Cuentos del Futuro Pasado 1.6 - Mariana. 1t4u1z

Muy saludos queridos oyentes uber freaks y bienvenidos a una nueva entrega de estos cuentos del futuro pasado una producción de pablo valdés para el canal de los retro nautas el podcast de los clásicos de la ciencia ficción en esta ocasión pablo nos ofrece un relato de fritz leiber autor al que hemos dedicado el programa de este septiembre de dos mil veinticuatro el relato se titula mariana y apareció publicado por primera vez en la revista fantastic sain ficción en febrero de mil novecientos sesenta unos años después en mil novecientos sesenta y ocho ocho aparicio incluido en una antología de relatos del autor titulada the secret songs el libro que luego fue publicado en españa en mil novecientos setenta y dos por la editorial verón con uve dentro de la colección virus y con el título de las canciones secretas en fin este es un relato de esos en el que las cosas no son lo que parecen creo que ya me entendeis pero mejor os dejo con pablo y por supuesto mariana marianne de fritz leiber mariana llevaba viviendo la enorme villa y obviando los altos pinos que la rodeaban lo que le parecía una eternidad cuando descubrió el secreto en el tablero de mandos de la casa el secreto no era más que un estrecho rectángulo de aluminio pienso que podría ser un lugar reservado para más interruptores si alguna vez necesitaban otros que dios lo impida y estaba situado entre los mandos del aire acondicionado y los mandos de la gravedad encima de los botones de la televisión tridimensional pero debajo de los que correspondían al mayordomo y á las doncellas robots jonathan le había dicho que no tocase nada el tablero de mandos mientras él estuviese en la ciudad porque ella estropearía los delicados mecanismos eléctricos así cuando el secreto se desprendió bajo sus dedos que hurgaban sin propósito y cayó al suelo de roca sólida del patio su primera reacción fue de temor entonces vio que no era más que una pequeña placa oblonga de aluminio que había caído y que en el espacio que recubría había una columna de seis pequeños interruptores sólo consiguió identificar el de arriba á su lado en pequeñas letras brillantes se leía la palabra árboles y está taba conecta cuando jonathan volvió al anochecer a casa procedente de la ciudad ella hizo acopio de valor y le contó lo sucedido él no se mostró particularmente encolerizado claro que hay un interruptor para los árboles le explico sin darle importancia a la cosa indicando con una alemana al mayordomo robot que le cortase subiste acaso no sabías que son árboles enviados por radio yo lo deseaba esperar veinticinco años a tenerlos y además no hubieran podido crecer en esta roca pelada una emisora de la ciudad envía un modelo de pino y los receptores como los nuestros lo recogen y lo proyectan en el lugar deseado procedimiento vulgar pero conveniente al cabo de un rato ella le preguntó tímidamente jonathan son esos pinos enviados por radio como fantasmas es decir puedes atravesarlos con el auto por supuesto que no son tan sólidos como esta casa y como la roca de los cimientos no solo la vista sino también al tacto incluso se podría trepar en ellos si alguna vez te molestaras en salir al exterior comprobaría si estas y otras cosas la emisora de la ciudad transmite impulsos alternados en materia sesenta ciclos por seg mundo por más que te lo explicará no entenderías el principio científico en que se basan ella aventuró una pregunta más porque está tapado el interruptor del árbol para que tu no andes manoseando es lo mismo que se ha hecho con los delicados mandos de la televisión así evitamos que un día se te ocurra empezar a cambiar los árboles me haría un efecto muy extraño puedo asegurártelo encontrarme un día la casa rodeada de robles y abedules al siguiente me gusta la coherencia y los pinos me encanta los miró por la ventana amplísima del comedor y lanzó un gruñido de satisfacción ella pensaba decirle que odiaba a los pinos pero se le quitaron las ganas de hacerlo al ver su entusiasmo y cambió de tema no obstante al mediodía siguiente se fue al secreto