
Descripción de De la aclamación al cónclave 6y3k3t
La elección del obispo de Roma, también conocido como Santo Padre, Sumo Pontífice y, sobre todo, como Papa, es un proceso de gran significado teológico, histórico y eclesial para el catolicismo. Se le considera sucesor del apóstol Pedro, a quien, según la doctrina católica, Jesucristo confió el Gobierno espiritual de su Iglesia. Eso implica que el Papa ejerce una autoridad única en su especie. Esta creencia en la sucesión apostólica, una línea ininterrumpida de obispos que se remonta hasta el origen mismo del cristianismo, es la base de la legitimidad papal y uno de los pilares sobre los que descansa la fe católica. Desde los primeros siglos, padres y doctores de la Iglesia como San Agustín, Tertuliano, Ireneo de Lyon o Isidoro de Sevilla defendieron que la verdadera doctrina se encontraba en aquella iglesia que podía demostrar una sucesión episcopal directa desde Pedro, por lo que era fundamental tener muy claro quiénes habían ido ocupando su lugar a lo largo del tiempo. Para San Agustín la sede romana era la “prima sedes” y eso significaba que tenía siempre la última palabra, un principio condensado en el dicho “Roma locuta, causa finita est” (Roma ha hablado, la causa está terminada). En ese punto se presentaba un problema. Los Papas, como simples seres humanos, son mortales, luego había que elegirlos cuando pasaban a mejor vida. Pero, a pesar de la importancia de la sucesión petrina, el método específico para seleccionar al sucesor de Pedro no estaba prescrito en las Escrituras, más allá del principio general del nombramiento apostólico o el proceso sugerido por Pedro para reemplazar a Judas. Esta ausencia de un procedimiento fijo y ordenado por Dios provocó que el método para elegir al Papa fuese evolucionando con el tiempo, a veces de forma un tanto conflictiva. La falta de un sistema claro de elección provocó que desde el principio surgiesen cismas y tras ellos figuras conocidas como antipapas, es decir, pretendientes rivales al trono papal que contaban con el apoyo de facciones eclesiásticas o poderes seculares. El camino hasta el cónclave actual, conformado por el Colegio Cardenalicio que se encierra durante el tiempo que sea necesario en la capilla Sixtina, no ha sido sencillo. Desde los inicios de la institución han sido muchos los que, tanto en la propia Roma como fuera de ella, han querido influir sobre la elección de un nuevo Papa imponiendo un candidato favorable a sus intereses o vetando a quienes los perjudicaban. La historia de la elección papal no es más que un reflejo de la propia historia de la Iglesia: una tensión constante entre los ideales de pureza espiritual y la realidad política siempre cambiante. Las reformas adoptadas a lo largo del siglo XX alumbraron el método actual que seguramente no es perfecto, pero al menos garantiza un proceso ordenado, secreto e independiente. En El ContraSello: 0:00 Introducción 3:09 De la aclamación al cónclave 1:36:17 El año cero Bibliografía: - "Historia de los concilios" de David Abadías Aurín - https://amzn.to/4iKakaW - "La historia del cristianismo" de Paul Johnson - https://amzn.to/4iJ1E4u - "Historia de los papas" de Juan María Laboa - https://amzn.to/44fFXpb - "Historia de la Iglesia" de José Orlandis - https://amzn.to/4jYy1Nu · Canal de Telegram: https://t.me/lacontracronica · “Contra la Revolución sa”… https://amzn.to/4aF0LpZ · “Hispanos. Breve historia de los pueblos de habla hispana”… https://amzn.to/428js1G · “La ContraHistoria de España. Auge, caída y vuelta a empezar de un país en 28 episodios”… https://amzn.to/3kXcZ6i · “Lutero, Calvino y Trento, la Reforma que no fue”… https://amzn.to/3shKOlK · “La ContraHistoria del comunismo”… https://amzn.to/39QP2KE Apoya La Contra en: · Patreon... https://www.patreon.com/diazvillanueva · iVoox... https://ivoox.descargarmp3.app/podcast-contracronica_sq_f1267769_1.html · Paypal... https://www.paypal.me/diazvillanueva Sígueme en: · Web... https://diazvillanueva.com · Twitter... https://twitter.com/diazvillanueva · Facebook... https://www.facebook.com/fernandodiazvillanueva1/ · Instagram... https://www.instagram.com/diazvillanueva · Linkedin… https://www.linkedin.com/in/fernando-d%C3%ADaz-villanueva-7303865/ · Flickr... https://www.flickr.com/photos/147276463@N05/?/ · Pinterest... https://www.pinterest.com/fernandodiazvillanueva Encuentra mis libros en: · Amazon... https://www.amazon.es/Fernando-Diaz-Villanueva/e/B00J2ASBXM #FernandoDiazVillanueva #papa #conclave ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/298566 1w6a2r
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
LA CONTRAHISTORIA Un programa presentado y dirigido por Fernando Díaz Villanueva La elección del obispo de Roma, también conocido como santo padre, sumo pontífice y sobre todo como papa, es un proceso de gran significado teológico, histórico y eclesial para el catolicismo. Se le considera sucesor del apóstol Pedro, a quien según la doctrina católica Jesucristo confió el gobierno espiritual de su iglesia. Eso implica que el papa ejerce una autoridad única en su especie. Esta creencia, la sucesión apostólica, una línea ininterrumpida de obispos que se remonta hasta el origen mismo del cristianismo, es la base de la legitimidad papal y uno de los pilares sobre los que descansa la fe católica.
Desde los primeros siglos padres y doctores de la iglesia como San Agustín, Tertuliano, Ireneo de León o Isidoro de Sevilla defendieron que la verdadera doctrina se encontraba en aquella iglesia que podía demostrar una sucesión episcopal directa desde Pedro, por lo que era fundamental tener muy claro quiénes habían ido ocupando su lugar a lo largo del tiempo.
Para San Agustín, la sede romana era la prima sedes, y eso significaba que tenía siempre la última palabra, un principio condensado en el dicho Roma locuta causa finita est, es decir, Roma ha hablado, la causa está terminada. En ese punto se presentaba un problema. Los papas, como simples seres humanos, son mortales, luego había que elegirlos cuando pasaban a mejor vida.
Pero a pesar de la importancia de la sucesión petrina, el método específico para seleccionar al sucesor de Pedro no estaba prescrito en las escrituras, más allá del principio general del nombramiento apostólico o el proceso sugerido por Pedro para reemplazar a Judas. Esta ausencia de un procedimiento fijo y ordenado por Dios provocó que el método para elegir al papa fuese evolucionando con el tiempo, a veces de forma un tanto conflictiva.
La falta de un sistema claro de elección provocó que desde el principio surgiesen cismas y tras ellos figuras conocidas como antipapas, es decir, pretendientes rivales al trono papal que contaban con el apoyo de facciones eclesiásticas o poderes seculares. El camino hasta el conclave actual, conformado por el Colegio Cardenalicio, que se encierra durante el tiempo que sea necesario, en la Capilla Sixtina, no ha sido sencillo, tampoco corto.
Desde los inicios de la institución han sido muchos los que, tanto en la propia Roma como fuera de ella, han querido influir sobre la elección de un nuevo papa, imponiendo un candidato favorable a sus intereses o vetando a quienes los perjudicaban. La historia de la elección papal no es más que un reflejo de la propia Iglesia, una tensión constante entre los ideales de pureza espiritual y la realidad política siempre cambiante.
Las reformas adoptadas a lo largo del siglo XX alumbraron el método actual, que seguramente no es perfecto, pero que al menos garantiza un proceso ordenado, secreto e independiente. Hoy todos tenemos bastante claro que al papa le elige el Espíritu Santo. No lo hace de manera directa, sino inspirando a los cardenales que se reúnen en el conclave, en Roma. Esta es una reunión que celebra el colegio cardenalicio cuando el papa muere, o como el caso de Benedicto XVI, hace no tantos años, cuando renuncia al cargo.
El camino hacia el conclave moderno, que a veces se nos antoja como que ha estado ahí siempre, pero no, el conclave moderno es muy moderno, es bastante reciente, ha sido un camino largo y, en ocasiones, muy tortuoso, lo que viene a indicar que la Iglesia se ha ido transformando desde sus inicios y adaptándose a los tiempos. A lo largo de dos milenios de historia, los modos de elegir al papa han variado mucho.
En los primeros siglos, la elección involucraba a la comunidad local de Roma, es decir, tanto al clero como a los laicos. Con la supervisión de los obispos vecinos, había menudo era por consenso o directamente por aclamación. Esta práctica comunitaria de estos primeros tiempos dio paso de forma gradual a la influencia de poderes seculares.
Desde el siglo IV, los emperadores romanos y, posteriormente, los emperadores bizantinos, luego ya los gobernantes ostrogodos en Italia, los francos, los emperadores del Sacro Imperio Romano, intervinieron continuamente en la elección del papa, ya sea confirmando la elección o nombrando directamente a los candidatos, o, sobre todo en la Edad Moderna, ejerciendo un derecho de veto, algo de lo que abusó el rey de España y el rey de Francia ya en los siglos XVI, XVII y XVIII. Hubo un periodo especialmente oscuro, el llamado siglo XVIII,
Comentarios de De la aclamación al cónclave 20653l