Del Misterio y la Belleza del Ártico v933

Océano Sofía, la aventura del conocimiento y el viaje interior a través del mar.

Un programa dirigido y presentado por Alberto de Zunzunegui Balbín.

Océano Sofía es la búsqueda del conocimiento, la cultura y los valores humanos a través de la navegación en el mar.

El Ártico, esa vasa extensión de mares helados y silencio en el extremo norte del planeta, es mucho más que un paraje inhóspito.

Es un santuario de belleza salvaje donde la inmensidad del paisaje se funde con el manto de un cielo inmaculado que en las noches de invierno se llena de vida y color con el sobrecogedor espectáculo de las auroras boreales.

Un rincón de la Tierra en donde el tiempo parece detenerse y el silencio, profundo y absoluto, se convierte en una invitación a la introspección y la trascendencia.

Desde tiempos inmemoriales, el Ártico ha sido hogar de pueblos ancestrales como los Inuit o los Sami, cuya sabiduría y modo de vida les ha permitido convivir en armonía con un entorno extremo y cambiante al que también han sabido adaptarse.

Pueblos que han aprendido a leer en la nieve, para la que tienen diferentes nombres en función de su temperatura, color y textura, a escuchar el sonido del hielo, a anticipar los cambios meteorológicos con la humedad, dirección e intensidad del viento, a convivir con los ritmos sutiles de una naturaleza que allí premia con generosidad la paciencia y castiga con dureza el descuido.

Sus historias y tradiciones, transmitidas oralmente de generación en generación, están llenas de respeto hacia los animales y el entorno, y también hacia los espíritus del norte, que forman parte de su panteón de dioses, mitos y creencias.

Con ellos convive la fauna ártica, tan singular como el ecosistema en el que habita.

El oso polar, majestuoso, solitario y excepcional cazador y nadador, recorre los témpanos en busca de alimento.

Los narvales, con sus largos colmillos en espiral, parecen animales mitológicos sacados de un cuento de hadas submarino, y las orcas son sombras en blanco y negro que llenan los fiordos de danzas y movimientos, persiguiendo a los grandes bancos de arenques.

Lobos, zorros árticos, renos y lechuzas nivales desafían las temperaturas extremas con una resiliencia irable.

Cada ser que habita este ecosistema parece tallado a la medida del frío polar y las prolongadas noches del invierno boreal.

Contemplar el Ártico es adentrarse en una forma diferente de belleza, quizás más sutil y profunda, donde el vacío y el silencio no son carencias, sino presencias plenas.

En un mundo acelerado, ruidoso y en donde con frecuencia la verdad es temida y perseguida, el Ártico nos ofrece una pausa, un espacio de autenticidad y realidad donde es posible escuchar el propio pensamiento y recordar nuestra fragilidad frente a la inmensidad de la Tierra.

Quizás por eso, más que un destino, el Ártico es una experiencia espiritual, un recordatorio de lo que fuimos, de lo que aún podemos ser y de lo que debemos contemplar, entender, irar y proteger antes de que se derrita en el olvido.

Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org