Conservando su Memoria – 04.15 Matanza de Atocha: “Las Abogadas” t1nf

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Hola, muy buenas tardes.
Os damos la bienvenida a otra emisión de Conservando su Memoria,
que es el programa que hacemos desde la Asociación
Mesa de Memoria Histórica del Distrito Latina.
Y estoy esta tarde con Luis aquí. ¿Qué tal, compañero?
Buenas tardes, compañeros, compañeras.
Buenas tardes, Nieves.
Bueno, pues hoy es el 15 de enero y tenemos...
Programa número 15 de la temporada 4.
Efectivamente, 15. Todo es muy 15, ¿no?
Y dentro de nada, 100 programas ya.
¡Madre mía! ¿Quién nos iba a decir, no?
Programas.
En el primer momento, en el día de hoy,
vamos a hablar un poco de varias cosas.
Vamos a tener un programa que le hemos llamado a las abogadas,
entrevista al Mudena Pascual, porque, bueno,
vamos a hablar de esa serie, ¿no?
Dentro, vamos a introducir un poquito con diferentes temas, ¿no?,
que tienen mucho que ver hoy con género,
con memoria histórica y género.
Si nos acompañáis, vais a tener...
Podemos tener una buena emisión, ¿verdad?
Yo creo que sí.
A modo de recordatorio, hoy, 15 de enero,
cuéntanos alguna cosilla que ha podido pasar y que, fíjate,
que es curiosa, ¿no?
Pues, mira, un 15 de enero del año 1622,
nació un poeta y dramaturgo llamado Jean-Baptiste Pocallain.
¿Quién sería? ¿Quién sea? ¿Quién será?
¿Quién? ¿Quién? ¿Te lo digo?
Dímelo. Molière.
Molière. Molière.
El señor Molière nació tal día como hoy, en 1622.
En 1759, también un 15 de enero,
se inauguró en Londres el Museo Británico.
En 1919, murió asesinada la revolucionaria y teórica polaco-alemana Rosa Luxemburgo,
que es una de nuestras referentes, ¿no?
La verdad es que es una lástima que acabara como acabó.
Que muriera, ¿verdad?
Ese mismo día, pero de 1929, el 15 de enero,
nació el activista y pastor estadounidense Martin Luther King.
Que también es un referente, ¿no?
También es otro referente.
Y un luchador en lo que fue la reivindicación
de la población negra en Estados Unidos
y lo que es la lucha antirracista, ¿no?
En todo el mundo.
Efectivamente.
Y luego, hay un tema que nos toca muy, muy, muy, muy de cerca.
En nuestra reciente, vamos a llamarla democracia.
Yo creo que la gente que nos escucha y que nos sigue
ya sabe lo que opino yo de esta democracia, pero bueno.
Tal día como hoy, en 1978,
aquí me voy a enrollar un poco más porque es un caso importante.
Y nunca mejor dicho lo de caso porque se le conoce como el caso Scala.
En 1978, por la mañana, miles de personas,
el 15 de enero de ese año,
discurrieron por las calles de la capital catalana, por Barcelona,
convocados por la Confederación Nacional del Trabajo, la CNT,
en contra de los pactos de la Moncloa.
En esa riada de manifestantes,
como puntos insignificantes entre la masa amorfa,
que pronto dejarían de serlos,
se encontraban Arturo, Pepe, Joaquín y Xavi,
cargando por turnos con una bolsa de deporte
en la que guardaban seis cócteles Molotov,
que acabarían lanzando contra una conocida sala de fiestas.
Así daba comienzo el conocido como caso Scala.
El proceso judicial y político
que terminó con un incipiente y revolucionario movimiento libertario
y por el que ingresaron en prisión tres jóvenes acusados de un atentado
que terminó con la vida de cuatro trabajadores,
Ramón Egea, Juan López, Diego Montoro y Bernabé Bravo,
y del que no hay pruebas que les incriminen
más allá del testimonio policial.
Xavier Cañadas, acusado del atentado del Scala
y condenado a 17 años de cárcel,
inmortalizó su testimonio en el libro El caso Scala,
Terrorismo de Estado y algo más.
Un volumen escrito en primera persona
en el que detalla los pormenores de aquel proceso judicial que protagonizó.
En contra de lo que comúnmente se ha afirmado sobre el asunto,
Cañadas, a sus 62 años, defiende que, con ese montaje,
el Estado pretendía terminar con una serie de grupos armados
que básicamente estaban haciendo atracos,
pero que vertebraban el movimiento libertario de aquel tiempo
y no se encontraban ligados a la CNT,
sino que eran grupos autónomos.
Por tanto, inmovilizar a la central anarcosindicalista,
el único gran actor a nivel estatal que se oponía a los pactos de la Moncloa,
quedaba fuera de la ecuación.
Sea como fuere, el declive del sindicato fue un hecho,
pero ¿qué pasó realmente aquel 15 de enero en Barcelona?
Arturo Palma, Pepe Cuevas y Xavi acudieron a la cita de la CNT
influidos por Joaquín Gambín Hernández,
un confidente de la policía,
que les había inducido a preparar los artefactos
y tirarlos en la entrada de la sala de fiestas Scala,
en la que el 70% de los trabajadores
militaban en la central anarcosindicalista.
Y así sucedió.
Hubiera sido otra de las tantas acciones reivindicativas
que se llevaban a cabo en aquellos años,
muchas gracias.