Audio 1 – Reconecta con tu visión (aunque estés en la operación) 1l4d50

Hola, ¿qué tal? Bienvenida a este primer audio de esta experiencia.

Mi querida dueña de negocio, hoy vamos a platicar de algo que quizás sientes, pero que no has podido nombrar con claridad.

Y es responder la pregunta, ¿por qué te sientes atrapada en la operación? Seguramente trabajas mucho, estás en todo, respondes, solucionas, avanzas, pero al final del día, sigues sintiendo que no es suficiente.

Y lo más doloroso es que a veces piensas que el problema eres tú, que te falta organización, que te falta disciplina, que no estás hecha para esto, que solo es esforzarte un poquito más.

La autoexigencia y la dureza contigo misma te acompañan todo el tiempo.

Déjame empezar por esto.

Con toda claridad, no estás atrapada porque no puedas.

Estás atrapada porque te falta algo que se llama claridad.

Y eso tiene solución.

Cuando no tienes claridad, todas las decisiones que tomas son desde la urgencia.

Lo urgente siempre gana sobre lo importante.

Te conviertes en la todóloga porque nadie más tiene claro qué es lo que debe hacer y necesita de tu aprobación, de tu autorización, tiene que pasar por ti.

Y eso es bastante agotador.

El problema entonces no es cuánto haces, sino el sentido y el rumbo que le encuentras a lo que haces.

Hay un estudio del Instituto de Productividad y Bienestar que demostró que la falta de claridad genera hasta un 40% más de fatiga mental, aunque el volumen del trabajo sea el mismo.

¿Y qué es claridad? La claridad no es saberlo todo.

Es saber que sí va contigo.

Muchas veces confundimos claridad con perfección.

Tener todo el plan, todas las respuestas, todas las herramientas.

Pero la verdadera claridad estratégica es como un faro, una dirección lo suficientemente fuerte como para tomar decisiones con confianza.

Es poder decir, esto sí lo quiero sostener.

Esto ya no me corresponde.

Esto necesita más intención.

Esto ya no quiero repetirlo.

Y como dueña de negocio, esa claridad es tu responsabilidad.

Nadie te va a venir a decir cuál es la meta.

Pueden inspirarte.

Puedes dejarte guiar.

Pero al final, tú decides el rumbo.

Cuando tú no tienes claridad, tampoco la tiene tu equipo.

Tampoco tus decisiones, tus acciones.

Tampoco tus resultados.

En lo personal, cuando quiero tomar una decisión importante para mí, me pregunto, bueno, ¿esto me aleja o me acerca al lugar al que quiero llegar? Y es claro que si no sé hacia dónde voy, será muy difícil y agotador tomar una decisión.

La claridad también sirve para enfocar nuestros esfuerzos.

Te permite establecer tus no negociables, esas decisiones, actividades o principios que definen tus prioridades y lo que no estás dispuesta a comprometer.

Porque no puedes controlarlo todo y necesitas soltar lo que no depende de ti y enfocarte con fuerza en lo que sí depende de ti.

Como decía Picteto, uno de los grandes estoicos, la felicidad y la libertad comienzan con la clara comprensión de una cosa.

Algunas cosas están bajo nuestro control y otras no.

La claridad no es solo una herramienta de productividad, es una herramienta de paz, es saber dónde pones tu energía sin sentir que fallas en todo.

Y hay una aclaración importante que te quiero hacer aquí.

Cuando hablo de sentir que hay algo en todo, cuando hablo de salir de la operación, no significa que vas a dejar de hacer cosas operativas.

Ser dueña de negocio no es dejar de trabajar, pero es salir de ese piloto automático, el soltar lo que es repetitivo o rutinario y es darte el espacio para pensar, para redirigir, para diseñar, para crear.

Porque si tú no te das ese tiempo de pensar en la estrategia, nadie lo va a hacer por ti.

Y una dueña de negocio que no piensa en estrategia, termina apagando fuegos.

Pero una dueña que sí piensa, comienza a construir el negocio que sí quiere.

Ahora quiero hacerte una pregunta directa.

¿Este negocio, tal como lo tienes ahorita, es lo que tú soñaste? Y hablo de la relación que tienes con él, de la energía.