CAMINANDO ENTRE MONSTRUOS 10: Centro de Interpretación del Hombre Pez de Liérganes 282e6

Muy buenas amigos de la Academia, soy Javier Resines y esto es Caminando entre Monstruos, un espacio de la Academia dedicado a aproximarnos al mundo de la criptozoología, el de los animales imposibles de un modo cercano y participativo. Juntos vamos a descubrir que lo extraordinario sucede muy cerca de ti.

En el espacio de hoy nos desplazamos hasta Lierganes, la ciudad en Cantabria, para conocer la curiosa historia de uno de sus vecinos más ilustres, el hombre-pez de Lierganes. Lo que os proponemos es visitar el centro de interpretación que hay en la ciudad y que está dedicado a este curioso caso. Pero antes, conozcamos un poco la ciudad.

Lierganes está situado en la comarca de Trasmiera, ha sido nombrado como uno de los pueblos más bonitos de España y tiene una población aproximadamente ahora de unos 2.400 habitantes. Tiene gran interés, tanto natural, por su entorno y por el río Miera, que atraviesa la localidad y que es de gran importancia en la historia que vamos a contar hoy, como ya veremos.

Y también desde el punto de vista histórico y patrimonial. Tiene un casco antiguo imprescindible para visitar. Es una ruta que en una hora, hora y media, se puede hacer bien. Y algunos lugares, como el llamado Puente Romano, que realmente es del siglo XVI, el balneario, el Ecomuseo Fluviarium de la montaña, o el Centro de Interpretación del Hombre Pez, al que nos referiremos después. Pero antes, vamos a recordar la historia de Francisco de la Vega Casar, que es nuestro protagonista de hoy, que está a medio camino entre la leyenda y la realidad y que es el caso que nos ha hecho visitar Lierganes en el episodio de hoy de Caminando entre Monstruos.

Bien, la curiosa historia que vamos a narrar fue recogida y divulgada por primera vez por Fraidenito Jerónimo Feijó en su volumen VI de la obra Teatro Crítico Universal, publicada entre 1726 y 1739. Este ensayista sintió una especial fascinación por las narraciones que se salían fuera de lo común, como puede apreciarse en su enciclopédica producción del Teatro Crítico Universal. Bien, la historia comienza el 22 de octubre de 1658, cuando es bautizado en Lierganes Francisco de la Vega Casar, un niño que desde muy pequeño pues desarrolló una especial afición por la natación. En 1672 fue enviado por su familia a las arenas, una población de Vizcaya, para que aprendiese el oficio de carpintero y pudiera pues ganarse la vida.

Allí Francisco pues continuó con su afición de la natación, de bañarse y era frecuente pues verle en la ría durante horas bañándose. Hasta aquí pues nada normal, pero un día de junio de 1674, estando en el mar con otros compañeros, Francisco fue arrastrado por la fuerza del agua de la corriente y no regresó. No se encontró su cuerpo y se dio dado por muerto. Todo hubiera quedado en un triste accidente, pues si no fuera porque cinco años después, en febrero de 1679, unos pescadores de la bahía de Cádiz contemplaron atónitos cómo se les acercaba a poca profundidad un misterioso ser acuático. Bueno, aquí vamos a hacer un pequeño inciso en la historia.

Un paréntesis. Ha pasado cinco años desde que Francisco desaparece hasta que es encontrado supuestamente en Cádiz. ¿Qué ha pasado? Bueno, hay un relato de un investigador, de Fernando de Loyo, que recoge dos posibles avistamientos en el que dos posibles lugares donde fue visto previamente. En 1678, un navío holandés vio en la costa de Dinamarca a un hombre pez que se acercaba al barco. Le dispararon un tiro de artillería y no le volvieron a ver más. Supongo que salió huyendo. Y posteriormente fue visto un hombre pez, posiblemente Francisco, en el canal de la Mancha, luchando contra un gran congrio, contra un congrio gigante al que venció. Pero volvemos.

Nos hemos quedado en Cádiz. Los pescadores de Cádiz escuchan rumores de que por aquellas aguas vaga un animal extraño y crean un artilugio, una especie de redes, cestas, para poderlo apresar. Al final, tras muchos intentos, atrapan a un misterioso ser y qué asombrados pueden ver que no es sino un hombre, aunque bastante extraño. Este hombre presenta un aspecto corpulento, mide cerca de 1,80 m, tiene la tez pálida, cabello pelirrojo. Además, presenta una línea de escamas muy parecida a la de los peces que le recorría el tronco y otra igual, por toda la espalda. Para mayor pasmo, se puede ver que el hombre no es un hombre, sino que es un hombre que vive en la costa de Dinamarca.