada, pero en la Comunidad de Madrid no tenemos nada que envidiar. Esto es La Plaza del Pueblo.

A unos 50 kilómetros de la Puerta del Sol, en el noroeste de la Comunidad de Madrid se encuentra un pueblo cuyos más de 6.000 habitantes disfrutan de un entorno idílico. Un pueblo que ha crecido al abrigo de la sierra, sumando vecinos y servicios, pero sin perder su esencia rural, con un centro urbano para disfrutar y unos alrededores que invitan a la relajación.

Esto es Becerril de la Sierra.

Nuestra cita es con un hombre de humor, un cómico frívolo como él mismo se define. Hace reír a la gente empleando un afilado punzón, consiguiendo, tras la carcajada, una directa invitación a la reflexión. Veremos a la persona que hay tras el personaje y cómo uno y otro conviven, aunque a veces con algunos desencuentros. Bienvenidos a La Plaza del Pueblo, con Miguel Lago.

Miguel Lago, bienvenido a La Plaza del Pueblo.

Qué maravilla, qué alegría, qué buen día hace. La gente no va a saber si ahora mismo estamos en agosto o en septiembre o en mayo, de lo bien que se está aquí.

Totalmente, vamos a dejar ahí la incertidumbre, en qué mes estamos, no lo sé. Júzguenlo ustedes, hace muy bueno. Estamos en La Plaza del Pueblo. Bienvenidos todos con Miguel Lago en Becerril de la Sierra, en tu pueblo.

Sí señor, desde hace unos añitos es mi pueblo. Aquí me vine buscando lo que un pueblo te ofrece, que es la tranquilidad. Fíjate qué maravilla estamos, caminan los vecinos delante de la floristería, delante del ayuntamiento. La sierra además tiene esta cosa de regalarte mañanas como esta, o sea que está de lujo. Y pasa la gente, nos saluda amablemente, la gente es súper tranquila, el relax, la slow life.

Total, aquí viven, yo me sorprendí al llegar, ver la cantidad de personas que trabajan en televisión, de personajes públicos que viven por aquí, desde políticos muy relevantes hasta actores. Me voy a guardar los nombres porque es la privacidad de cada uno, pero hubo un actor muy importante, vecino mío, que me dijo que yo me puse en o con él a través de un tercero amigo común para decirle que íbamos a vivir a 50 metros.

Para preguntarle a ver qué tal estaba el sitio. También, pero ya lo había decidido. Y me dijo una cosa que es verdad, me dice, vas a encontrarte que te van a saludar mucho la primera semana, porque es la novedad, pero luego hay una familiaridad enorme. Y a mí eso, sin fliparme, me gusta mucho. Me gusta porque voy y ya está, la floristería, la panadería, la modista o al supermercado y es hola Miguel, hola Miguel y estoy encantado. Acaba de pasar una señora, hola Miguel, buenos días. Buenos días señora y a seguir, es que da gusto.

O sea que la vida aquí de maravilla, el cambio de, me decías que llevabas unos añitos y el cambio aquí brutal. Sí, yo estuve 13, 14 años en Rivas Bacia Madrid, que Rivas es un fenómeno sociológico tanto en cuanto aumentó, de tal manera que yo siento mucho, igual se me enfadan, buenos días, qué tal, igual se me enfadan en Rivas, pero la verdad es que Rivas se ha dedicado esos 15 años a construir vivienda sin construir servicios. Entonces es un agobio absoluto y decidimos salir y buscando esto precisamente.

Es cierto que ahora estoy, cada vez que bajo a Madrid son tres cuartos de hora. Pero bueno, que al final se hace también. Pero es que cuando vuelvo aquí estoy de vacaciones. Es que la sensación de paz, tranquilidad y vacaciones en la sierra es constante. Yo estoy muy feliz, me compensa el esfuerzo. Absolutamente. Oye y tú tenías Miguel, porque tú eres gallego. Sí, de Vigo.

De Vigo. Tenías algún pueblito de pequeño, vamos a hacer un viaje al pasado. Vila García de Arousa, que es la tierra de mi familia paterna. Y ahí que tenías, me imagino que en Vila García de Arousa, jugabas en la Plaza del Pueblo. Sí, nosotros íbamos los fines de semana. Yo iba mucho al cine de chaval, porque aparte la diferencia entre Vigo y Vila García era que en Vila García era muy muy económico.

Nosotros somos una familia humilde, entonces el cine era un lugar que en Vila García era sencillo ir. Y a partir de ahí yo era un chaval pegado en una pelota. Sí, yo jugaba al fútbol desde que empecé a andar hasta que me retiré solemnemente con 40 años. ¿Hasta los 40 has jugado? Sí, he jugado hasta los 40. Muchísimo. ¿Jugabas bien? No jugaba mal. Quiero aumentar mi leyenda. Tenía mucho gol. Yo sobre todo tenía mucho gol. Se me caían los goles de los bolsillos.