Cap. N°3: El evangelio es de Dios 19635s

Si usted está con su Biblia, mantenga la abierta, subrayela, rayela, tome apunte.

Estamos ya en el tercer sermón de esta serie del Evangelio de Marcos.

Una serie que va a durar a harto.

Vamos a ir prácticamente idea por idea desarrollándola.

Tampoco tan en detalle, sino que estaríamos casi dos años.

Pero vamos a durar casi un año en esta serie.

Y vamos a ver cómo Jesucristo es rey y siervo, efectivamente rey y siervo, para bendición de su pueblo.

Que es precisamente el título de la serie.

Tengo una pregunta para ustedes.

Yo hoy día voy a intentar que el sermón sea más breve.

Tengo una pregunta antes de que comencemos como tal.

A ver, ¿cómo estamos con el conocimiento bíblico? ¿Dónde termina el Antiguo Testamento y dónde empieza el Nuevo Testamento? Ya, en la Biblia, en el Libro como tal, ¿dónde termina? En Malaquías. ¿Y dónde empieza? Mateo.

¿Cierto? Ya, pero históricamente, ahora no sólo mirando el Libro, no sólo mirando el orden del Libro, sino que ahora proyectando la historia de la redención a través del panorama bíblico, ¿dónde termina el Antiguo Testamento y dónde empieza el Nuevo Testamento? La historia de la redención en el panorama bíblico.

¿Ya? ¿Dónde termina el Antiguo Testamento y dónde empieza el Nuevo Testamento? Testamento es una palabra que es sinónimo de pacto, ¿cierto? Entonces, ¿dónde termina el Antiguo Pacto y dónde comienza el Nuevo Pacto, digámoslo así? Ya, entendiendo que esto es un solo pacto que se desarrolla de manera progresiva y orgánica a lo largo de todo el panorama bíblico, ¿cierto? No es que haya un corte entre medio y sean dos cosas diferentes.

Les voy a pedir un favor. Oremos de nuevo.

Buen Dios y Padre Celestial, gracias por Tu Palabra, Señor. Gracias, Dios mío, porque eres Tú quien nos habla hoy a través de ella.

Dios Santo, gracias porque Tu Santo Espíritu que habitaba al interior nuestro, Tercera Persona de la Trinidad, Dios mismo habitando al interior del corazón de Tus hijos, está con nosotros en este momento y porque también hace que Tu Palabra sea efectiva para nuestra vida, mi Señor.

Padre Celestial, te pido en este momento ser un instrumento en Tus manos para que seas Tú hablando a nuestros corazones, mi Señor.

Cuídanos, por favor, Dios mío. Danos ese carácter humilde y manso delante Tuyo, mi Señor, para que Tu Palabra nos guíe y para también ser obediente, Señor, a Tu voz y a Tu voluntad.

Padre Celestial, gracias por cuidar de nosotros y por mostrarnos Tu amor también, Señor, a través de Tu Palabra.

Te pedimos, Padre Santo, que en esta hora seas Tú el centro, mi Señor, y quien resalte, y que toda gloria sea para Ti, mi Señor.

Te lo pedimos todo esto, Padre, en el nombre de Cristo Jesús. Amén.

¿Dónde termina y dónde empieza Antiguo y Nuevo Testamento? Nosotros tenemos una visión errada de cómo son los procesos, porque en nuestra cosmovisión las cosas como que tienen un punto de inicio y un punto de final muy marcados, ¿cierto? Pero la Escritura no muestra que el tiempo se desarrolle de esa manera.

No es, por ejemplo, que el exilio del pueblo de Israel haya comenzado un día y al otro día ya se había acabado porque estaban todos en un lugar.

El éxodo comienza un día y se proyecta en el tiempo mientras todo el pueblo va moviéndose hacia otra nación, algunos se quedan aquí por más tiempo, hasta que llega un momento en donde ya todo el pueblo está bajo el dominio de la nación que los había dominado.

¿Se dan cuenta de eso? No es de un día para otro. Nosotros tendemos a pensar de esa manera.

Lo mismo ocurre con el Antiguo y con el Nuevo Testamento.

El Antiguo Testamento culmina efectivamente en la muerte y resurrección de Cristo, porque, como decía Marcos, allí se rasga el velo.

Entonces esa separación que existía entre el ser humano y Dios ya no está, porque Dios mismo pagó por nuestro pecado y Él mismo es nuestro mediador hoy entre Dios y los hombres, siendo Él mismo completamente Dios y completamente hombre. ¿Cierto? En Cristo se cumple en todo lo que el Antiguo Testamento prefiguraba que iba a ser el Mesías, como, por ejemplo, los sacrificios. ¿Cierto? Como, por ejemplo, el sacerdocio perfecto.

Y también el Rey, el descendiente de David, que iba a venir a gobernar por toda la eternidad.

Entonces en Cristo y en su crucifixión y resurrección se cumple todo lo que Dios le había prometido al pueblo de Israel