Desalojo de los ocupantes de la antigua cárcel de Palma 326c1u

Ya está aquí con nosotros Pedro Prieto, un viernes más en nuestros estudios, ¿qué tal? Muy buenos días. Hola, buenos días. Hoy vamos a hablar de un lugar que tú conoces, en el que te has adentrado. Ya hablamos con alguno de sus moradores hace algún tiempo y ha sido noticia en los últimos días. De hecho, están en una cuenta atrás porque termina el plazo que ha dado el Ayuntamiento de Palma para que se vayan los ocupantes de la antigua cárcel.

Ahí, en su momento, hablamos y nos contaste y después nos corroboraron que había, digamos, como dos tipos de comunidades, dos tipos de personas o de ocupas. Sí, digamos, por una parte estaban los ocupas, digamos, de toda la vida, gente normal, gente que a causa de la precariedad, que había tenido que refugiar en ese centro.

Y estos estaban en la parte, digamos, delantera, la que mira hacia la carretera de Valdemosa. Y luego, en la parte de atrás, había otro tipo de personajes, en cierto modo, algunos, algunos, relacionados con el mundo de la droga, etcétera, etcétera, pero no coincidía nunca.

Ahora he visto, son personas que te digo que están viviendo allí porque no tenían otro lugar. Una convivencia pacífica, es decir, dentro de las circunstancias, con las dificultades para encontrar el agua, pero un lugar, un techo bajo el que cobijarse.

Tenía que ir a buscar el agua a una fuente que estaba a unos 500 metros, se iban con una especie de carretilla, cargaban la... Bueno, se había montado la vida, se había montado la vida porque no se había quedado más remedio.

Era gente, era gente que incluso pues salían a trabajar, guardaban coches o hacían trabajos así espontáneos, que les salía, tal y cual. Gente buena que estaba viviendo allí porque no tenía otro sitio, que no tenía otro sitio. Y ahora resulta que les han dado, a estos okupas, les han dado un plazo de salir, cosa que no hacen con los okupas normales y corrientes que ocupan tu piso.

Ahí hay una primera reflexión interesante.

Yo, en frente de mi casa, han ocupado una casa. Han ocupado una casa tres personas, que esa casa la dueña la había estado reformando y cuando se la fue a enseñar a sus familiares, lo bonita que había quedado, se encontró como que estaba ocupada.

Fíjate.

En plena ciudad. Un vecino, unos vecinos tuyos.

De hecho, hay datos que ha ofrecido el portal idealista del alto grado de ocupación de casas ocupadas que hay actualmente, de pisos que están en venta y con okupas dentro. Es un problema. Y el temor también a que haya okupas cuando la casa está vacía.

Bien, en lo que yo le doy la razón a Orwell, la ley es igual para todos, excepto que para unos es más igual que para otros. Es decir, la ley cae implacablemente sobre los propietarios de las casas ocupadas, que se tienen que fastidiar hasta que el juez decide, tiene muchos casos, dentro de sus posibilidades decide que salgan los okupas. A lo mejor pasa un año, año y medio, con la particularidad, además, que después la persona, el propietario del piso, se tiene que hacer cargo de los gastos que supone la nueva reforma porque le dejan el piso hecho una porquería. Estos son okupas.

Los de la cárcel también son okupas. Sin embargo, estos, por una orden del alcalde, tienen que salir. Yo me pregunto por qué salen. No son okupas. Se lo notificaron el 12 de este mes, 12 de marzo. El plazo vence en unos días. Dependiendo de si han contado el sábado como día para la cuenta atrás, ya tendrían que salir el lunes o si no como tarde, el miércoles 26. Se estima que hay más de un centenar de personas que viven allí. De hecho, las cifras oficiales son muy divergentes, porque se habla entre 120 y 250 personas, es decir, más de un centenar, pero pueden ser hasta más de dos.

Pero les da lo mismo. Yo me acuerdo que en el parque de Pocoyo, que está enfrente de Gessa, estaban viviendo alrededor de 50 o 60 personas. Estaban viviendo de una forma ordenada y un día mandó allí a la policía y los echó todos a la calle. ¿Qué pasó? Que estas 50 personas se tuvieron, crearon 50 problemas porque se establecieron en 50 sitios diferentes o en 20 sitios diferentes.

Es decir, si a estas personas que están en la cárcel, que están en la cárcel, porque no tienen otro lugar donde cobijarse, le dijeron, no, ustedes van a salir pero vamos a meterlos en este establecimiento. Bueno, Medellín del Món, la charcha también, la red EAPN y Caritas han exigido a las instituciones un paro.