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Descripción de Casi muero por 2.000 pesetas 4v5g19
Si pensabas que lo más raro que habías visto en el mar era un turista quemado como una gamba, prepárate. Hoy hablamos del último descubrimiento de la ciencia: un pez abisal capaz de engullir presas de su mismo tamaño. Básicamente, el rey de la gula submarina. Pero claro, no nos podíamos quedar ahí. En este episodio exploramos el catálogo de los peces más ridículos, terroríficos y directamente insultantes para la evolución. Desde criaturas que parecen una mala broma de la naturaleza hasta otros que existen solo para recordarnos que el mar es un sitio donde no deberíamos estar, vamos a sumergirnos en las profundidades del surrealismo acuático. Y por si fuera poco, Carlos DK nos cuenta cómo estuvo a punto de morir por 2000 pesetas. Sí, porque la avaricia marina también tiene su propia selección natural. Y ya que estás aquí, déjanos un comentario en Ivoox, Spotify o donde sea que escuches esto. Si no lo haces, un pez tamboril vendrá a buscarte mientras duermes. ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/1713329 2hu70
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Muy buenas, yo soy Sergio Navarro, nunca los presento, pero están conmigo Carlos D.K. y Juan, el agricultor.
Y si has llegado hasta aquí, lo siento, porque aquí empieza… ¿Qué es lo que empieza? ¿Qué empieza? ¿Qué empieza? ¡Empieza Tapa Dura! ¡Tapa Dura! Estoy haciendo un sapo en ciclano.
Pues bueno, depende si lo bonito.
Un río sedote. ¿Quién palo? ¡Me cago en tu huevo, tío! ¡Sois todos unos compartepizos y unos carnalplugodificados! ¡Apústate, cura! ¡Era verdad! ¡Gol! Tío, hay que demasiado paciencia ahí.
Estás teniendo… ¡Sin ánimo de lucro! ¡Sin ánimo de lucro! ¡Un depredador! ¡Ja, ja, ja! Hostia. Carlos ha flipado, ¿eh? Ha flipado, pero absolutamente, eh, Carlos.
No me lo imaginaba. No me lo imaginaba.
Bueno ¿qué tal? Es todo nuevo.
Todo nuevo, eh. Cada programa que pasa es algo nuevo que meto, eh.
Tienes que cambiar las pelucas, eh. Soy muy inquieto.
Soy un creativo inquieto.
No paras. Sí, sí, total, eh.
¡Carlos, qué tal! Muy bien. Ayer estaba pintando un sol.
¿Pintando un sol? Sí. ¿Y eso? Tengo que cubrir las horas de Semana Blanca.
Has puesto un mueble nuevo detrás, ¿no? ¿Dónde? Detrás tuya.
Tienes un mueble que no estaba.
¿No te fijaste, no? No, no me fijé, la verdad.
¿Qué mueble? ¿Cuál? ¿El contrabajo? No, un mueble. Tiene un mueble con un cajón ahí atrás.
Sí, sí, ese. ¿Ahí? Lo que he hecho es girarme yo. La habitación sigue siendo igual.
Vale, es fantasía.
¡La habitación! Madre mía, cambio de plano y todo.
Es una locura ya, eh. ¡Fantasía! Es una locura ya, eh. ¡Juan! Eh, ¿qué pasa? ¿Qué onda? ¿Qué pasa? Enséñame ese tomate.
¿Dónde pillo? Mira, mira lo que te enseño.
¡No, ve! ¡Bum! ¡Tía, tú! ¡Una cara de tomate! ¿Qué pasa? ¿Cómo estamos, tío? ¡La Lucía buena ahí! Me ha gustado Juan el agricultor, pero me gusta más Country Juan.
¿Country John? A partir de ahora vas a ser Country John.
Country Juan.
¿Qué pasa? Es que la gente que no me escucha y demás te ubica como Juan el agricultor, porque es que fuiste pionero.
Fuiste pionero.
Entraste a hablar de calabacines y de pepinos y de cosas y la gente no se lo esperaba.
Además, en una época en la que solo hablábamos de metaversos y movidas varias.
Entraste tú ahí a… Inteligencia artificial.
Inteligencia artificial y viniste tú a meter el calabacín.
Qué locura. Siempre que se pueda, hay que meterlo, tío.
Exacto. 100 %.
¡Qué buenos tomates gordos! ¡Qué buenas, eh! Buenísimas. ¿Cómo habéis pasado estos días? ¿Cómo va la cosa? ¿Novedades? Bien, tío.
De novedades, muchas, muchísimas. Muchísimas, ¿no? Muchísimas.
Currando, para ti pocas novedades, porque te vi ayer.
Sí, correcto, es verdad.
Afortunadamente, nos vemos bastante.
Así que… Sí, sí, sí.
Así que, bueno, no sé si os habéis enterado de… Bueno, pasó hace tiempecillo, lo que pasa es que lo he traído hoy.
No sé si os habéis enterado del tema del pez del infierno que apareció en Tenerife.
Ese pez abisal, pequeñito, con una luz en la frente.
Muy difícil de mirar.
Pero, tío, te iba a decir que el pececillo, porque parecía una cosa en la tele, pero después no veías.
Sí, sí. Le llamaron el diablo negro.
Cómo se desinfló. Sí, total, eh.
Yo, viendo las imágenes en redes y demás, cuando salió en la tele, me imaginaba un pez como un demonio.
Como un rape, por lo menos. Exactamente, como un rape.
Pero nada más le escurrió abajo. Era un chanquetín.
¿Un chanquetín? Sí, sí, sí.
Eh, Carlos… ¿Me puedes dar un kilo de pescado? ¿De rape? ¿Me puedes dar un kilo de pescado? ¿De rape? Hostia, tío.
Hostia, tío. Estamos que nos salimos hoy, eh.
Carlos… Sí.
¿Puede que sea el pez más feo que hayas visto en tu vida? No, he visto mujeres peores.
A ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver, a ver.
Van creciendo, eh. A ver, escúchame.
¿Una noche de fiesta te dan a elegir sin ánimo de lucro entre ese pez y una de las mujeres que tú hayas visto menos atractiva? Me vuelvo temprano a casa. ¿Te vuelves temprano a casa? Termino emborrachándote. Termina emborrachándote.
Y suben los niveles de calidad.
Ahí está, baja los lizones.
Baja los lizones. Los bellezones van aumentando.
Sí, madre mía. Según los grados, según los grados.
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