ANTONIO MAYORALAS. Cinecito y La Felicidad. Cumpliendo Lo Prometido 3h6e2i

CRÓNICAS A PIE DE CALLE con María Jesús Romero de Ávila de Lara Hola, ¿qué tal? Muy buenas. ¿Cómo estáis, amigas y amigos de Informar Radio? Ya sabéis, lo que siempre decimos, que tenemos que estar informados, ¿verdad? Y más en estos tiempos que corren con tantas noticias, tanta variedad. Tenemos que estar al día de todo.

Y aquí en Informar Radio hacemos todo lo posible por que estéis.

Ya sabéis, estamos en el programa CRÓNICAS A PIE DE CALLE. Este programa se emite los sábados de 8 a 9 en el dial 104.5 de nuestra radio y también en nuestro canal de YouTube nos podéis ver y, por supuesto, luego pues en iVoice y en Spotify quedan también los podcast.

Como siempre, gracias a David López, nuestro técnico de cabecera, gracias y a nuestros oyentes y televidentes, por supuesto, gracias a todas y a todos.

Pues vamos a con la entrevista que hoy tenemos a, bueno, hoy tenemos a Antonio Mayoralas, moreno, él es paisano, solanero, apasionado por el cine, creador del programa solidario El Aceite de la Vida, destinado a fines sociales. Vamos a hablar con él de muchas cosas, muchas cosas, porque esto es algo mínimo lo que he mencionado en su vida.

Bueno, Antonio, bienvenido.

¿Qué tal? Pues muy bien, buenas tardes.

Buenas tardes o buenos días, ¿verdad? Aunque grabamos por la tarde pero se emite luego el lunes.

Estuviste en el programa en el año 2018, hace ya tiempo, ¿verdad? Cuando estábamos en radio ya, ¿verdad? Sí, entonces no había iniciado, no se había iniciado el proyecto último que hemos hecho. De El Aceite de la Vida, ¿verdad? Parece que hablamos más de cinecito y de un poco de mi vida y esas cosas.

Es verdad. ¿Qué tal te encuentras ahora mismo? Pues muy bien, hombre, estoy bien. Yo te veo muy bien.

Sí, sí, soy una persona que me rehago mucho de las dificultades, lucho contra ellas y tal, y además creo que las necesito para poder vivir. Sí, eres positivo además, ¿verdad? Sí, sí, si no tengo dificultades yo creo que no funciono en ese sentido, ¿no? Sí, hay que tener ilusiones también, ¿verdad? Y proyectos, porque tú ya, bueno, ¿cuántos años tienes, Antonio? ¿Podemos decirlo? Voy a cumplir dentro de cinco días 74. Madre mía, estás fenomenal, ¿eh? Muchas gracias. Estás fenomenal, física y mentalmente.

Es lo más importante para mí, mentalmente, ahí sí, ahí sí. Me parece que todavía tengo las pilas cargadas.

Eso es. Bueno, y este niño, este hombre que eres ahora, ¿qué quería, ese niño pequeño que eras antaño, qué quería ser de mayor? Pues mira, hay que retrostraerse a 65 años menos, nada más y nada menos.

Sí, sí, sí.

Yo era una persona, un chaval del pueblo, pues mi padre era policía municipal.

Ahí en La Solana, ¿no? En nuestro pueblo.

Y mi ilusión y mi única ilusión era el cine.

El cine.

Hasta el punto que me olvidaba del colegio y me iba al cine.

Yo lo que quería ser es vivir las películas.

Vivir las películas.

Yo pensaba todavía que actores que habían muerto, aunque sea, yo creía que estaban vivos.

Es decir, mi vida y mi mentalidad era de cine.

De cine, sí.

Total y absolutamente. Y creo que parte de lo que soy actualmente se lo debo al cine.

¿Y por qué? ¿Cómo surgió lo del cine? A mí se me cruzó una persona muy importante, que fue un exhibidor, que murió ya, que Jesús Gonsurbe, el dueño del Cine Cervantes, que gracias a él me dio un valor importantísimo, que fue conseguir mis sueños y la constancia.

Es decir, yo iba al cine gratis porque mi padre era policía municipal, ¿sabes? Y llegó un momento que al colegio no lo atendía y me prohibieron ir al cine.

Y así estuve un par de meses.

Me acuerdo que iban a poner Ben Hur en junio y yo pasaba por el cine y lloraba cada día.

Cada día que pasaba, me paraba en la cartelera, se me caían las lágrimas, ¿no? Entonces Jesús Gonsurbe me dice, Antonio, tú sabes por qué no vienes al cine, ¿no? ¿Por qué no te puedo dejar de pasar? Porque tu padre dijo que ni pagando.

Pues porque te pasa esto.

Ahora, mira, si tú quieres el cine, los sueños y tal, en cuanto cambies en el colegio yo te dejo de pasar, diga a tu padre lo que sea.

Y antes de junio yo era uno de los primeros del colegio Don Carlos Arteche.

Y entonces, en vez de meterme en el patio de butacas, me subió a la cabina de proyección con un tal Risas, que era el proyeccionista, y ese me enseñó a empalmar las películas, veía todas las películas, las de tres rombos, las de menos rombos, yo veía todas las películas, ¿no? Todas.

Y así me tiré prácticamente, mi padre, bueno, en el colegio era estupendamente, me fui a hacer mi bachiller elemental a Manzanares, y cuando me vine a Madrid a estudiar, pues fue cuando le dije a Jesús que algún día haría algo grande por el cine.

Y ahí nació ya, pues una cosa de niño, voy a hacer algo grande por el cine y le voy a devolver al cine los sueños que a mí me ha hecho pasar.

Pues sí.

Y dice, siempre estás lo mismo y tal.

Yo me vine a Madrid, terminé, me casé, tres hijos, murió Jesús Gonzú en el 95, y cuando fui al entierro me acordé de la promesa.

Vendí una empresa de construcción que tenía yo, muy importante, y creé el proyecto Cinecito.

Cinecito.

La mascota del cine de España.

Madre mía.

Creé ese proyecto.

¿En el año 90?