Cristina Almeida: verdades como puños en alto (CARNE CRUDA #1478) 21d32

¿Va usted a poner la guillotina en la Puerta del Sol? Pues sí señor, la guillotina, la guillotina.

No voy a seguir toda mi vida escribiendo panfletos y desporticando contra los borbones.

Sí señor, la guillotina.

La reina.

Zas.

Guillotina.

Los chulos de la reina.

Zas.

Guillotina.

Los chulos del rey.

Zas.

Guillotina.

Los ministros.

Zas.

Guillotina.

Los obispos que los rodean.

Guillotina, guillotina, guillotina, guillotina.

Todos guillotinados.

Sí señor, la guillotina.

¿Ha terminado usted? Sí señor.

¡Vamos a comer! No dejo de preguntármelo, ¿cómo puede Mazón dormir tranquilo con 227 muertos a sus espaldas mientras él estaba en una comida, no sabemos de qué, durante 5 horas? ¿Cómo puede dormir tranquilo después de que sepamos que durante esas 5 horas el 112 valenciano recibía unas 20.000 llamadas, alertando de gente atrapada, arrastrada y ahogada? ¿Cómo puede dormir tranquilo leyendo que había bebés, niños, ancianos y personas dependientes con el agua al cuello literalmente? ¿Cómo puede dormir sabiendo que esas llamadas llegaban al lado del centro de coordinación donde él no estaba? ¿Cómo puede sabiendo que cuando se envió la alerta ya había muerto la mayoría de víctimas? Puede porque su partido le deja. Mazón no dimite ni después de haber dicho que hubo un apagón informativo de 3 horas que desmienten esas llamadas. Él sí que estuvo apagado.

También el centro de coordinación durante una hora en la que el 112 recibió hasta 4.500 avisos. A las 16.40 ya alertaban de que el río Pollo se desbordaba. A esa hora Mazón estaba chupando pelos de gamba o lo que fuera que chupara. Ahora dice que se chupó otras 4 horas hasta que se dignó a personarse en el centro de emergencias.

Miente para quitarse los muertos de encima ante la justicia como se quitó a los vivos de encima durante la dana. ¿Pero cómo puede dormir tranquilo después de leer en las autopsias que murieron con los pulmones llenos de barro? Puede como ha podido siempre su partido, como los responsables del Prestige, el Yak-42, el Alvia o el Metro de Valencia, como Ayuso después de las 7.291 muertes en las residencias, como Feijó que mantiene a Mazón y echa fango sobre quienes hicieron bien su tarea. Duermen tranquilos porque no tienen moral ni conciencia. No las necesitan. Es el poder lo que les importa.

Creen que les pertenece. Hagan lo que hagan. Es un privilegio de clase. El cinismo de quien se cree por encima de la gente y de la justicia.

Quien sí tiene conciencia y moral es nuestra invitada de hoy. Tiene conciencia de clase y más moral que el alcoyano. Y tiene una boca que dice verdades como puños en alto.

La boca se llama a este tema de Jean Manuel Serrat sobre un poema de Miguel Hernández, dos hombres a los que ira profundamente Cristina Almeida, que estoy seguro que duerme muy tranquila.

La canción que vuelve las alas hacia arriba y hacia abajo. Muerte reducida a besos, a sed de morir despacio. Das a la grama sangrante dos tremendos aletazos. El labio de arriba el cielo y la tierra el otro labio.

Boca poblada de bocas que ha puesto voz a los que no la tienen.

Boca que viene de lejos y nos ilumina historia viva de la lucha por la dignidad y la justicia.

Boca de los trabajadores y de las trabajadoras incansables defensoras de sus derechos y de los presos encerrados por sus ideas.

Boca a la que no han podido acallar ni siquiera las balas que mataron a sus compañeras y compañeros los abogados de Atocha.

Boca que dice lo que piensa y lo que muchos pensamos donde pocos tienen la valentía de hacerlo en televisiones, radios, tertulias y entrevistas.

Boca de voz callosa, respuesta rápida e ingenio agudo que dispara con gracia ideas muy serias, de frente, sin filtro, aunque a veces duela.

Cristina Almeida ha conseguido ser una voz de la izquierda durante décadas, una voz escuchada y respetada y para algunos molesta.

Por enfrentarse al carrillo la echaron del Partido Comunista y por sus diferencias con Anguita le pasó lo mismo con Izquierda Unida.

Nosotros, nosotras queremos celebrar el 8M con una mujer ingobernable con ideas propias.