
Descripción de El desastre del convoy PQ17 3t5e3u
Entre el 5 y el 13 de julio de 1942, la marina de guerra alemana hundió una treintena de mercantes británicos en uno de los mayores desastres de los convoyes durante la Segunda Guerra Mundial El golpe fue de tales dimensiones que apareció en periódicos y noticieros de todo el mundo. Todo comenzó el 27 de junio de 1942, en un supuesto secreto total… Podéis seguirme en: El Cajón de Grisom: http://www.elcajondegrisom.com/ Facebook: https://www.facebook.com/ElCajonDeGrisom/ Bluesky: @elcajondegrisom.bsky.social Twitter: @JuanjoOrtizCruz Instagram: https://www.instagram.com/elcajondegrisom/ Spotify: https://open.spotify.com/show/4IOYo1Agqpk9S2LCsF3rcs YouTube: https://www.youtube.com/@elcajondegrisom 5c6p6r
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Bienvenido a un nuevo episodio de La Trenchera, el podcast de El Cajón de Grison.
Entre el 5 y el 13 de julio de 1942, la Kessmarine, la marina de guerra alemana, hundió una treintena de mercantes británicos en uno de los mayores desastres de los convoyes durante la Segunda Guerra Mundial.
El golpe fue de tales dimensiones que apareció en periódicos y noticiarios de todo el mundo.
El desastre ya comenzó el mismo 27 de junio de 1942, en un supuesto secreto total. Ese día el convoy PQ-17 partió de Islandia con destino al puerto de Arkangel, en la Unión Soviética. La importante escolta se encontraba al mando del capitán de navío británico, Jack Brown. La escolta estaba formado por dos cruceros, cuatro corbetas, seis destructores y dos submarinos que protegerían 35 navíos mercantes cargados de pertrechos. En apoyo a esta escolta, se le sumaron otras dos unidades de escolta más, la llamada Fuerza de Protección a Distancia, que estaba situada al noroeste de la isla de Jan Mayen y la Fuerza de Protección de Crucero, que se daría apoyo en los primeros días de julio.
El convoy transportaba en sus bodegas alrededor de 200.000 toneladas de armamento para apoyar a los soviéticos en su lucha en el Frente del Este. Para hacer llegar tal cantidad de material, los navíos debían recorrer mil millas por el Océano Ártico, pasando entre las islas Spitsbergen y llegar al final al Mar Blanco.
El problema era que el gobierno británico no quiso retrasar la salida de los buques, a pesar de que durante el mes de junio los servicios de inteligencia aliados sospechaban, y de luego de forma bastante fundada, de que los alemanes pretendían utilizar sus buques pesados de superficie para atacar al siguiente convoy, precisamente el PQ-17.
El ataque estaba, parece ser, previsto al este de la isla de Loso.
El almirantazgo intentó convencer a Churchill de que se pospusiera la salida, pero al final se tomó la decisión de que el convoy saliera a la mar, a pesar de saber de lo difícil que sería su defensa.
Los alemanes acecharon desde el primer día de julio.
Primeramente la persecución de los buques quedó a cargo de nueve U-Boat, los lobos grises de Doniz. A la Royal Navy le preocupó especialmente una noticia.
El acorazado Tirpitz, gemero del Bismarck, había partido de puerto.
No se sabía la misión real del Tirpitz, pero existía la posibilidad de que fuera para atacar al PQ-17. Ante la duda, a partir del 4 de julio, el almirantazgo ordenó a la escolta retirarse, de los mercantes abandonar la formación y dispersarse por el mar de Barents. La verdad es que la orden del Tirpitz no era atacar al convoy, en lugar de eso debía dirigirse a un puerto que se encontraba más al norte y que el resto además de la flota alemana estaba fondeada en el fiordo de alta del extremo norte de la península escandinava.
En los siguientes días los U-Boat se dedicaron a la caza tras recibir información del U-456 de que el convoy estaba disperso y de que éste era una presa fácil. El primer submarino en lograr un objetivo fue el U-703, alcanzando con un torpedo a la Empire Byron a primera hora de la mañana del día 5. Los lobos grises se dieron un festín de barcos mercantes. Dos docenas de navíos terminaron en el fondo del mar entre el 5 y el 13 de julio. Poco más de una decena llegaron hasta el puerto.
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