Los Cátaros - 21 de Febrero de 2.025 ( Madre Eufrosinia - Parte VIII ) 582i3

Queridísimos amigos, os saludo a todos y os mando un grandísimo abrazo desde la Asociación para el Estudio de la Cultura Cátara y hoy, bueno, soy Minerel y vamos a continuar, hemos hecho unos cuantos programas, en concreto siete, acerca de nuestra madrecita Euphrosinia y hoy vamos a seguir a continuar hablando de ella porque creemos que para toda persona que quiere estar en el camino espiritual, pues ella da unos grandes ejemplos y conforma toda una forma de vida, un camino y una espiritualidad que da grandísimos frutos.

Entonces hablamos otra vez de nuestra madrecita y empezamos diciendo que adonde quiera que ella estuviera, tanto en un sótano, en un desván, en un refugio, en una casita que era casi como una casita de perro donde ella vivía, pues a donde ella llegue en unos cuantos minutos convierte el lugar en una celda, pero en una celda hablando de forma espiritual, en un lugar de gracia, en un lugar sagrado y porque ella la adorna con sus iconitos, los iconos simples de papel se transfiguran, en estos se manifiestan los rostros de los santos y exhalan fragancias durante la oración de Madre Euphrosinia. Es muy importante poner estos iconitos de la Madre Divina, del Padre Bondadoso, de Madre Euphrosinia ahora y todos estos iconitos, muy importante que los tengamos porque nos ayudan en nuestra oración, como hacía Madre Euphrosinia, también enciende velas, bendice el lugar y empieza su oración como los ancianos antiguos, los portadores de sabiduría divina, los portadores de espíritu santo, espíritu omnibueno y el lugar se llena de gracia.

También nuestra Madre Euphrosinia recordamos que su padre espiritual había sido anfiloquio, él ya no estaba en el mundo, se había marchado pero lo perdonó, visitaba su tumba y lo perdonó aunque recordaba, no podía olvidar las palizas que él le daba. Superó a anfiloquio, Madre Euphrosinia superó a su preceptor, la esfera de Madre Euphrosinia era mucho más alta y acaso anfiloquio, el gran algebrista que podía como un dios creador romper un hueso por la mitad y luego arreglarlo de nuevo, en qué esfera habitaba él, pero Madre Euphrosinia tenía una esfera muchísimo más elevada.

Acaso anfiloquio tenía muchos discípulos, Madre Euphrosinia instruía como una madre paciente, pues cuando ella recibía a alguien al que estaba instruyendo, lo primero que le preguntaba, ¿sentiste mi oración? porque ella rezaba por la gente, por los enfermos, por los que tenían problemas y también rezaba por supuesto por los que querían seguir su camino y la acogían a ella como maestro. Ella miraba al hijo y se preguntaba, ¿ha alcanzado su destino la oración? O sea, la sangre derramada por el discípulo, sangre derramada se refiere, nos referimos claro al esfuerzo que haces por hacer la oración, por hacer hazañas espirituales, ¿realmente ha comprendido este discípulo o no ha comprendido nada? Cuando llegaba a Madre Euphrosinia alguien que era conocedor, esto es una expresión que ella utilizaba, conocedor, que había conocido el mal, que había hecho el mal y que realmente era consciente de que había hecho el mal, entonces ella no quería ir.