Conservando su Memoria 04.18 – Radio Las Águilas - España envenenada, la crisis del Síndrome Tóxico 3r6o2h

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Somos como esos viejos árboles batidos por el viento que azota desde el mar.
Hemos perdido, compañeros, paisajes y esperanzas en nuestro caminar.
Vamos hundiendo en las palabras las huellas de los labios para poder ver tiempos futuros y anhelados.
Como yo, hay más gente de síndrome que ha pasado esto.
Lamentablemente han fallecido, claro.
El olvido institucional es alarmante.
Si alguna vez se dirigen a ti, es para ver de buenas palabras nada más, pero pocos hechos.
Y por lo demás, la atención sanitaria nefasta y la atención económica, pues nula.
O sea, tú vas gastándote dinero tanto en médicos como en juzgados y esperando que suelten la flauta y te den una pensión si hay suerte.
Y ahora mismo, ya te digo, yo debía estar trabajando según ellos.
Se distribuía en Hortaleza. Yo vivía en Pina del Rey.
Pina del Rey es una colonia más o menos obrera que había entre Arturosoria y Hortaleza.
Entonces, cualquier bar de la zona podía tener el aceite.
O sea, si tú ibas a comer un día, porque se distribuía en el mercadillo de Hortaleza, igual que se distribuía en otros mercadillos, las garrafas.
Entonces, bueno, puede ser, sí, lo he podido tomar. No te digo que no.
¿Hubo vecinos que también...?
En mi casa no. En mi casa, en mi bloque éramos poco, 10 vecinos y no, no hubo afectados.
Sí sé que en el barrio de Hortaleza, donde estaba el mercadillo, sí hubo más gente afectada, creo.
Porque había una asociación de afectados de Hortaleza en su momento.
En la que estuvo mi padre, por cierto, luchando mucho y ya se ha olvidado, que acampaban en la calle reclamando un juicio justo.
Que la policía les ha paleado cuando iban a reivindicar una marcha a Moncloa.
Y eran enfermos. Eso lo han sufrido mis padres.
O sea que ahora unos enfermos se encierran en el prado me parece anecdótico, comparado con lo que se hizo entonces.
Anecdótico quiere decir, desde el punto de vista de nada, yo soy trabajador en el prado.
A mí me duele que pueda haber algún riesgo para las obras porque me duele, porque lo siento como propio porque llevo allí 36 años.
También sé que lo hicieron perfectamente, que en ningún momento pusieron en riesgo las obras y que simplemente querían visibilidad.
Esto que está pasando ahora. Porque no hay visibilidad.
Y si cuando la hay es mínima y te dan buenas palabras y luego poco resulta.
La experiencia es que ni funciona la sanidad, ni funcionan los recursos sociales, ni funciona la clase política porque nadie se ha mojado.
Todos quieren escurrir el bulto y quitarse el programa de emergencia. Y es lo que hay.
Y yo creo que en el fondo están deseando que muramos todos y se acabe el problema.
Cuando terremoto se acabó la rabia, pues dejarlos morir y ya está.
Vayan falleciendo y fuera. Y es la solución que esperan.
Y de esto, que no es por decir, yo que sé, yo entiendo que la Torre Gemelas es una de las que murió mucha gente, pero murieron 3.000 y pico personas.
Estamos hablando de que hay aniversarios continuos.
Aquí han muerto más de 5.000 personas, más de 20.000 afectados y nadie quiere saber nada, lamentablemente.
Y no teníamos culpa ninguna. Yo lo han llevado 10 años. Culpa, nada.
Muy buenas tardes, soy Jesús Sánchez, secretario de la Asociación Mesa de Memoria Histórica de Latina.
Y esto es Conservando su Memoria, emitiendo como siempre desde Radio Las Águilas.
Acabamos de escuchar a Carlos Serrano Valero, fallecido hace unos días y oficialmente la última víctima del llamado Síndrome del Aceite Tóxico.
Confirmarán ahora nuestras invitadas si es la última víctima.
Fue coordinador de la plataforma Seguimos Viviendo, que agrupa actualmente a muchos de los afectados de aquel envenenamiento masivo.
Estamos hablando de la mayor crisis sanitaria del Estado español hasta la llegada del COVID-19,
que solo durante la primavera de 1981 provocó el envenenamiento de más de 20.000 personas,
colapsando completamente las urgencias madrileñas y que deja hasta hoy un saldo de más de 5.000 fallecidos y un reguero inagotable.