Cuidado Con El Pánico Social / Especial Coronavirus 432z45

Hola, buenas. Soy Marc García y vengo a presentar el audio de uno de los vídeos de Omar Rueda.
Hoy creemos necesario recuperar, después de unos años, un audio relacionado con el
pánico colectivo que se generó en la época del coronavirus. Hemos creído útil e interesante
recuperarlo para poder recordar cómo estuvimos, cómo reaccionamos, cómo lo vivimos y, sobre
todo, para que ahora mismo podamos reflexionar sobre cómo estamos tanto individualmente
como colectivamente. Espero que os sea de utilidad y lo disfrutéis. Adelante audio.
Hola, muy buenas. Soy Omar Rueda. ¿Cómo estáis? Antes de nada, me gustaría agradeceros a
todas y a todos aquellos que me seguís en mis redes sociales y que me vais dejando vuestros
comentarios y mensajes de apoyo. Gracias, gracias de corazón. Se os quiere muchísimo.
Y hoy, a petición de muchas personas que me han ido escribiendo por Instagram y también
por correo electrónico, voy a hacer un especial coronavirus que no lo iba a hacer para no
alimentar la psicosis que hay. Y bueno, el vídeo de hoy no lo voy a enfocar a nada sobre
el virus en sí, porque ya hay mucha información de gente muy especializada al respecto, sino
que voy a ir más al tema del pánico colectivo que estamos viviendo todos, con todas las
informaciones que estamos recibiendo por grupos de WhatsApp, por Internet, en fin, que es
muy normal que empecemos a tener miedo, porque nuestro cerebro está programado justamente
para la supervivencia. Cuando hay una amenaza palpable, el problema aquí es que la amenaza
es invisible. No la podemos ver, nos genera incertidumbre. Solo la podemos intuir desde
un estado de alerta que es continuo. Cada vez que abro una puerta, cada vez que tengo
que darle a un botón del ascensor, pues lo hacemos con un Kleenex o luego nos desinfectamos
las manos muchísimo y cada vez nos vamos pareciendo más a Jack Nicholson en la película
Mejor imposible, que hacía de hipocondríaco con trastorno obsesivo compulsivo. Y está
bien, es normal, ahora toca ser precavido. Y un poco de miedo está bien porque nos activa.
El miedo en sí mismo no es malo, te mantiene un poco en alerta. El problema viene cuando
ese modo alerta es continuo, perpetuo, y pasamos del miedo al pánico y del pánico a la alarma
social. Y sí, es algo que está siendo dramático para muchas familias, por eso tenemos que
asumir la responsabilidad de lo que nos está tocando vivir en este momento de nuestras
vidas. Y creo que estamos viviendo un momento histórico donde se respira mucha ansiedad,
muchos nervios, colectivamente hablando. Como que se respira en la calle una atmósfera de
ansiedad, el miedo es palpable, es como un sentimiento de complicidad mutuo donde las
miradas se cruzan y se dicen, wow, estamos jodidos, desde esa complicidad. Y donde también
hay cierto estigma porque sospechamos del otro y pensamos, ¿y si lo tiene? Empezamos con esa
neurosis del apestado. Y también hay mucho humor negro, menos mal, el coronavirus está dejando unos
memes muy divertidos, francamente, que le quitan un poco de hierro al asunto. Y está bien que le quiten
un poquito de hierro para equilibrar la balanza. Porque claro, cuando buscamos información al
respecto lo hacemos desde ese nivel de miedo, de ansiedad. Y lo que encontramos, pues no nos gusta
nada, porque las medidas que se están tomando, tanto en Italia como en España y como ha pasado
en China, nos recuerdan a películas apocalípticas, la gente arrasando los supermercados, que no puedes
ni siquiera comprar papel higiénico de UVC. Y aquí en Occidente, pues no estamos acostumbrados a esto.
Nos sorprende muchísimo cuando en otras regiones del mundo es una realidad más cotidiana, ya sea
por guerra o por diferentes motivos que uno quiera entrar. Y están cerrando escuelas, eventos deportivos
y culturales masivos. Los del gobierno están con el virus, están en cuarentena, al menos
aquí en España. Están cerrando ciudades enteras y pronto va a cerrar el país. Y claro, visto así en frío
todo es muy perturbador y fatalista. Y esta perspectiva fatalista nos impide asumir la
responsabilidad de nuestra vida con cierta coherencia y tranquilidad. Porque señala nuestros
mayores miedos, que son la incertidumbre y la no existencia. Y os digo una cosa, el pánico hace que el sistema
inmunitario se vaya a pique. Y ahora mismo lo que realmente queremos es estar bien sanotes y bien
fuertes. Seguro que más de uno en estos días que está mirando vídeos con el coronavirus, ha somatizado
sintomatología, febril, por el efecto paranoia colectiva que hay. Y es que entrar en esa historia
colectiva no te va a servir de nada, porque nos bloquea muchísimo emocionalmente. Nos invita a
entrar en la indefensión aprendida. Y también en la indefensión física, que significa igual a
defensas bajas. Y nos hace ir buscando salvadores en cualquier lado. En el gobierno, en la sanidad,
en esa empresa que está desarrollando tal vacuna. Y se empieza a perfilar un poco la naturaleza
humana. En ese sálvese quien pueda, o en el de tonto el último.