E624 ¿Por qué a pesar de estar en la era de las apps, los jóvenes tienen cada vez menos sexo? 1a1e2n

Año 2075. La humanidad ha alcanzado un nuevo nivel de conexión digital. No hay necesidad de citas incómodas, ni de noches de desvelo esperando que te responda un mensaje. ¿Quieres compañía esta noche? Solo activa tu asistente personal de placer y un humanoide perfectamente diseñado para satisfacerte llegará a tu puerta. O mejor aún, sumérgete en una experiencia de realidad virtual donde cada estímulo será programado exactamente a tu gusto. Ya no hay silencios incómodos, no hay rechazos, no hay esfuerzo. Solo placer a la carta, al instante.

¿El problema? La gente ya casi no hace el amor, las parejas se tocan cada vez menos, el sexo real se ha convertido en algo obsoleto, un arte olvidado en la era de la tecnología. Lo que solía ser una danza de seducción, misterio y deseo ha sido reemplazado por una gratificación inmediata y una frialdad emocional sin precedentes. Esto no es el argumento de una película de ciencia ficción, es la dirección en la que nos estamos moviendo.

A pesar de vivir en una era donde las apps de citas han hecho que conocer a alguien sea más fácil que nunca, los jóvenes están teniendo cada vez menos sexo. ¿Por qué? ¿Qué está pasando con esta generación? En este episodio exploraremos qué dicen los estudios científicos sobre esta tendencia, por qué la facilidad del al sexo parece estar matando el deseo y, lo más importante, qué podemos hacer para recuperar la sensualidad, la emoción y el placer en nuestras vidas. Así que quédate conmigo porque este episodio te hará replantearte el futuro del sexo y quizás también del presente.

Yo soy Rogelio Castellanos y esto es Sexo, Amor y Parejas, el podcast donde tenemos conversaciones honestas, abiertas, pero sobre todo explícitas acerca del amor, las relaciones de pareja y el placer sexual. Recuerda seguirme en las redes sociales, me puedes encontrar como psicólogo en Facebook, Instagram y Twitter también. Recuerda suscribirte al podcast, darle me gusta y compartir lo que para mí es de gran ayuda. Muy buenos días a todos, feliz jueves, jueves 20 de febrero del año 2025. El escenario que les plantee en la intro habla de 50 años en el futuro, aunque al paso que vamos probablemente eso llegue antes.

Yo no sé si ustedes se acuerdan, probablemente si ustedes tienen más de 35, 40 años, se acordarán de una película de Sylvester Stallone, Weakless Knife y Sandra Bullock que se llama Demoledor. Es una película que debo reconocer que a mí me encanta, probablemente si la ve un chamo joven hoy en día diga que es una mierda de película. La temática, los efectos y ese tipo de parafernalia que rodea la película no es tan llamativa. Sin embargo, a mi modo de ver es una muy buena película y de hecho se ha convertido en una película de culto.

Bueno, resulta que en esa película nos dan una pequeña pincelada de esto que estamos conversando el día de hoy. Yo no sé si ustedes se recuerdan, si la vieron obviamente, que hay una escena donde prácticamente Sandra Bullock, deslumbrada por el policía con el que estaba tratando que era el personaje de Sylvester Stallone, prácticamente lo invita a que tengan relaciones sexuales. El hombre había estado congelado como por 50, 70 años, no recuerdo cuánto y obviamente dijo que sí, yo esta no la apelo y resulta que sale la mujer con una bata, el hombre pensó que iba a comer de lo más rico y de repente le da unos visores para que se conecten.

Y supuestamente eso era la actividad sexual y entonces después, en el medio digamos, cuando ya la cosa estaba medio comenzando, el personaje de Sylvester Stallone se quita el visor y dice ¿qué coño es esto? Dice ¿por qué rompen la conexión si ya estábamos tan cerca? Estoy parafraseando lo que dijo Sandra Bullock, no me acuerdo exactamente de las líneas, pero básicamente es eso.

Entonces el personaje de Sylvester Stallone dice ¿qué conexión si ni siquiera te he tocado? Y ahí ella le empieza a decir un montón de cosas de por qué el sexo hoy en día es como era, según la película obviamente. Y fíjense, hacia allá vamos. La verdad es que lo queramos ver o no, y eso es un problema.