
AOS- GRUNGNI, EL HACEDOR: SU GLORIA, SU EXILIO Y SU REGRESO eo16
Descripción de AOS- GRUNGNI, EL HACEDOR: SU GLORIA, SU EXILIO Y SU REGRESO 4y735v
Este es un canal donde se hablara de la historia de warhammer 40 k, Warhammer AOS y FANTASY. La idea es crear un contenido para que la gente disfrute y crear una comunidad 0 toxica. Y disfrutar del Lore y novedades. EL contenido es de https://ageofsigmar.fandom.com/es/wiki/Grungni Twitter: @WarhammerHistoria iVooX: WarhammerHistoria Instagran: WArhammerHistoria Yotube. warhammehistoria Tiktok Warhammer historia Correo de o: [email protected] 544j20
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
En el crisol del tiempo, donde los dioses caminan y las leyendas se forjan como el acero de la fragua, existe un hombre que resuena con la fuerza del martillo sobre el yunque.
Grugni, el gran hacedor, no es un dios de la guerra ni un conquistador sediento de poder.
Es el maestro de la creación, el arquitecto de imperios, el forjador de maravillas cuyo ingenio dio forma a los reinos mortales.
En la era de los mitos, sus manos construyeron fortalezas que desafiaban los siglos, sus conocimientos elevaron a los mortales y sus armas protegieron a Sigmar, pero incluso los dioses pueden errar y pagar el precio de su orgullo.
Cuando la era del caos cayó como una tormenta de muerte, Grugni no levantó su martillo en defensa de su pueblo, en su lugar eligió el exilio.
Pero su ausencia trajo consigo resentimiento, desesperación y la fragmentación de su gente.
Algunos buscaron refugio en las montañas, otros escaparon a los cielos y forjaron una nueva era de tecnología y pragmatismo, pero ninguno olvidó su abandono.
El hacedor nunca deja una obra sin terminar, y desde las sombras ha observado y ha trabajado esperando su momento.
Él es Grugni.
La deidad enana por excelencia en hecho, Sigmar, hoy vamos a hablar de Grugni, el herrero, el hacedor, el que lo crea todo, el amiguito de Sigmar, el que le ayuda a todo, a crear los forjados de la tormenta, vamos a hablar un poquito de su vida, de cómo empezó, cómo se unió con Sigmar y de qué está haciendo ahora mismo Grugni en este momento que llegará el día, amigos de Aos, que tendremos miniatura de Grugni 100%, no creo que sea muy épica, o sí, las miniaturas de Aos son muy crema, así que nada, espero que disfrutéis con esta historia y nos vemos en próximos vídeos.
Entre los cien dioses ancestros de los Duardins, solo uno se alza como el más poderoso en despertar dentro de los reinos mortales.
Grugni, el moldeador de la creación.
Cuando su presencia se desata en su máximo esplendor, Grugni no es simplemente visto, sino sentido en cada resquicio de la realidad.
Su forma se dilata y se contrae como el humo de una fragua ancestral.
Una colosal silueta que danza ante las brasas del mundo.
Su barba no es de pelo, sino de ceniza viviente.
Una pálinca adverciente que brilla con el fulgor de la forja eterna.
Sus bigotes son ríos de humo errante, ocultando la mitad interior de un rostro que exude el poder de la creación misma.
Desde su cráneo una melena de llamas cae en cascadas ardientes, esparciendo destellos de fuego que crujen y chisporrotean como el latido de la propia industria divina.
Pero es en sus ojos donde arde su verdadera esencia.
Dos soles de oro fundido, orbes de fuego puro que iluminan la inmensidad con su calor abrasador.
No es un simple dios, no es una simple presencia.
Krugnis expande como el humo que llena una chimenea, infiltrándose en cada percepción, en cada pensamiento, en cada instante de la existencia.
Está ahí, en todas partes, y su voluntad se grava a fuego en las historias de los reinos.
Sin embargo, el forjador no siempre se presenta como una dividad amasalladora.
A veces toma la forma de un duardín de tamaño de un ogor, ataviado con una túnica jada y remendada, cubriendo su torso curtido por siglos de trabajo.
Sus brazos son troncos endurecidos por el peso de los martillos.
Sus piernas, arqueadas, sostienen la corpulencia que recuerda a las colosales estatuas esculpidas en los caracs más profundos.
Otras veces su presencia es aún más etérea, una cabeza titánica de duardín, alargada e inflamada, que se retuerce en un torbellino de llamas.
En esos momentos, Grugni no habla con palabras mortales, sino con el lenguaje de la creación misma.
El estruendo de martillo.
Comentarios de AOS- GRUNGNI, EL HACEDOR: SU GLORIA, SU EXILIO Y SU REGRESO 625p6n